
Estos días oímos en las noticias hablar de la ciudad de Leopolis, e incluso he oído que está a un centenar de kilómetros de Lviv… Leopolis, Lemberg, Lvov, Lwów… son la misma ciudad. Entre 1914 y 1945 cambió de nombre y soberanía, nada menos que 8 veces.
Ucrania (su etimología eslava lo indica) es tierra de frontera entre grandes imperios: ruso, alemán, austrohúngaro.
Con cada conflicto, las fronteras cambiaron, pero el mayor cambio se podujo al final de la II Guerra Mundial. Stalin impuso un corrimiento de las fronteras de Centro Europa hacia el este. Alemania tuvo que renunciar a la Prusia Oriental y a Silesia en favor de Polonia, fijándose la frontera en la línea de los ríos Oder-Neisse y a cambio Polonia cedió territorio del este a la URSS, fijádose la frontera en la línea Curzon.
Los nuevos territorios ganado por la URSS se integraron los del norte en Ltuania y Bielorrusia; los del sur en Ucrania. Bien entendido que, aunque la Constitución de la URSS reconocía el derecho de autodeterminación de las repúblicas (lo que con el tiempo daría lugar a la disolución de la entidad soviética), a efectos políticos carecían de cualquier autonomía. El caso es que en Ucrania se integró Galitza, una región con una historia de pertenencia Polonia y Austria-Hungría, gran población judía y rito católico-ortodoxo (uniata), más agrícola que industrial.
Al este se encuentra la Novorrosia (la Nueva Rusia) el espacio que los zares conquistaron al Janato de Crimea en 1774, un región de lengua predominante rusa e industrial, rito ortodoxo (de obediencia al Patriarca de Moscú) donde se encuentra la cuenca de Donbás, una zona de minas de carbón, lo que propició la instalación de industria siderúrgica.
Con la independencia de Ucrania, el oeste que mira hacia la UE va ganando peso y lo pierden los territorios del este. Cuando la revolución del Maidán, de 2014, se resuelve con la caída del prorruso Yanukovich. Putin no solo invade Crimea, sin que Kiev puede reaccionar, sino que alienta la secesión de las llamadas repúblicas populares de Luganks y Donekts , en el Donbás. Estalla un guerra localizada en esa región, que hasta ahora ha dejado 14.000 muertos y que ha desembocado en la invasión de Ucrania.
FUENTE: Rafael Poch «Reventando el polvorín ucraniano» CTX, 2-02-22.
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