El tiempo en TVE


Los vídeos de Vodpod ya no están disponibles.

Dicen que los tiempos han cambiado en TVE. Al menos El Tiempo sí que ha cambiado. Se ha marchado Maldonado, como tantos afectados por el ERE. Y ha venido Mónica López, si no me equivoco, desde TV3. El Hombre del Tiempo -la Mujer del Tiempo, porque en TVE ya había mujeres del tiempo en los 80- ha sido una figura con la que históricamente se identificaban los espectadores y en la época del monopolio era seguramente una de los personajes más populares del país. El Tiempo es, como en todas las cadenas, uno de los espacios de mayor audiencia, y eso, un día tras otro. Vaya por delante el reconocimiento a todos los hombres y mujeres del Tiempo, especialmente para Paco Montesdeoca, que se marchó hace ya más de un año discretamente.

Desde las de las privadas, la información meteorológica se ha caracterizado por la fiabilidad de la información, basada en la oficial suministrada por el Instituto Nacional de Meteorología (ahora Agencia Estatal) reelaborada por el propio personal de TVE. Una información fiable, prudente y con una presentación gráfica austera, demasiado austera y pobre gráficamente en los tiempos que corren, diría yo.

Según declara TVE, la nueva etapa pretende mantener el rigor de la información, pero hacerla más cercana, más participativa, todo ello con el uso de las tecnologías más avanzadas. Vistos los cambios, hay mejoras evidentes y cuestiones manifiestamente mejorables.

El gran cambio consiste en una presentación más espectacular, tanto por el uso de dispositivos gráficos en el estudio más avanzados (grandes paneles, pantallas de plasma), como por el mejor aprovechamiento de las imágenes de satélite. El jucio no puede ser sino positivo, aunque para mi gusto debiera de buscarse un diseño gráfico más limpio y transparente.

Positivo es también el tono didáctico que pretende imponer la nueva responsable, Mónica López. El Tiempo no puede ser sólo el boletín de lo que va a ocurrir, sino una historia que atraiga y aumente la cultura de los espectadores. Lo que pasa que llevar a la práctica este propósito tiene riesgos. Se puede caer en explicaciones demasiado elevadas, o en exposiones pedrestres que ofenda a los espectadores de un nivel cultural normal. En varios caso, me ha parecido que Mónica López descubría el Mediterráneo, con explicaciones obvias.

El Tiempo es un equipo de presentadores, pero como TVE apuesta por crear la imagen de la Chica del Tiempo, no hay más remedio que referirse a Mónica López. Magnífica voz,  y gran seguridad, pero una presencia demasiado fuerte, con una locución demasiado rápida, con excesos gestuales que transmiten tensión. No es una novata, pero creo que la personalidad que se ha construido es demasido percutiente para un medio distante como la televisión.

Mi mayor crítica es a su exceso de presencia en los telediarios. Cuando el tiempo es noticia, es práctica habitual que los hombres del tiempo salgan de su espacio y aparezcan en el telediario. Así se hace en el vídeo que he incrustado con el caso del Gustav. Nada que objetar. Pero es que si cae una gota en Murcia aparece Mónica López, porque se trata de vender el producto. No es más que una manifestación de la desnaturalización informativa de los telediarios.

Por último, la voluntad de fomentar la participación se ha concretado en la petición de fotos a la audiencia. Buena idea, pero su selección debiera ser rigurosa para mostrar algún meteoro o fenómeno extraordinario. Hasta ahora, por lo que he visto, son fotos vistosas, pero poco más.

(Ver  la entrada sobre la nueva presentación gráfica de enero 2010)

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La Rusia de Putin


Recomiendo la lectura de «La decisión de Putin, el futuro de Rusia», Zbigniew Brzezinski, publicado en el último número de Política Exterior (pdf).

El que fuera máximo asesor de política exterior de Carter caracteriza a la Rusia de Putin como un estado autoritario en lo político, corporativo centralista en lo económico y revisionista en lo estratégico. Su tesis es que esta caracterización de debe a una decisión de Putin (y a lo que representa, los estamentos de seguridad que se hicieron con el poder tras la dimisión de Yeltsin, los siloviki) que no era la única posible y que hipoteca el futuro de Rusia. La guerra de Chechenia, el caso Jodorkovsky, el asesinato de periodistas, la estabilización económica gracias a la exportación energética, la centralización administrativa, la falta de infraestructuras e innovación… marcan este proceso. Brzezinski cree que cuando descienda el precio del petróleo, la riqueza exorbitante de oligarcas y siloviki desatará una inestabilidad social que un estatado autoritario no puede gestionar. Sin embargo, considera que la orientación europea de la clase media y una deseable estabilidad democrática de Ucrania pueden detener esta deriva autodestructiva de Rusia.

Brzezinski fue un halcón contra la Unión Soviética. En los últimos años ha sido un crítico de la política exterior neoconservadora de Bush, que considera en gran medida ilegítima y, en general, contraria a los intereses de Estados Unidos. Su análisis sobre Rusia es muy valioso, pero apenas menciona la ampliación de la OTAN hacia al este, mientras que refiere constantemente a la influencia benéfica de la Unión Europea.

Después de la caída del Muro cabría haber creado una organización de seguridad común para toda Europa, desde el Atlántico hasta los Urales, como sugirió Mitterand. Pero se impuso la visión de Estados Unidos. Y así, mientras el Pacto de Varsovia se disolvía, la OTAN se ampliaba hasta las fronteras de Euroa. ¿De quién puede defender la OTAN a, por ejemplo, los bálticos? Obviamente, de Rusia. No es extraño que renaciera en Rusia el complejo de sitio, acentuado con medidas que no podían ser consideradas más que hostiles, como el escudo antimisiles en Polonia y la República Checa.

Después de la guerra de Georgia, Rusia ha ganado reputación, poder duro en detrimento del poder blando, la capacidad de atracción pacífica. Europa ha demostrado, una vez más que, su política exterior es prácticamente irrelevante. Estados Unidos juega a la guerra fría e insiste en integrar a Georgia y Ucrania en la OTAN. ¿Cómo integrar a unos países con diferendos importantes con Rusia? ¿Para iniciar una tercera guerra mundial? ¿o para dejarlos a su suerte?. Rusia se enroca, Europa se debilita y Estados Unidos se siente a gusto con el nuevo desafío.

Los éxitos de televisión se convierten en videojuegos


Reuters informa hoy de la tendencia imparable de la industria del entretenimiento de convertir los grandes éxitos de televisión en videojuegos. Se empezó con las superproducciones (blockbusters) de acción, pero ahora todos los fabricantes de consolas lanzan videojuegos basados en series y realities-shows. En el caso de las series se puede profundizar en la identificación con los personajes; en los realities la lógica del producto se lleva a sus últimas consecuencias. Se puede ser protagonista sin ser seleccionado ni pasar por el estudio. En la información se pone de manifiesto el alto poder adictivo de estos productos y cómo está conquistando a nuevos usuarios, sobre todo mujeres.

Este ejemplo de convergencia de medios y productos muestra la integración de los viejos y nuevos medios. Por el momento, todo arranca en el viejo medio, la televisión, pero hay también algún ejemplo, de como a partir de un videojuego se ha construido una serie. La televisión no desaparecerá, pero se integrará en este nuevo entorno interactivo.

RTVE: cambio de imagen, cambio cosmético


RTVE ha cambiado su identidad gráfica, pero sigue sin encontrar su identidad como servicio público en el entorno multicanal y multimedia

Una vez más, se ha querido suplir la falta de un cambio en profundidad con un cambio de imagen. No soy un experto en diseño y, en principio, no voy a cuestionar  la lógica gráfica de esta renovación. Si es por gustos, diré que me resultan un poco molestos los colorines y un verdadero horror los «tacos» de los micrófonos de los reporteros, siempre un elemento ortopédico en televisión, y ahora todavía más chillones; molestas también las «moscas», frente a la transparente anterior de TVE1. RTVE no ha revelado el coste de la operación, que además del pago a la agencia externa (en este caso Summa) supone su sustitución física en todo el equipamiento de la empresa. Su presidente, Luis Fernández, asegura que se pretende una mejor identificación y dinamizar la percepción de los ciudadanos. No sé muy bien que quiere decir con eso de «dinamizar la percepción de los ciudadanos», pero supongo que se trata de mostrar una imagen más dinámica, más fresca… más cercana a la de las privadas.

Luis Fernández ha dicho también a los trabajadores que el cambio del símbolo es el símbolo del cambio ¿ Cuál es ese cambio?

Cambio institucional. RTVE tiene ahora un nuevo marco institucional: Ley 17/2006, de 5 de junio, de la radio y la televisión de titularidad estatal, Estatuto de Información de la Corporación RTVE, Mandato Marco de la Corporación RTVE. Este nuevo marco establece una definición adecuada de las misiones del servicio público, la estabilidad de su financiación, la independencia y neutralidad editorial y la independencia de sus informadores. Resta todavía el último elemento de este marco institucional, el Contrato-Programa, que RTVE negocia ahora con el Gobierno, y que tiene que concretar la misión de servicio público definida por la Ley 17/2006 y el Mandato Marco en términos de obligaciones concretas y financiación adecuada. Es el Contrato Programa el cierre del marco institucional y hasta que no se llegue a un acuerdo no veremos en que se concreta el cambio institucional. Con todo, este nuevo marco sienta unas bases para lidiar con los rigurosos requisitos que la Comisión Europea establece para permitir la finaciación pública del servicio. Con todas las cautelas, puede decirse que RTVE se encuentra en un buen punto de partida para realizar el servicio público a la altura del siglo XXI. Cambio institucional, sí.

Independencia informativa. Desde 2004, los informativos de RNE y TVE han roto con el ominoso partidismo que mantuvieron no sólo durante la última legislatura de Aznar sino a lo largo de toda su historia, con mayor o menor incidencia dependiendo de que existiera una mayor o menor división política.  Los informativos son básicamente neutrales en la pugna partidista-sin excluir deslices- pero siguen siendo básicamente institucionales. Ese caracter institucional resta valentía para abordar temas conflictivos. La asignatura pendiente sigue siendo una información en profundidad, arriesgada, rompiendo ataduras institucionales. Pero desde el punto de vista de la indepedencia informativa, sí hay una nueva RTVE.

Cambio generacional. Ese sí que ha sido un cambio radical. El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) ha «desvinculado» (eufemismo para despido no traumático) a 4150 trabajadores. Y ese cambio generacional parece que es el que quiere simbolizar el cambio de identidad gráfica. Una radiotelevisión más joven… La renovación generacional es necesaria en cualquier organismo, pero el problema es la ruptura, la discontinuidad. No todos los que se han ido era buenos ni todos los que se incorporan malos. Por ejemplo, por muy bueno que sea el espacio musical de Fernando Palacios en RNE, sustituir los Clásicos Populares de Fernado Argenta se me antoja una tarea imposible. Entre las nuevas incoporaciones en los informativos se aprecian grandes promesas de futuro, pero el tono general, la locución por ejemplo, se aproxima en inexperiencia a las privadas. Y es que, además de reducir el capítulo de gastos de personal, el ERE pretendía una plantilla peor pagada, más inexperta y, por tanto, más maleable.

No es extraño que a los desvinculados (entre los que me encuentro) les parezca el cambio identitario una frivolidad, como a Guillermo Orduna (La nueva ‘marca’ RTVE, carta al director EL País, 2 de sept. 2008). Estoy de acuerdo con Orduna en que «lo de cambiar los logotipos o las sintonías y no renovar los productos que se ofrecen, me parece una frivolidad».

Programación sin rumbo. Aquí es donde no ha habido cambio. Tanto RNE como TVE tienen una programación indistinguible de la de su competencia en las horas de máxima audiencia. Lógicamente, a horas minoritarias si que hay diferencias. En el caso de TVE se sigue siendo tributario de las productoras y en el caso de RNE de estrellas o pseudoestrellas importadas. En TVE algunas series como Cuéntame o Amar en Tiempos Revueltos pueden indicar el camino, pero falta despegarse del pasado y acudir al presente. Es especialmente grave el dejar en manos de productoras espacios como España Directo o Comando Actualidad.

Sin estrategia de distribución. TVE sigue sin una estrategia para dar una personalidad diferenciada a la Dos, donde va una programación popular, pero sin posiblidad de conquistar grandes audiencias. Y no utiliza adecuadamente sus canales en la TDT. Por ejemplo, la estragia de distribución de los Juegos Olímpicos ha sido un desastre, con repeticiones continuas en la Una y la Dos. El Canal 24 Horas está completamente abandonado. Y el gobierno parece apostar ahora por una TDT de pago, que restaría todavía más posibilidades para que TVE produzca canales especializados de calidad.

Aprendiendo multimedia. RTVE no ha tenido un sitio en internet para difundir sus contenidos hasta hace unos meses. Creo que debía ser el único servicio público europeo que no tenía más que una página institucional. Es positiva la difusión on line de los programas (RNE y TVE «a la carta»), pero da la impresión de que los programas se dejan caer, sin más. Falta una estrategia de explotación pública de los archivos. Y la página propiamente informativa es indigna de RTVE, el típico «corta y pega», sin información verdaderamente propia, salvo el acceso a telediarios y diarios hablados ya emitidos.

El reto de los servicios públicos de radio y televisión en el siglo XXI

Este breve análisis puede contrastarse con las experiencias de adaptación al nuevo entorno de los servicios públicos europeos, recogidas en el libro From Public Service Broadcasting to Public Service Media (Nordicom, Göteborg 2008). Su tesis es que los servicios públicos europeos tienen que adaptarse al nuevo entorno multicanal y multimedia mediante:

  • Manteniendo audiencias masivas. Sin esas audiencias, se convierten en irrelevantes, pierden legitimidad y se arriesgan a perder financiación. RTVE cumple este requisito, y el marco institucional aludido permite luchar por mantener esta posición.
  • Diferenciar lo más claramente posible sus productos de sus competidores comerciales. No es el caso de RTVE, o no suficientemente.
  • Establecer una estrategia de multidifusión a través de diversas plataformas: canales generalistas, canales especializados, on line (internet), plataformas móviles. Los productos tienen que adaptarse a cada plataforma y debe haber sinergias entre unas y otras. RTVE está en mantillas.
  • Establecer alianzas con operadores de esas nuevas plataformas. La única que recuerdo era la de acólitos de Vía Digital.

En fin, la cuadratura del círculo…

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