Una Comisión de la Verdad para la antigua Yugoslavia


El banquillo del acusado estaba vacío.

Hoy, Radovan Karadzic, el jefe político que condujo a los serbios de Bosnia-Herzegovina a la guerra, el crimen y la ignominia, se ha permitido ausentarse de la primera sesión del juicio que contra él se sigue en el Tribunal de Crímenes de Guerra en la Antigua Yugoslavia.

Karadzic afronta 11 acusaciones por genocidio, crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y otras atrocidades. El sitio de Sarajevo y la matanza de Srebrenica son parte sustancial de la acusación.

El acusado dice que no ha tenido tiempo suficiente para preparar su defensa, que asume personalmente, y pide otros nueve meses. Jurídicamente puede tener razón o no, pero lo que está haciendo es aplicar la misma pauta que durante las intermitentes negociaciones aplicaba durante la guerra. En su feudo de Pale, en el hotel de montaña Panorama, recibía cálidamente a las delegaciones para darles larga tras larga. En definitiva, la táctica de marear la perdiz.

Karadzic no era un líder expeditivo como Milosevic ni un abogado correoso, como éste cuando tuvo que sentarse en el banquillo de La Haya. Karadzic combina el encanto personal, la bonhomia, con la cerrazón ideológica y el desprecio por el otro. Ahora el Tribunal tendrá que tomar medidas y puede nombrarle un abogado de oficio, lo que le restaría un protagonismo que este narciso tanto importa. pero también puede que el Tribunal le de una prórroga ahora, o en algún momento del proceso. Los cargos exigen un proceso riguroso y un respeto absoluto de los derechos del acusado.

Hoy en Bosnia muchos habrán vuelto hoy a sentirse víctimas humilladas. Igual que hace unos días, cuando el gobierno de Noruega decidió poner en libertad a Biljana Plasiv, una de las adláteres de Karadzic, antes del cumplimiento total de su condena. Plasiv, no obstante, ha pasado sus buenos ochos años en la cárcel, claro que para las víctimas no será mucho consuelo.

Leo en una CNN.com remodelada una interesante propuesta. Cecile Aptel, ex asesora jurídica del Tribunal, defiende la necesidad de una Comisión de la Verdad. Defiende que el el Tribunal Internacional, que se ha ocupado sólo de los criminales más prominentes, y los tribunales nacionales que juzgan a otros centenares más, han sido un éxito. Pero los proceso son lentos, a veces faltan pruebas, otras las penas no son tan rigurosas como desearían las víctimas… Los pueblos de los Balcanes mantienen todavía cada uno su relato del conflicto, verdades paralelas en los que los propios son siempre las víctimas. Aptel señala como en este momento está empezando un movimiento que reúne a personas que ahora viven bajo distintas banderas para discutir el establecimiento de una comisión que esclarezca la verdad y establezca un relato que haga justicia a todos.

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Transición al ciberperiodismo


La mayoría de los periodistas norteamericanos tienen una buena disposición para hacer una transición completa hacia el periodismo digital. Así lo muestra un estudio del Media Managament Center (pdf) realizado entre 3800 informadores pertenecientes a redacciones de prensa tradicional, digital o híbridas.

El grupo más numeroso, el 50%, estaría dispuesto a doblar su trabajo digital. Sólo un 6% están decididamente en contra del proceso de convergencia. Más de la mitad piensa que la transición se está desarrollando demasiado lentamente en sus redacciones.

El dato que no deja de sorprender es que, en plena crisis, el 77% están satisfechos con su trabajo. Muchos estarían dispuestos a comprometerse más con el cambio si tuvieran una perspectiva de estabilidad laboral. El optimismo de directores y editores contrasta con la visión más realista del informador de base.

(Con un poco más de tiempo analizaré algo más este estudio).

Los sindicatos reclaman que la Ley General Audiovisual respete el concepto de servicio público


CC.OO y UGT exigen al gobierno la modificación del proyecto de Ley General Audiovisual.

En esencia, piden que se respete el tradicional concepto de servicio público de radio y televisión; que el gobierno central no abandone a las comunidades autónomas la regulación general de los medios audiovisuales; que no se abra la puerta a la privatización de los canales públicos autonómicos; que se respeten las condiciones originarias de concesiones y autorizaciones y que, en definitiva, se haga una ordenación del sector que permita el mantenimiento de los puestos de trabajo.

La posición de los sindicatos abre un debate general sobre el proyecto, hasta ahora reducido a polémicas puntuales (pornografía en abierto, sí o no) o defensa de intereses empresariales. Lo que advierten CC.OO y UGT es que el sector puede fragmentarse en regulaciones regionales, que den vía libre a la privatización de los canales públicos y pierdan de vista la consideración de los medios audiovisuales como un servicio, en los términos del art. 128 de la Constitución Española.

Confieso que tengo pendiente todavía un análisis del proyecto de ley. Por el momento, como aportación al debate, coloco el texto, publicado hoy 23 de octubre en el Boletín de las Cortes, aquí y en la página documentos (pdf).

La reconstrucción del periodismo (en Estados Unidos)


La Columbia Journalism Review acaba de publicar el informe The Reconstruction of American Journalism (versión web reducida, versión completa pdf). Los autores son el profesor Michael Schudson y el ex editor del Washington Post Len Downie.

El propio título indica el diagnóstico de los autores. En Estados Unidos el periodismo se encuentra en ruinas y tiene que ser reconstruido. Cuando leemos que el periódico más poderoso, The New York Times, despide a otros 100 periodistas (ver la repercusión de la noticia en los cibermedios en español) podemos pensar que, efectivamente, el periodismo, o al menos el periodismo, tal y como le conocemos si no está desapareciendo, sí que está cambiando profundamente.

Los autores analizan más la crisis del modelo de negocio que las perversiones en que han incurrido los grandes medios. La investigación, elaboración y difusión de la información se dispersa y el monopolio de los grandes medios se difumina. Esto que, en principio es la buena y gran noticia, supone que no se darán la gran concentración de recursos dedicados  hasta ahora a un periodismo de interés público.

El informe se plantea, ante todo, buscar un modelo de financiación alternativo al comercial clásico, basado en la venta de ejemplares, las suscripciones y la publicidad (y ahora también basado en la venta de piezas de información, o, al menos, eso intentan los cibermedios, pese a anteriores fracasos).

Proponen los autores un modelo en el que convivan empresas con fin de lucro, organizaciones sin ánimo de lucro, universidades como una función de laboratorios informativos y start-ups (nuevas empresas innovadoras que sólo dan beneficios pasados un tiempo). La gran fuente de financiación de estas nuevas organizaciones informativas sería la filantropía. La cuestión es: si las artes, hasta las más clásicas y mayoritarias, se financian a través de organizaciones filantrópicas ¿por qué no también el periodismo de interés público, «especie en peligro de extinción»?.

Las propuestas están originando gran debate.  «Esto más que un plan de futuro es un epitafio»- die uno de los comentarios, que, en general, son más partidarios de reflotar las empresas capitalistas que de nuevas formas de organización.

La financiación filatrópica parece bastante improbable fuera de Estados Unidos. Habría que cambiar las leyes, la cultura de los grandes mecenas y, sobre todo, convencerles de que si el arte de las vanguardias hoy puede ser inocuo, el periodismo o es crítico (también respecto a sus mecenas) o no es.

El informe sostiene que el periodismo será colaborativo y abierto a un rango más amplio de informadores, profesionales y semiprofesionales. Esa parece ser ya la apuesta de los grandes medios. The Guardian recluta blogeros para la cobertura local. La BBC crea el cargo de editor de los medios sociales.

Todo eso está muy bien, pero -como se pregunta uno de los intervinientes en el debate de la CJR- si los estudiantes de periodismo hacen información innovadora ¿qué harán los periodistas profesionales? En España podríamos escribir un tratado sobre el abuso de los becarios.

Caso Gürtel: la corrupción de la imagen


Los españoles llevamos meses conociendo, primero por filtraciones interesadas, ahora por levantamiento parcial del sumario, los detalles de la trama de corrupción montada por Francisco Correa y desarticulada a partir de una operación policial denominada Gürtel, esto es, correa en alemán. La zafiedad, la ostentación de un lujo obsceno, el expolio de lo público y la pequeña intriga política dominan las relaciones entre personajes públicos y los personajillos que pululan en su órbita.

Las empresas de Correa y sus réplicas en la Comunidad Valenciana organizan actos públicos del PP y de las distintas administraciones regionales en las que éste gobierna. Las distintas instancias judiciales tendrán que determinar si las adjudicaciones públicas se hicieron conforme a derecho o no, si hubo sobornos, lavado de dinero negro o financiación ilegal del PP. Pero aunque todo fuera perfectamente correcto, jurídica y aún moralmente, el volumen de recursos públicos que se dedica a los organización de estos «eventos» es escandaloso.

¿Cuál era la materia producida por las empresas del Sr. Correa? Imagen… Imagen de políticos e imagen de instituciones. No eran empresas que diseñaran complejas estrategias de comunicación, simplemente ponían en escena pseudoacontecimientos pensados por otros agentes de relaciones públicas. Las autoridades y responsables públicas no tienen ya como primera función gestionar lo público sino construir su imagen. En torno a esa puesta en escena ha nacido toda una industria de los «eventos», que, por lo que se ve, mueve miles de millones. Para los eventos nunca hay crisis.

El problema es que los periodistas siguen dócilmente la ruta de los eventos y convierten en noticia lo que no es más que un simulacro de la realidad. Baudrillard ya nos enseñó cómo los medios han roto las fronteras entre la realidad y su representación, en una amalgama visual de lo imaginario y lo real. Hallin analizó el proceso de construcción de los pseudoeventos. Correa y sus adláteres nos demuestran ahora como esa imagen construida, y como tal corrupta, es una extraordinaria fuente de lucro y poder, de corrupción política.

BBC: No digas en el blog lo que no puedas emitir


La BBC endurecerá su política editorial con mayor exigencia de imparcialidad y restricciones al lenguaje inapropiado

La BBC revisa cada cinco años sus Editorial Guidelines, pero antes de de que entre en vigor la nueva versión el próximo junio, el Trust (máximo órgano de gobierno representante del interés público) ha hecho público el borrador y ha abierto una consulta popular entre los contribuyentes que financian con el pago del canon el servicio.

Las Editorial Guidelines son las normas de buena práctica que todo el personal de la BBC, incluidos sus directivos, debe respetar. Estructuradas en 19 capítulos, regulan con un espíritu pragmático y bastante detalle la actividad de la  Corporación con el fin de que sus programas e informaciones se ajusten a la función de servicio público. Estas directivas (traducidas por la Asociación de la Prensa de Madrid) son un espejo de buen periodismo.

Las novedades más polémicas de la nueva versión (borrador, pdf) se refieren a la imparcialidad y la precisión (accuracy) y a las conductas intrusivas en la vida privada, la sátira humillante o el lenguaje obsceno. En todos estos supuestos, los profesionales deberán seguir una normas más estrictas y serán sometidos a un mayor escrutinio.

El caso Bowen

Hasta ahora estas normas se habían aplicado de un modo más flexible a la información en línea en sus distintos formatos y plataformas. Ahora se pretende que las reglas en BBC Online sean tan estrictas como en la radio o la televisión. Esto es, no digas en tu blog, foro o noticia online lo que no emitirías en un programa de radio o televisión.

Esta aplicación más estricta se conoce ya por los medios británicos como «la regla Bowen». Jeremy Bowen es actualmente el editor de Oriente Próximo y previamente corresponsal en Jerusalén. Personalmente, he seguido su actividad desde los días del sitio de Sarajevo (por entonces no tenía todavía el pelo blanco) y me ha parecido uno de los exponentes del mejor reporterismo británico, que sabe combinar el riesgo, el relato impecable y la información de fondo.

Bowen chocó la pasada primavera como el aparato propagandístico de Israel. En una pieza de contexto para BBC  Online sobre las consecuencias de la Guerra de 1967, el periodista escribió que el Estado de Israel no reconoce otra interpretación del derecho internacional más que la suya propia y que el sionismo tiene una tendencia irrefrenable a empujar la frontera. Ambas afirmaciones fueron juzgadas por el Trust como violaciones a las reglas de imparcialidad. Tras una investigación, se consideró que eran imprecisas y requerían la referencia a otros puntos de vista. Bowen fue reprendido, pero la BBC resistió las presiones para destituirle como editor de Oriente Próximo.

On Line vs. On Radio, On Television

La publicidad institucional de la BBC explota ahora el eslogan «On Line, On Radio, On Television». La Corporación insiste en un mismo servicio (una misma información con la misma coherencia editorial) en las tres plataformas. La decisión de aplicar los criterios editoriales con el mismo rigor se enmarca en esta política. Pero el lenguaje y la naturaleza de los mensajes es muy distinto y aplicar los mismo criterios alos programas de radio o televisión -dirigidos a un público masivo e indiscriminado- que a un blog puede encorsetar la información en línea.

La participación del público

Será la primera vez que estas directrices editoriales se hagan teniendo en cuenta la opinión del público. Por supuesto, no es más que un proceso abierto, en el que el Trust podrá seguir o no las sugerencias, pero no deja ser un paso más en la participación ciudadana en los medios masivos.

Transparencia en la blogesfera


La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos exige a partir de ahora a los blogeros que  apoyen un determinado producto que hagan públicos los pagos o regalos recibidos de las empresas del sector sobre el que hacen sus comentarios. El incumplimiento de esta obligación puede conllevar una multa de hasta 11.000 dólares.

La Comisión, que es el organismo público que protege a los consumidores, impone la misma normativa a los famosos que apoyen cualquier producto en sus redes sociales.

(Fuentes: Washington Post, CNET)

Esta normativa se enmarca en el derecho de protección de los consumidores, pero tiene raíces en el Derecho de la Información y desborda el ámbito de Estados Unidos.

La transparencia es una de las obligaciones esenciales que tiene que asumir las empresas para que la relación jurídico-informativa, de la que son parte también los profesionales el público y los profesionales, resulte equilibrada. El derecho a conocer del público tiene como correlato el derecho a saber quién nos informa y en función de que intereses. Por eso, muchas legislaciones han exigido que sea pública la propiedad de la empresa y sus principios editoriales. Y para ello, exigían, o bien la inscripción en un registro público de  estos datos, bien su publicación periódica por el propio medio.

La desrregulación que ha venido desarrollándose en los últimos 20 años se ha llevado por delante muchas de estas obligaciones. Si queremos saber la propiedad real de la empresa tendremos que hacer una labor detectivesca a través de la maraña de participaciones cruzadas de los grupos multimedia.

Otra dimensión de ese deber de transparencia es dar a conocer los conflictos de intereses que puedan existir en la labor informativa. Esta obligación, más que estrictamente jurídica, ha sido más a menudo recogida por los códigos deontológicos y ha tenido más una proyección interna en las redacciones, es decir, los trapos sucios se lavan en caso, sin dar mayor cuenta al público.

Hoy por hoy, uno de los mayores atentados a la transparencia viene dado por la ocultación de las empresas de relaciones públicas como fuente de informaciones. A través del Video News Realease se precocina una información que luego será asumida como propia por el periodista de turno. La información de la industria del espectáculo se basa en estos productos. Y qué decir de los viajes pagados a presentaciones, de las entrevistas «en exclusiva» que en realidad son pura y llanamente promociones comerciales. En un estudio (Fake TV News) de 2006 PrWatch.org encontró 36 noticias de televisión montadas con estos materiales de las que no se mencionaba su origen.

A diferencia de empresas y profesionales, los ciudadanos que mantienen un blog o un perfil en una red social, no están sujetos a ninguna obligación de transparencia. En su favor tienen una presunción social de actuación desinteresada. Nada más lejos de la realidad. Estas nuevas formas de información y expresión se orquestan por partidos, empresas, agencias de relaciones públicas y campañas publicitarias como un recurso más, prevaliéndose de la cándida aproximación de la mayor parte del público a estas plataformas.

Otros organismos de protección de los consumidores debieran de tomar nota de la normativa norteamericana. Y más allá, cualquier código deontológico adoptado por blogeros que quieran ofrecer una información fiable debiera exigir un mínimo de transparencia, como por ejemplo,  sus vinculaciones con organizaciones y empresas y pagos y regalos recibidos.

Internet en la televisión


Desde hace unos meses los televisores LCD y plasma de gama alta ofrecen al posibilidad de conectarse por cable o inalámbricamente a nuestra red local y a través de ella a Internet. Fracasada la experiencia de Media Center, esta es una nueva experiencia de convergencia entre la televisión e Internet. Pero lo que se ofrece no es un acceso pleno, sino un acceso encauzado a través de los widgets de determinados suministradores de contenidos y servicios o redes sociales, por el momento Yahoo, Google, YouTube o Facebook. Cuando el uso de Internet era básicamente profesional, la pantalla de la televisión no era el entorno más adecuado para conectarse a la Red. Ahora, cuando predomina el entretenimiento, en la pantalla común la televisión tendrá que competir con estas aplicaciones lúdicas de la Red.

Ernest & Young acaba de publicar un informe sobre el enorme potencial de este nuevo servicio. Un 76% de los consumidores (norteamericanos) consultados encuentran interesante que la barra con sus widgets apareciera en su televisor, mientras que el porcentaje baja al 61% si de lo que hablamos es de una plena conexión a Internet y sólo un 30% considera atractivo contar con widgets informativos en su pantalla. Lo que me refuerza en la idea de un uso lúdico sobre usos profesionales o informativos.

Recojo a continuación los puntos más importantes del informe.

Fragmentación de la atención. Los widgets competirán por la atención del espectador con los canales ya disponibles. Si una cadena diseña los widgets adecuados puede limitar el zapping, pero los widgets de la competencia también pueden hacerle cambiar de canal. El resultado previsible será una mayor fragmentación de las audiencias.

– Financiación publicitaria. Los nuevos servicios tendrán una financiación publicitaria y competirán por la atención de los anunciantes.

Los programadores y las autoridades reguladoras deben desarrollar nuevas estrategias.

Los contenidos serán interactivos e intercambiables con las plataformas móviles.

Visto desde la perspectiva del ecosistema informativo, estos nuevos desarrollos no hacen sino restar valor a la interactividad que técnicamente ofrece la TDT. Gobiernos u operadores parecen dispuestos a reproducir el esquema analógico en la televisión digital terrestre. Nadie parece interesado en desarrollar sus potencialidades interactivas. Y esa Internert capada y dirigida que son los widgetes en la pantalla del televisor puede ser la puntilla para una TDT interactiva.


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