Gustavo Moncayo, el Padre Coraje de Colombia


Por fin el sargento Pablo Emilio Moncayo está en libertad. Ha pasado 12 años prisionero de las FARC -prisionero, que no rehén ni secuestrado. Prisionero de la guerrilla de las FARC, porque sólo los civiles pueden ser rehenes y no los militares capturados en combate. Las FARC le hicieron prisionero, pero no respetaron las normas humanitarias de la guerra y le sometieron a un cruel cautiverio.

Su padre, Gustavo Moncayo, se ha convertido en estos años en un verdadero Padre Coraje. Moncayo ha recorrido miles de kilómetros a pie por toda la geografía colombiana, pidiendo a las FARC la liberación de su hijo y al gobierno, de modo especial al presidente Uribe, que no se negara a un intercambio humanitario. Moncayo se ha convertido en una verdadera referencia cívica, una china en el zapato de la denominada «política de seguridad democrática» de Uribe.

Gustavo Moncayo demuestra la vitalidad de la sociedad colombiana, que condena la deriva de las FARC en una banda de delincuentes, pero exige a los poderes clemencia y justicia.

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La negatividad de la información ¿causa de la desafección en la democracia?


Bad news, goods news… Que los acontecimientos negativos constituyen casi siempre una noticia es un axioma del periodismo. Mucho se ha criticado que los periodistas resaltemos siempre lo negativo, se nos ha calificado por ello aves carroñeras e incluso voces tan críticas como la del recientemente desaparecido Vidal-Benyto abogaron por unas noticias positivas, que mostraran las fuerzas que están haciendo que realidad aquello de que «otro mundo es posible» (El País, 20-12-06).

Se ha presentado hoy en el Symposium Transnational Connetions, que se celebra en la Universidad IE de Segovia, una investigación del Instituto Media Tenor (pdf) que sostiene que ese negativismo es causa de la desafección de los europeos con la democracia.

Parte de constatar como, dos décadas después de la caída del Muro, sólo un 20% de los alemanes orientales apoya la democracia y este apoyo ha bajado en la parte occidental de Alemania del 80 al 60%. Aporta, también, el constante declive de la participación electoral en países como Alemania. Luego, el estudio que se basa en el análisis de contenido de 500.000 informaciones de televisión desde 1994, revela unas tendencias subyacentes en la información:

– Siempre se favorece la posición del poder establecido y el parlamento es más caja de resonancia del gobierno que foro de deliberación.

– Cualquier propuesta política es contrastada inmediatamente por la crítica total de las otras opciones política.

– No se favorece la presencia de actores sociales reales, como las pequeñas empresas, o líderes religiosos intermedios.

Y a partir de aquí el estudio establece que estos comportamientos informativos son causa de la pérdida de apoyo popular a la democracia. ¿Cómo se establece ese vínculo? La nota de prensa de Media Tenor no lo dice, pero me parece desmesurado establecer que son los medios los que empobrecen la democracia.

Las críticas a la falta de diversidad social y a la práctica de lo que hemos dado en llamar periodismo de declaraciones están más que motivadas. Pero, como siempre, es muy difícil diferenciar el grano de la paja. ¿Cuál es la alternativa al negativismo? ¿Un falso optimismo, una imagen de color rosa?.

El cambio social cursa casi siempre en forma de conflicto. El periodismo no puede ignorar las realidades conflictivas. El periodismo está obligado a devolver a la sociedad una imagen en la que aparezcan todas sus fealdades: la violencia, la opresión, la corrupción, el despilfarro. Una imagen que puede ofender y provocar. Pero también, desde luego, reflejar los cambios positivos.

El periodismo tiene ser el foro de deliberación pública donde todas las posiciones políticas se manifiesten. Y, en consecuencia, unas criticaran, a veces con ferocidad, a las otras. Lo que no puede el periodismo es mero altavoz acrítico de las distintas posiciones. Su deber es investigar y esclarecer las cuestiones controvertidas.

El periodismo debe dar voz a todas las instancias sociales y a los ciudadanos comunes. Pero el periodismo no puede ser un foro de intereses particulares, ya sean económicos y sociales. El periodismo tiene que  seguir dirigiéndose al ciudadano, no al representante de un género, etnia, grupo de edad o red social.

Otra cosa es la instrumentación de las malas noticias y su conversión es espectáculo. Y desgraciadamente, nunca como hoy las malas noticias han sido tan buen negocio.

Cacofonía en la Red: poca información original en Google News


Jonathan Stray, del NiemanJournalismLab ha hecho un interesante experimento para determinar en que medida es original la información recuperada por Google News sobre un gran acontecimiento. En este caso el estudio se refiere a la noticia de que el ciberataque desde China contra Google y otras grandes plataformas norteamericanas fue lanzado desde unas concretas escuelas chinas.

Los resultados confirman el ruido generado por el agregador:

Una vez descartadas las copias literales, quedan 121 versiones de la información. Sólo 13 de 121 (11%)incluían algún elemento original y sólo en 7 casos (6%) habían llevado a cabo un procedimiento propio de búsqueda y verificación.Y de las 13 informaciones que tenían elementos informativos originales, 8 provenían de periódicos, cuatro de agencias y una de un medio publicado primariamente en la red.

Los resultado son coherentes con los que he obtenido en una investigación sobre portales y agencias informativas, pendiente de publicar en un libro que editará el grupo de investigación cybermedia. En este trabajo obtengo que en Google News casi el 10% de las informaciones citan (casi a partes iguales) a los dos grandes agencia, AP y Reuters. Y en el informe que comento de 13 informaciones originales, 4 son de agencia y 8 de periódicos.

Stray termina preguntándose porque se pierde tanto tiempo en recocinar informaciones originales cuando sería tan fácil enlazar y dedicar ese tiempo y los recursos consiguientes a buscar y verificar nueva información.

Adiós a Vidal Beneyto


Ahora que ha muerto después de una larga enfermedad se multiplicarán las semblanzas y elogios a Vidal Beneyto. Pero lo cierto es que en sus últimos años se convirtió en un incordio para esa burguesía ilustrada de la que había salido. Como «cosas de Pepín»se descalificaba su defensa  del movimiento altermundista y la crítica radical del capitalismo. No es que el sociólogo se hubiera radicalizado, es que su entorno había girada hace muchos años a la derecha.

No le conocí personalmente, pero era uno de nuestros invitados frecuentes en El Mundo en 24 Horas de TVE. Paco Audije, entonces corresponsal en París, le pedía una entrevista ya sobre la política francesa, ya sobre la globalización, ya sobre medios de comunicación y el siempre respondía encantado. Y he de decir que en las entrevistas era más claro y didáctico que en sus tribunas y artículos de opinión, sobrecargados de aparato crítico casi si como de artículos académicos se trataran.

Vidal Beneyto fue uno de los grandes teóricos de la escuela de la «construcción de la realidad por los medios». Más de uno de sus artículos de opinión he recomendado a mis alumnos.

En nuestra tertulia de Los Descartes pensamos en invitarle, pero su enfermedad le tenía apartado de Madrid. También sé que Carmen Rivas también hubiera querido entrevistarle para su Observatorio de Medios de  Comunicación y Sociedad. No ha podido ser.

Valga esta entrada como agradecimiento a su generosidad.

Un periodismo más limitado, especializado y de nicho


Ya está aquí The state of news media 2010 con el que cada cada año el Pew Research Center Project for Excellence in Journalism realiza cada año una extensa y profunda radiografía del periodismo en Estados Unidos. Lo que allí ocurre marca tendencia, pero no debe extrapolarse sin más. Por ejemplo, la caída de circulación de los periódicos en Estados Unidos nada tiene que ver con el desarrollo explosivo que vive la prensa en los países emergentes.

En este informe 2010 predominan los grises. Sigue la caída de audiencia e ingresos en los medios tradicionales, en parte como consecuencia de la recesión, pero todas las proyecciones indican que a la hora de la reactivación sólo recuperará una parte de lo perdido.

Los datos son dramáticos. La prensa escrita, que sigue siendo la principal fuente de investigación periodística, ha perdido desde 2000 un 30% de capacidad (en medios y recursos humanos) para elaborar y editar información. La capacidad de las divisiones informativas de las cadenas nacionales de televisión se han reducido a la mitad desde los 80.

Como en toda crisis, ni unas realidades se esfuman tan rápido ni otras se asientan inmediatamente. En 2010 los «nuevos medios» registraron nuevos desarrollos informativos, como el uso de Twitter como herramienta informativa y de movilización en los casos de Irán y Haití, al tiempo que nuevos sitios de periodismo profesional van ganando audiencia y autoridad.

Pero sigue sin consolidarse un modelo de negocio en los nuevos medios interactivos. En los últimos cuatro años se han volcado 141 millones de dólares en sitio de estos nuevos medios sin ánimo de lucro; pero esa cantidad no es más que un 10% de los ingresos perdidos por los medios tradicionales.

Algunos expertos avanzan un nuevo ecosistema informativo, caracterizado por distintos estilos de periodismo, una mezcla de periodismo profesional y aficionado y una variedad de modelos de negocio (comercial, sin ánimo de lucro, público y financiado por las universidades). Las redacciones será, según estas previsiones, más pequeñas, más especializadas y volcadas en alguna forma de periodismo de nicho. ¿Quién enlazará -me pregunto- esos nichos para que el espacio público no se fragmente?

El informe rompe algunos mitos. Los internautas no buscan la información en la miriada de sitios a su disposición. El 35% tiene un sitio favorito y la mayoría se reduce a 5 o menos cibermedios.

Sólo un 7% está dispuesto a pagar por la información e incluso únicamente un 19% de los  que son leales a un único cibermedio estarían dispuestos a pagar. A pesar de ello, todos los grandes cibermedios se han lanzado a una carrera para establecer nuevos muros de pago. Piensan que puede ser rentable, aunque atraigan sólo a unos pocos internautas. Puede ser rentable económicamente, pero informativamente  parece un suicidio.

«Las riberas del mar océano» censurada en TVE por el Ministerio del Medio Ambiente, Rural y Marino


Las riberas del mar oceáno era uno de esos grandes documentales seña de identidad de TVE. Hoy El País informa que el Ministerio del Medio Ambiente, Rural y Marino, que invirtió 1,2 millones en la serie veta su emisión. Y el Ministerio lo confirma. Este el vídeo de la polémica, publicado también por El País.

En realidad el organismo que financió y el que veta no es el mismo. El que pagó era el Ministerio de Medio Ambiente dirigido por Cristina Narbona y el que censura es el Ministerio de Agricultura y Pesca que absorbió al anterior. Que la discrepancia fundamental resida en querer eliminar la denuncia de la corrupción indica bien cual es la actitud del nuevo ministerio.

Desde el punto de vista informativo, lo significativo es que el que paga manda. La financiación externa institucional ha venido siendo desde hace muchos años una forma de financiación pública encubierta de proyectos de calidad. TVE conseguía financiación, se realizaba un proyecto de prestigio, se daba satisfacción a un organismo oficial… y luego la serie se emitía en La Dos a una hora imposible.

Que yo tenga noticias está colaboración institucional no dio lugar a problemas sobre los contenidos, o por lo menos éstos no trascendieron. Pero lo que demuestra este caso es que TVE pliega la independencia que la ley le exige ante sus financiadores institucionales. Quien paga parece tener la última palabra sobre el contenido.

Habría que conocer los términos de los convenios firmados, pero la práctica parece demostrar que el financiador tiene unas competencias sobre el producto final incompatibles con la independencia de la radiotelevisión pública. Una vez más se demuestra que la independencia editorial se basa en la independencia económica.

Julio de Benito fue el director e inspirador de la serie. Julio nos dejó hace unos meses. Valga esta entrada como homenaje a su persona y a su coraje.

Comunicación y poder


Una vez más, Francisco Rodríguez Pastoriz me autoriza a la publicación de sus colaboraciones en los suplementos de los sábados del Faro de Vigo. En esta ocasión se trata del análisis de Comunicación y poder, la obra de Manuel Castells que se presenta como la síntesis y revisión del pensamiento del sociólogo español más citado internacionalmente.

No he leído todavía el libro, que por su extensión reservo para el verano. Confieso que a veces me irrita un poco el tono algo profético de Castells, que, sin llegar a las tecnoutopías de Toffler y tantos autores norteamericanos, le lleva a dar por muertas realidades muy vivas. En esta ocasión parece que da bastante importancia a los últimos desarrollos mediáticos, como el infoentretenimiento o los procesos de glocalización, sobre los que he intentado hacer alguna pequeña aportación personal. Es cierto que se ha producido un cambio de paradigma, pero todavía no está nada claro no tanto que esa autocomunicación, como llama Castells a las posibilidades de comunicación interactiva, esté cambiando nuestras costumbres personales y la sociedad en su conjunto, lo que parece obvio, sino si estamos siendo capaces de utilizar nuestras nuevas capacidades con un sentido liberador, tanto en lo personal como en lo colectivo.

Sin más, paso a copiar el trabajo de Rodríguez Pastoriza.

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El acceso a Internet, un derecho fundamental


Casi cuatro de cada cinco personas en todo el mundo consideran que el acceso a Internet debiera tener la consideración de derecho fundamental. Así resulta de una encuesta mundial realizada por la BBC en 26 países (pdf) y a la que han respondido 27.000 adultos.

La encuesta se enmarca en una quincena que la BBC (radio, televisión y online) dedica a Internet, SeasonSuperpower, con elementos tan interesantes como Digital Giants, una serie de vídeos con personajes que están modelando lo que hoy es Internet, una superpotencia o un supepoder, esencial para participar en la vida comunitaria y social al comienzo de este siglo XXI.

La conclusión más rotunda de la encuesta es esa percepción mundial del acceso como un derecho fundamental. Pero el estudio tiene otros muchos datos dignos de análisis. Por ejemplo, en Europa una mayoría de los encuestados son partidarios de alguna forma de regulación gubernamental. En España, un 47% está a favor de la regulación y un 51% en contra. En nuestro país, Internet es, sobre todo, fuente de información. Los españoles se encuentran entre los que mejor podrían vivir sin Internet (un 70%) y a los que menos libertad ha aportado (sólo un 30% creen que ha aumentado su libertad).

Pero vuelvo a lo esencial. El convencimiento de que el acceso a la Red es un derecho fundamental es un hecho revolucionario. Internet ha configurado un nuevo ámbito comunicacional, el de la comunicación interactiva, el ciberespacio, que se suma al espacio de la comunicación natural y al de la comunicación mediática. En ese espacio podemos ejercer el derecho a la libertad de expresión e información, pero también los derechos de reunión, petición, el derecho a la educación, a la cultura y sirve cuando menos instrumentalmente a otros derechos sociales como el derecho a la salud. En otras palabras, la Red, el ciberespacio, es un ámbito, un foro público, especialmente relevante para el ejercicio de los derechos que nos hacen individuos, para los derechos humanos o derechos fundamentales.

Hay un aspecto instrumental y previo en estos derechos que es el derecho de acceso. Acceso que exige una conexión física, una conexión de banda ancha. Y un acceso en condiciones de igualdad y transparencia.

La primera manifestación se traduce en que los ciudadanos puedan exigir el derecho a la prestación del servicio, bien al estado, bien a las compañías de telecomunicaciones que prestan el el servicio público o de interés general. La tendencia es incluir el derecho de acceso, la conexión a la banda ancha, como una de las prestaciones del servicio básico de telecomunicaciones.

La segunda expresión de ese derecho es la neutralidad de la red, que todos los usuarios de la misma reciban el mismo trato de forma transparente. La presidencia española de la UE ha patinado al apuntarse temporalmente a la tesis de que las telefónicas discriminen a los usuarios.

Pero el derecho a Internet como derecho fundamental no se agota en el acceso. Todos los derechos que se ejercen en este ámbito tienen que estar garantizados, empezando por la libertad de expresión e información.

Internet era impensable en 1948, cuando el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) proclamaba el derecho a investigar, difundir y recibir informaciones, ideas y opiniones por cualquier medio, pero, justamente, ese consideración general de los medios hace que las actividades informativas en Internet (mejor que por Internet) queden perfectamente dentro del ámbito de la declaración.

La Red es más que un medio de comunicación, aunque los medios, los cibermedios, operen en este ámbito. El ejercicio de la libre expresión e información en el ciberespacio es un derecho tan fundamental como su manifestación en el espacio mediático. Algún juez en España (caso SER) todavía no se ha enterado.

YouTube implanta un sistema automático de subtitulación


YouTube, la más popular plataforma para compartir vídeos, ha puesto hoy en servicio un sistema de subtitulación automática de todos los vídeos en inglés. Hasta ahora el servicio se estaba probando en un número seleccionado de vídeos, pero ahora se extiende a cualquier vídeo en inglés, aunque a la hora de cargarlo el usuario puede indicar mediante un botón si quiere que esta funcionalidad se aplique inmediatamente a su contenido.

El sistema se basa en un algoritmo para el reconocimiento de voz desarrollado por Google. Como reconocen sus autores en The Times para que funcione correctamente la voz tiene que ser clara y no haber mucho ruido ambiente. También está por ver como reaccionará a los distintos acentos dentro de un mismo idioma.

El reconocimiento de voz se prometía como una función estándar en cualquier ordenador hacer más de una década, pero los requisitos de estos programas, como, por ejemplo la necesidad de que el programa «aprendiera» la dicción del usuario, hizo que nunca llegaran a generalizarse.

En el siguiente vídeo puede observarse una demostración del sistema. En el botón rojo cc (close caption) se puede configurar esta funcionalidad y obtener prestaciones tan importante como descargar la transcripción. Se nos advierte -eso sí- que todas estas prestaciones están todavía en beta.

Este sistema tiene una serie de aplicaciones de enorme interés:

Ayuda a las personas con problemas de audición. Hasta ahora la transcripción es tremendamente costosa. En España el Centro de Subtitulado y Audiodescripción realiza esta tarea con carácter institucional. Todas las televisiones subtitulan películas, pero sólo TVE subtitula sus informativos, que tienen una problemática especial, por la inmediatez del trabajo, y que se resuelve en gran medida descargando los textos existentes en su sistema informático de redacción en el sistema de subtitulado.

– Herramienta para el aprendizaje de lenguas. La subtitulación puede servir no sólo al estudiante de una lengua extranjera, sino también al inmigrante que todavía no domina la lengua del país en que habita.

Herramienta para la búsqueda y documentación de vídeos. Las posibilidades de buscar y documentar aumentan exponencialmente si contamos con la descripción de la palabra, aunque lógicamente el vídeo es mucho más que palabra. Televisiones y agencias de noticias pueden sacar un enorme partido a esta tecnología.

– Servir como punto de partida para el vídeo interactivo. La vinculación entre el texto y la imagen permite crear vínculos salientes a partir del texto. Dos aplicaciones GAudi (que me imagino que esta en el origen de esta aplicación) y el visor interactivo de RTVE, de las que ya me he ocupado anteriormente, ya utilizan estas posibilidades.

¿Funcionará en inglés? ¿Cuándo llegará en español?

TVE: reportaje publicitario de Mercadona


Acabo de ver la segunda edición del Telediario de TVE. Al final de un largo bloque de economía, o lo que es lo mismo, de crisis, un largo reportaje (¿1’40»?) dedicado a Mercadona. Que en plena crisis una empresa gane dinero y cree puestos de trabajo es una noticia. Y que lo haga bajando los precios y eliminando envases superfluos, también. Pero dedicar exclusivamente la información a esa empresa, con un par de declaraciones de su presidente, sin otros puntos de vista, convierte la información en un reportaje publicitario de la cadena de distribución. El tratamiento adecuado hubiera sido acudir a expertos externos, comparar con otros supermercados, comparar con otros países….

Parece mentira que a estas alturas el «mejor telediario del mundo» meta tales pufos.

Vídeo del TD2, a partir del 28:30

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