El futuro de la radiotelevisión pública a debate


Nunca la credibilidad de la radiotelevisión pública ha sido tan baja (véase, por ejemplo, el informe del IPI) y su peso social tan pequeño. Nunca el duopolio de dos grupos multimedia (Atresmedia y Mediaset) había sido tan absoluto.

La regeneración de un sistema público de comunicación es vital para una democracia real.

Telededotos, un grupo de estudios de académicos y profesionales, ha realizado una propuesta completa en la que he participado. Sus líneas básicas son independencia profesional, transparencia, participación social y conversión de la radiotelevisión pñublica en un servicio multimedia.

Teledetodos ha presentado este informe, que pretende de alguna manera reeditar el «informe de los sabios» de 2004, en distintos foros. Creíamos que nuestra obligación era también promover un debate con los partidos políticos sobre sus programas en esta materia. Gracias a la Facultad de Humanidades, Comunicación y Documentación de la Universidad Carlos III y a Infolibre y su director Jesús Maraña ayer se celebró este debate.

Vamos a vivir una campaña electoral con muchos debates en múltiples formatos. Pero los debates de los líderes se centrarán en las grandes cuestiones generales (economía, paro, corrupción, reforma constitucional, Cataluña, terrorismo yihadista) quedando fuera los programas sectoriales. El conocimiento de los programas es un elemento de esclareciemiento para el electorado. Y además se pueden concretar compromisos para que luego puedan ser exigidos a los gobiernos.

El debate

El programa (tres párrafos) más creíble es el del PP porque promete seguir haciendo lo que ha hecho durante esta legislatura a nivel nacional y en las autonomías en las que ha gobernado: hace irrelevantes las radiotelevisiones públicas y externalizar sus servicios.

La representante popular en el debate, Isabel Díaz Ayuso (coreada por un grupo de Nueva Generaciones) no quiso comprometerse con ninguna de las medidas debatidas, porque todo dependerá -dijo- del mapa resultante del 20D. Eso sí, negó la manipulación e intento restar legitimidad al Consejo de Informativos de TVE, «porque no representa más que a 700  trabajadores y con su composición sólo va a criticarnos a nosotros». Olvida que el Consejo representa a los profesionales implicados directamente en la elaboración de información periodística y que es elegido mediante candidaturas uninominales, con un sistema que permite la presencia de candidatos minoritarios (se vota a 6 sobre un total de 11) y que garantiza que el pluralismo interno se manifieste.

El PSOE prácticamente propone volver a la situación anterior a las contrarreformas del PP. La única novedad es establecer un sistema de indicadores cualitativos y cuantitativos que permita evaluar periódicamente el grado de pluralismo de los contenidos. En el debate estuvo Óscar López, peso pesado socialista y en la cocina legislativa de las regulaciones de la etapa Zapatero. Defendió que la retirada de la publicidad permitió a RTVE salvar la crisis, sin una caída abrupta de ingresos y defendió una financiación 50% vía presupuesto, 50% otros ingresos (tasas, patrocinio, comercialización). Ni una palabra sobre revisar la Ley General de la Comunicación Audiovisual e introducir medidas anticoncentración más rigurosas.

UPyD no tiene publicado un programa específico. Las intervenciones de su representante Julio Lleonart fueron en general de sentido común. Aseguró que cuando Rosa Díez pedía el cierre de las televisiones autonómicas se refería a terminar con el despilfarro y la manipulación.

El programas de Ciudadanos se limita a mediadas de racionalización de la gestión de RTVE. Su representante, Marta Rivera, demostró poseer información interna que utilizó para poner ejemplos de mala gestión.

Unidad Popular (IU) ha desarrollado un programa extenso que contempla un reparto equitativo del espectro radioeléctrico, la democratización de los medios públicos (con medidas en la línea de las propuestas por Teledetodos, por ejemplo, consejos sociales, acción directa ciudadana), independencia de los contenidos y neutralidad de Internet. Sol Sánchez reiteró esta propuestas en sus términos generales.

Podemos también tiene un extenso programa en materia de comunicación pública: revisar  el reparto del espacio radioeléctrico para dar más oportunidades a los medios comunitarios, crear sendos canales de radio y televisión alimentados por los medios comunitarios, desgubernamentalización de los medios públicos. Su representante, Miguel Álvarez insistió sobre todo en las posibilidades para la participación social.

Acuerdos, discrepancias e indefiniciones

En la línea del Manifiesto promovido por los consejos de informativos de RTVE, todos los partidos, menos el PP, se comprometen a elegir al Presidente de la Corporación por mayoría de 2/3. Si toda la legislación quedara como está, este sería un paso imprescindible. Pero hoy la reforma tiene que ser más profunda.

Teledetodos propone distinguir entre el Presidente del Consejo de Administración y un Director General, máximo ejecutivo, elegido por concurso público previo presentación de un plan estratégico. Unidad Popular lleva esta misma propuesta en el programa. En el programa de C’s se aboga por elegir el Presiente por concurso. En el debate todos (menos el PP) se manifestaron partidarios del concurso público, pero no se distinguió claramente entre Presidente y Director General.

Teledetodos cree que el Consejo de Administración es el garante de la misión de servicio público, pero no debe entrar en la gestión cotidiana, que confía a un Director General. Tanto en el Estatuto de 1980 como en la Ley de 2006 el Director General, primero, y el Presidente, después, lo eran todo, tenían la legitimidad de la mayoría parlamentaria-gubernamental y quedaban de hecho fuera del control del Consejo de Administración.

También confusión sobre la participación social. C’s, Podemos, UPyD y Unidad Popular se mostraron a favor de la presencia de la sociedad en los órganos de gestión. Mientras que Podemos y Unidad Popular están en la línea de un Consejo Social propuesto por Teledetodos como representante de la sociedad organizada y garante del derecho de acceso, parece que C’s es proclive a alguna forma de elección del Consejo de Administración con participación social. El PSOE mantiene una elección parlamentaria con mayoría cualificada y el PP prefiere no pronunciarse.

Todos los partidos se manifestaron a favor de modernizar tecnológicamente RTVE y en general por la conversión en un servicio multimedia. Pero personalmente me dio más la impresión de que seguían pensando en las nuevas plataformas interactivas como un canal más. Hoy el servicio público multimedia tiene que ir más allá, personalizar los contenidos, crear espacios de debate y participación interactiva, dar espacio a los contenidos de los usuarios y, en definitiva reconectar el espacio público fragmentado en multitud de burbujas.

Respecto a la financiación, acuerdo en principio entre todos los partidos en no volver a la publicidad. Insistencia en mejorar la comercialización y el patrocinio, ningún compromiso expreso en instaurar un canon. Todos menos el PP se quejaron de la falta de transparencia.

FUENTES

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Contenidos audiovisuales de pago vs servicio público


¿Matará el vídeo en streaming a la televisión? ¿Los contenidos de pago harán irrelevante a la televisión en abierto? ¿Desaparecerá el servicio público anulado por la suscripción a contenidos de pago?

Son preguntas de difícil respuesta, como todas las que intentan predecir el futuro. Los investigadores estudian los comportamientos presentes de los consumidores para intentar determinar tendencias de futuro. Ayer se presentó en IESE de Madrid el estudio de Loreto Corredoira (UCM) y Sanjay Sood (UCLA) «Paid content and cinema distribution». Llegué tarde al acto (me perdí, me perdió google maps, según se interprete) y, por tanto, no puedo tanto resumir de forma completa como recoger el espíritu del debate y las ideas que me sugirió.

La investigación estudia el mercado estadounidense de contenidos de pago a través de las distintas modalidades de Video On Demand y, en general, los consumos audiovisuales en Internet. Destaca el éxito de Netflix, la plataforma de vídeo en streaming, que con un tarifa plana de 8 dólares al año se está comiendo las sucripciones de pago de la televisión por cable.

Corredoira dio algunas claves del éxito de Netflix: la inmediatez en la disposición de los contenidos, la flexibilidad y facilidad de uso (disponibles todos los capítulos de todas las temporadas de las series), la «alfombra roja» (el acceso a los contenidos de forma exclusiva). Y sin duda el precio.

Además de la profesora Corredoira participó en el debate Rafael Sánchez, de EGEDA, la entidad de gestión de los productores audiovisuales. En la sala, directivos de la industria de los contenidos, la distribución y el marketing. De modo que, lógicamente, la cuestión latente era cómo conseguir en España un éxito comercial como el de Netflix.

Aprecié consenso en que las medidas sancionadoras contra las descargas ilegales son poco eficaces y que es necesario un cambio de cultura. Cambio de cultura de los productores y distribuidores, con productos más accesibles y baratos y con mayor y más diversa oferta. Cambio de los consumidores, para que comprendan que la calidad se paga. Corredoira insistió en la promoción, incluso con el regalo de tarjetas de suscripción.

El mercado español nada tiene que ver con el de Estados Unidos, porque en España los canales en abierto siguen satisfaciendo las demandas de información y entretenimiento de la mayoría de la sociedad, mientras que en Estados Unidos los canales de pago son un pilar fundamental del sistema. No obstante, en el último año Yomvi, se dijo había duplicado sus suscriptores. «Los hijos de los suscriptores de Canal + -dijo Pablo Romero director de la plataforma de descargas- son hoy los suscriptores de Yomvi.

Dada la composición del foro, el término servicio público ni se mencionó. Yo lo traigo aquí para insertarlo en las ideas que me suscitó el debate y que, de alguna manera, son mi respuesta a las preguntas planteadas al comienzo de esta entrada.

El consumo audiovisual personalizado (descargas, streaming) seguirá creciendo en todos los sectores de población, incluso en los de más edad y más fieles a la televisión tradicional.

La ficción (cine y series) es el contenido más adaptado al consumo personalizado.

La franja entre los 35 y 45 años es el nicho con más potencial de crecimiento para las plataformas de pago en streaming. En cualquier caso, son imposibles crecimientos exponenciales en la actual situación económica, con muchos de esos potenciales consumidores obligados a emigrar.

Los menores de 25 años han abandonado la televisión. O las cadenas hacen esfuerzos por conquistarlos con innovación y sinergias (por ejemplo la llamada televisión social, el comentario en las redes de los programas) o estarán perdidos definitivamente.

La televisión en abierto no morirá. Seguirá siendo imbatible en la información, los acontecimientos en directo, el deporte y la telerrealidad.

En España, las cadenas son las grandes productoras. Poco a poco derivarán sus productos premium a sus plataformas de pago. El que quiera calidad, que la pague, se decía ayer. Calidad es siempre un concepto resbaladizo, pero cuando productores y distribuidores hablan de calidad se refieren a altos presupuestos.

– Si ese trasvase hacia el premium de pago se concreta, las cadenas privadas generalistas de televisión dependerán para mantener la audiencia esencialmente de la telerrealidad (y la telebasura).

En este nuevo panorama audiovisual el servicio público multimedia gana importancia. Podrá mantener contenidos de calidad en abierto, sin dpender de ingresos publicitarios. Y, sobre todo, podrá ofrecer contenidos diversos, más allá de las audiencias masivas, a todos, a cada cual según su interés y sus habitos de consumo (lineales o interactivos). Los contenidos de calidad no pueden ser sinónimo de pago (o no sólo), sino de servicio público. Pero para ello en este país hace falta un acuerdo de Estado para garantizar la independencia del servicio público y su financiación estable y suficiente.

(Una confesión. El cine europeo independiente que da La Dos y que grabo cuando no puede ver en directo no creo que pudirea encontrarlo en ninguna de las actuales plataformas de pago, volcadas en Hollywood).

La televisión del futuro ¿pantalla conectada o segunda pantalla?


El servicio público de RTVE innova

El área de Medios Interactivos de RTVE ha lanzado +TVE,  una aplicación de televisión social para dispositivos móviles, que se suma al Botón Rojo, una aplicación de televisión híbrida o conectada. Estas aplicaciones y el Lab RTVE son manifestaciones de la innovación que es parte sustancial del servicio público. En este terreno se juega el futuro del servicio público, no en la audiencia de un día en prime time.

La televisión sigue siendo el medio de masas más poderoso. En España aumenta año a año el consumo de televisión, quizá como efecto de la crisis, pues sigue siendo el medio de información y entretenimiento más barato. Pero una parte (todavía minoritaria) de esa audiencia es ya un público social, un receptor que quiere socializar los contenidos a través de la conversación. Otra parte de la audiencia, más amplia, pero todavía no mayoritaria, busca sus contenidos favoritos fuera de la programación (televisión a la carta, video on demand) y quiere ampliar contenidos.

RTVE tiene que dar un servicio de calidad a todos los públicos a través de todas las plataformas. A los que siguen su programación, explotando racionalmente todos sus canales. A los que buscan sus contenidos en la radio y la televisión a la carta. A los que quieren ampliar la información y buscan en su web. Y a los que quieren comentar o charla a partir de esos contenidos.

CapturaUn ejemplo de servicio público es el programa En Portada. Sus reportajes internacionales son periodismo en profundidad cada vez más difícil de encontrar. Programado en La Dos y en el Canal 24 Horas siempre a horarios marginales reúne en sus distintas emisiones un millón de espectadores, pero otros 50.000 descargan el programa y tienen acceso a contenidos extras en su web, que amplían y contextualizan el reportaje. ¿Es rentable dar ese servicio? Es rentable socialmente, porque sin este programa una parte importante de la población no tendría acceso a un producto audiovisual que amplía nuestro entendimiento del mundo: eso es el servicio público.

Televisión interactiva vs televisión social

Las nuevas aplicaciones de TVE son un buen ejemplo de dos tendencias paralelas, la televisión conectada o híbrida y la televisión social o segunda pantalla.

La televisión híbrida y el Botón Rojo de TVE

Conectar el televisor a Internet es el modo de dotar de un canal de respuesta a un medio unilateral por naturaleza, la televisión. La caja tonta se vuelve inteligente, o así nos lo han vendido los fabricantes con sus smart tv. La televisión digital conectada, gracias a ese canal de retorno, se convierte en una plataforma de contenidos y servicios interactivos.

Cada fabricante tiene su propia aplicación propietaria, a los que radiodifusores tienen que adaptar sus contenidos. Para superar esta dispersión, en Europa el consorcio HbbTv (fabricantes, radiodifusores, compañías de telecomunicaciones) ha creado una plataforma neutra que pueda acoger todos los servicios y contenidos concebidos de acuerdo con su norma.

Para que la televisión híbrida prospere son necesarios contenidos interactivos atractivos. En otro caso no se venderán nuevos televisores. No parece que en España las cadenas hayan mostrado gran entusiasmo por este desarrollo. Por eso, los fabricantes han acogido con alivio el lanzamiento del Botón Rojo de TVE.

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El Botón Rojo da acceso a la Televisión a la Carta, a las noticias y resultados deportivos y a extras de los programas en emisión. En el caso de los programas informativos se está utilizando de modo limitado para ampliar información. También puede emplearse para encuestas y votaciones.

Como se ve en el caso de TVE, la televisión híbrida sirve más para seleccionar y ampliar contenidos que para interactuar con ellos. La pantalla que se ve en grupo, a una cierta distancia y con un dispositivo de navegación y escritura rudimentario, no es el mejor interface para la conversación social.

La segunda pantalla y +TVE

Mientras, los usuarios han innovado espontáneamente. Teléfonos y tabletas, las segundas pantallas,  se han convertido en el interface social. Y en esa conversación los programas de televisión siguen siendo un motor importante. A través del comentario en las redes sociales, la televisión renueva su capacidad de marcar la agenda informativa y fijar el imaginario colectivo.

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La aplicación +TVE aporta la capacidad de capturar 30″ de un programa y compartir ese vídeo en las redes sociales. Es una magnífica herramienta para lograr vídeos virales, que, a su vez, atraiga audiencia a la programación. Y a su vez es un saludable sometimiento al escrutinio social. Pero los programas informativos no pueden ser capturados ¿Temen los directivos de RTVE que los informativos sean criticados? ¿Por qué puede comentarse un reality o un divulgativo y no los telediarios o Informe Semanal?

Revisada la aplicación, la mayor interacción se produce en torno a la serie Isabel. En la televisión social, son los fans de series o personajes de reality los que dominan la conversación.

Llama la atención la mala acogida del programa Fiesta Suprema. Es una buena iniciativa intentar rejuvenecer la audiencia de La Dos, pero los youtubers no parecen muy contentos con esta reencarnación o re-mediación. Y es que no hay que olvidar, en esta época de transmedialidad, que cada medio, cada plataforma tiene su lenguaje y sus reglas y lo que en uno funciona en otro no tiene porque hacerlo.

En la nueva televisión las pantallas convivirán

Pantallas tontas y pantallas listas, primeras y segundas pantallas, todas ellas están componiendo un nuevo ecosistema.

Por el momento, gran parte de la población o no tendrá acceso a la televisión conectada o no tendrá interés en usarla. Pero cada vez más, la programación lineal quedará reservada para los informativos, eventos y grandes shows. Los contenidos de ficción se consumirán a la carta, bien en la segunda pantalla, bien a través de la televisión conectada. Y la segunda pantalla, la pantalla social, se convertirá (ya lo es entre los jóvenes) en una medida de la influencia de la televisión. Cerrando el bucle, la segunda pantalla, la televisión social, se alimentaá principalmente de programas en directo, comentados instantáneamente.

Servicio público a la carta


RTVE ha remodelado hace un par de semanas su función «a la carta». La posibilidad de ver o escuchar programas bajo petición, «a la carta», es una de las vías esenciales para que los servicios públicos de radio y televisión diversifiquen sus contenidos y puedan proyectarlos a audiencias más activas y selectivas. Es éste uno de los campos de batalla en el que se juega el futuro del servicio público.


La nueva RTVE a la Carta

RTVE a la Carta es una plataforma de visionado de flujo (streaming), que no permite las descargas. rtve.es  ha desarrollado un diseño sencillo y eficaz para poner a disposición de los internautas los programas de TVE y RNE. Es fácil llegar a cualquier programa, se han añadido funcionalidades como favoritos y lista de reproducción para facilitar la personalización, y lo que es más importante, se ha registrado una mejoría en el flujo de descarga de vídeo. Hay algún problema operativo, como cuando nos vuelve a la página principal después de abrir una sección de programas. Personalmente, echo en falta la posibilidad de incrustar (por favor, no embeber) los vídeos, que sólo se da en algunos pocos programas de televisión (aunque sí en todos los de RNE).

La diversificación de la televisión

Desde hace tres lustros, los gurús mediáticos profetizan la muerte de la televisión. ¿Por qué ver una programación con un horario establecido cuando podemos ver lo que más  nos guste a la hora queramos? El vídeo bajo demanda (VoD) mataría a la televisión. Pero el caso es que hasta la generalización de Internet ancha banda no existía ni un canal interactivo general ni un hábito de visionado selectivo.

Hoy esas premisas técnicas y sociales ya se dan, pero al menos en España la visión directa de la programación convencional de las televisiones no sólo no ha disminuido, sino que ha aumentado. La programación sigue teniendo el atractivo de la propuesta repetida (series, informativos) o inesperada (películas). Y además el consumo audiovisual ha crecido por la vía del visionado del vídeo descargado desde los agregadores sociales.

Para las televisiones convencionales, la función «a la carta» es un modo de dar nueva vida a sus programas. Y ahí dos políticas. La explotación comercial a través de la propia página o de agregadores como Netflix o iTunes, 0 la de ofrecer gratis los programas más recientes (por ejemplo, el Modo Salón de Antena 3) cuando los mercados no están maduros para el pago o se trata de servicio público.

Así, mientras las televisiones comerciales explotan selectivamente estos contenidos gratuitos como forma de promoción, fidelización y generación tráfico a sus web (con los consiguientes ingresos publicitarios), los servicios públicos presentan una oferta más completa y sistemática de sus programas y un acceso gratuito en general gratuito.

RTVE a la carta es sin duda la mediateca más importante en español

En el caso de RTVE la baza diferencial es el acceso a sus ricos archivos, patrimonio cultural no ya sólo de los españoles, sino de todos los hispanohablantes.

Podemos encontrar algunas de  las grandes series de TVE, pero faltan todavía muchos de las joyas de los archivos, como las entrevistas de Soler Serrano en A fondo o ejemplares de programas emblemáticos, desde Historias de la Frivolidad a telediarios de fechas históricas. En el caso de los telediarios podemos remontarnos hasta 2008 y sería interesante que poco a poco se recuperaran de más recientes a más antiguos. (¿Sería mucho pedir poder ver, por ejemplo, el TD2 del 8 de abril de 2003, fecha del asesinato de José Couso?).

El problema es, además del coste de los servidores,  la digitalización y carga de estos programas.  RTVE firmó en época de Luis Fernádez un acuerdo con Telefónica para la digitalización de los archivos, que en su momento critiqué porque incluía la comercialización de los contenidos en las plataformas digitales de Telefónica. ¿Qué fue de aquel acuerdo? ¿Sigue operativo?

El iPlayer de la BBC

La plataforma más completa y potente de contenidos audiovisuales gratuitos es el iPlayer desarrollado por BBC. Permite el streaming, incrustar los contenidos en otra página y la descarga. Especialmente interesante es la gestión de los derechos de la descarga. El usuario tiene 30 días desde la descarga para empezar el visionado y una vez realizada la primera reproducción el contenido estará disponible durante 7 días, después de los cuales quedará inhabilitado. Esta función permite la portabilidad de los contenidos durante su tiempo de accesibilidad. Luego, siempre quedará el streaming.

El iPlayer está vinculado a una Guía Electrónica de Programación, presenta funciones de interacción con las redes sociales y puede integrarse el el setbox de platoformas digitales de TDT para ver contenidos en HD (véase Televisión convergente y vídeo interactivo), funciones todas ellas innovadoras que apuntan hacia donde va la televisión del futuro.

Otro de los atractivos de esta plataforma es que se ha abierto a otros canales distintos de los numerosísimos de la BBC. En concreto, a través del iPlayer podemos acceder a Channel Four y a los canales de ITV.

Pero ¡ay! sólo es posible si accedemos desde una Ip del Reino Unido. Los británicos pagan la BBC con el canon; los británicos son, en consecuencia, los únicos con este acceso interactivo gratuito. Recientemente, su director general, Mark Thomson, ha anunciado nuevos planes de comercialización global, que incluirían una suscripción de tarifa plana para i-Pad por menos de 10 dólares mensuales.

La rendición de la RTÉ

Una de las cuestiones que plantean estas plataformas de los servicios públicos es la de su financiación y posible comercialización. Los operadores privados se quejan de que con los recursos recibidos para financiar la radio y la televisión los servicios públicos les hacen una competencia desleal en el mercado interactivo. Y más aún si estos servicios son comercializados.

RTE, la radiotelevisión pública de Irlanda, ha terminado por rendirse y entregará gratuitamente sus vídeos para que puedan ser explotados por los ciberdiarios. Es como entregar las mejores armas al enemigo.

Las plataformas de contenidos audiovisuales a la carta son la extensión lógica del servicio público. Basta que la ley defina entre las funciones del servicio público esta difusión interactiva para que se cumplan las exigencias de la normativa europea. En el caso de comercialización los problemas pueden resolverse con una contabilidad analítica adecuada.

La televisión de YouTube

YouTube es hoy por la plataforma audiovisual más popular con 35 horas de vídeo cargados cada día.

Las principales cadenas de televisión de todo el mundo en vez de luchar con el gigante, exigiendo un estricto respeto a su propiedad intelectual (caso de Telecinco), prefirieron llegar a acuerdos y abrir canales oficiales en YouTube con sus vídeos (no programas completos), lo que garantizar una enorme difusión viral para estos contenidos, pero también la pérdida de control sobre esos vídeos que podrán ser descargados por los internautas. (Por cierto, ¿con qué criterio se cuelga los vídeos en el canal YouTube/TVE? ¿deportes, noticias curiosas y divertidas?)

Ahora YouTube quiere dar la batalla a las televisiones en su propio terreno. Si las televisiones, públicas o privadas, ofrecen sus contenidos «a la carta», haciendo la competencia al agregador ¿por qué no hacer la competencia a las cadenas creando contenidos? YouTube se dispone a crear canales especializados con contenidos de producción propia de bajo coste. Hasta 100 m. de dólares estaría dispuesto a invertir Google para crear 20 canales propios. Convergencia y mas convergencia. ¿Se convertirá YouTube en la tele de todo la vida, pero más cutre?.

Algunas lecciones para RTVE

– RTVE debiera de buscar una alianza con el resto de los operadores públicos españoles para crear una plataforma común.

– Los contenidos deben ser gratuitos no sólo en España, sino para todo el mundo. El servicio público debe estar al servicio del español, nuestro mejor patrimonio cultural y económico.

– Algunos contenidos como series recientes podrían comercializarse fuera de España y dentro para nuevas plataformas como i-Pad, que tiene una filosofía de información de pago. Lo que es inaceptable es que esa comercialización se haga por otras compañías en detrimento de los derechos de los españoles y los intereses económicos de la Corporación.

– En su actual plataforma, RTVE tiene que mejorar la integración con redes sociales y con plataformas de pago que operan en España.

– RTVE debieran permitir la descarga con limitaciones temporales y otras protecciones de la propiedad intelectual. En cualquier caso, todos los programas debieran de incluir código para incrustar en otras páginas.

(P.S. Otra fuente interesante. La batalla entre las televisiones y Netflix en The Guardian)

Televisión convergente y vídeo interactivo


La batalla por el futuro de la televisión se libra en torno a una caja

El vídeo en Internet (cibervídeo) y la televisión tradicional están en pleno proceso de convergencia, pero no sabemos si el resultado será una simple plataforma de visualización o un nuevo medio.

Se multiplican las iniciativas, en muchos casos mediante asociaciones entre compañías tecnológicas, operadores de telefonía y productores de contenidos. Todos luchan por colocar su caja (set top box) junto a nuestra flamante pantalla plana. Y de quien se lleve el gato al agua depende el futuro del medio televisión.

En primera línea y operativas están las plataformas de videoclub interactivo o televisión a la carta. Apple Tv (un sistema propietario) marca tendencia con su videoclub global, que no deja de plantear problemas de operación. Las operadores de adsl ofrecen también su propia caja para acceder a su catálogo. Movistar-Imagenio ofrece contenidos en HD, pero no incluye disco duro. ONO anuncia un desarrollo con Tivo, el dispositivo de grabación digital pionero. La caja de Digital Plus (iPlus) es el descodificador de esta plataforma de pago más un disco duro, con funciones tanto para ver canales, de videoclub, así como de pago por visión. Todas estas cajas son soluciones propietarias para personalizar la recepción y comprar contenidos audiovisuales.

Por su parte, los fabricantes de televisores llevan varios años ofreciendo soluciones de acceso a los contenidos de Internet. Las distintas alternativas pasan por una conexión inalámbrica a nuestro router (la tv tiene su propia ip) y una serie de widgets para acceder a las platataformas más populares. Y por supuesto la mayoría de los nuevos receptores tiene un puerto USB para reproducir vídeos externos o grabar los programas que visionamos.

La integración pasa por plataformas abiertas, que sean capaces de ofrecer:

– La programación tradicional de nuestras cadenas favoritas

– La grabación y reproducción a voluntad de todos los canales recibidos

– Reproducir y grabar vídeos y otros contenidos audiovisuales desde dispositivos de almacenamientos

– Selección de vídeos a la carta, gratuitos o de pago, tanto provenientes de la programación televisiva como de la Red.

– Guías de navegación, personalización y búsqueda.

– Interactividad en todas estas operaciones.

– Interactividad para compartir, comentar y valorar.

La caja evidentemente tendrá que tener dos conectores: un cable coaxial de antena y una conexión por cable o inalámbrica a nuestro router o red local.

Este es el modelo que ha presentado en FICOD Anthony Rose (vídeo ponencia). Se trata de YouView, que está siendo desarrollado conjuntamente con varios operadores británicos, entre ellos la BBC. Rose ya desarrolló para la BBC el iPlayer, un reproductor y punto de acceso a la riquísima mediateca de la Corporación -tiene una enorme pega: sólo pueden acceder los británicos, que son los que pagan el servicio con el canon.

Rose hizo hincapié en la necesidad de herramientas de orientación y personalización para disfrutar de esta ingente masa de información audiovisual. La solución de Google pasa por convertir a su buscador en el centro de esa experiencia.

Integrar la televisión y el cibervídeo tiene la dificultad de hacer compatibles dos experiencias visuales y de recepción distintas. En la medida en que los cibervídeos ganen en definición y calidad ambas experiencias se irán aproximando, pero no será fácil.

La búsqueda de contenidos, la personalización y la guía por los mismo será decisiva para esa convergencia. Pero estoy seguro que una mayoría seguirá confiando esa guía a sus orientadores tradicionales: los canales que editan una programación y ofrecen una alternativa global.

El vídeo interactivo

En esta nueva televisión jugará un papel muy importante el vídeo interactivo. Todos soportamos el anuncio previo al vídeo que en realidad deseamos ver. Y como nos descuidemos hacemos click y nos encontramos en la página del anunciante, que de eso se trata. Hasta ahora las aplicaciones de vídeo interactivo se habían reducido prácticamente a su uso publicitaria.

Existen algunas experiencias de vídeo informativo interactivo. La empresa francesa HonkyTonk ha desarrollado una herramienta y producido interesantes documentales interactivos, como » The Jouney to the end of the coal». Ahora una empresa española Madpixel ha presentado en FICOD su propia tecnología y su aplicación a un reportaje de Informe Semanal.

En mi opinión esta tecnología tiene mayor potencialidad informativa que la simple muestra de fichas de personas y lugares, pero es un primer paso muy interesante.

De lo que no me cabe duda es que el futuro del vídeo informativo está en la interactividad.

Televisión en transición


Llega otro informe sobre las pautas de consumo de televisión a nivel mundial. En realidad, hablar de televisión es una forma de entendernos porque el estudio, como es lógico, no se ocupa sólo de la televisión clásica (la televisión lineal), sino de los programas y contenidos audiovisuales consumidos mediante un conjunto de plataformas. Se trata de Television in Transition, el sondeo de consumo audiovisual 2008 de la consultora Accenture (prf; información en WorldScreen).

La conclusión principal es que cada vez más personas consumen contenidos audiovisuales en mayor número de plataformas distintas. Esta tendencia es universal (o por lo menos común en los 15 países estudiados) con pecualiariades nacionales, y mucho más acusada entre los jóvenes, sobre todo entre los menores de 25 años.

La verdad que la foto de portada es toda una declaración. El consejo subyacente -incluso un directivo del sector lo manifiesta abiertamente- es producir pensando en esos jóvenes, más dispuestos a consumir en cualquier plataforma, pagar por ello y soportar la publicidad. El informe reconoce que la televisión tradicional tiene por delante mucho futuro, pero pinta un panorama en el que producir pensando en los más jóvenes será cada vez más rentable. En una sociedad cada vez más gris ¿los contenidos audiovisuales estarán sólo dedicados a los jóvenes?.  Conclusión propia: sólo los servicios públicos sin criterios de rentabilidad comercial podrán satisfacer las necesidades del conjunto de la población, mientras que las compañías privadas se concentrarán en productos de múltiple explotación.

Uno de los hallazgos que me parecen más esclarecedores es que cada contenido, en función de su formato y su género, deberá ser editado para un conjunto de plataformas según sus características. Inserto un cuadro que muestra las preferencias de los consumidores con respecto a determinados contenidos y las plataformas PC y dispositivos móviles. Por ejemplo, resulta muy claro que vídeos de  actualizaciones y alertas informativas serán editados en formatos muy breves para dispositivos móviles. En cambio, series y tv-movies aparecen como contenidos especialmente aptos para plataformas de vídeo a la demanda (televisión a la carta).

El sondeo muestra que los espectadores son cada vez más fieles al programa o producto y menos al canal. Los canales que no sean capaces de producir contenidos con un sello propio, aptos para distintas plataformas, tienen un negro futuro. Con todo los respetos, creo que eso es lo que les ocurre a las televisiones privadas españolas y en menor grado a TVE, en la medida que su programación está mayoritariamente en manos de productoras externas. En cambio, pienso, canales productores de contenidos con un sello de calidad, como la BBC, se adaptarán bien al nuevo escenario.

De los nuevos servicios de la televisión interactiva, el más apreciado por los encuestados es el de interrumpir o demorar el visionado de un programa en directo (time-shifting) y a continuación formas de televisión a la carta, que aceptan mejor bajo la fórmula de pago de la tarifa plana. Creo que aquí también los servicios públicos pueden dar la batalla, como nuevamente muestra la BBC, que desarrolla ya una plataforma de televisión a la carta sobre banda ancha, el proyecto Canvass.

Por último, una referencia a España -donde, por cierto, el límite de edad de los encuestados ha sido 55 años. De la televisión que ven, los españoles son los espectadores más molestos con la publicidad.

Conclusión fina (propia): ¡Es la calidad de los contenidos, estúpido!

El amanecer de la nueva era de la televisión


«Cuanto más jóvenes, menos televisión ven» es un titular que podemos encontrar estos días repetido en blogs y páginas que siguen las tendencias audiovisuales. Su fuente inmediata está en una información publicada por Hollywood Reporter y distribuida por Reuters, pero su fuente última la encontramos en un estudio de opinión que vale la pena comentar.

La consultora Deloitte lanzó el año pasado en Estados Unidos un estudio bajo el título de State of the Media Democracy, dirigido a conocer las nuevas tendencias de consumo mediático por estratos de población. Un título a mi entender pretencioso, porque reduce la democracia mediática a la producción de contenidos no profesionales. Ahora se publica la segunda oleada de esta encuesta (pdf), que parece confirmar la creciente convergencia entre la televisión y los contenidos digitales.

El estudio muestra que son los más mayores los más predispuestos a los medios escritos y al consumo de la televisión tradicional. Las edades intermedias consumen televisión, pero, sobre todo, productos audiovisuales personalizados (DVDs, grabadores digitales personales) y son los más jóvenes los que menos televisión ven, pero son los que más tiempo invierten en los medios, con preferencia por los digitales. Pero aún esta franja entre 15 y 24 años consume 10,5 horas de televisión a la semana.

Algunos datos muestran que la programación de la televisión puede estar perdiendo la partida, porque ya un 69% considera más «divertido» el ordenador que el televisor, aunque luego a un 58% le gustaría poder visionar los contenidos digitales de su ordenador en el televisor doméstico. Y además, a los tiempos que se dedican a ver la televisión tradicional, habría que sumar los dedicados a la televisión en la red: un tercio ve programas on line (15 de puntos de incremento con respecto a la primera edición del estudio).

Otra tendencia muy clara es la de utilizar el teléfono móvil como un dispositivo de entretenimiento. Un 36% ya le dan este uso (con un incremento en un año de 12 puntos). También los videojuegos (en sus distintas plataformas) están extendidas entre todas las capas de población: nada menos que un 60% juegan habitualmente, con resultados más altos entre los más jóvenes.

En lo que el estudio llama «democracia mediática», esto es, los contenidos no profesionales, los crecimientos son también claros. Un 45% crea su propio «entretenimiento», editando sus fotos y vídeos. Un 45% ponen contenidos a disposición de otros y un 69% acceden a contenidos no profesionales.

La conclusión más interesante a mi juicio es que el público elige el contenido y lo busca en la plataforma que le resulta más conveniente o más familiar. Esto es, finalmente, lo importante es la creatividad y no el vehículo de difusión.

El estudio no se pregunta la relación entre contenidos profesionales y no profesionales -¿en qué medida los no profesionales son eco de los profesionale?. Tampoco se incluyen preguntas específicas sobre las formas de adquirir información de actualidad, de manera que el estudio no nos marca ninguna tendencia sobre la relación entre plataformas e información periodística. Y hay que recordar que lo que es válido en Estados Unidos no tiene porque serlo en otras partes. Me parece más generalizables los comportamientos de los jóvenes que los de los adultos. Por ejemplo, en España los videojuegos son casib una rareza entre los mayores de 35 años.

¿Estamos ante una nueva era de la televisión como se titula uno de los capítulos del estudio?

Informe Sociedad de la Información 2007


Telefónica acaba de publica su Informe «La Sociedad de la Información en España 2007». Destaca el aumento de internautas y la mayor penetración de la banda ancha. Pero, pese al crecimiento, seguimos encontrándonos por debajo de la media de la UE.

Personalmente, lo que más me ha interesado es el capítulo dedicado al proceso de convergencia de la televisión. Como comienza el informe de Salvador Pérez Crespo, del que se extrae el capítulo, «hubo un tiempo en que todos sabíamos perfectamente lo que era la televisión», pero el proceso de convergencia ha aumentado las posibilidades de visionar vídeos, más allá del medio tradicional. Estas posibilidades se resumen en la siguiente tabla.

Hoy por hoy, la inmensa mayoría de los contenidos son producidos para la televisión tradicional. Muchos de ellos son canibalizados por los nuevos medios nacidos en el ciberespacio. En otras ocasiones, los acontecimientos nacidos en el ciberespacio son canabilizados por las televisiones tradicionales. Con todo, el ámbito de visionar preferente sigue siendo el salón y la gran pantalla.

Todo se mueve, todo converge, pero lo importante son los mensajes. ¿Ha muerto la televisión? Parece que, de momento, no. De lo que no cabe duda es de omnipresencia de la información audiovisual.

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