Apuntes y lecturas de la pandemia: los medios de comunicación


televirus

Los medios en los tiempos del coronavirus

Saturación informativa, infodemia, enfoques informativos, peticiones de ayuda por ejercer una función publica…. Vivimos días críticos en los que la cantidad y calidad de la información que consumimos resulta decisiva para nuestra respuesta personal y colectiva a la pandemia.

Después de la comunicación institucional de crisis en estos apuntes abordo ahora la función de los medios (tradicionales y cibermedios) en la construcción de la imagen del mundo golpeado por la pandemia y cómo esta crisis está afectando a su propia supervivencia. Como siempre es una entrada exageradamente larga, así que os podéis mover por los títulos a los asuntos que más os interesen.

Consumos informativos: el regreso a los medios tradicionales

El público, las audiencias, los usuarios (como queramos llamarlos según la perspectiva de cada uno) se ha volcado en los medios profesionales. El hambre de información ante esta emergencia y el confinamiento, con sus secuelas de tiempo libre y necesidad de entretenimiento han disparado todas las mediciones (ahora lo llaman métricas), tanto las directas (audímetros de televisión, páginas vistas) como las indirectas por encuesta. Y ha ocurrido, con sus particularidades, en todos partes.

Aquí es imposible realizar un resumen de estos datos. Pero sí marcar las tendencias principales, en nuestro país, pero bastante similares en todas partes (fuente principal estudio de Havas Media Group España):

  • Gran aumento del consumo de la información producida por los medios profesionales. Los diarios digitales españoles han aumentado de media sus visitas un 100%. En televisión, 41 millones vieron los informativos en marzo, 2,6 millones más que en febrero. Los informativos lideran los rankings de audiencia (ver los datos de televisión más abajo.
  • La televisión es el medio que más crece, pero la radio también, sobre todo por la noche, reafirmando su papel de acompañamiento. También crece el tiempo dedicado a consultar la web y las redes sociales.
  • La radio, la televisión, los diarios digitales, por este orden, son los medios más creíbles. Los menos (4/7) las redes sociales.
  • La televisión es el principal medio de entretenimiento.
  • Niños y jóvenes vuelven a consumir información en los medios tradicionales.
  • Los más mayores se ponen al día, consumen más información en línea y hacen un gran uso de sistemas de videoconferencia y video llamada.
reparto audiencias

Reparto de la audiencia televisión lineal/no lineal. Fuente Barlovento

Los datos para la televisión son más concluyentes, en cuanto que la metodología de los audímetros (muchas veces cuestionada en cuanto que lo que trata de ofrecer es una medición para poner precio a la publicidad) está bien asentada. Según el informe de marzo realizado por Barlovento a partir de los datos de Kantar Media (ver más abajo en Lecturas):

  • Marzo ha batido todos los récords: 284 minutos/día de media (sobre un universo de 45.5 millones de españoles), 371 minutos/día por espectador ¡6 horas y 11 minutos!. El domingo 15 de marzo es el día de mayor consumo de televisión desde que se hacen estas mediciones. El incremento medio respecto al mes anterior fue de un 40% (+88 minutos).
  • Los jóvenes de 13 a 24 años han incrementado su consumo de televisión en un 60% y los niños de 4 a 12 casi un 50%.
  • La televisión lineal en abierto sigue siendo la reina de la pantalla (284 minutos/día) y es responsable de más del 80% del crecimiento de la audiencia (ver gráfico). Al streaming y otros usos de Internet se dedican solo 21 minutos. Pero, atención, este consumo se refiere solo al que se hace en la pantalla tradicional. El streaming en otros dispositivos (tabletas y móviles) será mucho más elevado.
  • La información es, sin duda, motor de este incremento de las audiencias. En total, 41 millones vieron los telediarios, 2,6 millones más. Las cadenas que más crecen son las más «informativa», La Uno (+0.6%) y La Sexta (+1, 4%). El Canal 24 Horas ha doblado su audiencia (de 1,1 a 2,1%). (Sobre TVE, ver el último apartado de esta entrada.
credibilidad

Elaboración propia a partir de los datos del estudio de DigiLab

Llegan las primeras encuestas más cualitativas, como esta del DigiLab (véase en Lecturas). Sus datos son interesantes porque se refieren al periodo 3-10 de abril, mientras que los anteriormente recogidos corresponden a marzo:

  • Un 90% de los españoles se informa al menos una vez al día sobre la Covid-19 y un 52% tres o más veces. Y esto aunque el 42% informarse le genere angustia.
  • Los medios más utilizados son los diarios digitales (38.3%), seguidos de la televisión (33,9%).
  • La mayoría (77,4%) creen que los medios sesgan la información  conforme a su línea editorial y un 44,6% se quejan de sansacionalismo y creen que han generado un alama innecesaria.
  • TVE es el medio más creíble (ver gráfico)
  • Un 80,3% dice haber recibido noticias falsas, el 64,3% por WhatsApp.

Por último, el informe del Reuters Institute (ver referencia en Lecturas), con encuestas realizadas en marzo y principios de abril, que se centra más en la confianza de los medios y que aporta la visión comparativa en 6 países (Argentina, España, Corea del Sur, Reino Unido, Alemania y Estados Unidos). Estas son las tendencias:

  • La dieta informativa combina todas las plataformas informativas, con el dominio de la información en línea (en la que se incluye tanto la visita a cibermedios, sitios de información institucional o búsquedas), seguido por la televisión, las redes sociales, la radio y los periódicos. El mayor recurso a las redes sociales se hace en España y, sobre todo, en Argentina. Hay diferencias notables en cuanto a las fuentes propiamente dichas: en España, Corea y Argentina se recurre en primer lugar a los medios informativos (con porcentajes mucho más bajos a otras fuentes), mientras que en los otros tres países se busca la información casi en la misma medida información en los medios y en las fuentes oficiales, lo que parece traslucir una mayor desconfianza en España, Corea y Argentina hacia las fuentes oficiales. En fin, en todas partes, WhatsApp es, por encima de Facebook, la red social de comentarios con amigos y familares, pero nuevamente son España, Argentina y Corea del Sur los países que más usan esta plataforma (por encima del 50%). A menor grado de educación formal menos se acude a los medios informativos y más se depende de las redes sociales y aplicaciones de mensajería.

dieta

En cuanto a la confianza en las fuentes, en todas partes se cree más a las fuentes expertas (médicos, sistema sanitario nacional u organizaciones internacionales de salud). Después se confía en los medios informativos y los gobierno y luego, ya mucho menos en la gente y los políticos. Un dato preocupante, España tiene los porcentajes más bajos de plena confianza en los medios (un poco más del 50%) y el Gobierno (en torno al 46%, Estados Unido un poco menos, 44%).

confianza reuters

  • La mayoría de los encuestados dicen haber encontrado poca desinformación en las distintas plataformas (un dato que constrasta con los resultados españoles del DigiLab, ver más arriba). En Estados Unidos, Corea del Sur y España las respuestas identifican a los políticos como fuente frecuente de desinformación.

Recapitulando más allá de todos estos informes. Que nadie eche las campanas al vuelo por este hambre de información. La confianza en los medios informativos no es ni mucho menos plena y es menor cuanto más baja sea el nivel de educación y la polarización política del país. Las audiencias están angustiadas y cautivas. Estos consumos no se mantendrán en una vuelta a la normalidad. Y durante el confinamiento corremos el peligro de caer en una saturación informativa.

En Italia ya se ha producido un importante reflujo. En la última semana de marzo -Italia va por delante de España una o dos semanas en el desarrollo de la enfermedad, no necesariamente en los comportamientos sociales- el telediario nocturno de la RAI cayó en 352.000 espectadores, pero, sobre todo, el especial que le sigue perdió nada menos que 3,8 millones. Este último dato parece indicar la necesidad de salir del círculo angustioso (un relato sin esperanza) de una información quizá repetitiva y buscar entretenimiento y evasión.

¿Mantendrán los jóvenes alguno de los vínculos informativos generados durante el confinamiento? Puede que no, pero por lo menos habrán visto que hay otro mundo y otra forma de contar más allá de sus redes sociales.

El comportamiento de los medios

Me considero incapaz de hacer un juicio medianamente fundamentado sobre el comportamiento de los medios profesionales. Hará falta mucha investigación, que a buen seguro ya se está desarrollando.

Internacionalmente, el fenómeno más interesante y, además, decisivo en el tratamiento de la pandemia es la simbiosis entre Trump y Fox News. Durante todo su mandato, el presidente se ha nutrido de la información altamente polarizada de la cadena y esta ha sido su gran altavoz. Trump ha tenido que ceder, en parte, y adoptar a regañadientes las medidas que le recomiendan sus expertos, con los que mantiene una relación conflictiva. Fox abrazó la narrativa trumpista de minimimizar la importancia de la enfermedad y ahora presiona al presidente para una vuelta precipitada a la normalidad. Trump lanzó desde el principio una guerra contra los medios, las broncas en la sala de prensa de la Casa Blanca han sido una constante, per en esta guerra los medios están respondiendo con la contundencia que requiere la emergencia.

En España observo, claro, el sesgo editorial, como advierten los encuestados del DigiLab y como no podía ser menos. Los medios de derechas (la mayoría) apoyan editorialmente y con su sesgo editorial la narrativa del PP (incluida el encuadre que culpa al 8-M como principal causa del brote). Los de centroizquierda y relativa izquierda (los menos) apoyan críticamente el relato del Gobierno. Hasta ahí, todo legitimo.

En general, todos los medios están haciendo un enorme esfuerzo de contextualización, divulgación y reportajes (también con sus sesgos). No creo que ninguna información sobre la Covid-19, ningún dato haya sido ocultado, ninguna imagen por dura que fuera censurada, ninguna crítica anulada. Poco a poco se va escuchado -siempre dependiendo de la línea editorial- la voz de los últimos de nuestra sociedad, los más pobres, los inmigrantes que viven 10 personas en 40 metros cuadrados, las familias monparentales sin recursos, los que vivían en la calle, los que dependían de la venta callejera.

Percibo el sensacionalismo sobre todo en los magazines de televisión (la audiencia de los de la franja de la mañana ha crecido un 65%). Por supuesto, el principal problema es nuestro sesgo perceptivo, seguimos viviendo en cómodas burbujas en las que nuestras filias y fobias se ven confortablemente confirmadas.

Lo peor es lo que la pandemia oculta o deja en un muy segundo plano informativo otras realidades de nuestro mundo:

Nodos mediáticos en la campaña de desinformación

Hay una constelación de medios aparentemente profesionales que son esenciales en la distribución de la desinformación, en la infodemia que padecemos. PR noticias, moncloa.com, periodistadigital… entre otros.

No producen bulos puros y duros, pero pueden hacerse eco de ellos, dándoles una apariencia de veracidad. Y, sobre todo, cultivan la información manipulada, que a partir de datos reales, de medias verdades, ocultan el contexto y sacan conclusiones falsas. Esas «informaciones» son convertidas en virales en las redes de la derecha y la ultraderecha, ya sea por cuentas verdaderas o, directamente, por cuentas automatizadas.

Por último, para darles una difusión masiva más allá de las redes, basta citar a estos «medios» en los magazines de Ana Rosa Quinta y Susana Griso, ambos con un largo historial de manipulación. Por citar, solo una de estas últimas, la manipulación en Espejo Público de las declaraciones de un científico británico, para culpar al 8-M de brote, respondida por el propio científico.

bulo whatsapp

El bulo de WhatsApp

Estos días he observado personalmente un caso típico de desinformación, a partir de la decisión de WhatsApp de limitar la posibilidad de compartir a todos los grupos y contactos los mensajes reenviados más de cinco veces.

El estudio de esta medida merece su propio análisis, pero ha sido el pretexto para lanzar una campaña de desinformación de libro. El día 7 leo la noticia en The Guardian. El mismo día la publica El Mundo de manera más concisa, pero irreprochable. Dos días después y con un enlace a la información veraz de El Mundo me llega por el propio WhatsApp el bulo (ver imagen). En este caso no entran en juego esa constelación de medios, sino que se utiliza una noticia correcta, publicada por un medio profesional de línea editorial de derechas, que ofrece credibilidad para los sectores de esta ideología. No puedo investigar quién originó el bulo, pero en esta ocasión se ha demostrado como bulos y desinformación que podría atribuirse a la ultraderecha son compartidos por figuras tan destacadas del PP como Rafael Hernando (véase tuit).

Efectivamente, la «gente», alguna gente, se ha ido a Telegram. De repente Telegram me avisa que una decena de viejos contactos (un fontanero, un perito, un viejo conocido, un abogado que me llevó un caso…) se han dado de alta en la aplicación.

La campaña ha tenido éxito. No porque la «gente» se haya dado de alta en Telegrama. El primer objetivo era atacar al periodismo de verificación, que les hace mucho daño, y, en cierto modo, amenazar a esta instancias profesionales, como denuncia la FESP. Pero, el objetivo último y más estratégico es crear una desconfianza general, favorecer un estado de ira dirigido contra el Gobierno: la tormenta de mierda.

(Para una ulterior entrada sobre derechos y libertades dejo la polémica sobre la disparatada pregunta del CIS sobre si es necesario para luchar contra contra la desinformación abolir la libertad de expresión y pohibir todas las fuentes que no sean oficiales).

El encuadre informativo de la pandemia

Dejemos la desinformación. Hace mucho que sabemos que tan importante como qué se dice es cómo se dice. Una de las líneas de investigación en comunicación es la teoría del enmarque, encuadre o enfoque, el framing, uno de cuyos padres más destacados es el lingüista George Lakoff.

Los temas informativos se encuadran en marcos mentales que les dan sentido. Unas veces estos marcos responden a un consenso social general («la ciencia es buena», «hay que comer sano»), o a un sentido compartido en una determinada comunidad (por ejemplo, el consenso de «tenemos derecho a decidir» entre los independentistas). Suelen ser los marcos más implícitos. Otras veces, en situaciones de polarización, los marcos pueden ser visiones opuestas que dividen a una sociedad. Estos marcos contradictorios son más explícitos.

El Observatorio de la Información de la Calidad de la Información en Televisión (OCITV), un grupo de investigación de la UCM que coordiné hasta mi jubilación, realiza desde hace 6 años un trabajo de análisis de contenido de los telediarios de las cadenas nacionales (metodología), en el que se investiga el ámbito, los agentes informativos, los temas y el tratamiento de las noticias de los noticieros (por ejemplo, este estudio sobre los agentes informativos).

No analizamos los encuadres, porque salvo los marcos muy generales, el framing, es particular de cada tema informativo, y los informatrivos son multitemáticos. No en estos dos últimos meses, donde el tema dominante, sino exclusivo es la Covid-19. Así que adaptamos nuestra oleada de análisis, que iba del 9 de marzo al 20 de marzo y añadimos como elementos de análisis una serie de etiquetas por duplas dicotómicas (por ejemplo, «El Estado nos protege / El Estado no nos protege»).

Hoy estamos en condiciones de adelantar unos resultado preliminares. La muestra se realiza sobre un número prácticamente idéntico de informativos de TVE, A3, T5 y La Sexta (Cuatro se nos cayó cuando dejó de hacer telediarios). Nuestra unidad de análisis es la pieza informativa y hasta ahora solo se han analizado 499 piezas, la mitad de las previstas. En una misma pieza se pueden detectar varios marcos, incluso alguno de estos pares dicotómicos al mismo tiempo.  Estos son los resultados preliminares, sin desglosar por cadenas, quizá los más significativos, teniendo en cuenta que en estos días la práctica es ver informativos de distintas canales.

encuadre general

Fuente OCITV

Como se ve, los marcos positivos dominan, sobre todo el del Estado nos protege. Pero los marcos negativos también son significativos: la enfermedad afecta a todos (no es solo cuestión de viejos), el virus mata y tenemos miedo.

Especialmente significativa es la comparación de las duplas más presentes, donde se ve como el enfoque positivo domina sobre el negativo de el mismo marco. Insisto, son resultados preliminares y se refieren al conjunto de los informativos nacionales de las cuatro cadenas de ámbito estatal.

encuadre positivo

Fuente OCITV

¿Sobrevirán los medios a la pandemia o morirán de éxito?

Con cifras nunca vista de audiencias y consumo informativo, los medios (privados) corren, paradójicamente, el riesgo de desaparecer. Los medios siguen dependiendo en gran medida de la financiación publicitaria y los anunciantes han suprimido prácticamente todas las campañas. La caída de los ingresos ha sido drástica, tanto para la prensa como para las televisiones en abierto.

La prensa abrazó Internet con entusiasmo. Antes de la explosión de la burbuja digital, primero volcó sus contenidos analógicos y luego desarrolló sus páginas web gratuitas. La publicidad digital complementaría los ingresos del papel (venta, suscripción, publicidad). Un gran negocio. Pero resultó que el público dejó de pagar por el diario en papel, un producto que se ofrecía gratis en la web, y que la publicidad digital dejaba un ingreso irrisorio por cada contacto. Algunos (por ejemplo El País o El Mundo) decidieron hace su web de pago, pero su tráfico se hundió y con él su influencia social, asi que abrieron de nuevo las webs.

Y en esto llego la recesión de 2008 y las corporaciones multimedia apalancadas con deudas impagables quebraron o estuvieron a punto de hacerlo. Muchos optaron por reducir periodistas y, por tanto, calidad, e intentaron seguir a los llamados medios nativos digitales, basados en el clickbait, en lograr millones de clics (y millones de céntimos) con titulares sensacionalistas. Tampoco funcionó. Quienes monetizaban esos clics eran Google y Facebook, así que se buscaron la sindicación de contenidos con las plataformas tecnológicas y pasaron a depender de las redes sociales, hasta tal punto que un cambio de algoritmo de Facebook pudo hundir el tráfico de los diarios que optaron por esta estrategia suicida.

Siguiendo la estela de The New York Times, los medios de calidad terminaron por apostar por los llamados muros de pago inteligentes, es decir permitir el acceso gratuito a un determinado número de informaciones, proponer la suscripción y sugerir áreas de interés para el usuario. Otros medios nativos digitales se basaron desde su nacimiento en una suscripción activa, más de adhesión asociativa que de puro abono informativo, dejando libres sus contenidos. Otros, con un modelo no lucrativo, confían en las aportaciones de fundaciones o incluso del crowfunding. En lo que todo el mundo está de acuerdo es que la información de calidad tiene un precio.

El coronavirus ha llegado justamente cuando algunos diarios (por ejemplo El País) estaban a punto de realizar la transición a un modelo de muro de pago inteligente. El problema ha sido no tanto la caída de los ingresos por publicidad digital, como la pérdida de la publicidad en el papel, que, salvo en casos contados como The New York Times, seguía siendo el principal soporte financiero. En la emergencia unos han levantado los muros, los otros los han abierto parcialmente y otros han retrasado su implantación. Justamente los que mejor tenían implantado el sistema, como The New York Times, y en situaciones de polarización política, han registrado espectaculares crecimientos en las suscripciones. Pero no ha sido, desde luego, la regla general.

La información de calidad cada vez está más detrás de muros de pago. Los muros de pago liberan del clic y la publicidad. Renuevan el compromiso con el suscriptor. Pero limitan el pluralismo. Pocos tendrán varias suscripciones, más allá de los profesionales. Más calidad sí, pero una dieta informativa menos diversa, menor pluralismo, en definitiva. Aparece una nueva grieta divisiva, solo los más ricos y más educados, los que más confían en los medios, son suscriptores, los demás  tienen que contentarse con la información viralizada por el clicbait o, peor, quedan directamente a merced de la desinformación.

Estamos en los primeros compases de una recesión, sino depresión, como no hemos conocido antes. Los medios privados ya anuncian reestructuraciones. El primero ha sido The Guardian, con un modelo no lucrativo y dependiente de una fundación, que despedirá a 100 trabajadores no relacionados con tareas editoriales. En España, todos los grandes grupos anuncian reducciones salariales o la aplicación de ERTEs (de momento a la parte de la plantilla no redaccional). En estos días, todos los periodistas teletrabajan. ¿Desaparecerán las grandes y costosas redacciones?.

Función pública y servicio público

Nunca como en estos días aparece tan incuestionable la función pública del periodismo y de los medios que lo vehiculan. Una información contrastada, completa, contextualizada es imprescindible para nuestra supervivencia personal y la superación colectiva de la crisis.

Las organizaciones empresariales solicitan ayudas económicas del Gobierno. UTECA, el lobby de las televisiones privadas, va más allá, pues no solo pide ayudas directas sino que exige dejar de realizar aportaciones a RTVE, que, por lógica, disminuirán, pues son una tasa de un 3% sobre sus ingresos brutos de explotación. El Gobieno les ha escuchado y les ha dado una propinilla de 15 milones para mantener en la TDT «durante un plazo de seis meses determinados porcentajes de cobertura poblacional obligatoria» (art. 46 RD-L. 11/2020). Que yo sepa, ningún otro sector, salvo el turístico (y por la vía de ampliar el fondo para compensar la quiebra de Thomas Cook), ha recibido una ayuda específica.

«En pocas ocasiones como en esta los medios de comunicación han ejercido su papel de servicio público para la comunidad» -dice un editorial de El País del 22 de marzo, y añade «reivindicar la información como tarea esencial en estos momentos no significa reclamar un privilegio». Afirmaciones como esta exigen distinguir entre función pública y servicio público.

Ejercer el periodismo es una función pública, pues de esta actividad depende la conformación de una esfera pública sin la que una sociedad democrática no puede existir. Ejercer una función pública conlleva responsabilidades especiales y puede exigir una regulación pública rigurosa. Pero la actividad se realiza en nuestros sociedades en el marco del mercado. Sería lo que en el derecho comunitario se denomina servicios económicos de interés general.

En cambio, la función del servicio público supone desempeñar una actividad esencial que no puede quedar supeditada o condicionada a las exigencias del mercado. Una actividad de servicio público puede ser encomendada directamente una empresa o ente público (gestión directa) o una empresa privada (gestión indirecta).  La actividad de servicio público implica el cumplimiento de unas prestaciones exigentes y bien definidas, que van más allá de la responsabilidad y limitaciones que pueda imponer la legislación sobre los servicios económicos de interés general.

En España, el art. 20 de la Constitución reconoce a todos el derecho a la libertad de expresión e información. Ordena la regulación legal de específicos derechos profesionales, como el de la cláusula de conciencia (desarrollada por la L.O   2/97) y el secreto profesional (sin desarrllo y con un reconocimiento jurisprudencial no siempre pacífico). Y establece el control parlamentario y el derecho de acceso a los «medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público».

En la práctica, con la liquidación en los 80 del organismo Medios de Comunicación Social del Estado, los medios públicos quedaron reducidos a las radiotelevisiones, la estatal RTVE y las autonómica. La Ley de la televisión privada (L. 10/88) declaraba en su preámbulo que la radio y la televisión son en España, de conformidad con el art. 128 de la Constitución, un servicio público esencial de titularidad estatal, para en su articulado regular la posibilidad de delegar este servicio en régimen de concesión administrativa a sociedades anónimas. Finalmente, la Ley General de la Comunicación Audiovisual  (L. 7/2010) en su art. 22 declara a los servicios de comunicación audiovisual como servicios de interés general, mientras que en el art. 40 establece los fines y misiones del servicio público audiovisual que el Estado, las Comunidades Autónomas y los Entes locales podrán establer.

No creo que las empresas periodísticas que hoy claman ser servicio público esencial quieran pasar a ser de titularidad pública. Y me temo que ni siquiera estarían dispuestos a someterse a una regulación rigurosa, como la que, con todas sus lagunas y escapatorias, están obligadas a cumplir las radios y televisiones privadas. Pero por lo menos no debieran olvidar comportamiento previos poco acordes con la función pública (EREs salvajes y discriminatorios, campañas de desinformación como la de la atribución de los atentados del 11-M a ETA). Sobre todo debieran dar muestras de estar dispuestas a asumir responsabilidades específicas que implica la función pública de informar como un autocontrol rigurosa y fiable, un mayor pluralismo interno con instituciones que reconozcan que los derechos profesionales de los periodistas pueden limitar el onmimodo poder del propietario y su libertad de empresa.

Las radiotelevisiones pública europeas

Los servicios públicos audiovisuales europeos (Public System Media, PSM), una de la señas de la identidad del viejo continente, han tenido, como todos los medios, un enorme crecicimiento en su audiencias y, lo que es más importante, en su alcance, esto es, al conjunto de los ciudadanos que prestan un servicio. Según un estudio realizado a mediados de marzo por la Unión Europa de Radiodifusión (UER-EBU) (ver en Lecturas), sus socios, las rtvs. públicas su alcance en los países más afectados por el Covid-19 se ha multiplicado por 2,5, las audiencias de sus informativos nocturnos han subido un 20%, con un muy significativo aumento entre los jóvenes de un 42%. Y todavía más se ha multiplicado (x 1,7) la consulta de sus noticias en línea y el acceso a sus aplicaciones móviles se ha doblado. (PS. datos actualizados, después de que EBU actulizara su informe.

Todos los servicios ha hecho un enorme esfuerzo, con gran despliegue informativo, adapatando sus recorsos y programación a la emergencia (aquí el caso de la BBC). Pero lo más importante, como pone de relieve el informe de la UER es que a las clásicas misiones de formar, informar y entretener se ha añadido una si acaso más esencial en estos días, la de apoyo: fomento de actividades solidarias, soporte psicológico, apoyo de iniciativas de creatividad espontánea, recopilación de puntos de atención sanitaria.

Función de apoyo

RTVE

A RTVE le ha cogido la emergencia en su crisis perpetua, con una dirección provisional que lleva camino de ser eterna, un concurso para su cúpula paralizado, muy debilitada por falta de recursos y objetivos estratégicos.

Como todo el mundo ha improvisado. Ha doblado estudios fuera de Torrespaña, creados dobles equipos, producido remotamente toda la programación de RNE, utilizado dispositivos móviles para la producción de las noticias de los telediarios. En algún momento se ha notado en pantalla el cansancio de los reporteros. Organizativamente ignoro las dificultades internas, aunque conozco las quejas sindicales sobre medidas de protección, pero hacia fuera todo para haber funcionado.

En el campo informativo lo ha hecho brillantemente, aunque sus telediarios, pese al crecimiento de la audiencia, no consigan conquistar el liderazgo, solo empatar con Antena 3, y eso sumando las audiencias simultáneas de La Uno y el Canal 24 Horas. Como siempre, la cobertura internacional ha sido un factor diferencial frente a la competencia.

Intentó el camino de los especiales el 4 de marzo con «Coronavirus. Combatir el miedo». A toro pasado podemos decir que fue un gran error, que espacios como este creaban una falsa confianza. Pero allí estaban todos los asesores científicos del Gobierno y el tono didáctico era el adecuado. Que el Gobierno y sus asesores se equivocaron es hoy claro, pero en aquel momento el servicio público exigía ese especial, frente a los magazines sensacionalistas de la competencia. Sea como sea, TVE abandonó los especiales y se ha limitado a dar un carácter monotemático a sus magazines  de mañana y tarde.

Uno de los puntos fuertes de TVE es su programación regional, que lamentablemente al mediodía se ha sacrificado a la cobertura de las ruedas de prensa de la «autoridad competente», que muy bien podrían haberse retransmitido exclusivamente en el Canal 24 Horas.

Los telediarios de TVE y espacios informativos de RNE como Las Mañanas son sobresalientes por la calidad de las entrevistas y, en el caso de TVE, por el esfuerzo realizado en reportajes sobre el terreno y no solo usando recursos de Internet y video llamadas.

Los telediarios de TVE no han ocultado un tema ni una imagen. Pero han sido el objetivo de las campañas de la derecha (las cartas de Díaz Ayuso cada vez que un «sindicalista» criticaba los recortes sanitarios) y la ultraderecha, con el notable apoyo en las redes de antiguos directivos manipuladores.

Lamentablemente han tenido que ser los propios informadores los que se hayan defendido (Xavier Fortes / Carlos Franganillo, en este caso la crítica a la que se responde era matizada y profesional, pero los ejemplos de la respuesta neutralizan las mentiras de las campañas de descrédito). Se ha echado en falta un contrataque institucional, a diferencia de la respuesta corporativa de Atresmedia a las declaciones de la diputada de Vox que comparaba a La Sexta con la Gestapo.

El servicio público no se agota en los informativos. Se cumple de ordinario de modo destacado en programas escondidos en La Dos o en RNE, como El Cazador de Cerebros, que ha conseguido hacer «viral» la entrevista con el virólogo Luis Enjuanes.

En esta emergencia el servicio público ha sido formación con Educlan, que, a pesar de sus carencias de partida está logrando atender a los alumnos más desfavoridos que no pueden seguir el curso en línea. Es entretenimiento diferente, con Crónicas de la Cuarentena. Y es apoyo con sesiones de gimnasia o iniciativas como el Memorial virtual del Lab de RTVE, la primera iniciativa institucional de duelo.

Como bien dicen Concha Mateos y María Lamuedra, TVE ha sido el botón de calma de esta crisis.

(Otras entradas sobre la pandemia en este enlace)

LECTURAS

El futuro de la especie

Medidas para salir del confinamiento

El capitalismo es culpable

Estudios sobre consumos informativos

¿Sobrevirán los diarios?

Medios audiovisuales

Desinformación

Anuncio publicitario

La imagen de los refugiados


«Idomeni es la zona cero de la humanidad. En Idomeni la Unión Europea ha firmado su acta de defunción». Oído en La SER a un miembro de Payasos en Rebeldía en Idomeni

No se puede decir mejor. En esa zona cero los refugiados están sufriendo un proceso de deshumanización. No sólo sufren las condiciones materiales; poco a poco se hunden en el barro material y en la miseria moral.

Salvando las (gigantescas) distancias, el proceso es semejante al que media entre las imágenes de familias correctamente vestidas que, cargadas de maletas, van a subir a los trenes nazis y los espectros humanos liberados de los campos de la muerte

El cierre de la ruta de los Balcanes busca evitar la llegada de los refugiados a Alemania y Austria y una imagen que los gobiernos de la región puedan vender a sus opiniones públicas: hemos parado la avalancha.

Hay otra imagen que, querida o no, emerge. Esos seres sucios, tirados en el barro junto a hogueras, que pelean por la comida que les lanzan las ONGs no son como nosotros, son sucios, desordenados… empiezan a dejar de ser humanos. ¿Cómo vamos a ponernos en su lugar, cómo permitirlos pasar para que ensucien nuestros inmaculados pueblos y ciudades?

Desde que la crisis empezó el pasado verano, la imagen que los medios han trasladado de los refugiados ha oscilado entre dos estereotipos: alguien como nosotros que en medio de la adversidad merece nuestra solidaridad; o, por el contrario, el otro, peligroso para nuestras costumbres, nuestra libertad, nuestra economía y nuestra limpieza.

Cuando en el verano caminaban por las carreteras de los Balcanes la imagen transmitida fue principalmente positiva. Las televisiones emitían soudbites en buen inglés de jóvenes profesionales que mostraban su deseo de integración.

En septiembre, la imagen del niño Aylan Kurdi nos llevó al pico de la solidaridad. Tan pequeño, tan inocente, tan cuidadosamente vestido sobre la arena de la playa. La gente aplaudía a los refugiados cuando llegaban a Alemania.

Con los atentados de París se apuntó que alguno de los terroristas tenía un falso pasaporte sirio y que había entrado a la UE por Turquía. La malahadada nochevieja de Colonia convenció a muchos de que esos otros eran un terrible peligro, incapaces de convivir y respetar a las mujeres. Nada importaba que los agresores fueran magrebíes que no habían entrado en Alemania como refugiados. Por cierto, no conozco una investigación en profundidad de los medios alemanes de lo que realmente pasó aquella noche, más allá del hecho cierto de que hubo decenas de mujeres agredidas.

Donald Tusk, ese liberal polaco que preside el Consejo Europeo (¿qué fue de la Comisión?) cambió el enfoque. «No sois refugiados, sois inmigrantes ilegales. No os queremos en Europa».

Cuando el otro día vi en televisión al artista Ai Weiwei haciendo fotos por Idomeni pensé prejuiciosamente  que el chino iba a convertir el campo de la infamia en un espectáculo. Me equivoqué. Weiwei ha creado  un poderoso icono, una imagen de la globalización que revela más de lo que muestra. Una delicada joven siria bajo la lluvia tocando el piano en medio del barro. En su fragilidad los refugiados vuelven a ser seres humanos.

 

El fracaso comunicacional de los liberales norteamericanos


El sueño americano se ha esfumado. Estados Unidos es hoy una de las sociedades más desiguales y, como consecuencias, con índices de ascenso social propios de una país subdesarrollado. Y sin embargo la desigualdad no es considerado un problema para la mayoría de la población.

Para Robert Entman la paradoja se explica por la incompetencia comunicacional de los políticos demócratas. Entman, uno de los grandes teóricos de la teoría del framing, expuso ayer en la Complutense, presentado por la catedrática María José Canell, la tesis que desarrolla en una investigación en curso titulada Politics of Self-Inflicited Pain.

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Entman en la UCM

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Empezó Entman por mostrar los datos de la desigualdad de su país. Si en los 80, el 1% más rico recibía un 8% de la riqueza, hoy acapara un 20%. La denominada curva del Gran Gatsby
correlaciona la desigualdad con la capacidad de ascenso social: a mayor desigualdad, menor progreso en la escala social. Y Estados Unidos ocupa en esta curva una posición preocupante. Todo ello crea malestar y, sin embargo, hasta hace muy poco la desigualdad ha estado fuera de la agenda pública.

Si se pregunta a los norteamericanos quién creó más puestos de trabajo, Reagan o Carter, responderán que Reagan. Falso. Los resultados de Carter fueron mejor que los de Reagan, pero la percepción de los norteamericanos es que los republicanos gestionan mejor la economía. Un 74% respalda las prioridades económicas de los republicanos: menos impuestos, menos gobierno.

Entman, como Lakoff, cree que los demócratas han dejado que los republicanos dominen el enfoque. Presentó su estudio de 6 años de programas del domingo por la mañana, en la que los políticos debaten o son entrevistados por periodistas. Entman analiza párrafo a párrafo, declaración a declaración, en total 6 millones de palabras.

El estudio muestra que la desigualdad sólo fue objeto de un 14% de las declaraciones. La palabra más repetida por los demócratas es sacrificio. Las dos frases más repetidas son «presidente Obama» y «american people». Y ahí está la clave: los republicanos se presentan  como parte de la gente, hablando en su nombre, defendiendo lo que quiere el pueblo americano, mientras que los demócratas inciden en ayudar a la gente, pero no se muestran como parte de la gente. No hablar de la desigualdad es un daño que los demócratas se autoinfringen.

Comunicación emocional y efectividad del encuadre

Los demócratas están  a la defensiva. Sus mensajes son racionales, pero no implican al ciudadano común. Los republicanos son más activos y seguros, sus mensaje son más emocionales, usan más ejemplos, dominan tanto las apelaciones positivas como las negativas.

Preguntado en el debate si comunicación emocional no es populismo, Entman contestó que lo emocional no está reñido con lo racional, que no todo mensaje que apele a los sentimientos tiene porque manipularlos.

Entman insistió, siguiendo a Chong y Druckman, que lo importante en comunicación política es la intensidad en los asuntos de debate y los atributos con los que se relaciona el asunto.

Campaña electoral

En el debate, Entman se refirió a la campaña. El éxito de Sanders es haber convertido la igualdad en un tema de campaña, pero en contra juega su edad. Hillary es una muy mala comunicadora. Los demócratas tienen un problema con la edad, ambos candidatos son muy mayores. Es también el problema de Trump. Marcos Rubio (0 diferencias ideológicas con Trump) es el candidato con el relato más positivo, el Obama latino.

FUENTES

    • El perfil de Entman en Research Gate, con acceso a muchos de sus trabajos.
    • Artículo de Chong y Druckman (pdf), citado por Entman y en el que se desarrolla la fórmula sobre los cambios de actitud en función de la intensidad y enfoque de los mensajes.
    • Otra visión de la campaña en CJR.. La campaña de insultos y ocurrencias de Trump captura a los medios y hace innecesaria otras estrategias como los anuncios de televisión.

#nosvanadarperobien: encuadra que algo queda


Seguramente todo está dicho, pero me atrevo a añadir algunas matizaciones respecto a la importancia del encuadre, las redes sociales y el valor de Periscope para el periodismo.

El montaje de Antena 3

La información apesta. Lo que se presenta como una exclusiva se basa en la filtración de unas imágenes de un viaje público. ¿Quién captó esas imágenes? ¿La policía? ¿El CNI? La información no menciona ninguna fuente.

Se trata de un viaje a un encuentro público en el que participaron centenares de personas de todo el mundo y del que, incluso, Anna Gabriel hizo en su momento la crónica. Por tanto, nada de exclusiva.

Todos conocemos las conexiones en su origen entre Podemos y el régimen bolivariano, pero la información intenta establecer una conexión entre Venezuela-CUP-ETA. Por parte de Podemos asiste alguien que en aquel momento ni siquiera formaba parte de sus órganos de dirección. Que el padre y suegro de etarras participe en un mismo acto se presenta como un indicio de la conexión de los movimientos políticos anticapitalistas con el terrorismo. Me atrevería a decir que esta información forma parte de una campaña lanzada en la que están implicadas ciertas instancias policiales para hacer imposible un pacto entre PSOE y Podemos.

#nosvanadarperobien

Por eso el comentario (y el gesto) de Sandra Golpe no me parece falta de profesionalidad, sino la reacción que cualquier periodista hubiera tenido ante tal montaje. Demuestra que por mucho que se esté al servicio de una política editorial no se pierde conciencia de los desafueros cometidos.

Encuadra que algo queda

La reacción en las redes sociales es muy vistosa, pero no pasa de los fuegos artificiales. Se indignan los que ya están indignados. Se desacredita para una parte de la población el periodismo, al que tanto consideran la voz de su amo.

Lo cierto es que todos los medios se hacen eco de la información y que al día siguiente todos los políticos tienen que pronunciarse sobre la conexión régimen bolivariano-CUP-Podemos-ETA. Objetivo cumplido. Todos hablamos de lo que ellos quieren y colocamos a Podemos (y por extensión a cualquier acuerdo del PSOE con Podemos) en el marco del terrorismo. Os recomiendo la lectura de este libro de George Lakoff, uno de los teóricos de la teoría del framing, «No pienses en un elefante» (no son más que 100 páginas, se lee en muy poco).

Periscope y el telediario en directo

Periscope es una herramienta estupenda para retransmitir en directo cualquier acontecimiento. Además, su potencia reside en su vinculación a twitter. Os recomiendo su uso siempre que participéis en un evento que pueda tener interés para vuestra comunidad en Twitter.

El peligro es convertir cada segundo de nuestra vida (y la de los demás) en un flujo continuo de vídeo. Todos convertidos en el Gran Hermano colectivo.

Para los medios puede tener muchas utilidades. Anticipar una transmisión en directo y hacer más transparente nuestro trabajo (véase https://twitter.com/BBCOS). Por ahí parece que quería ir Antena 3, pero en lugar de usar Periscope para, por ejemplo, mostrar una reunión de redacción, se ha utilizado para dar la visión interna del estudio durante la emisión del informativo. En principio no está mal, pero el problema es que los presentadores necesitan mostrarse como son, relajarse, atusarse o chillar al realizador entre presentación y presentación. La emisión de un telediario conlleva mucha tensión que se concentra en los presentadores. Los presentadores tienen derecho a dejar de representar mientras corre un vídeo, sin que un ojo subrepticio les espíe.

Stalin, Sadam, Gadafi, Chávez, Maduro

Todos promovieron y pagaron encuentros internacionales a los que asistieron reputados intelectuales, defensores de justas causas mundiales que no supieron o no quisieron ver la verdadera naturaleza de los regímenes que les acogían.

No quiero decir que ponga a los dirigentes venezolanos al mismo nivel que a Stalin, Gadafi o Sadam. Chávez puso fin a un sistema político corrupto e injusto y convirtió en sujeto político a los desheredados, pero creó un sistema clientelar, polarizó y destruyó la sociedad civil e incurrió en graves violaciones de los derechos humanos y basó el desarrollo exclusivamente en un petróleo en precios estratosféricos. Y Maduro, con su mediocridad, heredó un sistema insostenible. Y lo peor es que la mayor parte de la oposición que ahora domina el legislativo lo que quiere es una revancha.

No puedo desarrollar aquí ahora con más detalle el análisis del régimen bolivariano. Lo que está claro es que las conexiones en sus orígenes del núcleo dirigente de Podemos con Venezuela e Irán (un país que merece juicios muy matizados, pero que desde luego no es un modelo de derechos humanos) no favorece al actual Podemos. Y sus enemigos van airear estas conexiones, las van a magnificar y van a intentar que se conviertan en el centro del debate político.

El matonismo del PP con TVE


Las críticas del PP contra la información de TVE van subiendo de tono. De críticas genéricas de manipulación o de favorecer a la oposición que los diputados y senadores del PP manifestaron en la Comisión de Control de RTVE, se ha pasado a la acusación más concreta de Carlos Floriano de que TVE sigue el guión de Rubalcaba, supuesto instigador de las protestas.

En El Confidencial fuentes del PP desgranan esa acusación: las televisiones privadas dan una información equilibrada porque destacan los incidentes violentos tanto como las protestas,  mientras que en TVE se destacan más las protestas como tal, que se presentan desvinculadas de la violencia y se da voz a los organizadores, así como se muestran abundantes imágenes de cargas policiales.

El enfoque violento de las manifestaciones

Si tal diagnóstico fuera cierto, y para saberlo habría que hacer un análisis de contenido que no está a mi alcance, TVE estaría cumpliendo con su obligación. Tengo mis dudas, como ya manifesté en Twitter el 21 de febrero con respecto a los acontecimientos de Valencia, donde en un primer momento se insistió en las versiones policiales.

Ayer una viñeta (que soy ahora incapaz de encontrar) lo explicaba perfectamente: una gigantesca manifestación y en un lado un energúmeno destruyendo un coche… rodeado por cámara de televisión.

El asunto es un clásico de la manipulación y ha sido exhaustivamente estudiado desde que en  los años 70 James Halloran y sus colaboradores pusieran de manifiesto como los grandes medios «enfocaron» su información sobre las manifestaciones contra la guerra de Vietnam en Londres destacando los incidentes violentos con los que culminaron (Halloran et alt (1970) Demostrations and communication; Noelle-Neumann (1987) The event as envent and the event as news…).

Críticas e independencia informativa

Está bien que el gobierno de turno no se considere satisfecho con la información de la televisión pública. Se ha dicho siempre que eso ha ocurrido con la BBC, justamente por su independencia. Ciertamente, esa independencia durante la guerra de Irak le costó muy cara a la BBC. Primero, por las dimisiones que siguieron al caso Kelly y al informe Hutton y luego por los recortes salvajes que están debilitando el servicio público.

Considero la actitud del PP matonismo informativo porque no se trata de mostrar una legítima discrepancia con la información de TVE. Es una advertencia en toda regla -os vais a enterar cuando solucionemos lo del presidente- contra la independencia y una coacción a sus trabajadores -¿tiene algo que decir el Consejo de Informativos?.

Las acusaciones intentan también desligitimar el servicio público de RTVE y justificar su desmantelamiento vía recortes.

Por mucho que se queje el PP su llegada al poder ya se nota en los informativos de TVE. Puesto que se sigue un modelo de información institucional, la presencia del PP es abrumadora. No me parece demasiado grave, pues el PP tiene en este momento un dominio absoluto de la iniciativa política, desde el gobierno central y los poderes autonómicos y locales, y es lógico que esto se refleje en las noticias.

Me preocupa, en cambio, el tratamiento de las informaciones más de fondo, con la presencia constante de los economistas que defienden los recortes o el copago. Es prácticamente imposible escuchar en los telediarios una voz «experta» que sea crítica con la llamada «consolidación presupuestaria».

Incluso en asuntos donde la posición del PP todavía no está bien definida, el enfoque termina por favorecer a las posiciones neoliberales.

Me refiero al polémico asunto de Eurovegas. Dejo aquí el especial que el TD2 del 28 de febrero dedicó al asunto. Creo que cualquiera que lo vea desapasionadamente llegará a la conclusión de que sería una estupidez perder una oportunidad como esa. Creo que el conjunto de la información está sesgada a favor de aceptar el proyecto. No sólo es que la voces favorables dominen. Es más grave que no se expliquen en todo su alcance las condiciones exigidas (se enuncian superficialmente) y no se cuente el historial del tal Sheldom Adelson.

En cualquier caso os invito a ver el vídeo y dejarme vuestros comentarios sobre esta información.

Los vídeos de Vodpod ya no están disponibles.

ITEM MÁS. Veáse como en esta información institucional sobre el plan de lucha contra el fraude fiscal se pasa de puntillas por el nombramiento de Pilar Valiente (que tuvo que dimitir como presidenta de la CNMV por el caso Gescartera, se dice sucintamente) VIDEO

Los relatos de la guerra de Libia


¿Intervención humanitaria? ¿Guerra legal y limitada? ¿Guerra imperialista? Distintos relatos compiten para explicarnos lo que está ocurriendo en Libia. Todos tienen una parte de verdad, todos tienen puntos débiles y fuertes. Ninguno debe ser asumido acríticamente.

Encuadre y relato

Si no le interesan los fundamentos de las batallas propagandistas, puede leer más adelante los relatos que manejamos para explicar los acontecimientos de Libia, pero conviene entender sus mecanismos generales.

No es lo mismo escribir en el titulo de esta entrada «guerra» o «intervención humanitaria». Usando una u otra expresión, estoy haciendo ya un primer encuadre de la información, una interpretación de los hechos calificándolos con unas u otras palabras, que nunca son neutras.

El encuadre, el enfoque, es una forma de construir la realidad. La noción de framing es una de las corrientes dominantes en las ciencias sociales. En el terreno de la comunicación, los estudiosos se esfuerzan por desentrañar que enfoques se han utilizado para convertir un acontecimiento en noticia. Hay que decir que los periodistas necesitan de estos enfoques para explicarse y explicar el mundo (véanse algunos casos de framing analizados en este blog). Sin categorías previas, ni entendemos ni podemos vehicular un mensaje comprensible. Etiquetar, tematizar… son algunas de las técnicas aplicadas cada día en el trabajo informativo. Manipulación es forzar una determinada interpretación. Pero aunque se sea honesto en ese ejercicio de enfocar los acontecimientos, se corre el riesgo de aplicar estereotipos de forma rutinaria y acrítica. Ya se sabe,  «no dejes que la realidad te arruine un buen titular.»

Cuando estamos ante un proceso informativo de gran magnitud, los encuadres y enfoque se engarzan en un relato más amplio. «Innumerable son los relatos del mundo…» -constataba Barthes (1981) en un famoso artículo que se considera como el origen de la narratología. Para Barthes, el relato es una de las grandes categoría de conocimiento que usamos para comprender y ordenar el mundo. Todos participamos de grandes relatos antropológicos que nos enraízan en nuestra realidad. Pero el relato también se construye por el marketing comercial y político para manipular las conductas de consumidores y ciudadanos. Christian Salmon ha estudiado la actual industria del storytelling (Península, 2007).

Se trata de que el sujeto se sienta parte de una historia, con un papel en un relato que interpreta la realidad y que, por tanto, puede determinar su conducta. Los gabinetes de comunicación e imagen, los spin doctors, construyen esta narrativa controlando la relevancia informativa de los hechos, subrayando unos aspectos sobre otros, buscando conectar con los intereses, anhelos y miedos de las audiencias. No es, por supuesto, un ejercicio determinista. El ciudadano consciente y crítico puede desmontar estos relatos simplemente buscando sus incoherencias. Pero no siempre es tarea fácil, porque los relatos construidos se basan en hechos, en verdades, si bien que parciales.

Hechos y propaganda

Los relatos más burdos que piden adhesión ciega son propaganda. Decir, como Gadafi, que los que están en su contra sus jóvenes drogados por Al Qaeda no es más que propaganda delirante, que dudo que tenga la más mínima credibilidad en la propia Libia.

Nunca conocemos (o no de modo inmediato,  a pesar de WiliLeaks) todos los hechos; nunca lo que ocurre es unívoco; menos aún es posible establecer las motivaciones últimas de los que intervienen en el proceso. Por eso al final se seleccionan y organizan los hechos para crear relatos desde la perspectiva de cada cual.

No sería fácil ponernos de acuerdo en los hechos contrastados. Intentaré ser los más aséptico posible.

Protestas contra Gadafi estallan en las principales libias. El régimen las reprime, pero se ve desbordado en las ciudades del este, donde pronto pierde el control y las calles son tomadas por ciudadanos armados, sin una aparente organización. Es imposible establecer el número de víctimas de la represión como tal, pero no puede ser muy elevado. No se confirman informaciones de que Gadafi bombardeara barrios insurrectos. El mayor número de víctimas se producen durante los primeros días en los combates para tomar los reductos en los que resisten los gadafistas en Bengasi y otras ciudades. A partir de ahí, comienzan los primeros combates de una guerra civil: de un lado unidades de élite y mercenarios; de otro, civiles desorganizados, algunos policías, militares. Gadafi somete a cerco a ciudades como Misrata, donde han podido morir muchos civiles. Después de algunos reveses, Gadafi reconquista territorio. Cuando se encuentra a las puertas de Bengasi, la resolución 1973 autoriza una acción militar para proteger a los civiles, con dos elementos sustanciales, exclusión aérea y embargo de armas. Ataques de Francia, Estados Unidos y Reino Unido destruyen las defensa antiáerea y atacan artillería y blindados gubernamentales. Gadafi se retira de Bengasi y el contrataque de los rebeldes los lleva hasta Sirte, cuna de Gadafi, pero son incapaces de aprovechar la ventaja de la supremacía aérea.

La intervención humanitaria

El relato. Las protestas en Libia forman parte de la «revolución árabe». Gadafi las ha reprimido cometiendo crímenes contra la humanidad. Gadafi ataca a la población civil y puede cometer un genocidio. La intervención es legal y legítima. Es una intervención humanitaria, no una guerra porque no se pretende derrocar a Gadafi, sino proteger a los civiles y abrir pasillos humantarios.

Los autores del relato. Medios gubernamentales occidentales antes de los ataques. Algunas ongs. Activistas libios y árabes.

Puntos débiles. Imposible constatación de los crímenes de Gadafi. Las protestas no enfrentaron a las masas con fuerzas represivas, como en Egipto o Túnez, sino que de las protestas pacíficas se pasó casi de inmediato a los combates. ¿Por qué esa intervención selectiva? ¿Por qué en Libia y no en Baréin, Yemen o Siria? ¿Por qué no en Costa de Marfil, el lugar donde más peligro hay de que se desate una carnicería? No es una intervención quirúrgica, sino el desarrollo de operaciones a gran escala.

La guerra legal, legítima y limitada

Hoy es el relato dominante, pero sus autores ya empiezan a corregirlo para pasar a una más amplia implicación.

El relato. La exclusión aérea, el bloqueo naval y el ataque a la artillería y blindados de Gadafi son acciones de guerra. Pero esta guerra no es la guerra de Irak. Es una guerra limitada ylegal (resolución 1973), legítima (pretende proteger a los civiles), limitada y oporturna (porque ha evitado que la toma de Bengasi desencadenara la venganza sanguinaria de Gadafi). No se pretende derrocar a Gadafi. Los libios tienen que decidir libremente su futuro y esta guerra limitada es la mejor ayuda. Además de la legalidad de la ONU, la intervención reúne un amplio consenso internacional, con la presencia de países árabes en la coalición.

Puntos débiles. Los mismos de la intervención humanitaria. Se recuerda por sus críticos que los mismos que anatematizan hoy a Gadafi ayer le abrazaron y le vendieron las armas que usa contra su pueblos. La objección más importante es que las operaciones ya rebasan los límites de la resolución de la ONU. No se ataca sólo a concentraciones que disparan contra ciudades, sino que la aviación de la coalición se ha convertido en la punta de lanza de los rebeldes, con  el empleo por parte de Estados Unidos de sus bombarderos más potentes. Como ni siquiera así los rebeldes son capaces de darle la vuelta a la guerra, la coalición habla ya abiertamente de armar a los insurgentes. La presencia de países árabes en la coalición  se limita a Catar y a Emiratos Árabes Unidos, dos países que mediante el Consejo de Cooperación del Golfo han intervenido en Baréin para reprimir las protestas. Por su parte, los «realistas» advierten que la falta de unos objetivos claros en cualquier intervención militar lleva al fracaso.

Los autores del relato. L0s estados mayores mediáticos de los países intervinientes y los medios dominantes. En los países europeos los medios han asumido sin demasiadas críticas la posición de sus gobiernos. En Estados Unidos, se percibe que sus intereses estratégicos no están en juego y los medios más conservadores aprovechan para poner en cuestión la nueva doctrina multilateralista de Obama (Estados Unidos no puede ser el policía del mundo, pero tiene que movilizar al mayor número posible de países para ejercer la «responsabilidad de proteger» allí donde sea factible).

Puntos débiles. La intervención se ha realizado conforme a intereses electoralistas, especialmente de Sarkozy. Los rebeldes también han podido cometer crímenes de guerra y pueden abrir la puerta a Al Qaeda. Se están sobrepasando los límites de la resolución 1973 con ataques indiscriminados contra las fuerza de Gadafi. La operación camina a un apoyo a los rebeldes con armas y asistencia, que violaría la resolución. La coalición parece dispuesta a seguir adelante sin una nueva resolución, haciendo una interpretación abusiva de la 1973. La guerra puede convertirse en un nuevo Irak o Afganistán, desestabilizando todo el Sahel.

No existe la guerra justa

El relato. Ninguna guerra puede imponer los derechos humanos y la democracia. La guerra no trae sino más males. En los bombardeos pueden estar muriendo más civiles. Además, las bombas y misiles llevan uranio empobrecido que causará cáncer y enfermedades entre los libios. Hay que hablar y negociar para lograr un acuerdo que salvaguarde los derechos de todos.

Los autores. Aunque hay una corriente profunda pacifista en opiniones públicas como la española, sólo algunos intelectuales han defendido esta postura, como Federico Mayor Zaragoza.

Puntos débiles. Es imposible dialogar con Gadafi. La inacción sólo conduce al genocidio, como en Sarajevo, Srebrenica o Ruanda.

La guerra imperialista

El relato. Esta es una guerra más por el petróleo. No ha existido una revuelta popular por la democracia, como en Túnez o Egipto, sino una pelea por los beneficios del petróleo. Gadafi planeaba nacionalizar el petróleo y repartir sus beneficios entre todos los libios, a lo que se opuso la Asamblea Popular y ha llevado a un intento de golpe fallido por parte de una burocracia privilegiada opuesta a este reparto igualitario. Los gobiernos occidentales han lanzado la guerra para que sus compañías se apropien del petróleo y lo presentan como una acción humanitaria. Las televisiones nos lavan el cerebro (Julia Anguita). Gadafi no era sino un pelele de los intereses occidentales, que ahora prescinden de él. Gadafi era el carcelero de los africanos que intentaban entrar en la Unión Europea.

Los autores. Izquierda Unida y los movimientos alternativos. Es dominante en estos ámbitos. Chávez y Daniel Ortega («los enemigos de mis enemigos son mis amigos», «cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon  las tuyas a remojar»)

Puntos débiles. Nueva versión de la teoría conspirativa. Parece ignorar que las compañías petrolíferas ya hacían magníficos negocios en Libia. Ignora la necesidad de proteger a los civiles. Cierran los ojos al baño de sangre que podría llevar a cabo Gadafi (sintomático su comparación con Franco y la entrada «liberadora» en Madrid). Subestima a los anhelos de dignidad que expresa la revuelta. Supone rechazar todo el desarrollo reciente del derecho humanitario.

((A los que habéis llegado hasta el final de este larga entrada, demasiado extensa, gracias. Me gustaría retomar los comentarios sobre «metaperiodismo», pero no puedo sustraerme a comentar estos cambios históricos.))

Imágenes de la globalización: la nueva gripe


La pandemia ya está aquí. Viene del cerdo, y no de las aves, y de América, y no de Asia, como nos habían anunciado. Todo está ya dicho y hasta la saciedad de esta nueva gripe. Sólo quiero aquí incidir en dos aspectos: su dimensión global y su tratamiento informativo.

Dimensión global

Por definición, una pandemia es una enfermedad contagiosa que se extiende por el mundo entero o por amplias regiones. En la Antigüedad se desarrollaron un buen número de ellas, colonizando el mundo conocido merced al comercio y las guerras. En la Edad Media, en el siglo XIV toda Europa se ve castigada por la peste negra, quizá un tipo de peste bubónica, quizá una forma de fiebre hemorrágica tipo Ébola. La peste negra causó enormes pérdidas demográficas y un estallido de religiosidad popular. Durante toda la Edad Moderna Europa sufrió el azote de las plagas. En el siglo XIX las olas de cólera se sucedieron. En la década de 1890 el cólera mató en España a 120.000 personas. La gripe española en 1918-1919 mató a 40 millones de personas en todo el mundo.

La mayor parte de estas olas han viajado de Este a Oeste, de China e India a Europa, de Europa a América. Los españoles llevaron sus enfermedades a América, la gripe común y la viruela, que diezmaron a las poblaciones indígenas. De América vino la sífilis, con un primer infectado, Martín Alonso Pinzón (aunque otra teoría afirma que la enfermedad ya existía antes en Europa). Ahora, América es origen de una nueva pandemia.

Las pandemias han advertido desde siempre de la unicidad del género humano, sometiendo a las misma amenaza a todos, sea cual fuera su lugar y su riqueza. La velocidad de transmisión ha ido creciendo conforme el mundo, merced a transportes más rápidos y frecuentes, ha ido empequeñeciéndose. Si algo nos enseña la Historia es el fracaso de las estragias de aislamiento de ciudades o regiones.

Todas las pandemias han sido seguidas de graves dificultades económicas, muchas fueron acompañadas de tumultos y disturbios. A menudo la pandemia cambió los valores y la cultura de las sociedades afectadas. En este caso, puede que la nueva gripe no tenga más trascendencia que la de cualquiera de las gripes habituales. Pero en aún en ese supuesto, en el actual estado previo, las consecuencias económicas ya están ahí. Caída del valor de las acciones de compañías turísticas y de aviación, elevación del precio de los valores de las compañías farmaceúticas. México, como otros países emergentes, está sufriendo con retrasos las consecuencias de la crisis económica. La gripe, sin duda, agravará esta tendencia.

Las pandemias encienden todas las alarmas. Pero la humanidad convive con epidemias, como la malaria que castiga a las poblaciones más pobres o empobrecidas (el dengue en Argentina), sin que los recursos movilizados alcancen el punto crítico para erradicar estas enfermedades.

Tratamiento informativo

¿Gripe mexicana, gripe porcina, gripe nueva, gripe A? La propia denominación de la enfermedad se ha convertido en una cuestión controvertida en los medios de comunicación. De acuerdo con la teoría del enfoque o framing etiquetar los nuevos fenómenos es una de las formas más evidentes de interpretarlos. En un primer momento, predominó el término de gripe porcina, indicando su origen. Esta es la tendencia dominante en los medios anglosajones, que no han dejado de usar desde el principio el término swine flu. Pero como las denominaciones no son nunca neutras, los productores de cerdos protestaron por tal etiqueta, considerando que podría perjudicar a su negocio. Algunos medios, por ejemplo, Telecinco, empezaron a usar gripe mexicana, denominación que no deja de estigmatizar al país de origen. Por cierto, que estos días hemos oído comentarios «patrióticos» quejándose de que la gripe de 1918 se calificara de española… Así que se ha ido asentado el término de nueva gripe, como denominación políticamente correcta. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud propone una designación más técnica, gripe A, que hoy ya veo reflejada, por ejemplo en los periódicos franceses.

El otro debate, más decisivo, se refiere al nivel informativo y el grado de alarma que se puede generar. La población necesita información completa, pero la saturación informativa y sobre todo el amarillismo pueden crear un estado de pánico. En general, la información ha resultado responsable, nada alarmista, pero sí excesiva y reiterativa. Cómo se preguntaba ayer Iñaki Gabilondo, ¿qué sucedería si fueramos contando caso por caso de la gripe común?

Este debate se refleja en el blog de los editores de la BBC. Informar de lo que se sabe, pero también de lo que se ignora y de las incógnitas, es el principio que dicen haber seguido. Interesante también el blog abierto por la Asociación Mexicana de Derecho a la Información. Aimée Vega Montiel se pregunta porque siguen muriendo personas en México de una enfermedad por el momento bastante benigna. Larespuesta -dice- es obvia: por la brecha de desigualdad global, reflejada en el empobrecimiento brutal de la mayor parte de las personas que habitamos este planeta.

(Actualizo esta entrada con la referencia a la información de Periodistas En Español que recoge una guía de recursos para informar de la pandemia)

(Nueva actualización 2-5-09. Manuel Castells publica hoy en La Vanguardia su Observatorio Global bajo el título Pandemia. Lo siento, no está en la edición en línea. Su tesis es  que la pandemia es una consecuencia más de una alimentación químico-genética-industrial que nos expone a cualquier contaminación que se produzca en un punto de la cadena.)

(Otras entradas de la serie Imágenes de la globalización: Piratas del Índico, Refugiados, Sri Lanka, Pakistán)

¡Televisión! ¡Manipulación!


¡Te-le-vi-sión! ¡Ma-ni-pu-la-ción!… Era uno de los gritos más escuchados en las manifestaciones de la guerra de Irak… Dos años después volvía a gritarse en las movilizaciones convocadas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo… La acusación de manipulación es un arma arrojadiza en la pugna política. Muchas de esas denuncias son interesadas. Los mismos que hoy las hacen se convierten  luego en los gestores de la televisión pública, denunciados, a su vez, por manipuladores en un nuevo ciclo que parece no tener fin. La denuncia de la manipulación puede convertirse en una manipulación. Hay quien denuncia manipulación porque no se sigue manipulando… Pero manipulación, haberla, hayla… No se explica si no la indignación popular contra ciertas televisiones. Durante los dos últimos años de gobierno del PP los cámaras de TVE tenían que ocultar la identificación de la cadena para no ser agredidos, por ejemplo, en Galicia. Hoy pasa otro tanto con Telemadrid. Curiosamente, nadie se queja de la manipulación de las privadas y haberla, hayla

¿Puede probarse la manipulación? La respuesta es sí. Acabo de participar en un tribunal de tesis en Valencia. La investigación de Yolanda Verdú Cueco «Sesgo y encuadre en las noticias de televisión. Mecanismos de manipulación partidista a propósito del urbanismo y del agua en los informativos de Canal 9», dirigida por el catedrático de Periodismo Josep Lluis Gómez Mompart ha merecido la calificación de excelente cum laude. Mediante el análisis de los telediarios del canal público valenciano se detecta un sesgo intencionado y un encuadre favorable al PP en dos temas claves para la sociedad valenciana, el urbanismo y el agua. El trabajo ha sido reseñado en la edición valenciana de El País.

La información periodística, en general, y la información televisiva en particular tienden a incurrir en un sesgo que podríamos llamar estructural, y que viene a privilegiar lo institucional y, en general, el status quo. Pero más alla de este sesgo estructural existe un sesgo intencional que persigue anular el pluramismo en las fuentes y en el contenido de la información. Este sesgo intencional (bias) se manifiesta, básicamente, eliminando, infravalorando y sobrevalorando la información conforme a los intereses de quien manipula. Por ejemplo, esa sobrevaloración opera mediante mecanismos enfatización verbal y visual. En cuanto al encuadre o enfoque (framing) funciona sobre todo tematizando y etiquetando los acontecimientos, también conforme a una concepción previa interesada. (Toda información tiene un encuadre, la cuestión es acertar con el enfoque que, honestamente, nos parezca más fiel a la realidad).

Utilizando estas herramientas la investigación encuentra una sistemática anulación de todas las voces críticas con la política del gobierno valenciano; la minusvaloración de toda noticia negativa y la sobrevaloración de los pseudoacontecimiento montados por el Consell, con una amalgama entre información y propaganda. Quizá lo más llamativo son los encuadres partidistas utilizados en el tema del agua. La crecida del Ebro sirvió para «demostrar» visualmente que el agua que el gobierno de Madrid negaba a Valencia anulando el travase se malgastaba al vertirse en el mar (¡Como si los ríos no fueran a la mar!). Los encuadres temáticos eran consonante con el argumentario propagandístico del Partido Popular. En el trabajo se ve una línea de continuidad entre los eslóganes partidistas y los titulares del telediario.

El problema es que la manipulación puede probarse científicamente, pero mediante trabajos tan laboriosos como esta tesis doctoral. Si utilizamos sólo herramientas cualitativas los resultados obtenidos no pueden compararse con otras programaciones informativas. Creo que habría que poner a punto herramientas cuantitativas para analizar sobre todo el sesgo. Por ejemplo, cuantificar la enfatización verbal o de la enfatización visual. Más difícil es cuantificar el encuadre, pero sí que es posible establecer categorías cuantificables, como las de encuadre temático y episódico. Los resultados cuantitativos darían más representatividad a los análisis cualitativos.

Entre nosotros, quizá el intento más logrado de cuantificar la manipulación es el realizado por Aideka, primero con el estudio del tratamiento informativo por parte de TVE de la huelga general del 20-J y después con la investigación relativa a TVE y la guerra de Irak. En este segundo trabajo se cruzan categorías de contenido (esto es, la tematización de la información) con categorías de contexto (fuentes, formatos de presentación). Tampoco de estas investigaciones resultan herramientas directamente aplicables a otros casos. La única cuantificación sistemática y periódica es el estudio trimestral que el Consejo Audiovisual de Cataluña realiza sobre pluralismo. Pese a su enorme mérito, se limita a medir los tiempos de aparición de las distintas fuentes -es decir, mide quien habla en la televisión.

Creo que es imprescindible un observatorio de la televisión informativa, que aplicara métodos cualitativos y cuantitativos a la información de las cadenas públicas y privadas. Fair (Fairness & Accuracy in Reporting) puerde ser un modelo. Sólo un grupo de investigación interuniversitario podría acometer esta tarea con independencia. Porque para controlar la manipulación también hay que ser independiente.

Las ideas perdidas


FAIR es una modélica organización norteamericana, que desde 1986 mantiene un escrutinio para denunciar la parcialidad de los medios y defender la pluralidad de voces en el espacio público. Como es lógico, hace un seguimiento exhaustivo sobre la campaña electoral.

El último informe de FAIR analiza la cobertura de las primarias en los informativos nocturnos de las tres principales cadenas de televisión. Su conclusión es que se ha perdido la oportunidad para dejar aflorar ideas y cuestiones controvertidas, en una fase, que por ser muy abierta, debiera de ser propicia para presentar nuevos puntos de vista. A esta conclusión llega al encontrar como asunto informativo dominante las cuestiones de estrategia electoral y al constatar la escasa cobertura de los candidatos de más bajo perfil informativo.

El estudio realiza un análisis de contenido para determinar la presencia de 7 encuadres informativos: análisis de la estrategia de campaña, noticias, votaciones y ambiente de los votantes, interés humano y color local, temas, publicidad y biografías. El enfoque dominante es el de estrategia de campaña, que está presente en el 86% de las informaciones y que resulta dominante en el 65% de todas aquellas en las que aparece. En cambio, los temas, esto es, las cuestiones políticas y sociales a debate en la campaña, aparecen en un 41% de las informaciones, pero sólo son dominantes en un 5%. Por tanto, la pauta es mostrar las elecciones primarias como una carrera, una pugna entre estrategias. Ya me referí en otra entrada («La credibilidad de los medios norteamericanos, en picado») a las consecuencias de estos enfoques informativos. Los estudios (resumidos por la profesora Berganza) relacionan la pérdida de credibilidad de medios y políticos con un “enfoque estratégico” de la información política y electoral, en detrimento de un “enfoque temático”.

En cuanto a los candidatos, el más mencionado es Obama, Clinton y McCain. FAIR se queja de que algunos candidatos, que obtuvieron buenos resultados en los caucus de Iowa, como el republicano Paul Ron, fueron completamente ignorados por los medios.

Nuevamente, vemos como las campañas electorales se convierten en ocasiones perdidas para debatir las opciones sobre las que los electores tienen que pronunciarse.

El elefante (de derechas) de los impuestos


Los últimos días, la campaña electoral está dominada por la propuesta del PSOE de devolver 400 € a todos los contribuyentes. El PP la considera puro oportunismo. IU y los sindicatos denuncian que la rebaja beneficia a los que más tienen y que estas devoluciones detraerán financiación a unos servicios públicos y sociales muy débiles.

Desde el punto de vista de la comunicación política parece que el PSOE ha decidido jugar en el campo del adversario. Mano dura en seguridad ciudadana o rebajas fiscales son temas típicos de la agenda de la derecha. El lingüista Georges Lakoff ha estudiado como, en Estados Unidos, la derecha republicana domina el debate político al acuñar términos como «alivio fiscal». Lakoff recientemente presentó en Madrid su libro No pienses en un elefante. Su tesis es que, aceptando este lenguaje, los demócratas juegan siempre en desventaja frente a los republicanos. Cuando realizan cualquier propuesta que utiliza estos términos, el votante no puede por menos de pensar que ese es un «tema repúblicano». Que los demóctas copian a los republicanos. Y piensan en el elefante (el elefante el el símbolo del Partido Republicano), por mucho que se les diga «no pienses en el elefante». O, en otros términos, «no pienses en la derecha, nosotros también podemos bajar los impuestos». Pero el ciudadano no puede por menos que pensar en la derecha, en el PP.

Georges Lakoff es uno de esos cerebros que Zapatero ha fichado para que colaboren en la eleboración del programa electoral ¿De verdad está Lakoff asesorando al PSOE?

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