El periodismo en la tienda de Google


Big Tent, la gran tienda de Google, el foro de debate que la tecnológica mueve por el globo para analizar el impacto de Internet, ha dedicado su tercera edición en Madrid al periodismo. La estrella era el gurú del periodismo social Jeff Jarvis. Dos mesas redondas han debatido, además, modelo de negocio y nuevos modos de contar historias. El debate, con asistentes «innovadores» más que periodistas de base, ha estado dominado por el optimismo tecnológico y deja muchas preguntas y algunas respuestas.

El periodismo social de Jeff Jarvis

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Jarvis en Big Tent (Madrid, 29 octubre de 2014)

Jarvis (de negro riguroso, dominio absoluto de la escena, demasiado viejo para predecir el futuro -dice- con herramientas tan nuevas) ha expuesto sus conocidas ideas sobre el nuevo periodismo:

– El periodista, los periodistas, los nuevos medios ya no se dirigen a la masa (la masa no existe) sino a los individuos, a cada uno de nosotros, para ofrecernos un servicio personalizable. El contenido (los periodistas antiguos hablamos de información) no es más que un instrumento para dar servicio. Hay que cambiar las métricas, el éxito está en el servicio; lo que cuenta es la atención, no el click.

Dar servicio es escuchar y dar soluciones. Medios y periodistas tienen que escuchar al público (perdón, al cliente). Ellos saben lo que quieren.

Los periodistas no son tanto contadores de historias, como curadores (filtradores, agregadores) de contenidos sociales. Su misión sigue siendo dar sentido a una masa ingente de información y datos. El reporterismo clásico debe dejar paso a un trabajo de comprobación y verificación de la información creada por grupos e individuos, una tarea que es más necesaria que nunca. El periodista tiene que concentrarse en lo esencial, debe investigar, pero no perder el tiempo reempaquetando la información en historias (piezas informativas). La exclusiva ya no dura más que tres segundos.

– Los medios deben especializarse y crear valor. «Haz lo que mejor sepas, en lo demás enlaza a otras fuentes».

– Como los medios, los periodistas deben especializarse, buscar su nicho y crear su marca personal, que a la larga puede ser más importante que la del medio.

Innova, si no lo haces tú lo hará alguien más joven que tú en un garaje. (¿Tienen  que o pueden todos los periodistas convertirse en empresarios?)

¿Cómo no estar de acuerdo con muchas de estas ideas? Insisto a mis alumnos de Periodismo Multimedia que con sus proyectos deber crear información original, ofrecer un servicio de utilidad y crear y gestionar comunidad. Pero en lo que no estoy de acuerdo es que la información (el contenido) no sea más que una herramienta, un soporte para el servicio. ¿Quién creará una información de calidad profesional, que no sea una información de parte, como lo es necesariamente la creada por los ciudadanos, si los periodistas no limitamos a dar sentido a la información creada por otros. Los agregadores están muy bien, pero ¿quién crea la información? El unico que recordó algo tan evidente fue el periodista Agustín Llanes.

Escuchando a Jarvis me ha venido a la cabeza aquello de Thatcher de «¿qué es eso de la sociedad?, la sociedad no existe, lo único que existe es el individuo». No, creo que la sociedad sigue existiendo y el papel de los medios (nuevos o viejos) es delimitar el espacio público; quizá ahora reconstruir ese espacio público que se fragmenta uniendo y enlazando los nichos de información. Personalmente, quiero que se me ofrezca información acorde con mis necesidades y mis gustos, pero también necesito repasar los titulares deportivos (ni me interesa ni mi gusta el deporte) porque si no sabré en que mundo vivo. Periodismo cívico mejor que periodismo ciudadano.

El Evangelio de Jarvis: las tecnológicas nos liberan, los estados nos esclavizan

Jarvis es uno de esos liberales norteamericanos que lindan con el libertarismo. Así que se ha aplicado a criticar el ansia reguladora europea («no, no existe el derecho al olvido, lo que existe es el derecho a saber») y de modo especial el canon AEDE: «España será el primer país que mate el enlace con ese gravamen y eso tendrá consecuencias fatales para los medios» (aplausos). Google es una empresa abierta y, como el resto de las tecnológicas, si entrega nuestros datos a un estado es porque las leyes locales le obligan; si guarda nuestro datos es para darnos mejor servicio. Hay una obsesión con la intimidad, si compartimos nuestra vida en las redes sociales no podemos invocar luego la intimidad. El tecnopánico ciega el futuro.

Es difícil tomar partido en la lucha entre editores y Google, ambos grandes depredadores y a su vez cada uno con su parte de razón. Creo que los ingresos originados por los contenidos agregados en Google News merecen su remuneración (no sólo para los editores, como éstos pretenden, también para los periodistas), pero el camino no es imponer una tasa, sino negociar. Seguramente si hubiera expuesto estas ideas, el auditorio me habría abucheado. Por lo demás, como en el chiste del ateo, si uno no cree en la fe verdadera, en la utopía auténtica ¿cómo creer en este sucedáneo tecnológico?.

El modelo de negocio

Después de Jarvis una mesa redonda estaba dedicada al modelo de negocio y otra a los nuevos modos de contar historias, pero ésta atendió más al modelo de negocio que a las nuevas narrativas.

Los nuevos medios siguen teniendo como primera fuente de financiación la publicidad, pero la publicidad virtual (personalizada) no puede generar el volumen de ingresos de la publicidad analógica (masiva). Confiar sólo en la publicidad puede suponer unos ingresos insuficientes que lleven al medio a un círculo vicioso de recortes. He aquí algunas alternativas presentadas en la jornada.

Periodismo de pago para la información exclusiva. Robert Shrimsley ha expuesto el conocido modelo del Financial Times: crear información exclusiva, con valor añadido para comunidades que pueden pagarla; servir desarrollos informativos, desarrollar conferencias y vincular a los suscriptores.

– Todos los participantes han estado de acuerdo en que el futuro reside en el análisis de las audiencias a partir de los datos que los usuarios entregan. Frédéric Filloux, de Les Echos, habla de una aplicación capaz de trazar un perfil de cada cliente a partir de esos datos para ofrecer una información exclusiva por la que esté dispuesto a pagar o por lo menos a pasar más tiempo en la aplicación o en la web del medio.

– El móvil tiende a convertirse en la principal fuente de tráfico… y el móvil no se lleva bien con la publicidad ¿Cómo monetizar ese tráfico? ¿Crear formas específicas de publicidad? Rob Wijnberg (director y fundador de De Correspondent) ha recordado que lo primero es crear comunidad, vinculación y luego ya se verá como se monetiza.

Ignacio Escolar ha expuesto el modelo de eldiario.es. Una base de socios (a razón de 60 € al año, por cierto la misma cantidad en De Correspondent, sin publicidad en el caso del diario holandés) que garantizan la independencia del medio. Escolar puede poner a toda su redacción a investigar porque confía la cobertura de la actualidad a los teletipos (y porque existen los medios más generalistas que crean información propia sobre la actualidad).

– Y Montserrat Domínguez ha resumido el modelo del Huffington Post (España) con estas cifras que lo dicen todo: 12 redactores, 10 colaboradores, + 500 blogueros (modelo depredador del periodismo profesional).

Nuevos modos de contar historias

Como digo, la mesa correspondiente derivó más hacia el modelo de negocio, pero se pueden espigar algunas reflexiones interesantes.

– Jarvis, en su cuestionamiento de la pieza informativa, manifestó como en Internet hay espacio para el titular de la noticia de alcance y, cada día más, para la información en profundidad, pero no para la pieza del periódico (de 500 a 100 palabras) que sólo se ojea.

– Todos han estado de acuerdo que la homepage está moribunda. Hoy la información, las exclusivas, están en las redes sociales.

La información divertida, cachonda -dice Dominguez- de los «contenidos cotidianos» del Huffigton no son periodismo, pero crean implicación y lealtad de la audiencia.

– Todos han apostado por el vídeo como medio de expresión del futuro, pero nadie ha aportado una experiencia interesante que supere el formato de la pieza de televisión, el cutre vídeo de YouTube o la entrevista en el set del periódico.

Resumen del acto en el blog de Google

Vídeos

Jarvis critica el proteccionismo europeo

Modelo de negocio

Nuevas narrativas

Díselo a Obama… en vídeo


Dos organizaciones periodísticas de Estados Unidos, WorldFocus (televisión y portal de información internacional) y GroundReport (portal de periodismo ciudadano) lanzan la iniciativa de abrir una canal específico en YouTube, Talk to Us,  para recoger vídeos en que periodistas de todo el mundo hagan llegar sus opinions o propuestas al presidente Obama sobre las grandes cuestiones mundiales. Los mejores vídeos serán difundidos por WorldFocus en su informativo a través de la televisión pública norteamericana (PBS). Los vídeos pueden utilizar cualquir lengua, pero son preferidos en inglés.

No es nuevo habilitar utilizar un canal de internet para hacer llegar opiniones y propuestas a los poderesos. Lo nuevo del caso es que se busque la participación de periodistas de todo el mundo sobre cuestiones internacionales… y que para ello se utilice un vídeo. El vídeo es un medio de expresión poderoso -representa la realidad con la pregnancia de la imagen y el sonido- pero no es un buen vehículo para propuestas complejas ni pensamientos abstractos, que se expresan mejor a a través de la palabra escrita.

La gran cuestión que subyace es que se hace con todo este flujo de información que fluye desde la base hasta el vértice.

Sí, ahora cualquiera puede dirigirse a los poderosos. Otra cosa es que le escuchen.

Actualización interactiva y fiabilidad


El blog de los editores de BBC.News es una fuente impagable para aprender sobre periodismo interactivo. No es infrecuente encontrar rectificaciones y disculpas. Hace unos días Steve Hermann daba explicaciones sobre el uso de Twitter como fuente en los atentados de Bombay. Explicaba este editor como abrieron una página de continuas actualizaciones de fuentes diversas: agencias, enviados especiales, mensajes recibidos, blogs, colecciones de fotos en Flicker y «tweeds» de Tweeter. Algunos de estos «tweeds» aseguraban que el gobierno indio se disponía a censurar Tweeter, lo que resultó falso y sin fundamento.

El hecho ha levantado bastante polémica, que el propio blog del editor recoge. De entre todas las opiniones me quedó con la de Tom Sutcliffe en The Independent:

«Mientras un periodista tiene razonablemente un poderoso incentivo para no difundir información dudosa o engañosa, porque podría tener para él un coste profesional, un usuario de Tweeter no está obligado por ningún deber más allá de su propia impresión y estado de mente. Pasará un rumor como si fuera un hecho y no habrá manera de distinguirlo»

Si se examina esa página de actualización se ve que es una herramienta eficaz y diabólica como un potro desbocado. Las entradas no son automáticas e indiscriminadas, sino filtradas editorialmente; pero las posibilidades de verificar esas fuentes son nulas. Cualquiera que haya vivido un acontecimiento como ese sabe que genera un flujo informativo enloquecedor y eso sólo considerando las fuentes profesionales habituales. Supongo que en las fuentes no profesionales se seguirá el criterio, básicamente, de su verosimilitud y coherencia con las fuentes profesionales.

Se ha celebrado la cobertura informativa de los atentados de Bombay como un nuevo triunfo del periodismo ciudadano. Ya me referí con ocasión del terremoto de China a Tweeter como fuente interactiva. No cabe duda que en situaciones de emergencia es una fuente que puede llegar a ser muy valiosa. Puesto que su verificación resulta imposible, páginas como las de la BBC debieran de advertir genéricamente de las limitaciones y condicionamientos de ésta y otras fuentes interactivas como los blogs. Una cosa es recoger una variedad de fuentes y otra dar por los buenos los hechos que relatan. Con estas actualizaciones interactivas se gana en rapidez y variedad, pero se pierde fiabilidad.

Televisión ciudadana… y de partido


De repente, un anuncio en el correo de Yahoo llama mi atención. Está en italiano y anuncia YouDem.TV. Pincho el enlace y me conduce a una página de registro de la que se califica la primera tv. social dedicada a  la política y la sociedad italiana. Y en la parte inferior de la página, el logo del Partido Democrático. Y empiezo a entender.

Resumo el proyecto, que arrancará el próximo día 14. YouDem.Tv es la televisión del Partido Democrático, una televisión, por tanto de partido. Una televisión con la que el partido de la oposición quiere romper el asfixiante dominio de la televisión por parte de Berlusconi. En cuanto a los contenidos, será una televisión mixta: información periodística profesional y vídeos producidos por los ciudadanos. El objetivo es conseguir » la prima social television della politica italiana». En cuanto medio, será una televisión convergente. Contará con un canal en YouTube y se difundirá también a través de la plataforma de pago italiana (Sky) y a través de la telefonía 3-G. Vamos, un proyecto casi calcado del Current-Tv de Al Gore, aunque se proclama más directamente la relación con Obama-Tv. YouDem.Tv se incardina en un proyecto más amplio de comunicación alternativa dirigida por el PD y que denominan CarpeDem.

Los medios tradicionales se toman la iniciativa con una cierta sorna. «Filosofía web 2.0 en salsa YouTube», dice La RepubblicaUn proyecto «espartano, pero trendy», para Panorama. Y es que -bromeala Repubblica- «dices Obama y sale Veltroni». Parece complicado que esta televisión ciudadana se libere de los usos partitotocráticos. Justamente, empieza el 14, coincidiendo con el primer aniversario de la «entronización» de Veltroni. En fin, que sea verdaderamente social, que bien les vendrá a los italianos

Panorama del periodismo en red


Ha terminado esta tarde el III Congreso Internacional de Periodismo en Red y el panorama mostrado indica un cierto cansancio, un cierto agotamiento en las distintas iniciativas expuestas, una desorientación en las tendencias. No es que las exposiciones de ponentes y comunicantes no fueran interesantes (ya me referí a la conferencia inaugural de Jean-François Fogel), es que no se termina de ver brillar al buen periodismo en el ciberespacio.

Los medios tradicionales migran hacia el ciberespacio, pero lo hacen a costa de debilitar sus redacciones tradicionales, los verdaderos motores informativos, a cambio de fortalecer las redacciones digitales, pero que siguen atadas al ordenador, redacciones donde sus periodistas no buscan ni investigan noticias, se contentan con reeditarlas lo más rápido posible. Redacciones donde la convergencia digital es más un mito que una realidad. Y la ciberpublicidad no genera ingresos tan rápidamente como los pierden los medios tradicionales. Estos medios intentan integrar los contenidos generados por la audiencia, pero los resultados informativos resultan decepcionantes.

Proliferan los ciberchiringuitos, que pretenden ser medios informativos, con redacciones de tres o cuatro periodistas. Los blogs han perdido mucho de su frescura. Los más visitados siguen siendo los de un grupo de periodistas tecnológos, pendientes de nuevas tendencias en la red, más que de lo que pasa en el mundo real. Luego están los blogs ideologizados, los más numerosos, que no son más que ecos de sus líderes de opinión que ofician en los medios tradicionales.

También se agota el periodismo ciudadano, circunscrito a experiencias informativas de hiperproximidad.

Se nos anuncia la web 3.0, la de la hiperconectividad como un nuevo reto para crear contenidos de relevancia e interés.

Es cierto que en el ciberespacio manda la demanda sobre la oferta, que los ciudadanos crean información y vigilan a los periodistas, pero no por eso parece que la hegemonía de las fuentes (en definitiva, de los grandes poderes) esté en cuestión.

¿Construye el ciberperiodismo espacio público? Me parece que no.

En fin, son impresiones a vuela pluma y como tal completamente subjetivas.

Los medios tradicionales siguen siendo la gran fábrica de una información homogénea


¿Estábamos equivocados sobre el impacto de la tecnología en la democratización de los medios? Así títula cnet.news.com su resumen sobre el V Informe sobre el estado de los medios en Estados Unidos, del Proyecto por la Excelencia en Periodismo (puede descargarse por capítulos o su resumen ejecutivo en pdf). Basta revisar el tema en Google.news para darnos cuenta que la mayor parte de titulares y comentarios se sorprenden de la que la utopía de la democratización de los medios no acaba de confirmarse, o, por lo menos, no se confirma por el informe más completo y fiable sobre el país que marca tendencia en los medios tradicionales y en la evolución del ciberespacio.

Veamos cuáles son las tendencias que apunta este informe 2008:

Las noticias están dejando de ser un producto para convertirse en un servicio. El consumo de información es continuo y las noticias tienen también que ser actualizadas continuamente. La agenda setting y el story telling siguen siendo importantes, pero el periodista tiene que suministrar ahora nuevos servicios: cómo clasificar, valorar, usar y reaccionar ante las noticias.

Ni los medios tradicionales ni los sitios informativos en la web son ya simples puntos de destino, sino pasarelas a otros lugares y, sobre todo, a nuevos servicios. Ningún sitio informativo en la red puede limitarse a sus propios contenidos. Hasta la mitad de cada página debiera de dirigir a otras páginas en el propio sitio o en el ciberespacio.

Los contenidos producidos por los usuarios se estrechan. La importancia de este material se reduce incluso en los lugares propios del «periodismo ciudadano». Este cambio de tendencia, con respecto al informe 2007, es lo que ha llevado a pinchar la burbuja del optimismo tecnológico en la democratización de los medios.

El tráfico informativo se concentra en 10 grandes sitios.

El periodismo ciudadano se alimenta del tradicional. La mitad de los contenidos de los blogs son noticias o comentarios de noticias difundidas previamente por los medios tradicionales. Los blogger son bastante remisos a permitir verdaderos debates en sus sitios.

Cambio en la cultura de las redacciones. Se revaloriza como fábrica de información. Los periodistas han cambiado su percepción sobre los «nuevos medios». Ahora ya no desconfían tanto ni ponen en cuestión su credibilidad e incluso consideran que están haciendo mejor periodismo que el tradicional y están dispuestos a utilizar las nuevas herramientas para mejor conectar con el público.

Creciente homogeneización informativa. Dos únicos asuntos informativos -la guerra de Irak y la campaña de las primarias- han monopolizado nada menos que la cuarta parte de la atención informativa. El mundo sigue ausente de la información en Estados Unidos. Aparte de la información sobre Irak, Pakistán e Irán, sólo un 6% de las noticias se refieren a países extranjeros.

Desvinculación entre noticias y publicidad. Es, según el informe, la mayor amenaza para la industria de la información. El problema no es la pérdida de público o su fragmentación; la cuestión es encontrar un nuevo modelo de negocio, una vez que se ha demostrado que el usuario no está dispuesto a pagar por cada pieza informativa y los publicitarios no están migrando a la red tan rápidamente como los usuarios.

Publicidad y periodismo ciudadano


CNN va a crear un espacio completamente abierto para el periodismo ciudadano, según informa Reuters. En agosto de 2006, CNN creó i-Report, que desde entonces ha recibido más de 100.000 fotos y vídeos enviados por el público. Pero sólo una pequeña parte, menos del 10%, han pasado a la emisión o a cnn.com. La mayor parte no superaron el escrutinio editorial: fiabilidad, derechos, posibles controversias… No obstante, en algunos sucesos, como la matanza de la Universidad de Virginia, las fotos y vídeos enviados fueron el material fundamental del «breaking news» de CNN.

Ahora, la compañía de Atlanta va a abrir un espacio en el que no va ejercer ningún tipo de control editorial. Serán los propios usuarios los que establecerán la relevancia por un sistema de votación. Los usuarios más asiduos podrán establecer su propio perfil. en definitiva, otro sitio en la línea de YouTube.

¿Qué aporta, entonces, este espacio? Para el individuo (¿ciudadano?) que busca la denuncia, la notoriedad o el divertimento, la posibilidad de colocarse bajo la marca prestigiosamente informativa de CNN. Pero, para los que buscan informarse, supone introducir un cuerpo extraño en un espacio profesional. En otras palabras, una pérdida de credibilidad informativa para la marca. Incluso, en medio de las declaraciones entusiastas de los directivos de la compañía, uno de los participantes más asiduos de i-Report se pregunta cómo se resolverán los problemas de ética y fiabilidad.

¿Dónde está el truco? En la publicidad. CNN dice que irá muy despacio en la explotación publicitaria, pero los publicitarios aseguran que estos son los tipos de sitios que la gente quiere ver.

¿Terminará el «periodismo ciudadano» por dar un mordisco importante a la publicidad de los sitios profesionales?