Derecho a saber y transparencia pública


¿Poder acceder a la información  pública es un derecho fundamental o una consecuencia de la obligación de transparencia de las instituciones públicas?

Esta es quizá la cuestión principal debatida el martes 28 de septiembre en la Jornada del Secretismo al Derecho a Saber, organizada por la Coalición Pro Acceso y Acess !Info Europa en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense, para celebrar el Día Internacional del Derecho a Saber.

El derecho de acceso es presupuesto para la participación ciudadana y una democracia de calidad, como puso de manifiesto el profesor José Luis Martí. Sin embargo, España es, junto a Luxemburgo, Malta y Chipre, el único país de la UE sin una ley de acceso.

El anteproyecto de la Ley de Acceso a la Información no configura el acceso como un derecho fundamental, sino como una obligación de las instituciones públicas. Dicho en términos jurídicos, desarrolla en art. 105 b) de la Constitución y no el art. 20.1 a), que consagra el derecho a la libertad de expresión e información.

Como defendió el profesor de De Diego, la libertad de informar implica la libertad de investigar, de modo que en una interpretación global  en relación podel art. 19 de la Declaración de Derechos Humanos, que consagra la facultad de investigar, este derecho podría residenciarse en el art. 20 con carácter de derecho fundamental. En cambio, según reconoció el catedrático José Luis Piñar, antiguo director de la Agencia de Protección de Datos, la doctrina administrativa se pronuncia por considerar el acceso como una obligación impuesta a las administraciones.

No es una discusión académica. De que se considere derecho fundamental depende que las excepciones al acceso sean más o menos amplias y que los ciudadanos puedan exigirlo por la vía del amparo constitucional, pudiendo llegar hasta el Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sus demandas.

Paradójicamente, esta ley de la transparencia se tramita en la oscuridad. Las organizaciones manejan un anteproyecto filtrado, pero no oficial. Entre las deficiencias criticadas en la jornada destaca lo dilatado de los plazos y la limitación de acceder a la información de las empresas de capital público que no ejerzan un servicio público. Positivo se consideró que la gestión de las peticiones de acceso se otorgue a la Agencia de Protección de Datos.

La cultura del secretismo puede revertir con la entrada en vigor de la ley. Se puso como ejemplo México, con una ley avanzada. Pero, como demuestra el caso de México, donde la situación se ha degrado en los últimos tiempos, hace falta voluntad política para aplicar la ley.

En el caso de España, una directiva europea obligó a incorporar este derecho en la Ley de Medio Ambiente. Amigos de la Tierra consiguió publicar un mapa de los cultivos de transgénicos, después de una larga batalla legal y eso pese a que su petición de información a la Administración estaba avalada por la ley y la jurisprudencia europea.

Otra de las organizaciones asistentes, Pro Bono Publico, pide que las instituciones públicas abran sus datos en un formato accesible para que los ciudadano puedan explotarlos.

Ésta será una de las grandes cuestiones. El derecho no puede limitarse a responder a través de un órgano central las peticiones de información de los ciudadanos, sino que los datos deben ser fácilmente accesible a todos. Pero este acceso general no sólo plantea conflictos con la privacidad, sino la cuestión de qué aprovechamiento puede hacerse de esos datos. ¿Pueden aprovecharse con fines comerciales? ¿Cómo garantizar que los beneficios de su uso reviertan en la sociedad?.

En cualquier caso, los periodistas seguirán siendo necesarios para dar sentido a esa masa ingente de datos.

Estancamiento del videoperiodismo de calidad


Las expectativas sobre el desarrollo del videoperiodismo no terminan de cumplirse. La explosión del vídeo en la Red no ha ido acompañada de un número significativo de vídeos periodísticos de calidad, producidos para la plataforma interactiva y con un lenguaje específico.

Esta es la conclusión a la que llega Jill Drew en su artículo See it now (Columbia Journalism Review), que lleva el significativo subtítulo de «El videoperiodismo se muere. Viva el videoperiodismo». El trabajo se dedica al vídeo periodístico producido para la Red por medios, periodistas independientes y productoras.

Para la autora el videoperiodismo se encuentra en un círculo vicioso. Los vídeos periodísticos de calidad se pierden en la marea de los millones de clips que cada día se incorporan a la Red -24 horas se suben por minuto sólo a YouTube. Es una de las razones por las que pocos usuarios acceden a ellos y terminan por no ser rentables, de manera que cada vez se producen menos.

Grandes organizaciones periodísticas apostaron por convertir a sus reporteros en videoperiodistas, pero algunas, como el Washington Post han dado marcha atrás golpeadas por la crisis. Es muy difícil que un vídeo periodístico se convierta en viral y genere un tráfico masivo hacia el cibermedio. Pueden convertirse en virales los vídeos que testimonian un acontecimiento de relevancia o fuerza visual, pero es muy difícil que un reportaje bien elaborado dispare el tráfico.

¿Por qué es tan difícil encontrar estos vídeos?

Los vídeos suelen ser de (relativo) fácil acceso en los cibermedios, pero difíciles de recuperar por los motores de búsqueda. Es difícil de catalogar qué vídeos tienen carácter periodístico. Los subtítulos automáticos de YouTube (un proceso de reconocimiento de voz que sólo funciona en inglés) puede ayudar en las búsquedas. Pero más difícil es una categorización del tipo de producto (por ejemplo, por géneros).

Una nueva narrativa

La autora repasa el panorama del videoperiodismo en Estados Unidos y recoge seis ejemplos en los que considera que domina la «lógica de la imagen» sobre la «lógica de las palabras». De todos ellos, creo que el único que aporta una nueva narrativa interactiva, con enlaces a distintos clips y ampliaciones visuales o textuales, son los de la productora francesa Honkytonk, con reportajes como este Journey to the end of coal. Interesante, también el despiece de material editado y en bruto del proyecto Digital Nation. Más sencillos los vídeos del Washington Post en la toma de posesión de Obama, ejemplos de lo que puede hacer un videoreportero.

En fin, seguiré reflexionando sobre el videoperiodismo con los alumnos del Máster de Periodismo Multimedia Profesional (UCM) y del Máster de ABC.

Los vídeos de Vodpod ya no están disponibles.

Imágenes de un siglo en España: recobrar la memoria


Pocas imágenes representan mejor la triste y pobre España de los primeros 60. Eleuterio Sánchez conducido por dos guardias civiles después de su captura, tras fugarse de un tren en marcha.  Tres miradas en la instantánea que convirtió al Lute en un mito. La del joven fuera de la ley, segura y determinada, como la del que nada tiene que perder. Y las de los guardias, con la pobreza, el sometimiento, pero también con la prepotencia de la «autoridad».

La del Lute es una de las 100 fotos que pretenden reflejar 100 años de la historia de España, en una exposición de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Imágenes de un siglo en España: una mirada a la historia y la vida, instantáneas escogidas por Alfonso Armada de los fondos de EFE y que puede verse en el Jardín Botánico de Madrid.

Siempre que voy a una exposición de fotografía dejo que me hablen las imágenes. En este caso, las instantáneas correspondientes a los últimos 20 años me resultaban tan vivas, tan presentes -¿era posible que hubiera pasado tanto de Bosnia o Ruanda- que, aunque muchas me emocionaron (como la de ese voluntario que abraza al naúfrago de una patera) no despertaron mi memoria. Tampoco las de la monarquía de Alfonso XIII ni las de República, que tampoco viví.

Me hablaron las del franquismo y la primera transición.

Esa tienda de ultramarinos, que me hizo recordar el olor a aceite mezclado con bacalao rancio…

Los discursos de fin de año de Franco en la televisión, también un olor rancio…

Franco subido en un escabel para asomarse al balcón de la Plaza de Oriente, lo ridículo de ese poder que nos atenazó casi 40 años…

La pobreza en las calles, con ese padre e hijo pidiendo limosna…

El potente grupo de Einsehower y Franco, con Castiella (el único civil, un caballero a la antigua usanza que conocí en un curso de doctorado en sus últimos años) y Vernon Walters (el general que lo sabía todo) y los dos líderes anticomunistas, el caudillo dictador y el general democrático, abrazándose sinceramente satisfechos del trato logrado (cesión de soberanía por reconocimiento)… Aquel 22 de diciembre de 1959 mi madre me llevó a la calle Princesa a ver pasar el cortejo. El frío húmedo calaba las huesos… Volví a sentir el frío y comprendí que aquel abrazo sigue marcando nuestra política exterior…

El primer Primero de Mayo legal. En la primera fila, viejos luchadores desaparecidos como Simón Sánchez Montero o Carmen García Bloise. Carrillo con su gabardina, su cigarro y su frialdad. Felipe González, con la mirada del que pronto se desmarcará… Detrás Ramón Tamames jubiloso (quién le ha visto y quién le ve) y el cura Llanos adoctrinando a un interlocutor… Los trabajadores recobraban legalmente la calle, después de habérsela ganado con la presión a Fraga (por cierto, tonante en otra foto saliendo del agua en Palomares)… Y hoy esa conquista  que tanto costó se ejerce con desgana…

La cola de los hombres que iban a trabajar a Bélgica, los primeros emigrantes que serían uno de los pilares del «milagro español», con sus maletas de madera y sus trajes raídos y replanchados, esperando sumisamente subir al tren…

-Ve que curiosos iban, no como esos que nos llegan ahora a nosotros – me dijo espontáneamente una mujer de unos 7o años.

Se ve que hemos olvidado muy pronto.

Google tv: la difícil convergencia entre televisión e Internet


En el ciberespacio no se habla de otra cosa. Google va a reinventar la televisión. ¿De verdad?

¿Qué es lo que ha anunciado Smichdt, su consejero delegado, en la IFA de Berlín?

Un software abierto (basado en su navegador Chrome) que podrá ser utilizado en televisores (como ya anuncia Sony) o en dispositivos de conexión específicos (Logitech desarrolla el suyo) que permitirán la navegación por la Red y la visualización de sus contenidos en un televisor.

El asalto de Google a la televisión no es más que la consecuencia de que éste sigue siendo un medio vivo y coleando, central para la inmensa mayoría de la gente en todo el mundo. Google busca introducir una cuña en el mercado de la publicidad en televisión.

Otros intentos, como el de Microsoft, de unir la experiencia de ver la televisión y la de la navegación por la Red han fracasado. El intento de Google tiene a su favor la naturaleza de plataforma abierta a todos los desarrolladores y el enorme potencial de su motor de búsqueda, que este software propone como punto de entrada, tanto para ver los canales convencionales como para visualizar contenidos multimedia de la Red.

La dificultad de la convergencia reside en la distinta naturaleza visual de sus medios y en las diferencias de la experiencia de recepción.

Distinta naturaleza visual: la pantalla de la televisión se ve de un golpe, no se escanea; vídeos, imágenes y gráficos tienen que tener al menos la definición de la televisión tradicional de 625 líneas y una nitidez que no dan más que los equipos de captación profesionales, o los prosumer de gama alta.

Distinta experiencia de recepción: la televisión es una experiencia inmersiva difícilmente compatible con la navegación. Y en gran medida sigue siendo una experiencia social: todavía gran parte del consumo televisivo se realiza por el grupo familiar reunido.

Google es consciente de estas dificultades, como lo demuestra sus recomendaciones para desarrolladores.

Una dificultad añadida, pero no menor sobre todo en España, es la propia capacidad de las infraestructuras de telecomunicaciones. Aquí enlazamos con el debate sobre la neutralidad de la Red y la crisis de las tarifas planas.

La tendencia a la convergencia es indiscutible, pero que híbrido nacerá de ella está por ver.

Seguridad democrática en Palestina


La baza más consistente que la Autoridad Nacional Palestina ofrece a la comunidad internacional en su demanda de un estado es el funcionamiento de las instituciones y la restauración del orden público en las zonas de Cisjordania que controla. The International Crisis Group acaba de publicar un informe (Squaring the circle: palestinian security reform under occupation) que pone de manifiesto las luces y sombras de esta situación y recomienda la adopción de una serie de medidas a las autoridades palestinas y a Israel.

Estos son los puntos esenciales del informe:

– La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha restablecido el orden y una autoridad central y ha desarmado a las milicias. La vida ordinaria se desarrolla con mayor seguridad y ello es apreciado por todas las capas de la población.

– La ANP mantiene una estrecha relación con las fuerzas israelíes. Esta colaboración con el ocupante es vista como humillante por la población.

– La ANP permanece inerme ante las incursiones israelíes y ni siquiera sus fuerzas de seguridad pueden protegerse de la violencia de los colonos.

– En el restablecimiento del orden público, las fuerzas de la ANP han llevado a cabo frecuentes violaciones de los derechos humanos. Los miembros y simpatizantes de Hamas han sido perseguidos y el pluralismo político anulado.

Recomendaciones

– A Israel: permitir que la policía palestina amplíe su área de actuación, limitar las incursiones a los casos de un ataque inminente y poner fin a la violencia de los colonos contra los palestinos.

– A la ANP: poner fin a la tortura y otros abusos, someter a las fuerzas de seguridad a un código de actuación respetuoso de los derechos humanos, fortalecer una autoridad judicial independiente y eliminar los certificados de buena conducta expedidos por la policía.

– A Estados Unidos y la UE: insistir en el respeto de los derechos humanos y apoyar el desarrollo de una justicia independiente.

En fin, si un solo estado democrático es inviable, la construcción de un estado palestino no puede pasar solo por la seguridad, sino también por el respeto de los derechos humanos.

¿Dos estados étnicos o un estado democrático en Palestina?


Comienzan las enésimas negociaciones de paz entre israelíes y palestinos. Son las conversaciones de Obama. Los dos interlocutores van a hablar porque se lo exige (los palestinos) Estados Unidos o por «cortesía» (los israelíes) con el presidente norteamericano.

Las perspectivas son tan malas como siempre. En el contexto inmediato los negociadores son débiles. Abbas tiene su mandato caducado y Netanyahu depende de una frágil coalición. Y aunque la situación es más tranquila que en otras ocasiones, el contencioso nuclear iraní amenaza con incendiar la región, la tensión en la frontera de El Líbano es creciente y ya se han producido los primeros ataques contra colonos en Cisjordania, que, con su proverbial manejo de la propaganda, han reivindicado tanto el brazo armado de Hamas como el de Fatah.

Los contenciosos de fondo son tan irresolubles como siempre. Israel no cederá tierra, no admitirá ningún regreso de refugiados ni la capitalidad árabe en Jerusalén este. ¿Cuál sería la base de un acuerdo? Reconocer la estatalidad a lo que queda de Cisjordania, que el primer ministro Salam Fayad controla desde el punto de vista de la seguridad y en la que ya funcionan unas instituciones públicas que han mejorado notablemente el nivel de vida de la población. Sería un estado separado de Gaza (donde la constitución de un emirato islámico sería un buen pretexto para seguir controlando a Cisjordania), sin continuidad espacial, recorrido por el muro, con controles y carreteras israelíes para proteger las colonias, con bases militares israelíes en el valle del Jordán y en el que Estaos Unidos no reconocería el posible triunfo electoral de Hamas. Como concesiones Israel podría levantar algún asentamiento marginal o ceder un trozo de desierto a los palestinos. En fin, un batustán que de estado no tendría más que el nombre.

La solución de dos estados separados por las fronteras de 1967 se ha hecho inviable por la colonización israelí de Cisjordania. La alternativa sería un solo estado en todo el territorio histórico de Palestina. Hoy, Israel es un estado donde el laicismo de los fundadores sionistas ha sido arrumbado por la marea religiosa. Un objetivo israelí en estas negociaciones puede ser que se reconozca a Israel como «estado judio», lo que colocaría a sus ciudadanos árabes en una posición de aún mayor inferioridad jurídica. La política israelí está dominada por los fundamentalistas religiosos y no existe una verdadera separación entre religión y estado. Del lado palestino, nada queda del nacionalismo laico de Fatah.

Un estado unificado ofrecería un territorio suficiente para el desarrollo de los dos pueblos y un marco democrático para construir una sociedad interétnica. Un estado democrático salvaría a israelíes y palestinos de la deriva fundamentalista. Edward Said fue uno de los primeros en defender esta solución. Hoy, un grupo de judíos y palestinos han puesto en marcha la Declaración para un Estado Democrático, a la que he llegado desde la página del músico Gilad Atzmon, que se declara ex israelí  y es un buen ejemplo del tipo de personas que apoyan esta alternativa.

Pero que esa sea la solución ideal para ambos pueblos no quiere decir que sea viable. Los que la defienden son minorías entre minorías. Ni Hamas, ni los jasedim judíos, ni -para que engañarnos- una mayoría de palestinos e israelíes quieran convivir juntos.

Sus defensores traen a colación el ejemplo de Saudáfrica, donde el apartheid separó a las comunidades y la democracia las ha unido. Mientras llega un Mandela, preparémonos para un estéril baile democrático, uno más.