Por fin el sargento Pablo Emilio Moncayo está en libertad. Ha pasado 12 años prisionero de las FARC -prisionero, que no rehén ni secuestrado. Prisionero de la guerrilla de las FARC, porque sólo los civiles pueden ser rehenes y no los militares capturados en combate. Las FARC le hicieron prisionero, pero no respetaron las normas humanitarias de la guerra y le sometieron a un cruel cautiverio.
Su padre, Gustavo Moncayo, se ha convertido en estos años en un verdadero Padre Coraje. Moncayo ha recorrido miles de kilómetros a pie por toda la geografía colombiana, pidiendo a las FARC la liberación de su hijo y al gobierno, de modo especial al presidente Uribe, que no se negara a un intercambio humanitario. Moncayo se ha convertido en una verdadera referencia cívica, una china en el zapato de la denominada «política de seguridad democrática» de Uribe.
Gustavo Moncayo demuestra la vitalidad de la sociedad colombiana, que condena la deriva de las FARC en una banda de delincuentes, pero exige a los poderes clemencia y justicia.
lunes, 06 Abr 15 a las 3:06 pm
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