¿Se puede hacer periodismo en Tik Tok?


Este titular en forma de pregunta -muchos libros de estilo proscriben los titulares interrogativos, no sé por qué; es cómo si el periodista no pudiera expresar dudas- digo, que viene a cuenta de uno de los datos que podemos encontrar en el Reuters Digital News Report 2021 (Resumen ejecutivo en español e información de El País). Entre otros muchos datos relevantes, como la fatiga informativa (huida de las informaciones luctuosas como la guerra de Ucrania o la pandemia, sobre todo entre los jóvenes; reforzamiento de la credibilidad de los medios más profesionales y pérdida de credibilidad de las redes sociales), me quedo con un dato: el 15% de los jóvenes españoles menores de 25 años se informan por TikTok. De ahí la pregunta ¿Se puede hacer periodismo en esta red social consistente en una sucesión de vídeos muy cortos en formato vertical?.

Cuando empecé a estudiar periodismo y programación de radio y televisión, a principios de lo 70, el dogma era que el «medio es el mensaje», el mantra del gran gurú Marshall McLuhan. En la Escuela Oficial de Radio y Televisión aprendí de la mano de profesores como Alberto González Vergel que lo importante era el mensaje, pero que cada medio tenía su propio lenguaje y, por tanto, el mensaje debía modularse por el lenguaje respectivo para lograr una comunicación eficaz.

Cuando empecé a trabajar en los Informativos de TVE en 1975, la mayoría de la profesión seguía pensando que solo se podía hacer periodismo en los periódicos, a lo sumo en la radio, pero no en la televisión que era para entretener y entontecer al personal. Es cierto que, salvo los grandes reportajes, realizados en cine, los programas informativos eran muy primitivos. Durante más de tres décadas tuve el privilegio de participar en la creación de un lenguaje y un modo de hacer periodismo en televisión.

Cuando llegaron las redes sociales me sumé entusiasta a Twitter, que ha evolucionado hacia un foro de opinión, pero cuya más importante función es vehicular flujos continuos de información, como si fuera el cable de una agencia global de noticias. Tuve que convencer a algún compañero de que con 300 caracteres y un enlace se puede hacer periodismo -soy de los que lamento que la red del pajarito haya aumentado el número de caracteres.

En resumen , creo que la cuestión es la naturaleza y el lenguaje del medio o canal es susceptible de vehicular mensajes de interés general.

No soy suscriptor de TikTok, ni he hecho un análisis de contenido de sus vídeos, pero su origen está enMusical.ly, una plataforma de videos de redes sociales que permitía a los usuarios crear videos cortos de sincronización de labios y humor, lanzada inicialmente en agosto de 2014. Lo que buscan estos vídeos es la arrancar una sonrisa o risotada o sorprender mediante paradojas visuales. No solo son vídeos cortos, sino que se favorece pasar se inmediato de uno a otro (swipe), lo que dispersa todavía más la atención. El formato vertical, perfecto para los teléfonos, supone un empobrecimiento de la imagen panorámica, que representa mucho mejor el mundo real.

Si los medios quieren hacer llegar mensajes periodísticos a los más jóvenes. Tendrán que pensar y experimentar mucho. Afortunadamente, a mi ya no me toca hacer esa transición ni como profesional ni como profesor. El riego es hacer pasar por periodismo una nueva forma de infoentretenimiento.

@ginescorreguela #Esttik #Hay tienes un reto cómetelo amigo #Resistecia #Supervivientes ♬ sonido original – Ginés correguela
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La «democracia» china


Ceremonia de arriado de la bandera china en Hong Kong. TYRONE SIU (REUTERS)

El régimen chino se define, desde 1949, como una «dictadura democrática popular«, en la línea de la URSS y los regímenes comunistas europeos, esto es, como dictadura del proletariado.

Pero en los último tiempos insiste en que se trata de una democracia con rasgos propios, que no hay una única democracia homologable y que los países occidentales no pueden reclamar la patente de democracia.

El pasado diciembre Pekín convocó un Foro Internacional sobre la Democracia, en el que presentó un Libro Blanco bajo el título “China: Democracia que Funciona”. En esencia, la tesis es que China es un democracia, porque el Partido, a través de sus funcionarios escucha al pueblo y satisface sus necesidades, pero con sus rasgos autoritarios impide las desviaciones de bien común. Una dictadura democrática. El oxímoron perfecto.

Veamos como soluciona los problemas esta peculiar democracia.

Xingiang

La región autónoma de mayoría iugur, musulmanes de religión y de etnia turquida, ha padecido episodio terroristas de carácter separatista. ¿Cuál ha sido la respuesta de las autoridades? No luchar con medio policiales proporcionados y respetando los derechos humanos, sino culpabilizar y castigar a toda la población, sometida a un cruel proceso de reeducación. Los «archivos policiales de Xingiang«, una masiva filtración de documentos prueban prueba la magnitud de la persecución de la minoría uigur a través de fotografías del interior de centros de reeducación, fichas policiales y discursos de altos cargos del régimen comunista. Se trata del mayor internamiento de una minoría étnica religiosa desde el Holocausto. Los centros de internamiento se presentan como centros de formación profesional, pero ni el ingreso es voluntario ni se recibe ningún tipo de formación específica, ni los internados saben cuando podrás salir. Se calcula que más de un 12% de la población adulta ha sido objeto de esta «reeducación», que pretende erradicar la religión musulmana y la identidad iugur.

Lamentablemente, la visita a la región de la Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet se ha desarrollado en un perfil bajo, sin declaraciones que denuncien la situación.

Covid 0

El virus SRAS-CoV-2 nació en China, que fue el primer país que se enfrentó a la covid 19, optando por la política de erradicación del virus, o Covid 0, mediante cuarentenas obligatorias y confinamiento de ciudades enteras. La política aparentemente funcionó. Mientras en los países occidentales los contagiados eran cientos de miles y los muertos millares, en China los contagiados era miles y los muertos decenas. Se presumió de lo exitoso de esta política y no se desarrollaron campañas de vacunación masiva.

Con la llegada al país de la variante omicron, mucho más contagiosa, todo cambió. Se recurrió de nuevo a confinamientos masivos, en concreto Shanghai, la capital comercial, ha estado paralizada dos meses, con miles de personas trasladadas a la fuerza a centros de cuarentena, sin la mínimas condiciones de habitabilidad. Pese al control del poder, las redes sociales se han llenado de protestas. Este confinamiento restará a China algunos puntos del PIB y empeorará la crisis de suministros del comercio mundial.

Esta es otra característica de un dictadura: aferrarse a una política, que sirvió en el pasado y con la que el régimen vincula su prestigio, aunque para ello se machaquen los derechos humanos.

Hong Kong

El Reino Unido retrotrajo el territorio a china en 1997, bajo el sobreentendido de que se respetarían las (limitadas) instituciones democráticas de la colonia. Es lo que se llamó «un país, dos sistemas». En los últimos años, a medida que los hongkonenses reclamaban una participación política efectiva, las autoridades continentales han impuesto leyes draconianas, que impiden la participación y persiguen la libre expresión.

Nada queda del principio «un país, dos sistemas», lo que, desde luego, no es un incentivo para la reintegración pacífica y voluntaria de Taiwan.

Falta de alternancia en el poder

Desde la muerte de Mao, el Partido Comunista evitó el culto a la personalidad y organizó un relevo ordenado de sus máximos dirigentes cada 5 años. Xi Jinping lleva ya tres lustros y su mandato se califica de nueva «era», a la altura de Mao.

La legitimidad de la dictadura china

En las últimas cuatro décadas, el régimen ha modernizado el país y sacado de la miseria a centenares de millones de personas.

La deslegitimación de las democracias liberales

La desafección de las clases populares hacia la democracia nace de que partidos y gobiernos socialdemócratas han olvidado los intereses de las clases populares, cuidando, en cambio los de las élites económicas y culturales (Piketty). Es necesario repolitizar la economía (Adam Tooze). No puede haber democracia sin libertades y derechos y sin alternancia en el poder; pero las democracias con una desigualdad creciente implosionarán o serán fagocitadas por la ultraderecha. Además, China es un modelo competidor en los países del sur global.

PS

Stigltz lo explica mejor que yo

Acertar con la desglobalización

El Davos de la desglobalización


Davos 2022 se abrió con la intervención del presidente Zelenski por videoconferencia

El Foro 2022 se ha retrasado este año a mayo, para aprovechar el mejor control de la covid. En primavera la montaña es menos mágica que en enero.

Y en lugar de confiar la conferencia inaugural a alguna de las instituciones económicas internacionales o a algún tech-star (por ejemplo, Elon Musk) fue Zelenski el invitado de honor. La geopolítica ocupa el lugar de los negocios. La Historia no había terminado

Si repasamos la agenda veremos que se repiten palabras como sostenibilidad, vacunas covid, clima, contrato social global, innovación y un tema, que es el que me interesa destacar «restaurar la confianza en el comercio global y en las cadenas de suministros».

Primero la pandemia y luego la guerra de Ucrania ha llevado a las democracias occidentales a tomar conciencia de la vulnerabilidad que supone depender totalmente de las cadenas de suministro globales en productos y servicios esenciales. Por si fuera poco, los salvajes confinamientos en China han reducido significativamente el comercio mundial.

La palabra ahora es relocalización. Productos y suministros más cercanos, con más calidad y menos incertidumbre… pero más caros, otro factor para alimentar la espiral inflacionista. Lógicamente, a mayor valor añadido, más interesa relocalizar; o en su defecto valor estratégico, como en los productos sanitarios. De ahí, la apuesta de la UE y de España por la fabricación de chips (valor añadido y valor estratégico) o porque se deberían mantener las fábricas nacionales de mascarillas, que se improvisaron en la pandemia (valor estratégico).

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