Crímenes en Ucrania y Palestina


La aviación israelí bombardea la ciudad de Gaza, uno de los territorios con mayor densidad de población del mundo, donde prácticamente es imposible diferenciar objetivos civiles y militares.

El David palestino (en este caso, los papeles se trastocan) ha herido en la frente al Goliat israelí no con una piedra, sino con una oleada de ataques por sorpresa contra militares y población civil, de enorme crueldad y características terroristas. Pero el Goliat israelí, lejos de quedar herido de muerte tiene capacidad, como Sansón, de sacudir con sus bombardeos las columnas del templo de Gaza, que amenaza con convertirse en un el cementerio de miles de civiles palestinos.

¡Qué difícil es enjuiciar la barbarie humana, cuando todo se ve con ojos sectarios! Por muchos que hayan sido los crímenes de Israel no está justificada la acción de Hamás contra los civiles, como los crimines de Estados Unidos, desde Hiroshima y Nagasaki a Chile no justifican los atentados del 11-S.

Sin pretender ser equidistante y poniendo por delante que las acciones de Hamas son gravísimas violaciones de los derechos humanos, que no merecen sino la más rotunda condena, como estos días he leído reiteradamente que hay una vara de medir distinta con los conflictos de Ucrania y Palestina, voy a intentar comparar los crímenes que ambos contextos se producen a la luz del derecho internacional humanitario.

El derecho internacional humanitario está codificado en los Convenios de Ginebra, que intentan proteger a los contendientes que ya no pueden combatir (heridos, prisioneros) y a la población civil, tanto e los conflictos internacionales, como en los internos.

Los crímenes contra el derecho humanitario son crímenes de guerra (por ejemplo, maltratar a los prisioneros). Un nivel mayor de gravedad son los crímenes de lesa humanidad: «cometidos como parte de un ataque general o sistemático contra civiles en tiempo de paz o de guerra, que incluyen tortura, desaparición forzada, homicidio, esclavización, deportación y actos de violencia sexual y de género, incluida la violación».

El genocidio es el exterminio sistemático de un grupo humano por razón de etnia, religión, política o nacionalidad.

La jurisdicción competente para juzgar todos estos delitos es el Tribunal Penal Internacional, con sede en La Haya, y creado por el Estatuto de Roma de 1998. Para que su jurisdicción sea efectiva tiene que ser previamente aceptada por los Estados, Ni Rusia, ni Estados Unidos, ni Israel son parte del tratado. Ucrania tiene una oficina de cooperación desde 2003 y Palestina no es un Estado (lo cual no quiere decir que los grupos irregulares no puedan ser juzgados, como ha ocurrido en el caso de varios países africanos.

El crimen original y punto de partida de los conflictos

El caso de Ucrania es más claro. El punto de partida está en el delito de agresión (tipificado en el Estatuto de Roma del TPI) con la anexión por parte de Rusia de Crimea y parte del Donbás en 2014, culminada con la invasión total de 2022. Esta agresión está justificada por Rusia en una supuesta amenaza de la OTAN, pero en realidad lo que intenta es mantener un área de influencia rusa en el mundo post soviético.

Más complejo es el caso del conflicto entre Israel y Palestina. Israel nace en 1948 de una decisión de la Asamblea General de la ONU, apoyada por cuatro de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EE,UU, URSS, Reino Unido y Francia). Se trata como un asunto de descolonización, sin consultar ni tener en cuenta a la población palestina.

Los estados árabes vecinos lanzan un guerra contra el naciente estado (guerra de independencia para los israelíes), contienda en el que el ejército israelí se impone y -como han demostrado los propios historiadores israelíes- lleva a cabo acciones de limpieza étnica. Un millón de palestinos fueron expulsados o huyeron de sus hogares y se convirtieron en refugiados. El 80% de la población de Gaza son refugiados o descendientes de refugiados del 48. Para los palestinos es la Catástrofe, la Nakba

En la guerra de los Seis Días Israel conquistó a Egipto Gaza. a Jordania, Cisjordania y Jerusalén este y a Siria los Altos del Golán. Empieza la ocupación de los territorios donde reside la mayor parte de la población palestina y sobre estos territorios van asentando cada vez más población judía , en un agresivo proceso de colonización. prohibido por las leyes internacionales.

Israel nunca ha reconocido derechos a la población de los territorios ocupados y a las respuestas palestinas (la lucha guerrillera, la intifada de las piedras, los atentados suicidas, la intifada de los cuchillos) Israel ha reaccionado con enorme fuerza punitiva.

Los acuerdos de Oslo y la creación de Autoridad Autónoma Palestina tenían el horizonte de establecer dos estados en 1999. Pero la colonización israelí y medidas de seguridad, como el muro que divide Cisjordania lo hacen inviable. En el caso de Gaza, Israel considera que la ocupación es demasiado onerosa y evacua a sus tropas en 2006, desmontando previamente las colonias ilegalmente establecidos en el territorio. La Franja de 50 x 11 kms., donde viven 2 millones de palestinos, queda aislada del resto del mundo y se convierte desde 2007, después de que en 2006 ganara las elecciones el movimiento islamista Hamás y expulsara a los laicos de Fatah. en la mayor cárcel a cielo abierto del mundo (rodeada de una valla en teoría inexpugnable y solo con dos pasos de comunicación con Israel y uno con Egipto, que se abren con cuentagotas).

Resumiendo, el crimen original israelí reside en una ocupación y colonización que viola las resoluciones de la ONU, el derecho internacional y los derechos básicos de un pueblo sometido a todo tipo de crueldades y humillaciones, con desprecio absoluto de la condición de los civiles (Teresa Aranguren resume aquí esta historia). Piénsese que si un joven palestino comete un atentado, su casa (donde suelen convivir familias extensas) es inmediatamente demolida por el ejército israelí. Todo eso va amasando un explosivo sentimiento de odio, al que el islamismo da forma y justificación.

Crimines de lesa humanidad

El ataque sistemático a la población civil y a sus infraestructuras puede calificarse como crimen de lesa humanidad.

Rusia bombardea sistemáticamente las infraestructuras y las ciudades ucranianas, ocasionando un importante número de víctimas civiles. Pero en Ucrania, la población puede desplazarse. En Gaza, el territorio con más densidad de población del mundo no hay a donde huir. Los pasos a Israel y a Egipto están cerrados y la única protección la ofrece la bandera de la ONU en hospitales y escuelas. Como en anteriores campañas, los testimonios muestran que Israel no está respetando estos «santuarios».

No solo los bombardeos. Israel ha cortado los suministros de agua, electricidad y alimentos. El ministro de Defensa ha dicho que es la manera de tratar con «animales humanos». Por el momento, no parece que Israel esté dispuesto a aceptar corredores humanitarios y ha ordenado una imposible evacuación del norte de la Franja, mientras siguen los bombardeos, utilizando incluso bombas incendiarias de fósforo.

Crimines de guerra

El asesinato , encarcelamiento y tortura de civiles se encuadra entre los crimines de guerra.

En Ucrania, quedó bien acreditada que en la matanza de Bucha, el ejército ruso cometió crimines de guerra.

Hamas con su ataque a civiles (en el festival musical y en el ataque a kibutzs) con asesinatos y toma de rehenes civiles ha cometido crimines de guerra.

Durante todo 2023 el ejército israelí ha cometido crimines de guerra contra la población civil en sus incursiones en Cisjordania y protegiendo los desmanes de los colonos.

Genocidio

El crimen de genocidio puede englobar crimines de guerra, de lesa humanidad y otros, pero lo distintivo es la finalidad de exterminar a un grupo humano por razones de etnia, religión, nacionalidad o políticas. Por eso es tan difícil de probar porque habría que demostrar la intencionalidad de las autoridades que dan las órdenes persecutorias.

En el caso de Ucrania, el TPI ha encausado a Putin y una funcionaria rusa por el traslado forzoso de niños ucranianos a Rusia y su rusificación. Para el Consejo de Europa, esto presenta indicios de genocidio.

En el caso de Israel, un indicio de genocidio reside en las declaraciones de su ministro de Defensa, en las que al tiempo que anuncia el corte de los suministros básicos a la Franja, califica a los miembros de Hamás de «animales humanos» ¿cómo distinguir entre militantes y civiles ante esa amenaza de exterminio generalizado?

El hecho fundacional del estado de Israel es el genocidio nazi contra el pueblo judío, elevado a categoría religiosa como Soah, o sacrificio.

En las declaraciones de los responsables políticos y militares israelíes parecen resonar las palabras de venganza del profeta Amós (9:1-10):

«Después de eso vi a Dios. Estaba de pie, junto al altar, y me dijo: «Golpea la parte alta de las columnas del templo, para que el templo se derrumbe y caiga sobre la gente. ¡Nadie escapará con vida! Pero si alguno logra escapar, morirá en el campo de batalla»

La hibris de Putin y de la sociedad israelí

Siendo tan distintas ambas situaciones tanto en la guerra de Ucrania, como en el conflicto palestino, la hibris, la soberbia que ciega a los poderosos se encuentra en su origen.

Putin se creyó su propia propaganda. Pensó que con su indudable superioridad militar conquistaría Kiev en una semana y los ucranianos se reintegrarían felices en la «madre Rusia» y el resto del mundo asentiría dócilmente ante su poder nuclear. No contó con la resistencia ucraniana, ni con la unidad de la OTAN y la UE.

En Israel, hace mucho que se renunció a transitar por cualquier vía de negociación de paz. Se vivía en una falsa burbuja de seguridad, asumiendo que se podía mantener a los palestinos en un apartheid criminal, sin derechos, ni tierra, ni esperanza, pagando de tarde en tarde el precio de un atentado suicida aislado.

El periodista Gideon Levy lo explica en este artículo de denuncia en Haaretz:

«Dispararemos a inocentes, les arrancaremos los ojos y les destrozaremos la cara, los expulsaremos, expropiaremos, robaremos, los secuestraremos de sus camas, los someteremos a limpieza étnica y, por supuesto, continuaremos con el increíble asedio a Gaza. Y supondremos que todo seguirá como si nada».

Para terminar dejo este documental «The Gatekeepers» (subtitulado en español) con antiguos jefes de los servicios secretos, interior y exterior, en el que advierten que no puede haber seguridad mientras no haya una solución al conflicto, que no puede haber paz solo por la imposición de la fuerza frente al otro.

Un año de guerra en Ucrania, un año de guerra europea


Fuente Reuters. La artillería es un arma esencial en el conflicto

Punto de inflexión histórico

Se cumple un año de guerra en Ucrania. Diez años de conflicto armado, si se cuenta que se combate en el Donbás desde 2014.. Pese a todos los desmentidos previos del Kremlin, Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero . La guerra ha sido un punto de inflexión que ha ha puesto fin a casi tras décadas de distensión en Europa. Desde 1989 y la caída del Muro, ningún otro acontecimiento ha tenido tanta trascendencia. Un año de guerra, en el que uno de los participantes es una potencia nuclear, que no duda en esgrimir el arma atómica como último argumento. Nunca desde la crisis de los misiles de 1962 habíamos estado tan cerca del holocausto nuclear.

Resulta imposible sintetizar las múltiples capas , del acontecimiento, pero me atrevo a sintetizar las que me parecen más destacadas.

Guerra de relatos

Como toda guerra, se trata de un recurso absoluto a la fuerza, pero como siempre los contendientes tienen que justificar sus acciones, tanto buscando el apoyo y la legitimidad interna, como el juicio de la Historia o ante posibles tribunales internacionales para después de la guerra.

Rusia se apoya esencialmente en dos argumentos. Que la OTAN ha incumplido los acuerdos tácitos que pusieron fin a la Guerra Fría y que, según su interpretación, impedían su extensión hasta los países bálticos; y que iba a ampliarse a Ucrania, que el Kremlin ya considera una posición avanzada de la Alianza Atlántica y de Estados Unidos. Y que el gobierno de Zelenski es un gobierno nazi, que persigue a las minoría rusófonas y bombardea a los civiles de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk. Y en último término que Ucrania tiene un vínculo sagrado e inescindible con el Mundo Ruso.

Ucrania, la OTAN y la UE niegan cualquier despliegue agresivo y sostienen que el país tiene derecho a fijar su destino sin interferencias; sin perjuicio de que, antes de la guerra, ni la OTAN ni la UE hubieran dado signos serios de estar dispuestos a integrar a Ucrania, un país enorme, con grandes problemas económicos y de seguridad y una corrupción rampante. En el relato europeo y atlántico, no respetar las frontera internacionales no puede justificarse en ningún supuesto agravio histórico y pone en peligro la paz en Europa y en el mundo en general. Según se ha ido desarrollando el conflicto, la denuncia de la violación de los derechos humanos por el ejército ruso ha ido ganando protagonismo en este relato.

Una Guerra europea

La guerra es manifestación del choque entre una potencia hegemónica, Estados Unidos, y otra que lo fue y quiere volver a serlo, Rusia.

Es, además, una guerra europea, no solo porque se libre sobre el territorio de uno de los países europeos más extensos, sino porque supone el enfrentamiento entre dos manera de entender Europa. Una la de la UE, democracia liberal y un capitalismo regulado, generador de desigualdad , pero sometido a límites y otra la de Rusia, autoritarismo tradicionalista y capitalismo cleptocrático, que entrega la riqueza nacional a oligarcas fieles al poder. Del resultado de la guerra depende la esencia y la seguridad de Europa al menos por una generación.

Fortaleza UE

La UE, siempre dubitativa y lenta ha mostrado una notable y poco frecuente unidad. Ha adoptado sucesivos paquetes de sanciones. con escasa oposición y ha relanzado su política de defensa y seguridad, financiando generosamente el esfuerzo bélico de Ucrania. Por el momento, la Unión sale fortalecida.

Europa está pagando un alto precio económico, Ha cambiado la dependencia energética de Moscú y su gas natural (barato) por la dependencia de Washington y su gas licuado (caro).

La UE quiere ahora, además de seguir siendo un modelo de bienestar y una potencia normativa. convertirse en una potencia militar, capaz de defenderse sin contar con el «amigo americano», lo que supondrá detraer recursos del deteriorado Estado del Bienestar. Así que, aunque la Unión se fortalezca como institución, los europeos pierden; mientras, Estados Unidos fortalece su hegemonía sin costes apreciables. Ganan las industrias y los lobbies de las armas.

Larga guerra de desgaste

Después de 12 mese no aparecen perspectivas de una rápida victoria de ninguno de los dos bandos. Los dos tienen recursos para resistir, pero no para arrollar al enemigo. Rusia destruye las infraestructuras de Ucrania y los contendientes se enzarzan en batallas por el control del Donbás, como la de Bajmut, que más que la conquista de un punto estratégico parecen destinadas a desangrar al enemigo, en episodios que recuerdan a otros semejantes, como Verdún, de la I Guerra Mundial o la batalla de Belchite, de la guerra española.

Rusia puede que no tenga el armamento más moderno, pero puede producir masivamente munición y puede seguir movilizando tropas. Y en último término puede esgrimir la amenaza atómica. Ucrania es completamente dependiente de los suministros de sus aliados, que por el momento no están fallando. Tiene unas tropas más motivadas y mejor formadas.

Guerra por interposición, guerra externalizada

No hay duda de que en Ucrania se libra una batalla decisiva por la hegemonía mundial. Estados Unidos y la UE luchan con Rusia. Es una guerra por interposición, en la que Ucrania pone los muertos.

Es también, por parte rusa, una guerra externalizada, donde una compañía privada de mercenarios, Wagner, asume las misiones más sangrientas y sus hombres son enviados al combate como carne de cañón. Ya en Irak , Bush uso una compañía privada del sector petrolífero, Halliburton, para externalizar tareas militares y la represión en el país ocupado, pero sin un tan destacado protagonismo en los combates.

Sanciones que molestan al sancionado, pero no le rinden. Sanciones muy dañinas para Europa

Ninguna de las sanciones impuestas a Rusia ha sido el arma definitiva que se anunciaba. Sin duda han hecho mucho daño a la economía rusa (caída del PIB, inflación, déficit y deuda), pero no parece que hayan supuesto ni un daño suficiente para el régimen ni hayan promovido un estallado social.

En Europa, las sanciones, sobre todo la desconexión de la energía barata rusa, ha dado lugar a la agravación de un proceso inflacionario, que venía desde la salida de la pandemia. Parece que empieza a controlarse, pero el riesgo es que el Banco Central Europeo se pase de frenada y la inflación conduzca a la recesión. Las medidas sociales adoptadas por los Estados y propiciadas por la UE han evitado un otoño-invierno del descontento.

El dilema moral

Sin perspectivas de una paz negociada, los dos contendientes tienen posiciones maximalistas. Ucrania quiere para empezar a hablar una retirada rusa de todo su territorio, incluido el Donbás y Crimea. Rusia, que Ucrania acepte formar parte del Mundo Ruso y renuncie a integrarse en la UE y la OTAN y renuncie a Crimea y el Donbás. A Ucrania la pueden presionar sus aliados, pero Rusia no negociará salvo que se encuentre en una difícil situación militar en los frente o política en el casa. La UE y la OTAN deberían, entonces, ofrecer a Rusia un sistema de seguridad europeo y garantías a los rusófonos. Me remito a esta entrada sobre elemento para la paz en Ucrania.

Zelenski pide cada vez armas más potentes. Sus aliados evitan la entrega de armas, como aviones de combate, con las que se pueda atacar territorio ruso para evitar una peligrosa escalada. Según el derecho internacional, Ucrania tiene derecho a defenderse y armarse. No se la pueden negar las armas, como se negaron a la República española. Pero esas armas prolongarán la guerra. Morirán más ucranianos y rusos y aumentará el peligro de un guerra nuclear. Todo un dilema moral, perfectamente expresado en este ALEGATO en favor de la negociación de Jürgen Habermas, de imprescindible lectura.

«Ucrania 22», un libro imprescindible


Acabo de terminar de leer el libro de Francisco Veiga «Ucrania 22″ /» Una guerra programada». El autor es catedrático de Historia contemporánea y especialista en en el Centro y Este de Europa,. Coincidí con él en Belgrado durante la caída de Milosevic y le entrevisté para TVE. Me parece un libro imprescindible para entender la guerra, aunque en muchas cuestiones pueda estar en descuerdo.

El título y el subtítulo nos dan claves de la tesis de la obra. Ucrania 22 no alude solo a la obvia referencia cronológica, sino que hace un guiño a la novela de Joseph Heller Trampa 22, El título de la novela hace referencia a una reglamentación burocrática militar ficticia que representa un razonamiento lógico, pero inmoral. Según «la trampa 22 … tienen derecho a hacer cualquier cosa que no podemos evitar que hagan». Así, se nos presenta la guerra como inevitable, cuando esencialmente responde a los juegos de poder de las grandes potencias.

La referencia a «trampa 22» enlaza con la noción de trampa balcánica: ante un conflicto en los Balcanes o en general en el este de Europa, las potencias intervienen alegando altos motivos morales (detener matanzas o preservar derechos de minorías). No consiguen resolver el conflicto ni preservar los valores morales que invocaron y quedan atrapados como un actor más en el conflicto.

En el subtítulo se hace referencia no solo a que el conflicto no ha sido un incidente espontáneo, sino preparado y programado por los dos bandos: la Rusia de Putin de un lado y de otro Ucrania-EEUU-OTAN.

No solo hay antecedentes históricos en las relaciones entre Rusia y Ucrania, sino que el conflicto se ha estado gestando desde la disolución de la URSS y especialmente desde el Maidán de 2014, en el que una en principio pacífica «revolución de color» degenera en un violenta toma del poder -apoyada por EEUU y la UE- por sectores neonazis y oligarcas dispuestos a aplicar una política anti rusófona, lo que divide a Ucrania y lleva a la guerra civil, con las regiones del este y el sur, declarando la secesión, instigada por Moscú, que aprovecha el caos para ocupar Crimea y organizar un manipulado referéndum de adhesión.

Es como si Rusia y Estados Unidos estuvieran siguiendo el guión de la novela del general británico sir John Hackett» la III Guerra Mundial, que novela un conflicto entre la URSS y EEUU a raíz de una ficticia intervención soviética en la Yugoslavia de Tito, en el que ambos bando usan armas nucleares estratégicas.

Veiga analiza el conflicto desde la perspectiva del realismo en las relaciones internacionales, como pugna de poder entre potencias. Para Rusia, Ucrania es esencial porque sin ella no podrá ser un gran imperio europeo. Para Estados Unidos porque no puede consentir la consolidación de ese imperio euroasiático y el riesgo de alianza con China, el mayor rival geoestratégico de Washington. Para la UE porque la consolidación del imperio ruso puede ser una amenaza para sus socios del este.

Creo que en la obra se olvida el derecho internacional. Un mundo en el que una querella interna justificara la intervención de un estado vecino y la modificación de fronteras nos llevarían a un estado de guerra permanente ya muchos pasos atrás en la historia de la Civilización.

Veiga cuestiona el relato dominante empezando por las llamadas «revoluciones de colores», que para el autor responden a los designios de Estados Unidos y cita el libro de Gene Sharp «De la dictadura a la democracia; un marco conceptual para la liberación», con 189 técnicas no violentas para derrocar regímenes autoritarios, técnicas que por primera vez se aplicaron en el 2000 en las protestas pacíficas (financiadas por la USAID) que hicieron caer a Milosevic,

No hay duda de que la mayoría de las «revoluciones de colores» han sido manipuladas por Estados Unidos y distintos servicios occidentales. Per0 tan cierto es que todos estos regímenes bloqueaban legítimos deseos populares de cambio.

Veiga analiza con detalle el desarrollo del Maidán de 2014, las distintas fuerzas en presencia y la deriva neonazi de la revolución, con la incrustación de estas tendencias en las fuerzas paramilitares que combaten en el Donbas. Para el autor, la guerra tiene una dimensión de enfrentamiento entre neonazis (Ucrania) y neofascistas (Rusia).

Pone también en cuestión las trigger masaccres o matanzas de inducción, aquellas ejecutada por uno de los contendientes o manipulada para forzar una intervención internacional contra el otro contendiente. Y da a entender que la matanza de Bucha cae dentro de esta categoría. Cosa con la que no puedo estar más en desacuerdo porque la prensa internacional dejó testimonio de los hechos antes de la llegada del ejército ucraniano, como recoge este magnífico trabajo del fotoperiodista Santi Palacios para 5 W.

¡A ver como salimos de esta trampa de Ucrania en la que nos han metido la lucha por la hegemonía mundial y la incompetencia europea!

Navidad en guerra


Un sistema de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS) del ejército ucraniano dispara cerca de la línea del frente en el norte de la región de Jersón. EFE/EPA/HANNIBAL HANSCHKE (desde RTVE.ES)

No luce la estrella de Oriente sobre los cielos de Europa, sino el resplandor de misiles, proyectiles de artillería y otros dispositivos balísticos que siembran la muerte en Ucrania.

Asociamos la Navidad con la paz -quizá por el Villancico Noche de Paz. cuando lo cierto es que las festividades no detienen la conflictos. Quizá uno de lo raros casos fue la tregua de Navidad de 1914, a la que se llegó en una situación de bloqueo de los frentes y por iniciativa espontánea de los jóvenes soldados.

En Ucrania no habrá tregua. Dicen en Kiev que no cesará en los combates hasta que el último soldado ruso no haya abandonado el país y lógicamente en Moscú responden que en tales condiciones no tiene sentido hablar de tregua navideña.

En cualquier caso, hablar de tregua navideña es un planteamiento eurocéntrico. En este momento se libran en el mundo decenas de guerras. más mortíferas que las de Ucrania, pero sin el potencial de desencadenar un conflicto nuclear. Sus últimas consecuencias terminan por librarse en nuestra fronteras. La criminal política migratoria de la UE aboca a los que huyen a lanzase al mar o contra vallas y concertinas muriendo en el intento. En lugar de crear pasarelas para el asilo al que tienen derecho, según el derecho internacional, los tratamos peor que animales. Los que se lanzaron contra la valla de Melilla para ser masacrados de «modo proporcional» (Marlaska dixit) por las fuerzas españolas y marroquíes provenían de Sudán, donde al menos se desarrollan tres terribles conflictos bélicos.

Llegado a este punto SOLO ME QUEDA DESEAROS QUE ENCONTRÉIS LA PAZ EN VUESTROS CORAZONES EN COMPAÑÍA DE FAMILIARES Y AMIGOS,… y que sobreviváis a los excesos consumistas.

FELIZ NAVIDAD Y 2023. Y un pequeño regalo, el Adeste Fideles, que sea cuales sean nuestras creencias, es una gran pieza clásica,

Adeste Fideles

Escenarios en la guerra de Ucrania


Fuente: Europa Press

La guerra de Ucrania se encamina a los 10 meses, sin visos de una salida ni militar ni diplomática. Parece poco probable que el conflicto termine con una victoria rotunda de ninguna de las partes. Es más factible un final negociado a partir de que una de las partes se encuentre tan debilitada que tenga que solicitar negociar.

A continuación, desarrollo algunos escenarios, no los únicos posibles ni excluyentes unos con otros.

Doblegamiento de Ucrania

Tras sus últimas pérdidas militares, Rusia apuesta por doblegar a Ucrania, devolviéndola a la edad de piedra en en el duro invierno, bombardeado sus infraestructuras. Por el momento, la población ucraniana y sus políticos parecen aguantar bien y unirse más frente a la agresión. Los arsenales rusos de bombas, misiles y drones no son ilimitados. Hitler no derrotó al Reino Unido bombardeando las ciudades inglesas.

Más mella haría en la resistencia ucraniana supondría la retirada o la disminución de la ayuda exterior. Muy poco probable en el caso de Estados Unidos, pese a que los republicanos, que ahora controlan la Cámara de Representantes puedan poner algunas trabas. Más probable en el caso de Europa si estalla el invierno del descontento, por los altos precios de la energía. Pero las apuestas occidentales en este juego mortífero (neutralizar a la Rusia de Putin en el caso europeo y reafirmar su hegemonía mundial, en el caso norteamericano) han sido tan altas que no pueden retirarse ahora.

Derrota militar de Rusia

Pese a sus masivas movilizaciones, Rusia no consigue convertir a estos reclutas en soldados efectivo ni dotarlos de materia y de nuevas tácticas de lucha.

Desde sus posiciones en Jerson, Ucrania cruza el Dnieper en una cruenta batalla que decide la guerra. O, más probable, consigue abrir un nuevo frente en Zaporiya. En ambos supuestos, los ucranianos rompen las líneas rusas y amenazan con su artillería de largo alcance Crimea.

Es el escenario más peligroso, porque el Kremlin puede verse tentado a utilizar armas nucleares tácticas y entonces estaríamos en la III Guerra Mundial, que pondría en riesgo la supervivencia de la especie.

Pensemos en una variación más optimista. Ante las derrotas militares, los servicios de seguridad derrocan a Putin y piden negociar la paz.

Estancamiento

Es el escenario más probable. El invierno detiene los combates y ninguno de los bandos realiza avances significativos.

Rusia y Estados Unidos encuentran puntos de negociación de mutuo interés y, como ocurriera en otros conflictos de la Guerra Fría, son las dos grandes potencias las que negocian. Ucrania y la UE no cuentan en la mesa de negociación.

Guerra y Paz en Ucrania


El Roto, El País 6-09-22

«¿Qué es para nosotros el final de la guerra? Antes hablábamos de paz, ahora hablamos de victoria.»

Volodomir Zelenski (24-08-22)

Esta declaración del presidente ucraniano, cuando se cumplían 6 meses del comienzo de la invasión rusa, aleja todavía más la perspectiva de una paz negociada. Ahora el objetivo ucraniano ya no es solo detener la invasión, sino volver a la situación anterior a 2014: recuperar la Crimea ocupada subrepticiamente por Putin y poner fin a las repúblicas separatistas del Donbás.

La ayuda occidental ha creado el espejismo de que Ucrania puede ganar la guerra, que ahora es un conflicto de desgaste, que se libra con armas ultramodernas del s. XXI, pero con tácticas de la I Guerra Mundial. No niego que esos objetivos maximalistas sean legítimos– al fin y al cabo las acciones rusas de 2014 fueron una violación flagrante del derecho internacional- pero son irrealizables– Putin usará todos sus recursos, sin excluir el arma atómica- y traerán más muerte y dolor, fundamentalmente a Ucrania.

Como en la I Guerra Mundial la moral de las sociedades civiles es fundamental. Rusia, pese a las sanciones aguanta bien, gracias a una mezcla de propaganda y represión. Estados Unidos no sufre las consecuencias de la guerra; de hecho es el ganador estratégico y económico. Es Europa, dependiente de la energía rusa, la que más padece. Putin irá escalando la guerra económica, con la esperanza que el descontento lleve a la UE a revisar su apoyo a Ucrania.

Es un difícil dilema ético. Si Putin no es derrotado toda Europa central y oriental estará en peligro, Rusia quedará sumida en la dictadura represiva y en el mundo habrá un modelo de régimen exitoso violador de los derechos humanos y del derecho internacional. Pero si apoyamos a Ucrania seguiremos echando gasolina a la hoguera.

Por qué podría ser el momento de negociar la paz en Ucrania


Las delegaciones rusa y ucraniana se encontraron en la oficina presidencial de Dolmabahce para reasumir las conversaciones de paz, en Estambul, Turquía, el 29 de marzo de 2022. (Arda Küçükkaya – Agencia Anadolu)

Se cumplen tres mese de la invasión de Ucrania por Rusia y la guerra se ha convertido en un conflicto de desgaste. Ninguna de las dos partes puede ganar. Ucrania no puede vencer a Rusia, una gran potencia nuclear; Rusia no puede ganar porque Ucrania tiene apoyo total, incluido el militar, de EEUU, la UE y buena parte del mundo.

Hay dos posibilidades, que siga la guerra de desgate, con enormes pérdidas por ambas partes, o propiciar una negociación de paz. Un mediador potente, aceptado por ambas partes, tendría que dar los primeros pasos. Descartados los países occidentales por su apoyo a Ucrania. quizá el único candidato sea el turco Erdogan, cuya primera tarea sería lograr medidas de confianza en los frentes, como el intercambio de prisioneros. Luego tendría que conseguir garantías de Occidente, de que no se acorralara a Rusia e incluso de que las negociaciones avanzaran se podrían levantar algunas sanciones-

Después en la negociación, habría que intercambiar concesiones.

Las analistas militares parecen convencidos de que la guerra será larga. Pero no es posible seguir sentados sobre un polvorín (nuclear). Así que Occidente debiera presionar a Ucrania para que se siente a negociar. Ante Putin, hay que seguir apoyando a Ucrania.

Elementos para la paz en Ucrania


Pieza de artillería ucraniana 2S1 haciendo fuego (Reuters)

Al cabo de más de dos meses de la invasión de Rusia a Ucrania no hay perspectivas de paz. Por el contrario, Rusia parece dispuesta a anexionar la Transnistria y desestabilizar Moldavia.

Ninguno de los intentos negociadores ha dado fruto, ni parece que las partes hayan apostado por un acuerdo diplomático.

Condiciones para una negociación

En una guerra, el momento de la negociación es cuando se produce un cierto empantanamiento o una de las partes se encuentra en una situación apurada. No es que Ucrania esté ganando la guerra, pero con las arma suministradas por EEUU, la OTAN, la UE ha desinflado la operación rusa. Rusia ha tenido que modificar sus objetivos estratégicos, que ahora parecen consistir unir en una gran C desde Járkov hasta Crimea, toda la costa del Mar de Azov y puede que Transnistria.

Putin puede vender internamente estas conquistas como un gran éxito. Pero no se puede levantar la presión militar porque si no Putin no negociaría nunca. Tampoco buscar su derrota absoluta, porque entonces sería más peligroso. Todos tienen que ganar y ceder.

Haría falta un negociador potente, en el que ambas partes confíen.

El primer paso debiera ser medidas de confianza, con un alto el fuego en todos los frentes e intercambio total de prisioneros y apertura de corredores humanitarios. El alto el fuego y el resto de estas medidas debieran ser verificadas por observadores de la OSCE.

Estas podrían ser las concesiones de la partes.

Concesiones de Rusia

  • Reconocimiento de la independencia e integridad de Ucrania y su capacidad de ingresar en la UE.
  • Admitir que Crimea pueda reintegrarse a Ucrania, previo un referéndum a celebrar en en el plazo de tres años con garantía y supervisión internacional.
  • Retirar el reconocimiento de las repúblicas de Donekts y Luganks.
  • Compromiso de colaborar financieramente en un plan de reconstrucción de Ucrania.

Concesiones de Ucrania

  • Aceptar la neutralidad y la prohibición de armas nucleares en su territorio. A cambio, su independencia podría ser garantizada por la OTAN y la UE. Y Recibiría garantías de ingreso en la UE, siempre que cumpliera las condiciones políticas, económicas y jurídicas para la adhesión.
  • Cesión a Rusia del puerto de Sebastopol.
  • Declarar el ruso como lengua cooficial y reintroducirlo en la educación y la administración.
  • Reconocer constitucionalmente un amplio autogobierno a los territorios del Donbás.
  • Desmontar el batallón Azov y otras milicias neonazis.
  • Investigar y castigar los crímenes cometidos por su ejército.

Estados Unidos y la UE levantarían progresivamente las sanciones a Rusia, en la medida en que cumpliera sus compromisos. Serían los primeros financiadores de un plan de reconstrucción, en el que también participaría Rusia, pero no en forma de indemnizaciones de guerra. Hay que evitar una humillación como la de Alemania en Versalles. La UE reconstruiría progresivamente su cooperación con Rusia, pero buscando terminar con su dependencia energética.

Un sistema europeo de seguridad

Los acuerdos de paz tendrían que insertarse en una nueva estructura de seguridad europea, con la desnuclearización del continente, limitación de los ejércitos y la OSCE o una nueva organización vigilando que todos los acuerdos se cumplan.

Crímenes de guerra

No es necesario un compromiso de persecución en un eventual acuerdo de paz, porque las normas internacionales para su persecución existen y las pruebas se están recogiendo sobre el terreno. Solo habrá que esperar a que, cuando llegue la paz, los criminales abandonen las fronteras de Rusia o llegue la democracia a Rusia y entonces sean entregados.

Un mes histórico


Edificio en llamas en Jarkóv. (Oleksandr Lapshyn/Reuters)

Desde el 24 de febrero, se desarrolla una terrible guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. No me atrevo a decir que el plan ruso ha fracasado, pero desde luego Putin no ha resuelto la situación a su favor en pocos días, como muchos pensaban, de modo que ahora nos encontramos en plena guerra de atricción, con asedio y destrucción de ciudades por los bombardeos, dejando que luego mercenarios liquiden las bolsas de resistencia. Es la táctica empleada en Chechenia y Siria, en este caso, usando además el arsenal más moderno como los misiles hipersónicos.

Más allá de la propia guerra, en este mes se han registrado unos cuantos cambios históricos.

El peligro de la guerra nuclear

Desde la crisis de los misiles de 1962, el mundo nunca ha estado tan cerca del enfrentamiento nuclear. Putin ha amenazado con su uso, si Rusia hacía frente a una amenaza existencial y ha sugerido que las sanciones lo son. Ha lucido sus misiles hipersónicos indetectables, por el momento con carga convencional. Un fiasco total en Ucrania aumenta el riesgo del uso de, al menos armas nucleares tácticas sobre el terreno.

La globalización, herida

Las sanciones económicas y financieras se llevan por delante buena parte de los presupuestos de la globalización: libre movimiento de mercancias, capitales y servicios.

Éxodo de refugiados

El mayor en Europa desde la II Guerra Mundial. Con nuestro eurocentrismo olvidamos que en Colombia hubo durante mucho años 6 millones de desplazados internos.

Reforzamiento de la OTAN

Del «encefalograma plano (Macron dixit) a tener cola de candidatos, incluidas Suecia y Finlandia y el reforzamiento de los presupuestos militares de los socios. En este sentido Putin tiene ahora efrente una OTAN más fuerte.

Cohesión de la UE

A diferencia del tradicional método comunitario, lento y lleno de salvedades, en esta ocasión todos los miembros ha reaccionado a una con inusitada unidad y celeridad para sancionar a Rusia y enviar armas a Ucrania, no tanto para afrontar las consecuencias económicas de la guerra. La Unión parece decididida -ya veremos lo que dura- en convertirse en un actor geoestratégico.

Alemania, potencia militar

Alemania refuerza su presupuesto militar con 100.000 m. de euros

Stanflaction

Los cuellos de botella de exceso de demanda después de la pademia ya habían disparado la inflación. Ahora la incertidumbre sobre los suministros energéticos y el corte de exportaciones como la de los cereales, con los bacos centrales adoptando ya políticas restrictivas pueden abocarnos a una situación de stanflactio (estancamiento+inflación) y descontento en la calle.

El futuro de la revolución verde

Pese a que se ha demostrado que es imprescindible una autonomía energética basada en las renovables, el problema es saber de donde saldrá los recursos para compensar a los perdedores de la transición verde.

Algunas lecturas para entender la guerra de Ucrania


Las siguientes obras no tratan de la guerra, ni siquiera de Ucrania, pero pueden ayudar a entender el contexto histórico.

HOMO SOVIETICUS. La premio Nobel bielorrusa, Svetlana Alesiévich, usa su particula técnica de hilar relatos orales para realizar un retrato de los hombres y mujeres soviéticos y de la propia URSS,con sus luces y sus sombras, donde la individualidad y la vida humana no valían nada, pero se fomentaba la excelencia y la vida era triste, poco libre, pero segura y todos tenían lo mínimo necesario.

Me impactó, el relato de un excombatiente de la guerra contra Finlandia. Los dos ejércitos llegan a un acuerdo de alto el fuego e intercambio de prisioneros. Cuando los finlandeses llegan a sus líneas, son acogidos cálidamente por sus compañeros, mientras que los prisioneros sovieticos, sospechosos de traición, por el solo hecho de haber estado en contacto con otro ejército, son directamente embarcados en trenes a los campos del Gulag

Otro episodio emotivo y significativo es el relato de una funcionaria de base, convencida de haber trabajado honestamente por su país, que después de la disolución de la URSS es increpada en su trabajo como si fuera una ladrona, cuando eran los altos funcionarios de Partido los que se estaban repartiendo la riqueza colectiva.

Este libro explica la orfandad que tantos ruso sienten, y que está siendo manipulada por Putin.

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CALLE ESTE-OESTE. De Lviv (en ucraniano, algunos españolizan el topónimo como Leópolis) ya he hablado en otra entrada. En la actual capital de la Ucrania occidental y de la antigua Galitza comienza Calle Este-Oeste. Philippe Sands, uno de los grandes abogados de derechos humanos va a dar una conferencia a la Universidad de Lviv y allí se encuentra con los fantasmas de su familia, exterminada por los nazis. Comienza una indagación sobre su familia y sobre los dos académicos que lograron incorporar al Derecho Internacional lo crímenes de lesa humanidad, ambos nacidos en Lviv. Hersch Lauterpacht ideó el concepto crímenes contra la humanidad, como crímenes de guerra sistemáticos contra la población civil, para defender los derechos de las personas frente a la barbarie de los estados. Rafael Lemkin acuñó el concepto de genocidio, para los casos en que esos crímenes pretenden exterminar a un grupo y destruir su identidad. A Lauterpach el concepto de genocidio le parecía peligroso:

“Potencia el sentimiento de solidaridad entre los miembros del grupo de víctimas, reforzando a la vez los sentimientos negativos hacia el grupo de los verdugos (…) Ser etiquetado como víctima de genocidio se convierte en un componente esencial de la identidad nacional sin contribuir a la resolución histórica de las disputas ni hacer que los asesinatos masivos sean menos frecuentes”.

También estudió en la universidad de Lviv Hanks Frank, el abogado predilecto de Hitler y cruel mandatario del Gobierno General de Polonia. Juzgado en Núrembeg. en la obra se reconstruye el juicio y los sentimientos del hijo de Frank.

El profesor Sands propone la creación de un tribunal para juzgar a Putin, por el crimen de agresión y lo justifica en los precedentes de Núremberg.

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De VIDA Y DESTINO se ha dicho, con justicia, que es la GUERRA Y PAZ del siglo XX. Vasilii Grossman, periodista judio, acompaña al ejército rojo, desde Stalingrado hasta Berlín y construye un fresco emocionante de lo que los rusos llaman la Gran Guerra Patria con todos sus heroismos y creldades. En paralelo se narra el exterminio nazi y la represión estalinista.

Recuerdo el episodio en que uno de los personajes, un físico nuclear, recibe una llamada telefónica inesperada. El que está al otro lado del teléfono no se identifica, per queda claro que es Stalin. Al físico no le queda claro si la llamada es un felicitación o una advertencia de que está en el ojo de la NKVD.

Leyendo esta novela río, entenderemos un poco mejor los grades dilemas ético con, que en momentos críticos, se enfrentan los seres humanos . Y por qué los rusos se consideran los verdaderos vencedores de Hitler y Putin justifica su guerra como una operación anti-nazi.

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