Tendencias para 2025


Aquí ya está a punto de llegar el nuevo año de 2025. El que se va, 2024, me ha dejado, algo ineluctable cuando se tiene una cierta edad, la pérdida de queridos amigos y el cansancio de luchar contra las consecuencias de mi ictus y sus recaídas. En lo internacional, el genocidio de Gaza, uno de los peores hechos criminales del siglo XXI.

((VERSIÓN 2 de esta entrada del 28 de diciembre; la primera es del 27 de diciembre. Esta segunda versión añade los apartados sobre las migraciones, los olvidados y dentro del deterioro democrático la referencia al lawfare))

Como siempre el nuevo año es una total incógnita. pero ahí van algunas tendencias plausibles.

Oriente Próximo

La región seguirá siendo un polo de tensión mundial, marcado por la acción de Israel para ser el poder hegemónico regional. No parece que a corto plazo se alcance un alto el fuego, que detenga el exterminio y ponga en libertad a los rehenes y a prisioneros palestinos.

Todo depende de los intereses particulares de Netanyahu; aunque el designio estratégico israelí es el exterminio de los palestinos y la expulsión de sus casas y tierras, como ocurre cada día en Cisjordania, para establecer un estado judío desde el río hasta el mar.

Es una gran incógnita si los islamistas que detentan el poder en Damasco mantendrán sus promesas de moderación o impondrá una versión más o menos radical de la sharía para construir un califato yihadista . Por de pronto, embajadores y enviados especiales hacen el camino de Damasco, buscando ventajas políticas o económicas,

Ucrania

Igual que a finales de 2022 era claro que Putin podría desencadenar en cualquier momento un ataque contra Ucrania, ahora lo que está en la agenda son negociaciones de paz, no necesariamente justa ni duradera.

Los dos contendientes están exhaustos. Si como Trump ha avanzado cortase la ayuda a Kiev; los europeos no podrán mantener solos a Ucrania.

Rusia aparentemente está en mejores condiciones para seguir la guerra, pero ha sufrido un enorme carnicería en sus tropas (hasta el punto de tener que recurrir a la infantería de su aliada Corea del Norte, lo que ha dado a la guerra una peligrosa dimensión euro-asiática).

La economía rusa ha aguantado mejor de lo pensado a las sanciones, a costa de recaer en graves desequilibrios macroeconómicos, que pueden estallar en cualquier momento y llevarse por delante a Putin.

En esta situación, Zelensky va a ser forzado por sus aliados a negociar, mientras que Putin podrá vender como gran victoria haber conquistado el Donbás y haber asegurado Crimea, aunque no haya logrado anexionarse toda Ucrania.

Una paz sobre esa base no será más que una tregua, como ya ocurriera con el acuerdo de Minsk de 2014. Estas podrían ser los elementos para una negociación justa de paz si los contendientes estuviera igualados, lo que no es el caso,

Si se ignoran estos elementos de negociación y solo se consolida el estatus quo; en cuanto cualquiera de los contendientes se encuentre más fuerte se lanzará de nuevo al combate. Ucrania para liberar los territorios ocupados; Rusia para sojuzgar Ucrania.

Por eso parece difícil que Ucrania entre en la OTAN porque en cualquier momento la Alianza podría verse obligada a entrar en guerra con Rusia. A cambio Kiev podría recibir otras garantías, como los pactos de seguridad que ya tiene con varios países europeos y un rearme masivo con tecnologías punta (buen negocio para la industria armamentista europea).

Si se llega a la paz en las presentes condiciones, Putin puede considerarse vencedor e incrementar su presión sobre Georgia, Armenia. Moldavia o los países de Asia central o desarrollar operaciones híbridas sobre los países bálticos o Finlandia (corte de cables submarinos o presión con inmigrantes).

Calentamiento global

Además de los efectos a largo plazo (subida del nivel del mar o cambio de las corrientes oceánicas) es previsible el incremento de efectos climáticos catastróficos extremos, como la dana.

Además de estar perdiendo la batalla para detener las emisiones de efecto invernadero, tenemos pendiente la adaptación a las nuevas condiciones extremas con justicia, tanto a nivel nacional como internacional, Estos principio debieran tener en cuenta estos principios, no solo por justicia, sino quizá primero por eficacia económica.

La disrupción Trump

El presidente electo es hasta cierto punto imprevisible, pero es seguro que hasta dispuesto a llevar a cabo las barbaridades que ha prometido, salvo que la realidad se lo impida. A diferencia de su primer mandato, ahora en su equipo no hay expertos, solo aduladores o locos como él (Musk).

En primer lugar es posible que detenga la ayuda a Ucrania y estreche relaciones con su amigo Putin, al que admira, por ser «hombre fuerte», como él.

Es seguro que lanzara una subida de aranceles que subirá la inflación en EEUU y que puede desembocar en una guerra comercial mundial (una guerra de aranceles fue el prólogo de la crisis de 1929).

No puede descartarse que en un momento de baja popularidad, lance una operación para recuperar el control de canal de Panamá. Tampoco que desarrolle una ataque de comandos contra México, justificándolo como un ataque contra los carteles de la droga.

Deterioro democrático

La democracia se encuentra en crisis en todo el mundo. Son muchos los -dicen las encuestas- los que prefieren un régimen autoritario si garantiza seguridad y una (relativa) prosperidad. Ya comenté aquí el libro de Applebaum «el ocaso de la democracia». Las causa son muchas; una clase política, que da prioridad a sus intereses y se enfanga en luchas sectarias, favorecidas por la desinformación… Por supuesto, una desigualdad creciente aleja a las clases populares de la democracia,

Pero por encima de todo es que en este mundo digital se han disuelto las mediaciones sociales, Lo hemos visto en Valencia, cuando militares y bomberos dejaban la piel, por todas partes apareció el lema «solo el pueblo ayuda al pueblo», que ponía en cuestión al Estado democrático.

Lawfare. Unos y otros manipulan la justicia, deteriorando la división de poderes.

Crisis de la Vivienda

Una de las causas de la desafección democrática es la crisis de la vivienda, un fenómeno mundial.

Estamos hablando de los países ricos. En el sur global una vivienda son cuatro palos que sostienen un techo de hojalata.

En el norte, a vivienda ha dejado de ser un derecho para convertirse en un activo financiero. Adquirir una vivienda por las clases populares es imposible en todo el mundo, así que es una bomba de relojería que puede estallar en cualquier parte en cualquier momento, a semejanza de las «revueltas del pan» en los años 80 del pasado siglo explotaban de cuando en en los países árabes. E

Inteligencia artificial

El año que termina ha sido el de la inteligencia artificial conversacional. En esencia usa el lenguaje natural y el aprendizaje para comunicarse. En sus efectos, es como un Google ampliado. La más popular de estas herramientas es Chatgtp.

La inteligencia artificial generativa aprende de patrones y genera luego datos de características similares, por lo que puede tener gran aplicación en Medicina (informar y detectar tumores en imágenes) o en Derecho (generar demandas). Por eso su impacto puede ser enorme en profesiones intelectuales.

Es el momento de intentar que esta nueva revolución no deje a nadie atrás y regularla para promover sus efectos positivos y tratar de controlar los negativos.

Migraciones

Las migraciones han sido un motor de progreso en la historia de la Humanidad. Han enriquecido a las civilizaciones y han propiciados u sucesión.

El instinto de buscar una vida mejor y más digna es universal. Las actuales movimientos migratorios responden a desequilibrios demográficos. Mientras el norte rico sufre el declive demográfico, el sur pobre registra una explosión demográfica. Ante estos hechos los muros no sirven de nada. Hay que tratar el fenómeno como una oportunidad no como un problema y crear pasarelas legales de llegada, que enriquezcan a los países emisores y a los receptores. Sin olvidar que hay que lograr una integración no forzada.

Los olvidados

Más allá de las luchas geopolíticas, millones de personas mueren por el hambre, consecuencia de condiciones meteorológicas extremas (por ejemplo, el avance del desierto) o guerras intestinas (Sudán) o por viejas supersticiones (vudú en Haití). Son los olvidados, que a nadie interesan.

Los cisnes negros

Son los acontecimientos a los que Nassin Nicholas Taleb ha llamado «Cisnes Negros». Son una sorpresa absoluta para todos (salvo para algún profeta oscuro al que nadie hizo caso), tienen un impacto extraordinario y, del mismo modo que llegaron se van a veces dejando cambios esenciales en nuestro mundo.

¿Quién podía predecir en 2019 el covid? O en 2023 que Hamas atacaría a Israel y este se vengaría con un genocidio y una cadena de guerras que han cambiado estratégicamente Oriente Próximo.

EA finales de 2024, la enfermedad X asola la República Democrática del Congo. No se sabe si es una simple malaria agravada o una candidata a nueva pandemia, como puede serlo la gripe aviar. O si, si explotase la burbuja inmobiliaria china nos llevaría a una crisis económica global.

Que el nuevo año se apiade de nosotros. De corazón os deseo lo mejor para 2025. FELIZ AÑO. FELIÇ ANY NOU. BON ANO NOVO. سنة جديدة سعيدة

Las crisis globales del siglo XXI


La crisis climática es la más decisiva de la múltiples crisis que coinciden en este primer cuarto del siglo XXI

Un amigo, todavía en activo, pero en edad de jubilación, se confesaba el otro día desanimado por la pérdida de la calidad en todos los ámbitos de la vida y el reinado de la mediocridad.

Hay una discusión entre los que sostienen que nunca hemos vivido mejor y los que ponen de manifiesto las injusticias y brutalidades de nuestro tiempo;

  • Pinker («Los ángeles que llevamos dentro») sostiene que nunca la violencia ha sido menor
  • Rosling Factfulness») defiende la idea de que muchas veces subestimamos el progreso real que ha tenido la humanidad en áreas como la reducción de la pobreza, la mejora de la salud y el aumento de la esperanza de vida.
  • Ridley («The rational optimist») considera que el intercambio de bienes e ideas ha sido el motor de la prosperidad global.

En contra, los que critican las desigualdades generadas por la globalización y el capitalismo, como Chomsky o Naomi Klein.

Piketty ha demostrado cómo la desigualdad se redujo drásticamente en Occidente después de la II Guerra Mundial. Tras los «treinta gloriosos», a partir de los 80, la desigualdad no ha dejado de crecer pulverizando a las clases medias del primer mundo.

«Desde 2020, la riqueza conjunta de los cinco hombres más ricos del mundo se ha duplicado. Durante el mismo período, la riqueza acumulada de cerca de 5000 millones de personas a nivel global se ha reducido. Las penurias y el hambre son una realidad cotidiana para muchas personas alrededor del mundo. A este ritmo, se necesitarán 230 años para erradicar la pobreza; sin embargo, en tan solo 10 años, podríamos tener nuestro primer billonario». (Informe Oxfam 2024)

Así que para saber si vivimos mejor o peor que generaciones pasadas hay que saber dónde hemos nacido y en qué clase social. 

Cómo nos recordó el aventurero español, Santiago Sánchez, liberado después de un año preso en Irán «no sabemos la suerte que tenemos de haber nacido en España». O cómo, siempre decía el cámara Evaristo Canete, después de la cobertura de alguna guerra o catástrofe, «cuánto me alegro de haber nacido en San Adrián» (su pueblo de la Rivera navarra).

Vivamos mejor o peor es cierto que entre nosotros se ha asentado un estado de pesimismo existencial, que tiene su causa en el estado de policrisis en que vivimos. Como todas la crisis, suponen situaciones cambiantes, a peor o mejor, que en tanto se resuelven causan inestabilidad e inseguridad, La mayor parte son claramente crisis del siglo XXI, aunque algunas tienen su origen en el siglo XX.

Crisis de exaltación de la competitividad

A partir de los 80 del pasado siglo, el neoliberalismo triunfante con Reagan y Thatcher, pone por encima de las personas el beneficio económico de las corporaciones. La economía se financiariza. No es que antes no fuera así, pero el «valor al accionista» no era el principal objetivo. La «satisfacción del cliente» se reduce, ahora, a métricas ilusorias y se produce una degradación del servicio de las empresas privadas y, por extensión, de las públicas, que se ven obligadas a competir con las privadas en un terreno que no es el suyo y son forzadas a sucesivas externalizaciones, dañinas para la organización y sus usuarios.

Piénsese, por ejemplo en el caso del Post Office británico. Las oficinas pequeñas se privatizan y sus gestores se ven obligados a convertirse en empresarios autónomo y a utilizar un software , que les descuadra las cuentas, les arruina y les lleva a los tribunales, acusados de fraude.

Globalización, crisis migratoria

Desde finales del siglo pasado se acelera la globalización, con un nuevo reparto de cartas económicas. Se empobrece la clase media de los países ricos, mientras millones salen de la pobreza extrema en lo que hoy llamamos «sur global».

Las deslocalizaciones destruyen industrias y restan importancia al trabajo. Los sindicatos se ven debilitados y el trabajador pierde su orgullo (recordemos, por ejemplo, la película «Full Monty»).

La globalización también supone mejores comunicaciones, físicas y simbólicas. que favorecen los flujos migratorios hacia países cada vez más desindustrializados, pero muy ricos en comparación con los de origen; lo que supone enormes desafíos de acogida e integración de esta nueva población, un importante activo económico y social en sociedades envejecidas,

La crisis de los derechos fundamentales, el 11-S

El siglo se abre con un acontecimiento capital, los atentados yihadistas del 11-S contra el Imperio norteamericano.

La respuesta es la «war on terror» decretada por Bush en la que se dejan en suspenso los derechos más fundamentales, con la complicidad de una serie de gobiernos amigos de Washington. Sus episodios más ominosos fueron AbuGhraib y Guantánamo.

La pretensión de que los derechos humanos más fundamentales pueden suspenderse ante amenazas terroristas han dejado una profunda herida en nuestra civilización y ha aumentado, exponencialmente, el peligro terrorista en nuestras sociedades. Podríamos resumir que esta crisis supuso una GRAN INVOLUCIÓN CIVILIZATORIA. Y ha reducido la credibilidad de Occidente, cuando predica por el mundo la democracia y los derechos humanos.

Crisis financiera y derechos sociales

El segundo gran shock del siglo llegó 6 años después del 11-S. En 2007 se pinchó la burbuja inflada durante 25 años de desregulación financiera. Fue la GRAN RECESIÓN.

En España la crisis fue especialmente dolorosa por afectar a un bien básico como la vivienda. Cientos de miles perdieron su hogar.

La respuesta para sanear el sistema financiero fue que el dinero público rescatara las entidades sistémicas. Ello requirió rescates financieros y medidas de austeridad impuestas por los países acreedores. Los servicios públicos se vieron arrasados y los derechos sociales volvieron a ser una pura declaración formal.

Cuando en 2020 llegó el tercer shock, la pandemia, los servicios públicos todavía no se habían recuperado, pero una política de gasto y una actuación colectiva europea nos permitió salir de una crisis, que podría haber sido exterminadora,

Crisis política

La crisis financiera y los efectos de la globalización propician en toda Europa la aparición de nuevos partidos y movimientos, más radicales, a derecha e izquierda. Se rompen consensos y la fragmentación dificulta la consecución de mayorías de gobierno.

Crisis de identidad

De sociedades homogéneas, blancas y con los roles de género muy establecidos, pasamos a sociedades diversas multiétnicas, en las que la mujer tiene un papel cada vez más activo, al tiempo que aparecen nuevos modelos de comportamiento sexual (LGTBI+).

Ello crea inseguridad en parte de la población masculina. Un 44% de los hombres sienten que los avances del feminismo los discrimina (encuesta CIS), pese a la gran brecha que todavía existe entre hombres y mujeres, que se manifiesta en la misma encuesta.

España tiene también un problema de identidad nacional. Porcentajes significativos de vascos, catalanes y, en menor medida, gallegos, no se sienten españoles.

En los últimos tiempos hay quien parece interesado en abrir una brecha generacional, culpando a las generaciones mayores de disfrutar de privilegios que impiden que los jóvenes gocen de sus derechos.

Con esta lógica de enfrentamiento intergeneracional se trata de tapar la explotación de los trabajadores más jóvenes y la falta de inversión, pública y privada, en innovación; condición para que la generación mejor cualificada pudiera desarrollar toda su potencial. En España la emancipación se retrasa hasta los 30 años.

Crisis comunicativa

De lo analógico, hemos pasado a lo digital. Del cara a cara a las pantallas. De la reflexión pausada al «me gusta» instantáneo. De la confianza en el mediador experto, a creer al primer indocumentado, que nos emocione.

La aldea global hoy es Internet. que ha creado un nueva mundo vicario del real. Durante la pandemia pudimos seguir siendo sociales confinados en nuestros hogares, pero conectados con el mundo.

Cada vez tenemos más acceso a más y mejor información, pero preferimos intoxicarnos con la mentira que mejor satisface nuestras posiciones. El esfuerzo de distinguir la verdad de la mentira nos tensa, nos hace pesimistas y genera desafección en las instituciones.

Para el Foro de Davos, la desinformación es la mayor amenaza global para los dos próximos años.

Es difícil evaluar el alcance de esta revolución, que a los más mayores genera inseguridad, mientras que para los más jóvenes es elemento esencial de desarrollo y sociabilidad. Ya son muchos los expertos que alertan de la necesidad de volver a una educación en la que la pantalla sea un auxiliar, pero no el centro del proceso educativo.

Estamos a las puertas de otro desafío, la implantación de la inteligencia artificial. Sin duda hará avanzar las ciencias y el progreso, pero su efecto puede ser devastador: según el FMI. un 60% de los empleos de las economías avanzadas se verán afectados.

Crisis geopolítica

De un mundo bipolar, hemos pasado a un mundo multipolar. De un equilibrio nuclear entre dos gigantes, ahora estamos en una competencia entre una decena de potencias nucleares.

La caída de la URSS produjo la ilusión del «fin de la Historia» (Fukuyama), entendido como la victoria del capitalismo y las democracias liberales, en un mundo con una potencia hegemónica, Estados Unidos.

Durante unos años parecía que ese hegemon no tenía rival. Pero toda una serie de errores cometidos con Rusia han conducido a que Putin intente reconstruir «el mundo ruso» (como trasunto de la URSS). La consecuencia, la guerra de Ucrania.

La guerra de Gaza (convertida en un genocidio) tiene su origen en el conflicto secular palestino, pero es también manifestación del desafío de Irán a Estados Unidos.

El tercer gran actor geopolítico es China, por ahora rival económico, social y económico de Estados Unidos y Europa. Pero si EEUU apoya abiertamente la independencia de Taiwan y arma a la isla -como podría hacer Trump- la rivalidad podría convertirse en hostilidad militar.

Crisis climática

De todas estas crisis, la más grave es el calentamiento global, provocado por el hombre por su consumo de combustibles fósiles durante los últimos 150 años.

Este cambio climático, junto con la destrucción de los hábitats naturales pone a la especie humana al borde de la extinción. Si se supera el límite de +1.5 grados sobre las temperaturas de la era preindustrial, nadie sabe como reaccionará el clima.

Nadie serio niega ya el fenómeno, pero son todavía mayoría los que piensan que se puede combatir el peligro consumiendo como hasta ahora, haciendo algunos cambios para adoptar fuentes de energía sostenible.

La realidad es que consumimos más de lo que la tierra puede soportar. Tendremos que hacer cambios radicales, lo que no quiere decir vivir peor, sino vivir de otra manera menos depredadora y con otras satisfacciones más allá del consumo.

Estos cambios tienen que hacerse con justicia para que no se lleven la peor parte los más débiles.

El mejor y el peor de los tiempos

En medio de todas estas crisis globales, nuestro tempo es el mejor y el peor de los tiempos, Dicken dixit.

«Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación».

Charles Dickens – Historia de dos ciudades

Kissinger, el maquiavelo de la guerra fría


Montaje obtenido en X en la cuenta https://twitter.com/Fben_Fben

Parecía inmortal, pero el viejo quelonio murió ayer a sus 100 años y con una cabeza clarividente hasta los últimos momentos.

Fue un genio… del mal. Políticas que impulsó y que condujeron a gravísimas violaciones de los derechos humanos están resumidas en el montaje que abre esta página. Y argumentadas en este texto de Chomsky. Cualquiera de estos crímenes hubiera merecido ser juzgado por un tribunal internacional.

Sin tener ninguna simpatía por el personaje, quiero, no obstante, traer aquí alguno de sus logros para la distensión durante la Guerra Fría.

Henry Kissinger era un judío alemán (bávaro) que emigró muy joven a EEUU después de la II Guerra Mundial. Hizo una brillante carrera académica en Harvard hasta que Nixon le llamó para ser, primero, su Consejero de Seguridad Nacional y, luego, Secretario de Estado, el único personaje que ha desempeñado ambos cargos.

Kissinger era lo que en relaciones internacionales se llama «realista»: un pragmático que pone los intereses por encima de los valores. Los medios están al servicio de los intereses. Los medios pueden ser bombardeos, golpes de estado o todo lo que en esa guerra fría pudiera parecer para Washington una extensión del comunismo. O los medios también podía ser medidas de distensión. Y al servicio de sus estrategias Kissinger desarrolló una diplomacia de contactos personales y canales extraoficiales.

En el libro Kissinger on Kissinger se recogen 8 horas de entrevistas con el personaje, donde se explican dos de sus grandes logros de distensión, la apertura a China y el acuerdo de control de armas con la URSS.

Apertura a China

Se habían producido una serie de choques en la frontera entre China y la URSS que los servicios secretos estadounidenses consideraron provocados por los soviéticos. Kissinger vio ahí la oportunidad para abrirse a China y hacer una pinza a la URSS,

Con una diplomacia paciente de sucesivas aproximaciones se llega a la histórica visita de Nixon a China en 1972. Ni Nixon ni Mao tenían paciencia para los detalles, así que el acuerdo se forja entre Chou-en-Lai y Kissinger y estableció el status quo que se mantiene hasta ahora:

  • Estados Unidos reconoce el principio de una sola China, de la que forma parte Taiwan.
  • China se comprometió a no ejercer acciones hostiles contra Taiwan
  • Las relaciones entre los dos países se normalizaron poco a poco, abriendo camino a los intercambios comerciales, que han convertido a China en la potencia que es hoy,
  • La representación de China en la ONU pasó a la República Popular.
  • China y Estados Unidos se opusieron a la intervención soviética en África. China apoyó a UNITA en Angola.

Distensión con la URSS

Otra visita histórica fue la del dúo Nixon-Kissinger a Moscú. De esta visita salió el primer acuerdo de control de armas nucleares de misiles balísticos de largo alcance (SALT). Se impusieron límites cuantitativos y cualitativos a estas armas, Kissinger explica en la obra citada que esos límites cuantitativos no les perjudicaban porque habían llegado ya a su teco, pero si eran una limitación importante para los soviéticos. Una vez más, la estrategia y los medios al servicio de los intereses.

En una conversación con The Economist el pasado abril, el centenario maquiavelo mostraba su preocupación porque -decía- nunca había visto a las grandes potencias con tan poco margen para hacer concesiones,

Al borde del abismo


Una excavadora limpia escombros mientras la gente busca supervivientes y los cuerpos de las víctimas después de un bombardeo israelí, en Jan Yunis, en el sur de Gaza, el 25 de octubre. Mahmud Hams

Después de los execrables crímenes cometidos por Hamas, asistimos en directo a la perpetración de un crimen de lesa humanidad en Gaza. El castigo colectivo y la matanza de palestinos parece no tener límites. Pero más allá de este crimen, la guerra crea una situación de alto riesgo para la paz mundial.

No sabemos cuando se producirá la entrada de tropas israelíes en Gaza. No sabemos cómo se desarrollará la operación. pero parece claro que lo que pretende el gobierno israelí es convertir a la Franja en un tumba colectiva y un territorio donde la vida sea imposible.

Algunos responsables han adelantado que Gaza tendrá que ser más pequeña, de ahí la orden de evacuar el norte. Los 700.000 palestinos que han obedecido las órdenes y se han desplazado al sur, no por eso se han encontrado más protegidos y han sufrido bombardeos, como el de ayer 25 de octubre en Jan Yunis.

Parece también que Israel pretende que una fuerza multinacional árabe garantice, una vez exterminado Hamas, que Israel no volverá ase atacado. Incluso que la Autoridad Nacional Palestina volviera a asumir la administración del territorio.

Después de los miles de muertos, ningún poder árabe o palestino querrá involucrarse en la neutralización de la Franja. Mantener la ocupación o intentar la colonización de Gaza ya fue intentado por los israelíes, que tuvieron que retirarse porque era un cáncer terriblemente costoso.

Hago un repaso a los agentes geopolíticos de la región y los riesgos de que el conflicto se extienda.

Estados Unidos

Sería el único país que podría contener a Israel. Pero la alianza sagrada que mantienen lo hace muy difícil. En EEUU opera un grupo de presión judío liberal muy potente. Además la derecha fundamentalista cristiana está convencida de que Israel es la encarnación de sus ideas mesiánicas. De otro lado, Israel ha sido durante décadas el gendarme norteamericano en la región para controlar a los regímenes nacionalistas árabes.

El gobierno Biden no tiene ninguna intención de implicarse en una conflicto armado en Oriente Próximo con la guerra de Ucrania empantanada y cuando su foco está en la rivalidad con China.

Ha desplazado dos grupos aeronavales a la zona para dar cobertura a sus tropas en la región (Irak, norte de Siria) de un eventual ataque de Irán, y ha pedido a Netayahu que su ejército no entre en Gaza hasta que ese despliegue se haya completado.

Sería un enorme error de Biden lanzar un ataque o una operación de desestabilización contra el régimen de los ayatolás.

Irán

Es el gran actor geopolítico de la región: por su demografía (112 millones), sus fuerzas armadas y sus milicias delegadas en otros países, su producción de crudo… su posible posesión de armas atómicas. La ruptura del acuerdo nuclear por parte de Trump dejó sin supervisión a su industria nuclear. Puede que ahora tenga una alta capacidad de refino de uranio, pero es improbable que cuente con bombas nucleares y menos todavía con vectores para su lanzamiento.

Irán puede proyectar su poder con las milicias chiíes, la más importante Hezbolá en el sur del Líbano que se encuentra en una fase de guerra de baja intensidad con Israel. Pero también cuenta con las milicias hutties en Yemen, que según Estados Unidos, disparó tres misiles en dirección a Israel que fueron interceptados sobre el Mar Rojo por un destructor estadounidense.

Tiene también Irán la capacidad de desestabilizar a Arabia y los países del Golfo (especialmente Bahrein) movilizando a las minorías chiíes en países de mayoría suní.

Israel

Además de tener el ejército más poderoso de la región, todos los expertos están de acuerdo en que cuenta con armas nucleares, aunque nunca lo haya reconocido explícitamente.

Israel ya no tiene estados enemigos, salvo Irán. Con Jordania y Egipto hizo la paz; Siria, su gran enemigo, hoy ya no cuenta, autodestruida en su propia guerra. Así que el uso de la bomba atómica solo podría ser contra Gaza, algo imposible porque todo el pequeño país sufriría las consecuencias de la contaminación nuclear.

Con el ataque de Hamás y la ulterior venganza israelí se hace imposible la firma de la paz con Arabia Saudí, que estaba a punto.

Rusia

Con la guerra de Siria, Putin recuperó la influencia que la URSS tenía tradicionalmente en la región.

Sin la intervención rusa e iraní, Bashir el Assad no podría haber ganado la guerra.

A unos centenares al norte de Gaza, en la costa siria, se encuentra el puerto de Tartus, la mayor base aeronaval rusa en el Mediterráneo.

Putin puede estar interesado en extender el conflicto en Oriente Próximo, lo que debilitaría a la alianza que sostiene a Ucrania.

UE

La Unión Europea ha sido incapaz siquiera de pedir una tregua y la mayor parte de sus miembros han cerrado filas acríticamente con Israel.

Tradicionalmente, la UE ha pagado proyectos de cooperación con muy escasa influencia sobre la situación. Por ejemplo, después de los acuerdos de Oslo, España financió y construyó el aeropuerto de Gaza, que poco después fue bombardeado por Israel.

Cuanto más dure la venganza israelí en Gaza, más posibilidades hay de atentados terroristas,en Europa, con amplias comunidades musulmanas y judías.

Hay que parar la carnicería en Gaza, en primer lugar por humanidad, pero también porque en esta situación el error de cualquier actor puede extender la conflagración.

Un año de guerra en Ucrania, un año de guerra europea


Fuente Reuters. La artillería es un arma esencial en el conflicto

Punto de inflexión histórico

Se cumple un año de guerra en Ucrania. Diez años de conflicto armado, si se cuenta que se combate en el Donbás desde 2014.. Pese a todos los desmentidos previos del Kremlin, Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero . La guerra ha sido un punto de inflexión que ha ha puesto fin a casi tras décadas de distensión en Europa. Desde 1989 y la caída del Muro, ningún otro acontecimiento ha tenido tanta trascendencia. Un año de guerra, en el que uno de los participantes es una potencia nuclear, que no duda en esgrimir el arma atómica como último argumento. Nunca desde la crisis de los misiles de 1962 habíamos estado tan cerca del holocausto nuclear.

Resulta imposible sintetizar las múltiples capas , del acontecimiento, pero me atrevo a sintetizar las que me parecen más destacadas.

Guerra de relatos

Como toda guerra, se trata de un recurso absoluto a la fuerza, pero como siempre los contendientes tienen que justificar sus acciones, tanto buscando el apoyo y la legitimidad interna, como el juicio de la Historia o ante posibles tribunales internacionales para después de la guerra.

Rusia se apoya esencialmente en dos argumentos. Que la OTAN ha incumplido los acuerdos tácitos que pusieron fin a la Guerra Fría y que, según su interpretación, impedían su extensión hasta los países bálticos; y que iba a ampliarse a Ucrania, que el Kremlin ya considera una posición avanzada de la Alianza Atlántica y de Estados Unidos. Y que el gobierno de Zelenski es un gobierno nazi, que persigue a las minoría rusófonas y bombardea a los civiles de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk. Y en último término que Ucrania tiene un vínculo sagrado e inescindible con el Mundo Ruso.

Ucrania, la OTAN y la UE niegan cualquier despliegue agresivo y sostienen que el país tiene derecho a fijar su destino sin interferencias; sin perjuicio de que, antes de la guerra, ni la OTAN ni la UE hubieran dado signos serios de estar dispuestos a integrar a Ucrania, un país enorme, con grandes problemas económicos y de seguridad y una corrupción rampante. En el relato europeo y atlántico, no respetar las frontera internacionales no puede justificarse en ningún supuesto agravio histórico y pone en peligro la paz en Europa y en el mundo en general. Según se ha ido desarrollando el conflicto, la denuncia de la violación de los derechos humanos por el ejército ruso ha ido ganando protagonismo en este relato.

Una Guerra europea

La guerra es manifestación del choque entre una potencia hegemónica, Estados Unidos, y otra que lo fue y quiere volver a serlo, Rusia.

Es, además, una guerra europea, no solo porque se libre sobre el territorio de uno de los países europeos más extensos, sino porque supone el enfrentamiento entre dos manera de entender Europa. Una la de la UE, democracia liberal y un capitalismo regulado, generador de desigualdad , pero sometido a límites y otra la de Rusia, autoritarismo tradicionalista y capitalismo cleptocrático, que entrega la riqueza nacional a oligarcas fieles al poder. Del resultado de la guerra depende la esencia y la seguridad de Europa al menos por una generación.

Fortaleza UE

La UE, siempre dubitativa y lenta ha mostrado una notable y poco frecuente unidad. Ha adoptado sucesivos paquetes de sanciones. con escasa oposición y ha relanzado su política de defensa y seguridad, financiando generosamente el esfuerzo bélico de Ucrania. Por el momento, la Unión sale fortalecida.

Europa está pagando un alto precio económico, Ha cambiado la dependencia energética de Moscú y su gas natural (barato) por la dependencia de Washington y su gas licuado (caro).

La UE quiere ahora, además de seguir siendo un modelo de bienestar y una potencia normativa. convertirse en una potencia militar, capaz de defenderse sin contar con el «amigo americano», lo que supondrá detraer recursos del deteriorado Estado del Bienestar. Así que, aunque la Unión se fortalezca como institución, los europeos pierden; mientras, Estados Unidos fortalece su hegemonía sin costes apreciables. Ganan las industrias y los lobbies de las armas.

Larga guerra de desgaste

Después de 12 mese no aparecen perspectivas de una rápida victoria de ninguno de los dos bandos. Los dos tienen recursos para resistir, pero no para arrollar al enemigo. Rusia destruye las infraestructuras de Ucrania y los contendientes se enzarzan en batallas por el control del Donbás, como la de Bajmut, que más que la conquista de un punto estratégico parecen destinadas a desangrar al enemigo, en episodios que recuerdan a otros semejantes, como Verdún, de la I Guerra Mundial o la batalla de Belchite, de la guerra española.

Rusia puede que no tenga el armamento más moderno, pero puede producir masivamente munición y puede seguir movilizando tropas. Y en último término puede esgrimir la amenaza atómica. Ucrania es completamente dependiente de los suministros de sus aliados, que por el momento no están fallando. Tiene unas tropas más motivadas y mejor formadas.

Guerra por interposición, guerra externalizada

No hay duda de que en Ucrania se libra una batalla decisiva por la hegemonía mundial. Estados Unidos y la UE luchan con Rusia. Es una guerra por interposición, en la que Ucrania pone los muertos.

Es también, por parte rusa, una guerra externalizada, donde una compañía privada de mercenarios, Wagner, asume las misiones más sangrientas y sus hombres son enviados al combate como carne de cañón. Ya en Irak , Bush uso una compañía privada del sector petrolífero, Halliburton, para externalizar tareas militares y la represión en el país ocupado, pero sin un tan destacado protagonismo en los combates.

Sanciones que molestan al sancionado, pero no le rinden. Sanciones muy dañinas para Europa

Ninguna de las sanciones impuestas a Rusia ha sido el arma definitiva que se anunciaba. Sin duda han hecho mucho daño a la economía rusa (caída del PIB, inflación, déficit y deuda), pero no parece que hayan supuesto ni un daño suficiente para el régimen ni hayan promovido un estallado social.

En Europa, las sanciones, sobre todo la desconexión de la energía barata rusa, ha dado lugar a la agravación de un proceso inflacionario, que venía desde la salida de la pandemia. Parece que empieza a controlarse, pero el riesgo es que el Banco Central Europeo se pase de frenada y la inflación conduzca a la recesión. Las medidas sociales adoptadas por los Estados y propiciadas por la UE han evitado un otoño-invierno del descontento.

El dilema moral

Sin perspectivas de una paz negociada, los dos contendientes tienen posiciones maximalistas. Ucrania quiere para empezar a hablar una retirada rusa de todo su territorio, incluido el Donbás y Crimea. Rusia, que Ucrania acepte formar parte del Mundo Ruso y renuncie a integrarse en la UE y la OTAN y renuncie a Crimea y el Donbás. A Ucrania la pueden presionar sus aliados, pero Rusia no negociará salvo que se encuentre en una difícil situación militar en los frente o política en el casa. La UE y la OTAN deberían, entonces, ofrecer a Rusia un sistema de seguridad europeo y garantías a los rusófonos. Me remito a esta entrada sobre elemento para la paz en Ucrania.

Zelenski pide cada vez armas más potentes. Sus aliados evitan la entrega de armas, como aviones de combate, con las que se pueda atacar territorio ruso para evitar una peligrosa escalada. Según el derecho internacional, Ucrania tiene derecho a defenderse y armarse. No se la pueden negar las armas, como se negaron a la República española. Pero esas armas prolongarán la guerra. Morirán más ucranianos y rusos y aumentará el peligro de un guerra nuclear. Todo un dilema moral, perfectamente expresado en este ALEGATO en favor de la negociación de Jürgen Habermas, de imprescindible lectura.

Geopolítica del terremoto


Fuente El País 11-03-21 (desde 2021 no ha habido modificaciones significativas en las zonas de control de los distintos agentes en el norte de Siria)

La zona afectada por los terribles terremotos del sur de Turquía y Norte de Siria no solo es una zona donde confluyan la placas tectónicas que ha causado los devastadores sismos, sino también una zona de fractura geopolítica, con un enorme potencial conflictivo, donde luchan por el poder y el territorio distintas organizaciones, lo que dificulta la llegada de ayuda.

Empecemos por el sur de Turquía, donde se concentra la población kurda, ampliamente partidaria de la autonomía, cuando no de la independencia. El Partido Democrático de los Pueblos (HDP), principal formación prokurda de Turquía y tercer mayor partido en representación parlamentaria, se enfrenta a la amenaza de ilegalización acusado de ser una extensión del grupo armado PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán), considerado terrorista en Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos, Diyarbakir, muy afectada por la destrucción de los terremotos, es la ciudad principal.

En la zona se encuentra la base de Incerlik. vital para los despliegues de EEUU por todo Oriente Próximo. En las crónicas de los enviados especiales puede oírse a gente que se queja de discriminación en las ayudas por ser kurdos. Todo ello puede reactivar el eterno conflicto kurdo y desde luego perjudica las expectativas electorales de Erdogan.

Al sur de la frontera, encontramos una Siria fragmentada (ver mapa). El territorio más extenso y coherente es el controlado por las Fuerzas Democráticas de Siria (milicias kurdo-árabes), que han establecido una administración autónoma que denominan Rogova, con orientación de izquierdas y basada en la autogestión. Fueron estas fuerzas las que derrotaron al Estado Islámico, con el apoyo de la aviación norteamericana y el alistamiento de voluntarios internacionalistas Precisamente estos voluntarios internacionales ha publicado un comunicado en el que denuncian la gestión de la catástrofe por la Turquía de Erdogan, .

Quedan los residuos del Estado Islámico y grupos opositores a El Assad, apoyados por Turquía. Turquía expulsó a los kurdos del cantón de Afrin, lo que aumentó el número de desplazado, que en toda la región supera los 150.000. Además hay que contar con la la presencia militar rusa, en el puerto de Latakia, hasta donde han llegado los efectos del terremoto.

En una zona tan deteriorada y frágil Turquía tiene la llave para abrir o cerrar los pasos por los que tiene que llegar la ayuda a Siria.

El corrimiento de las fronteras europeas y la Guerra de Ucrania


Fuente: Historia de Mundo Contemporáneo

Estos días oímos en las noticias hablar de la ciudad de Leopolis, e incluso he oído que está a un centenar de kilómetros de Lviv… Leopolis, Lemberg, Lvov, Lwów… son la misma ciudad. Entre 1914 y 1945 cambió de nombre y soberanía, nada menos que 8 veces.

Ucrania (su etimología eslava lo indica) es tierra de frontera entre grandes imperios: ruso, alemán, austrohúngaro.

Con cada conflicto, las fronteras cambiaron, pero el mayor cambio se podujo al final de la II Guerra Mundial. Stalin impuso un corrimiento de las fronteras de Centro Europa hacia el este. Alemania tuvo que renunciar a la Prusia Oriental y a Silesia en favor de Polonia, fijándose la frontera en la línea de los ríos Oder-Neisse y a cambio Polonia cedió territorio del este a la URSS, fijádose la frontera en la línea Curzon.

Los nuevos territorios ganado por la URSS se integraron los del norte en Ltuania y Bielorrusia; los del sur en Ucrania. Bien entendido que, aunque la Constitución de la URSS reconocía el derecho de autodeterminación de las repúblicas (lo que con el tiempo daría lugar a la disolución de la entidad soviética), a efectos políticos carecían de cualquier autonomía. El caso es que en Ucrania se integró Galitza, una región con una historia de pertenencia Polonia y Austria-Hungría, gran población judía y rito católico-ortodoxo (uniata), más agrícola que industrial.

Al este se encuentra la Novorrosia (la Nueva Rusia) el espacio que los zares conquistaron al Janato de Crimea en 1774, un región de lengua predominante rusa e industrial, rito ortodoxo (de obediencia al Patriarca de Moscú) donde se encuentra la cuenca de Donbás, una zona de minas de carbón, lo que propició la instalación de industria siderúrgica.

Con la independencia de Ucrania, el oeste que mira hacia la UE va ganando peso y lo pierden los territorios del este. Cuando la revolución del Maidán, de 2014, se resuelve con la caída del prorruso Yanukovich. Putin no solo invade Crimea, sin que Kiev puede reaccionar, sino que alienta la secesión de las llamadas repúblicas populares de Luganks y Donekts , en el Donbás. Estalla un guerra localizada en esa región, que hasta ahora ha dejado 14.000 muertos y que ha desembocado en la invasión de Ucrania.

FUENTE: Rafael Poch «Reventando el polvorín ucraniano» CTX, 2-02-22.

LECTURA RECOMENDADA: «Calle Oeste-Este» (Anagrama) de Philippe Sands, uno de los grandes abogados de derechos humanos, una indagación sobre el Holocausto y la incorporación al Derecho Internacional de los delitos de genocidio y crímenes contra la humanidad. Su marco geográfico es Galitza

La Rusia de Putin


Recomiendo la lectura de «La decisión de Putin, el futuro de Rusia», Zbigniew Brzezinski, publicado en el último número de Política Exterior (pdf).

El que fuera máximo asesor de política exterior de Carter caracteriza a la Rusia de Putin como un estado autoritario en lo político, corporativo centralista en lo económico y revisionista en lo estratégico. Su tesis es que esta caracterización de debe a una decisión de Putin (y a lo que representa, los estamentos de seguridad que se hicieron con el poder tras la dimisión de Yeltsin, los siloviki) que no era la única posible y que hipoteca el futuro de Rusia. La guerra de Chechenia, el caso Jodorkovsky, el asesinato de periodistas, la estabilización económica gracias a la exportación energética, la centralización administrativa, la falta de infraestructuras e innovación… marcan este proceso. Brzezinski cree que cuando descienda el precio del petróleo, la riqueza exorbitante de oligarcas y siloviki desatará una inestabilidad social que un estatado autoritario no puede gestionar. Sin embargo, considera que la orientación europea de la clase media y una deseable estabilidad democrática de Ucrania pueden detener esta deriva autodestructiva de Rusia.

Brzezinski fue un halcón contra la Unión Soviética. En los últimos años ha sido un crítico de la política exterior neoconservadora de Bush, que considera en gran medida ilegítima y, en general, contraria a los intereses de Estados Unidos. Su análisis sobre Rusia es muy valioso, pero apenas menciona la ampliación de la OTAN hacia al este, mientras que refiere constantemente a la influencia benéfica de la Unión Europea.

Después de la caída del Muro cabría haber creado una organización de seguridad común para toda Europa, desde el Atlántico hasta los Urales, como sugirió Mitterand. Pero se impuso la visión de Estados Unidos. Y así, mientras el Pacto de Varsovia se disolvía, la OTAN se ampliaba hasta las fronteras de Euroa. ¿De quién puede defender la OTAN a, por ejemplo, los bálticos? Obviamente, de Rusia. No es extraño que renaciera en Rusia el complejo de sitio, acentuado con medidas que no podían ser consideradas más que hostiles, como el escudo antimisiles en Polonia y la República Checa.

Después de la guerra de Georgia, Rusia ha ganado reputación, poder duro en detrimento del poder blando, la capacidad de atracción pacífica. Europa ha demostrado, una vez más que, su política exterior es prácticamente irrelevante. Estados Unidos juega a la guerra fría e insiste en integrar a Georgia y Ucrania en la OTAN. ¿Cómo integrar a unos países con diferendos importantes con Rusia? ¿Para iniciar una tercera guerra mundial? ¿o para dejarlos a su suerte?. Rusia se enroca, Europa se debilita y Estados Unidos se siente a gusto con el nuevo desafío.

Más sobre Georgia: táctica, estrategia y propaganda


Recojo aquí algunos análisis sobre las causas y consecuencias del conflicto en Georgia.

Carlos Taibo coquetea con las teorías conspiratorias. Su tesis es que, igual que Sadam Hussein, Shakkasvili fue empujado por la CIA a su fracasada aventura para forzar la tensión con Rusia, lo que distraería de los fracasos de la Administración Bush y perjudicaría a Obama, con una imagen menos adecuada para los tiempos duros. Tiene razón Taibo que la acción georgiana no podría haberse realizado sin el consentimiento, al menos tácito, de Estados Unidos.

Open Democracy dedica una decena de análisis al conflicto. El especialista búlgaro Ivan Krastev habla de la trampa de la gran potencia. Su tesis es que la victoria táctica de Rusia es, en realidad, una fracaso estratégico. Con su intervención, Rusia ha hecho manifiesta la teoría estratégica de Putin, que no es otra que la de la Rusia zarista del s. XIX. Rusia ha mostrado su poder, pero ese poder no hace más que repeler a sus vecinos. Rusia ha perdido atractivo o «soft power» y se arriesga a un aislamiento internacional. Krastev también insiste en que la CIA informó al presidente georgiano de que los rusos no atacarían Georgia (¿chapuza o conspiración?). La verdad es que todo el argumento del análisis puede resumirse en la cita final de George Kennan (el teórico de la guerra fría): «Rusia no puede tener en su fronteras más que vasallos o enemigos». El rápido acuerdo de Estados Unidos con Polonia para la instalación del sistema antimisiles y la reacción de la OTAN que sigue apostando por el ingreso de Georgia avalarían, por el momento, esa tesis de fracaso estratégico.

Otra visión, también en Open Democracy, es la del experto en lengua adjasia, George Hewitt, quien sostiene que el conflicto sólo se podrá resolver contando con osetios y adjasios. Hewitt defiende la identidad propia de ambos territorios y su forzada integración a Georgia, primero por el régimen menchevique de los años 20, y luego por Stalin. Interesante la observación de que la mayoría de los refugiados georgianos son tratados con descuido por las autoridades por ser de la provincia de Mingrelia.

The Economist coincide en la tesis de que, a la larga, a la operación será un fracaso estratégico para Rusia.

Y, por último, el resumen que la Columbia Journalism Review realiza de los blogs de los periodistas rusos que han acudido a Osetia del Sur. Sus relatos, vídeos y fotografías testimonian el alto grado destrucción de la capital de Osetia del Sur. Human Rights Watch redujo el número de muertos denunciados por los rusos de miles a centenarares, pero, en cualquier caso, este fue alto y la destrucción importante. Y todo ello, 16 horas antes de la intervención rusa. Los blogs de los periodistas rusos, sin desprenderse de una visión nacional, han sido una voz valiosa para neutralizar la propaganda de unos y otros.