Interrogantes para 2012


Valga esta recopilación de interrogantes como felicitación de 2012 para los que seguís este modesto blog (y perdón por prescindir hoy de enlaces).

Terrible 2011

Si repasamos los balances que al final de cada año realizan los medios siempre predominan los grandes acontecimientos traumáticos.

Es la constatación de que el cambio (social, político, medioambiental) siempre trae desorden y con él sufrimiento para muchos de los afectados por esos cambios. A veces superado el trauma, la vida de la gente mejora; otras empeora. Pero en toods los grandes acontecimientos -la explosión factual de largos procesos aveces subterráneos- son más las incógnitas que las respuestas. Para encontrar acontecimientos positivos que no cuestionen el futuro prácticamente tenemos que quedarnos con las victorias y las gestas deportivas. Ni siquiera las grandes bodas están libres de incertidumbres: nadie sabe cuanto tiempo comerán perdices juntos los novios.

2011 no ha sido distinto a cualquier otro año. Termina dejándonos un gusto amargo, así que lo mejor es que cada uno mire a lo positivo que pueda haber en su vida personal.

En el nuevo año seguirá el desarrollo de los procesos en cursos, que, como siempre, se verán a veces alterados por acontecimientos nuevos, altamente imprevisibles (cisnes negros los llaman) que se escapan a los observadores más informados. Por ejemplo, las cánceres que aquejan a dirigentes latinoamericanos…

La crisis y la destrucción del Estado democrático y social de Derecho

No hay perspectivas de que a nivel global se aborde la regulación de los mercados financieros, sin la que no se podrá salir de la crisis. Los poderes financieros han triunfado y los poderes políticos son cada día más impotentes y los liderazgos más débiles.

Estados Unidos se mirará al ombligo de la carrera presidencial y sin mejora económica Obama -la Gran Decepción– no tiene ni mucho menos garantizada su reelección.

Europa seguirá cavando su tumba, destruyendo su modelo y lanzándose con entusiasmo a una recesión que puede ser profunda. El nuevo tratado intergubernamental de unión fiscal será una fuente de incertidumbre por mucho que, a diferencia de los tratados europeos, el descuelgue de uno de los miembros no paralice el proceso.

Habrá que ver a partir del lunes si los mercados mantienen la tregua y respetan los colmillos que el BCE ha mostrado con ese medio billón de euros cedidos a los bancos para que regularicen sus balances, no para reactivar el crédito.

Si Sarkozy pierde la presidencia podría haber algún pequeño cuestionamiento de la austeridad sin condiciones. Mientras, fuera del foco de los grandes medios, Viktor Orban continuará su tarea de convertir a Hungría en un sistema autoritario según el modelo ruso. Entre los interrogantes para 2012 está el de si los nuevos movimientos de protesta pueden suponer un contratiempo mayor para los planes de Putin de perpetuarse hasta 2028.

Es difícil que los emergentes se libren de la crisis, con las dos grandes economías, Estados Unidos y Europa, paralizadas.

La gran incógnita es China. Debilitamiento de las exportaciones, burbuja inmobiliaria y burbuja de la deuda de las corporaciones locales serían en cualquier parte factores más que suficientes para una crisis económica. Pero el gobierno comunista tiene instrumentos extraordinarios de política económica, mientras que carece de las respuestas flexibles que otorgan el estado de derecho para responder a las protestas sociales. Una gran explosión social en China tendría la fuerza de una bomba termonuclear y nadie quedaría al margen.

Las revoluciones árabes

Fueron ese cisne negro de 2011. De la primavera al invierno, han caído cuatro autócratas, hay un país en virtual guerra civil (Siria), la revolución se ha reprimido en Bahrein por una Santa Alianza sunní, Libia y Yemen amenazan con convertirse en estados tribales, dos monarquías (Marruecos y Jordania) han hecho reformas más o menos cosméticas, pero sólo en  Túnez la transición hacia la democracia avanza, mientras que en Egipto la virtual alianza entre el ejército y los militares puede desembocar en un nuevo autoritarismo o resolverse en un baño de sangre.

Con todo, el principio democrático, del gobierno por las mayorías, se ha instalado definitivamente en el mundo árabe. Cuatro gobiernos de partidos islamistas en solitario o en coalición con fuerzas laicas gobernarán en Marruecos, Túnez, Libia y Egipto. Tendrán que aprender no sólo a gobernar creando mayorías electorales sino aceptando la disidencia. No cabe duda que la democracia traerá un mayor conservadurismo social, porque conservadoras son mayoritariamente estas sociedades. ¿Funcionará este experimento? Lo que sabemos es que la represión del islamismo vencedor electoral en Argelia trajo una terrible guerra civil.

Tensiones estratégicas

Un año más, los grandes tensiones se centrarán en la bisagra de Oriente Próximo.

Las revoluciones árabes ha supuesto un reforzamiento de las fuerzas sunníes. La salida de Estados Unidos de Irak ha traído la ruptura del débil equilibrio entre sunníes y chiíes. Si los Assad terminan por caer en Siria ello supondrá en lo interno una represión de los alauíes y una nueva victoria del sunnismo sobre el chiismo. En año electoral, Irán no detendrá su programa nuclear y Estados Unidos y sus aliados reforzarán sus sanciones. En Israel, Netanyahu descolocado por las revoluciones árabes, no abandona la idea de un bombardeo contra Irán, aunque por el momento los servicios secretos, más prudentes que Bibi, parecen haberle disuadido. A todo esto, campaña electoral en Estados Unidos… Demasiadas tensiones en un mismo escenario.

Claro que tampoco hay que perder de vista el mar de China o la frontera de las dos Coreas, pero mientras China sea estable internamente, es poco previsible que las tensiones asiáticas produzcan una crisis mayor.

Los indignados

En 2012 habrá, sin duda, más motivos para indignarse. Esta por ver si los movimientos nacidos en 2011 consiguen establecer en los distintos países algunos objetivos por los que dar batallas y ganar victorias que puedan tener un valor simbólico. Personalmente creo que tendrían que entrar a formar parte de amplias alianzas sociales con otras fuerzas, pero dudo que lo hagan dado su cuestionamiento de todo lo institucional. Seguramente mejorarán su coordinación a nivel global, lo que les daría una enorme fuerza. En todo caso, su carácter liquido es su gran fuerza, pero también su mayor debilidad.

Derechos Humanos

2011 ha sido un año contradictorio. Por primera vez Naciones Unidas legitimó un intervención militar en el principio de responsabilidad de proteger. Pronto esa intervención superó los límites de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y perdió, pese a su carácter limitado y supuestamente quirúrgico. El Tribunal Penal Internacional abrió una causa por los crímenes cometidos por los dirigentes gadafistas, pero nadie ha sido capaz de poner ante un tribunal -libio o intenacional- a los asesinos de Gadafi.

España: el gobierno de los mercados y los empresarios

No hay más que ver las reacciones de los expertos financieros para ver como el gobierno del PP les tranquiliza. Basta escuchar a los dirigentes de la patronal para comprender que este es su gobierno. Ya lo sabemos, después de las elecciones andaluzas llegaran los grandes recortes para reducir el peso de lo público y dejar al estado social convertido en instituciones de beneficencia.

¿Cuál es la duda entonces? Una, si la sociedad aguantará este nuevo apretar de los tornillos. Y parece que sí, que todavía la familia sigue soportando el peso, así que salvo una respuesta de los indignados (¿los reprimirán los nuevos mandos del Ministerio del Interior?) no parece que vaya haber explosión social.

La otra incógnita es saber si el PP será capaz de administrar su poder institucional casi absoluto con prudencia, sin hacer tabla rasa con la ampliación de los derechos sociales, legado del gobierno Zapatero.

Comunicación

No hay duda de que 2012 nos traerá nuevas tecnologías para comunicar. Otra cosa es que sepamos emplearlas para mantener una conversación de altura que regenere el espacio público y no un simple cotorreo de patio de vecindad o, peor, de tertulia de telerrealidad. Habrá de todo, pero estoy convencido que los ciudadanos escrutarán cada vez a todos los poderes, incluidos a los propios periodistas.

Las empresas informativas seguirán explorando modos de hacer pagar por su información, mientras que seguirán intentando no pagar a los periodistas que la producen, convertidos en agregadores de contenidos o reemplazados por blogueros que trabajan gratis.

En España desembarcará el portaviones Huffington Post para colonizar el espacio de PRISA. ¿Tendrán que colaborar gratis las grandes firmas de la cuadra PRISA?.

En la televisión, la competencia privada se ha reducido a la lucha entre dos grandes grupos, que están rediseñando marcas y canales para mejor llegar con sus productos comerciales a los distintos segmentos de audiencia. El gobierno del PP les hará regalos, como se los hizo el de Zapatero, debilitando a las televisiones públicas.

Es difícil vender las autonómicas, pero todo apunta a que las concederán a empresas mixtas con participación de grupos regionales. En el caso de RTVE, los recortes son seguros. Con la pérdida de derechos deportivos es difícil que La Uno pueda mantener su liderazgo. Aquí la incógnita es si mantendrán un modelo de radiotelevisión pública independiente del poder político.

Para terminar con una nota positiva, uno de los éxitos tecnológicos de 2012 puede ser la televisión híbrida. Nadie mejor para sacarle partido que TVE con sus magníficos fondos documentales.

 

 

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Navidad: gozad del amor y la libertad


«Pajarillos que estáis en el campo gozando el amor y la libertad…» 

Los Campanilleros

Soy poco dado a felicitaciones navideñas. Pero ayer redescubrí el villancico de Los Campanilleros y hoy quiero compartirlo con vosotros para responder a tantas felicitaciones.

En Tiempo de Silencio, la novela de Luis Martín Santos, llevada al cine por Vicente Aranda, y recuperada ayer en La Dos, Matías, el señorito crápula amigo del protagonista, Pedro, en plena ebriedad, hace repetir  una y otra vez a la cantaora que canta para si el villancinco este verso: «Pajarillos que estáis en el campo gozando del amor y la libertad». Cantado a voz en grito por toda la taberna se convierte en un estribillo subversivo, hasta que un sereno pone fin a la fiesta.

¿Hay algo más subversivo que el amor y la libertad?

A los que esperan al Redentor…

A los que festejan el solsticio de invierno…

A los que aman la familia…

A los que aborrecen las cenas navideñas…

A los que esperan cambiar de vida con la Lotería…

A los que creen que ya era hora de tener «un gobierno como Dios manda»…

A los que temen a la derecha…

A los satisfechos…

A los indignados…

A todos, que gocéis del amor y la libertad

Adios a Havel


¿Cuántas veces las redacciones dieron por muerto a Havel en los 90? Sin embargo, de cada episodio de extrema gravedad salió adelante. No venció al cáncer, pero se acomodó a vivir con él. Del mismo modo, durante medio siglo Vaclav Havel luchó contra un régimen totalitario, que tras cada episodio de disidencia parecía que iba a doblegarle y al que, finalmente y a diferencia del cáncer, logró vencer.

Havel se ha ganado un puesto en la Historia como ejemplo de lo que la resistencia cívica puede conseguir, como modelo de referencia ética para un pueblo, pero también de lo difícil que es que un intelectual pueda convertir un aliento ético en políticas eficaces para su pueblo.

Havel guió a su pueblo en la Revolución de Terciopelo, pero no pudo impedir la ruptura de su país Checoslovaquia. Vaclav Klaus -el economista convertido al credo ultraliberal después de sestear en los institutos del régimen comunista mientras Havel entraba y salía de la cárcel- y Vldimir Meciar -el populista exboxeador- dividieron el país ante la impotencia de Havel y la indiferencia de la mayoría de los checos y eslovacos. Cabe decir en favor de ambos pueblos que no sólo la ruptura no fue traumática (a diferencia de las que entonces se desarrollaban en los Balcanes) sino que hoy las relaciones tanto institucionales como personales son excelentes.

Todavía de más calado es la derrota de ese ideal ético representado por Havel frente a lo que creo que el mismo llamó la pérdida del alma espiritual de sus compatriotas. La riqueza fácil, las más rastrera bazofia de la cultura de masas, la Praga en la que proliferan casinos gestionados por mafias no pueden ser más opuestos al espíritu del intelectual bohemio que fue Havel, pero son también consustanciales al capitalismo que defendió el político Havel.

Entrevisté a Havel en 2011 para el reportaje la Europa que viene (cuyo vídeo incrusto al final de esta entrada). No fue fácil lograr la entrevista y menos realizarla. Havel, presidente entonces en 2011, recibió al equipo de TVE en su despacho del Castillo de Praga. Correcto y profesional, sin embargo apenas podía ocultar su fastidio ante los preparativos técnicos de la entrevista. Las respuestas fueron erráticas, sin ninguna brillantez, llenas de lugares comunes. Al terminar la entrevista, no más de veinte minutos, aparecía cansado y sus asesores de inmediato le llevaron a otro compromiso institucional. Ya solos, la traductora, que le conocía bien, nos dijo «no sé que le pasaba hoy a este hombre.

Un dato que no sé si hoy será recordado en las notas necrológicas. Havel era hijo de un rico burgués que edificó en los años 20 un gran centro cultural y de ocio, que incluía cine, teatro, cafeterías. Por su origen social el régimen comunista le impidió hacer una carrera universitaria, pero no pudo impedir que se desarrollara como una figura en ese mundo de teatros y cervecerías de la bohemia intelectual de Praga.

Puede que al lugar donde haya ido Havel le esté esperando Alexander Dubcek para compartir una cerveza.


Los vídeos de Vodpod ya no están disponibles.

2011: el año en que se rompió el pacto social y democrático


La Cumbre de Bruselas de los días pasados ha alumbrado un mecanismo intergubernamental de transferencia de la soberanía fiscal para salvar el euro. No sabemos si el euro sobrevirá, pero estamos casi seguros de que entraremos en una nueva profunda recesión. Con ser eso malo lo terrible es que el acuerdo de 26 países europeos da la estocada final al maltrecho pacto social sobre el que se ha basado la Europa democrática de los últimos sesenta años.

La Europa que salió de la II Guerra Mundial se construyó sobre un respeto a los derechos civiles y políticos (con algunas limitaciones en el contexto de la Guerra Fría) y el desarrollo de los derechos sociales y económicos a través de los servicios públicos. La Constitución española asumió ese modelo en su fórmula más avanzada, justo en vísperas de la contrarrevolución conservadora, que durante treinta años ha ido desmontando pieza a pieza el estado social.

La integración europea -en una tensión permanente entre lo confederal y lo federal- ha aportado un enorme progreso económico, una homogeneización burocrática, una mayor aproximación entre los pueblos. Pero también ha sido vehículo de esa degradación del Estado Social y Democrático de Derecho. La dimensión social nunca pasó de la ilusión, mientras que por la vía de la regulación del mercado único la Unión Europea ha sido la coartada para implantar el neoliberalismo económico.

La crisis ha sido la gran oportunidad para dar la vuelta definitiva a la tortilla. La llamada «reglad de oro» de la estabilidad fiscal, exigida por Alemania y que ahora vendrá impuesta por el futuro tratado intergubernamental, so capa de tratarse de un mecanismo técnico, subvierte la naturaleza social del Estado, ahora incapaz de utilizar la política fiscal para poner sus recursos al servicio de los derechos de los ciudadanos. España ya ha sido pionera en esta rendición para congraciarse, sin mucho éxito, con los mercados.

Los estados europeos ya entregaron su política monetaria al Banco Central Europeo. Ahora van a transferir su política fiscal a un directorio de los gobierno, encargando la vigilancia a la Comisión Europea (nombrada por los gobiernos) y con una serie de mecanismos automáticos de sanciones. Se rompe así una regla esencial de cualquier democracia. «sin representación no hay impuestos».

En esta Europa las decisiones no las van a tomar los ciudadanos a través de sus representantes, ni siquiera los gobiernos mediante acuerdos intergubernamentales. Las tomarán tecnócratas conectados con las instituciones financieras, supuestamente independientes, pero altamente ideologizados y vinculados a los intereses de los bancos de inversión de los que han salido.

Hace poco Lula decía que «Europa es un patrimonio democrático que la humanidad debe preservar». Suena a especie en vías de extinción. ¿Pueden en estas condiciones los prepotentes mandatarios europeos pedir a China que respete el medio ambiente y trate mejor a sus trabajadores? No, ahora es China quien nos da lecciones y nos exige que desmontemos el estado del bienestar para prestarnos ese dinero imprescindible para la supervivencia del euro.

Durante tres décadas muchos nos hemos podido sentir plenamente identificados con nuestra Constitución, pese a sus deficiencias y las concesiones que exigió la Transición. Hoy ya no siento esa identificación. No me voy a echar al monte y seguiré defendiendo todo lo que tiene de valioso, pero ya no es la Constitución de 1978.

Ayer se cumplía el 63º aniversario de la Declaración de Derechos Humanos y el 50º del nacimiento de Amnistía Internacional. Si miramos para atrás veremos cuanto se ha avanzado en el respeto de los derechos civiles y políticos, en la lucha contra la impunidad. Pero del mismo modo en que los derechos sociales sin derechos políticos son dádivas graciosas que manipulan gobiernos demagógicos, sin derechos sociales la ciudadanía pierde la base para ejercer los derechos políticos. Queda la esperanza de que ante nuevos desafíos se encontrarán nuevas respuestas. El movimiento de los indignados es un primer atisbo de buscar otra forma de hacer política.

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