Televisión: por el pluralismo a la concentración


Ya esta en el BOE el Decreto Ley que da vía libre a la concentración de la televisión privada. El gobierno Zapatero se descolgó el 23-F con un golpe audiovisual que permitirá una mayor concentración de las televisiones privadas y que limita el peso de las televisiones públicas en el espacio audiovisual. Y lo más divertido es que, con el fantasma de la crisis, la nueva regulación se vende como un avance en el pluralismo y la liberación.

La nueva regulación modifica la Ley de la Televisión Privada y permite las participaciones cruzadas de hasta el 5% entre las empresas operadoras de las televisiones privadas estatales, siempre que el operador resultante no controle más del 27% de la audiencia media de los 12 meses anteriores. Y se permite expresamente que ese control sobre la audiencia aumente después de la fusión. Otra de las limitaciones a la concentración es que ningún operador controle más de 2 multiplex, lo que, según la práctica actual, se traduce en 8 canales de TDT.

Además, ningún operador público podrá controlar más del 25% del espectro radioeléctrico y a nivel de comunidad autónoma el conjunto de los operadores públicos se ven constreñidos a un 50% del espectro radioléctrico.

El Decreto Ley también adopta una serie de medidas para facilitar la extensión de los canales de TDT a través de satélite.

Como Decreto-Ley constitucionalmente esta norma debiera de estar justificada por una urgente necesidad. Yo no se la veo por ninguna parte. Se trata, una vez más, de una regulación ad hoc para resolver los problemas de alguna cadena amiga. No voy a sumar porcentajes, pero da toda la impresión de que lo que se busca es constituir un operador privado poderoso. Inaceptable me parece encorsetar el desarrollo de los canales públicos en la TDT. Si de alguna manera se puede cumplir la misión de servicio público es a través de la diversificación y especialización de los contenidos, pero el gobierno prefiere que se clonen una y otra vez los canales privados.

Y todo en el nombre del pluralismo. En la ley de 2005 se aprovechó la regulación de la TDT para introducir dos nuevos canales analógicos en abierto y se nos dijo que era para favorecer el pluralismo. Ahora se limita a los canales públicos y se autoriza que menos propietarios controlen los canales privados también para aumentar el pluralismo.

¿En qué quedamos? ¿Es pluralismo mayor número de voces? ¿Es pluralismo las mismas voces controladas por menos propietarios? ¿Es pluralismo menor presencia de la televisión pública?

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Confundir información con propaganda electoral


Luchaba anoche con mi conexión a Intenet (una vez más Ya.com me tiene sin servicio adsl y, en consecuencia con el blog desatendido) cuando escuché en el Telediario de TVE a Lorenzo Milá introducir el bloque electoral y anunciar que «el orden y los tiempos son establecidos por la Junta Electoral… Una obligación que el Consejo de Informativos de TVE critica porque considera que las campañas deben hacerse exclusivamente con criterios informativos…» (video). Pensé, bueno, el férreo corsé de la propaganda se afloja un poco.

La declaración del Consejo de Informativos es una más de las voces profesionales que vienen pidiendo recuperar la información en las campañas electorales. Los periodistas catalanes fueron pioneros y consiguieron que los bloques electorales se identificaran como una imposición. Ahora el Colexio de Xornalistas de Galicia denuncia que los partidos ponen obstáculos a la toma de imágenes en sus mítines (denuncia de la que también se hizo eco el Telediario de TVE). Es un cambio cualitativo que, por primera vez, TVE se haga eco de esta crítica profesional, aunque sea por una vía tan tímida como esas referencias en el Telediario. Es cierto, también, que durante el bloque electoral aparecen rótulos en los que se advierte que las imágenes han sido grabadas por los respectivos partidos, un principio recogido en el Código Deontólogico del Estatuto de Informativos de RTVE (art. 9.5). Es un pequeño logro del Consejo de Informativos de TVE, que como el de RNE, están encontrando graves obstáculos para desarrollar su misión de control.

¿Cómo es posible que la información electoral haya llegado a convertirse en propaganda? Desde las primeras elecciones democráticas las normas electorales (en la actualidad la L. O. 5/85, de Régimen Electoral General) regularon los espacios de propaganda gratuita en la radio y la televisión públicas. De la sopa de letras de 1977, con todo tipo de agrupaciones y coaliciones improvisando un discurso ideológico antes las cámaras, se pasó a primar a los grupos en función de su representación parlamentaria. Los partidos, según su capacidad económica, fueron poco a poco empleando estos espacios para colocar propaganda con el formato de spot publicitario, con nulo segumiento de la audiencia. Por otra parte, a partir de 1982, TVE, la única televisión por entonces, organizó la cobertura de los mítines y caravanas electorales. Muy pronto la información dejó paso a la propaganda, con un espacio reservado en esa cobertura informativa para los grandes partidos. La Junta Electoral Central exige y aprueba un plan de cobertura informativa de las cadenas públicas para cada convocatoria electoral.

El resultado de este sistema es que la cobertura informativa se ha convertido en un clon de los espacios gratuitos, con los partidos realizando grandes despliegues técnicos, suministrando la imagen realizada (y enaltecedora de la organización y el líder) a las cadenas y dificultando el acceso de las cámaras de las televisiones. Es imprescindible que la Junta Electoral vigile la imparcialidad y el equilibrio informativo, pero someter la información a un previo reparto de tiempos es enfeudarla a los partidos, es convertirla en propaganda. La prensa realiza el seguimiento de la campaña, pero también desarrolla los grandes temas informativos planteados. Las televisiones se quedan en la campaña y las públicas reparten esa cobertura de tal forma que, a veces, para cubrir la cuota de un determinado partido en el día se improvisa una declaración. Es hora de liberar de esa propaganda a los telediarios y hacer información de verdad, esto es, planteando y esclareciendo las cuestiones en juego en esas elecciones.

Repensar tiempos y tratamientos


Newsweek prepara un cambio de concepción que liberará a la revista de la revisión semanal de la actualidad

Según The New York Times, la revista quiere afrontar sus crecientes pérdidas concentrándose en una audiencia más reducida que pague más por la suscripción. En algo más de un año, la circulación ha caído de 3, 1 millones a 1,5 millones y lo que paga cada suscriptor es cada vez menos debido a una política de promociones continuas. Ahora apuestan por un núcleo de 1, 2 millones de lectores. Neewsweek va a reducir circulación, formato físco y espera ganarse el aprecio de un público más selecto dispuesto a pagar más. Por cierto que su página no da acceso a sus contenidos, una renuncia del ciberespacio que me parece una estrategia suicida.

Si traigo aquí este caso es porque a la hora de buscar un producto de más calidad, los editores quieren superar el planteamiento de que la publicación se base en una revisión, profundización y enfoque propio de los grandes temas de la actualidad semanal. Vienen a reconocer que con la competencia de las televisiones y el periodismo digital no pueden aportar nada específico. La cobertura semanal requiere una gran Redacción.  Sus editores pretenden potenciar la opinión, las grandes firmas y los reportajes en profundidad, sin la compulsión de la cobertura semanal.

Los diarios de pago no pueden ser una sucesión de breves, como los gratuitos

Paco Audije me envía el enlace al blog del periodista Jean Quatremer (Libération) y a través de él llego a la entrevista de Marcel Guachet en Le Monde. La entrevista no tiene desperdicio. Entre otras cosas sostiene que el hecho de que «todos somos periodistas» demuestra precisamente la necesidad de profesionales que nos guien entre esas infinitas voces. En lo que se refiere al tema que trato aquí, Gauchet sostiene que es sucida para la prensa de pago someterse a la actualización permanente de la red, reducir espacio, renunciar a expertos y a tratamientos en profundidad. La única manera de salir de la crisis es apostar por la información en profundidad que aporte discernimiento en el flujo permanente de noticias. Como Quatremer, pienso que el modelo de The Econimist con una perspectiva de ciclo largo es un ejemplo desde luego para las revistas, pero también para los periódicos.

Tiempos y tratamientos

Primero fueron los boletines de radio. Luego los canales  de televisión de 24 horas. Ahora, desde el ciberespacio nos llegan constantes actualizaciones a nuestro ordenador o a nuestro teléfono. El diario y el telediario tendrán que mantener su ciclo temporal y ofrecer un contexto para la actualidad de la jornada. Las revistas se irán liberando de la perspectiva semanal. Pero todos, diarios, revistas, telediarios tendrán que dejar de tomar como valor central la actualización fáctica para centrarse en la información en profundidad, con una perspectiva a largo plazo, para revelar las tendencias que marcan el cambio social.

TVE vs. BBC


La BBC es un referente de la televisión en todo el mundo. En España resulta común comparar TVE con el que se supone debiera de ser su modelo. Un grupo de investigadores, Grupo de Investigación sobre la Televisión Pública (GITEP), ha afrontado el reto de enfrentar dos expresiones del servicio público, como BBC y TVE, a la luz de las experiencias de productores e informadores y en dos terrenos característicos, la información y las teleseries. El GITEP está compuesto por Agustín García Matilla, María Lamuedra, Alejandra Walzrer y Tíscar Lara.

El GITEP convocó ayer 10 de febrero en Segocia, en la Facultad de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Valladolid, a profesiones de la BBC, TVE y profesores para exponer y debatir las primeras conclusiones de su investigación. Resumo a grandes rasgos este debate.

La tensión entre lo que interesa al público y el interés público forma parte de la esencia del servicio público de la radio y la televisión europeas. TVE, amén de su historia de dependencia política, es tributaria de los índices de audiencia… De una audiencia que se mide minuto a minuto. El «share» o cuota de pantalla es el espejo en el que se miran cada mañana los editores, según se manifiesta en la investigación. En la BBC, lo que cuenta es el alcance global, esto es, para cuantos ciudadanos el servicio público ha sido útil cada día. Para TVE, prácticamente la única evaluación externa (además de las críticas de los medios competidores) son los índices de audiencia. La BBC realiza periódicos estudios de opinión y desarrolla canales de interacción con su público. Prácticamente cada década se realiza un libro blanco, un escrutinio en profundidad del servicio público con unas propuestas de reforma para el futuro. En España, el Consejo para la Reforma de los Medios Públicos produjo un buen diagnóstico, sólo parciamente seguido. Con todo, la diferencia sustancial es el modelo de programación de la BBC. Según resulta de la encuesta realizada a profesionales, la BBC sigue una estrategia de diversificación de la programación en sus distintos canales y plataformas para satisfacer el interés del público con distintos contenidos, enfoques y presencia de todas las voces y minorías. TVE  despilfarra La Dos y el gobierno le ha negado una presencia suficiente en la TDT para deslindar contenidos y enfoques. La BBC es apreciada por los británicos como un elemento sustancial de su sociedad e identidad.

Orientación editorial. Las Guidelines (traducidas por la APM) son una guía viva para la actividad profesional, según el testimonio de los compañeros presentes en Segovia. Hay líneas de consulta permanente abiertas ante cualquier duda sobre el correcto tratamiento de una información. En TVE la única referencia es el código deontológico incluido en el Estatuto de Información.

Las telenovelas de la BBC. Coronation Street (40 años en antena) y Eastenders (30 años) son, según el profesor Hugh O’Donnell manifestación de la «esfera pública popular». Estas telenovelas no hacen nunca una referencia directa a la actualidad, pero sus conflictos dramáticos están extraídos de la actualidad. La contrarrevolución de Thatcher ha imbuido a los británicos de los principio neoliberales. Eastenders ha sido el último reducto de la ideología socialdemócrata.

Alianza con los ciudadanos. La principal conclusión del encuentro es que la supervivencia del servicio público depende de forjar sólidas alianzas con los ciudadanos. Para ello es vital usar los nuevos canales interactivos.

La construcción de un mito


Tenía pendiente desde hace un par de semanas el comentario de la exposición Korda: Conocido / Desconocido en la Casa de América de Madrid. Ahora veo que cerró el 25 de enero. Llego tarde, pero como ha sido un acontecimiento suficientemente recogido por los medios, no creo que importe.

Alberto Korda ha pasado a la historia por la foto del Ché, uno de los iconos más potentes del siglo XX, elemento sustancial del mito del guerrillero. Icono, por cierto, susceptible de múltiples lecturas y usos, como la paradoja de convertirse en artefacto mercantil ligado al mundo de la moda, algo que debe hacer rebullirse a Ernesto Guevara en su tumba.

No es del mito del Che del que quiero hablar. Korda fue la sombra de Fidel durante casi 10 años. Estas fotografías, menos conocidas fuera de Cuba que la del Ché son un buen testimonio de como se construye un mitio.

Alberto Díaz fue un autodidacta convertido en fotógrafo. En homenaje a los hermanos Korda, cineastas húngaros, y por las resonancias de la película Kodak bautizó a su estudio fotográfico de La Habana como Estudios Korda, y el mismo se convirtió en Alberto Korda. Eran los 50. Dedicado a la fotografía de moda y publicidad los estudios Korda se convirtieron en una referencia en La Habana frívola de la dictadura de Batista. Cuando los barbudos bajaron de Sierra Maestra, Korda abrazó la revolución. Desconozco las circunstancias, pero lo cierto es que se convirtió en el fotografo de la Revolución. Dejó testimonio de los primeros años y de todos los hechos relevantes. Allí estaba en aquel gran mitin en el que tomo la foto del Ché a contraluz. Era una instantánea más y un acto más. En la exposición pude ver una foto excepcional: Sarte y Simone de Beauvoir, de visita en La Habana, escuchan las explicaciones del Ché. Sartre parece atento e interesado. Beauvoir luce una media sonrisa de superior condescendencia.

Korda tuvo, sobre todo, el privilegio de seguir estrechamente a Fidel y establecer con él una relación muy especial. En 1968 esa relación (¿personal? ¿profesional? ¿política?) se rompió.

Documentó y ayudó a construir el mito. Fidel aparece siempre sobre la multitud, en encuadres enfáticos, que resaltan su fortaleza y soledad. Especialmente atractiva es esa foto de Fidel a los pies de Lincoln, con varias posibles lecturas. ¿Un libertador admira a otro? ¿La grandeza de Lincoln y la pequeñez de Fidel? ¿El David cubano que iba a enfrentarse al Goliat gringo? Korda retrata los grandes actos políticos, siempre con Fidel como protagonista, como ese mitin en el que las palomas rinden pleitesia al comandante y le señalan como ungido.

No son estas las fotos que más me interesaron. Las más verdaderas y al mismo tiempo las que han ayudado a crear el mito del caudillo proteico son las que documentan la actividad del incansable Fidel. En la zafra, cortando caña… Manchándose las manos de barro… Conversando con guajiros… Dirigiendo todo tipo de actividades… La Revolución hecha potencia en un hombre que actúa y piensa, al  que rinde el cansancio físico con un libro en las manos. Una fuerza de la naturaleza que está en todas partes para cambiar Cuba. Allí me contaron que la zona de Cárdenas no se cultivaban los cítricos. Hasta que el comandante la visitó. Un guajiro le ofreción un fruto, una toronja, del árbol que había plantado en su bohío. El comandante comprendió que aquella era una buena tierra para esos frutales. Dicho y hecho. Hoy las plantaciones de cítricos llenan aquellos campos. No sé si la historia es real o un relato mítico más.

Los hombres excepcionales pueden hacer mucho para cambiar la Historia. Los hombres excepcionales aciertan y se confunden. Los hombres excepcionales, sin frenos ni limitaciones institucionales, se convierten en tiranos. Los hombres excepcionales convertidos en mitos pueden ser tiranos aceptados y queridos. Los mitos dejan a sus pueblos en minoría de edad. Los mitos, incluso cuando no ejercen un poder formal, siguen determinando la vida de los pueblos. Y eso es lo que ocurre hoy en Cuba.

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