En la nueva guerra fría un ejército europeo para lograr la autonomía estratégica


Tropas del ejercito belga prestando protección a la sede de las instituciones europeas

Trump va imponer a Ucrania una tregua que de hecho es una rendición.

La guerra no empezó en 2022 con la invasión masiva, sino en 2014, con la anexión de Crimea y la promoción de la secesión de los territorios del Donbás, mayoritariamente ruso parlantes. Entonces no se hizo nada y Putin siguió adelante con sus planes.

La narrativa rusa es que se estaba protegiendo a estas poblaciones contra el golpe nazi, que dicen fue la rebelión del Maidán. Es cierto que la lengua rusa no era oficial, pero nadie era castigado por hablarla. El conflicto se cerró en falso con los acuerdos de Minsk, que no respetaron ninguna de las dos partes, como puede ocurrir con la tregua que se prepara ahora, sin abordar una negociación en profundidad sobre los elementos en juego.

La justificación para la invasión de 2022 era que Ucrania se estaba acercando a la UE y a la OTAN, lo que ponía en peligro la seguridad de Rusia. Lo cierto es que después de la caída del muro, EEUU y sus aliados no atendieron a las legitimas demandas de seguridad de la Federación Rusa (Jeremy Sachs lo explica desde su experiencia directa en esta interesantísima conferencia en el Parlamento Europeo).

Por muchas torpezas y acciones poco amistosas de la OTAN, para Putin el peligro era doble: el mal ejemplo de una democracia en un territorio próximo y que el Mir Ruso (su último objetivo estratégico) no podía estar completo sin Ucrania.

Así que en este nuevo reparto de zonas de influencia que se prepara, los países europeos tendrán que vérselas solos ante un Putin expansionista, que puede tener entre sus objetivos cualquier país históricamente perteneciente al imperio zarista o la URSS (por supuesto Moldavia, Georgia, Lituania y hasta Finlandia y Polonia) en una nueva guerra fría cuya frontera estaría en Ucrania (dice Jodorkovsky, que conoce bien a Putin).

Ante la evidencia de que EEUU, al menos con Trump, no seguirán prestando un paraguas defensivo a Europa, el Consejo Europeo (los líderes de los 27 ) ha decidido reforzar la defensa europea; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado un plan de rearme por valor de 800.000 millones de euros y ha adelantado algunas formas de financiación, desde el levantamiento de los límites fiscales hasta mutualización de la deuda. No es extraño que las compañías de armamento hayan dado un salto en sus cotizaciones. Se pague como se pague, los paganos serán los europeos que verán reducido el gasto social y el dedicado a la transición verde.

Solo un proceso de desarme mutuo y un sistema de seguridad europeo podría superar esa nueva guerra fría. La OTAN ha perdido toda su credibilidad y su capacidad de distensión y un ejército europeo sería un elemento de disuasión y, desde luego, un paso adelante en el proceso de integración europeo.

La seguridad estratégica va más allá de los ejércitos. Seguridad es tener no solo una industria armamentística con grades capacidades tecnológicas. También seguridad es tener industrias básicas que garantice el suministro de mascarillas o moléculas para fabricar medicamentos esenciales, sin depender de otra potencias.

Lo esencial es saber hasta que punto los estados miembros quieren llevar la asistencia mutua (art. 42.7 del Tratado de la Unión) que no parece tener el alcance del art. 5 del Tratado de la Alianza Atlántica que considera una agresión a todos los miembros la agresión a cualquiera de ellos.

Frente a la queja de EEU. los países de la UE gastan en conjunto 326.000 millones de euros con un aumento entre 2005 y 2024 de un 30%.Estamos a una distancia del estratosférico de EEUU (916.000 de dólares y muy por encima de los 109.000 de Rusia. Lo que se trataría no sería gastar más sino gastar mejor (Jesús Núñez-Villaverde) y conjuntamente y favorecer las industrias nacionales; con objetivos estratégicos claros y estructuras político-militares que formen parte te de la institucionalización comunitaria. Jesús Lizcano propone aquí un programa muy completo para comunitarizar la defensa europea.

De hecho, la mayor institucionalización lograda es un proceso de cooperación reforzada (PESCO). La UE definió en 2023 sus objetivos estratégicos para una década en la BRÚJULA ESTRATÉGICA (que a la luz de lo ocurrido en los tres últimos años requiere una revisión profunda).

Europa debe dotarse de un sistema militar defensivo que le permita sentarse en la mesa de negociación para establecer un sistema de seguridad europeo.

Cualquier carrera de armamento conduce a la guerra, como fue el caso de Gran Guerra. Pero Europa solo podrá estar en una mesa de negoción con sus propias capacidades. En la UE solo Francia tiene fuerzas nucleares propias, que Macron dice estar dispuesto a ofrecer como un paraguas defensivo para los 27. UK no solo está fuera de la UE sino que, además, sus armas atómicas son de origen estadounidense y están sometidas a supervisión de Washington.

Malos tiempos, pero solo se puede negociar un marco de seguridad, que se base en el derecho internacional. Pero a la negociación hay que llegar poniendo sobre la mesa un cierto peso militar.

POST SCRIPTUM debate sobre el pacifismo

Un amigo me contesta privadamente a esta entrada:

«Haz el amor y no la guerra; ¿dónde ha quedado este lema de nuestra juventud? Hippies, Beatles, Joan Báez, Donovan, …todos creídos y convencidos de que la paz no solo era deseable, sino posible.
Ahora resulta que hay que rearmarse, y lo dicen con toda naturalidad.
Nos han vuelto a engañar. No tenemos remedio.

Mi respuesta:

«Es todo muy triste. Pero entonces había dos bloques bien definidos, que se contenían el uno al otro. Las guerras (por delegación) eran lejanas (Vietnam, Camboya, Angola) o impuestas irracionalmente (Irak) .Pero ahora están muy cerca. Antes se enfrentaban capitalismo y comunismo y ahora democracia liberal (igualdad, legalidad, solidaridad) frente autocracias iliberales (religión,familia, patria, raza, machismo). Al final, es la lucha entre potencias(EEUU, Rusia, China) por dominar el mundo y a nosotros nos han cogido en medio. No sé como saldremos de ésta ni si un movimiento pacifista puede limitar las amenazas, que son bien reales. El movimiento tendría que surgir en Rusia, pero allí el que sale a la calle se juega la vida».

Para completar añado el enlace a un texto de Rafael Fraguas en el que critica las veleidades belicistas de la UE: ¿Dónde vas Europa?

Una nueva opinión en contra del rearme y sus consecuencias económicas de Juan Torres López

Matar moscas…con misiles


Infografía de France 24

El título de esta entrada está inspirada en el popular dicho español «matar moscas a cañonazos» Evidentemente, en este caso, no se trata ni de moscas ni de cañonazos, pero hay una desproporción entre la acción y el objetivo táctico «destruir un depósito de armamento en la ciudad de Dnipró». Sé que llego tarde, pero me temo que estos temas van a ser fuente de preocupación durante bastante tiempo.

El misil Oreshnik (avellano)

Es un misil hipersónico (velocidad Mach 10, velocidad de 2’5 a 3 km/s) que sale al espacio exterior para luegoatacar a su objetivo en tierra y dada sus características resulta indetectable e imposible de neutralizar. (sobre sus características técnicas Wikipedia, BBC). Es un misil de alcance intermedio, entre los 3000 y los 5.500 kms,

El objetivo táctico, Yuzhmash

El objetivo táctico, era la fábrica de Yuzhmash, en Dnipró. Hoy una fábrica de armas de Ucrania, en su día, la mayor fábrica de misiles de la URSS (como siempre imprescindible la crónica de Rafael Poch), pero que hoy no pasa de ser una pequeña planta de cohetes. Parece que el objetivo era tácticamente poco importante (aunque quizá con un cierto valor simbólico por su pasado) y que podría haber sido atacado con medios más modestos (por ejemplo drones) y más baratos, sin necesidad de desperdiciar un misil tan avanzado, de los que presumiblemente no deben abundar en los arsenales de Putin.

El ataque, oficialmente, es la respuesta rusa, a la autorización de EEUU, y varios países europeos para que Ucrania pueda atacar territorio ruso con artillería de precisión de largo alcance.

Objetivos estratégicos

El misil llevaba carga convencional, pero el objetivo era advertir a EEUU y sus aliados, que Rusia tiene un vector, prácticamente imposible de neutralizar como medio para hacer efectiva su nueva doctrina sobre el uso de armas nucleares. Ya no es necesario el peligro de un ataque nuclear; basta la posibilidad de un ataque convencional que ponga en peligro la integridad y la soberanía del país (no se olvide que ahora los territorios ocupados en Ucrania forman parte de la Federación rusa). Y que estos vectores nucleares prácticamente no se pueden neutralizar. (véase análisis de The New York Times)

Ese es el mensaje «tenemos los medios para hacerlo, pero no queremos hacerlo, salvo que nos pongáis en una situación que ponga en peligro la supervivencia del país o el régimen»

Estos misiles de alcance intermedio, con los que Rusia tiene a su alcance a todas las capitales europeas, estaban controlados por el tratado INF, suscrito por Reagan y Gorbachov en 1988 y que autorizaba las inspecciones por sorpresa. En 2018 Trump abandonó el tratado y a continuación lo hizo Rusia. Pese a ello y para evitar un incidente mayor, Rusia ha advertido a EEUU de que el misil no llevaba carga nuclear.

También . como dijo el propio Putin, esta ha sido una buena ocasión para probar una nueva arma en condiciones de combate, como hiciera los alemanes en la Guerra de España.

El reloj atómico del apocalipsis se adelanta

Jugamos con fuego y desde los años 60 el reloj del apocalipsis nunca ha estado tan cerca del final de la humanidad (90 segundos). Es cierto que con instrumentos que conocemos bien, como la diplomacia, el peligro nuclear puede controlarse o minimizarse, mientras que la crisis climática pone en riesgo la continuidad de la especie. Y no hacemos nada,

Gracias Gorbachov


Gracias Mijaíl Serguéyevich 

  • Por terminar la Guerra Fría y hacer posible que una generación de europeos hayamos podido vivir nuestra madurez sin la amenaza de la Guerra Nuclear y reconstruir una Europa sin telones de acero, por muchas deficiencias que esta construcción tenga.
  • Por permitir que los pueblos de la URSS se liberaran sin guerras genocidas.
  • Por intentar introducir transparencia y humanidad en un sistema corrupto que se sustentaba en la mentira y la crueldad.
  • Por intentar regenerar y reestructurar el socialismo.
  • Por su honestidad y sentido común.

Si, como sostiene Putin. la disolución de la URSS fue una catástrofe estratégica para Rusia, el responsable no fue Gorbachov sino Yeltsin y los presidentes de Bielorrusia (Shushkiévich) y Ucrania (Kravchuk) que en diciembre de 1991, sin contar con los presidentes de las repúblicas asiáticas, declararon disuelta la URSS y en su lugar constituyeron la Confederación de Estados Independientes (CEI), que nunca tuvo una existencia efectiva. Luego vino el asalto al Estado de los oligarcas, con la complicidad de Occidente y sus economistas, que solo sabían recomendar «terapias de choque», a costa del sufrimiento de la población y la humillación de un pueblo orgulloso, que buscó un líder fuerte (Putin) para recuperar supuestas grandezas.

(Sobre todo el proceso de disolución de la URSS es muy recomendable este texto de Ángel Ferrero y Rafael Poch.)

SOBRE LOS ÚLIMOS AÑO Y LA DECADENCIA DE GORVAHOV ESTE DOCUMENTAL (disponible en RTVE Play hasta el 30-09-22)

Finlandia y la OTAN


Maniobras de la OTAN. (EFE/Marcin Bielecki)

Viajé como periodista dos veces a Finlandia, la primera en 1990 para una cumbre de la OSCE, la segunda, invitado por el gobierno finlandés, en 1993, antes de su ingreso en la UE. En ambas ocasiones no detecté ningún deseo de adherirse a la OTAN, sí y perentorio, de ingresar en la UE.

Pese a la disolución de los bloques al final de la Guerra Fría, el país aceptaba con naturalidad su neutralidad y lo que preocupaba era superar el trauma económico de la caída drástica del comercio con la URSS. Eran los años en que una compañía finlandesa, Nokia, se convirtió en líder tecnológico mundial.

En ninguna entrevista o contacto se formuló el temor a la Rusia de Yeltsin y sí el deseo de ingresar en la UE, sin perjuicio de la existencia de algunos euroescépticos. Y eso que la neutralidad no fue una decisión libre, sino impuesta por la URSS victoriosa en la II Guerra Mundial. Es a lo que peyorativamente se llamó «finlandización».

Rusia y Finlandia, una relaciones estrechas y difíciles.

Finlandia entra en la Historia Contemporánea cuando en 1808, cuando el zar Nicolás I, entonces aliado de Napoleón, declara la guerra a Suecia, que se negaba a aplicar al Reino Unido el bloqueo decretado por Bonaparte. Desgaja de Suecia las regiones orientales y constituye con ellas el Gran Ducado de Finlandia y se proclama duque. Su hijo Alejandro II reforzará la autonomía del Gran Ducado. Los fineses rindieron homenaje al zar reformador con una estatua al pie de la catedral luterana en la plaza del Senado de Helsinki. Dos cúpulas dominan la capital, la blanca neoclásica de la catedral luterana y la colorida de la catedral ortodoxa.

En 1918 Rusia reconoce la independencia de Finlandia y el país es campo de la lucha entre rojos y blancos. En 1939-40, la URSS ataca Finlandia en la guerra de invierno. Finlandia detuvo la agresión. En 1941 se alió a Alemania y participó en la invasión a la URSS. En el Armisticio de Moscú en 1945, Finlandia tuvo que hacer grades concesiones territoriales y perdió el acceso al Ártico.

De modo que la neutralidad no fue una opción libre, sino impuesta por Moscú, pero la URSS renunció a establecer un gobierno títere como hizo en los países del este. Los gobiernos socialdemócratas aprovecharon la neutralidad para establecer provechosos lazos comerciales con la URSS, pero sin ayudas económicas occidentales. Y convirtieron al país en punto de encuentro entre los bloques. No en vano, el mayor acontecimiento de distensión, la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CESCE) en los años 70.

Si ahora los políticos y la opinión pública están de acuerdo en pedir el ingreso en la OTAN es porque ven cierto el riesgo de agresión.

Es verdad que Helsinki está a 400 kms. de San Petersburgo, así que Putin ha logrado tener a la OTAN más cerca y no más lejos. Lo que no dice es que en Kaliningrado, entre Polonia y Lituania, a 300 kms de Varsovia, Rusia tiene misiles nucleares Iskander.

Un mes histórico


Edificio en llamas en Jarkóv. (Oleksandr Lapshyn/Reuters)

Desde el 24 de febrero, se desarrolla una terrible guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. No me atrevo a decir que el plan ruso ha fracasado, pero desde luego Putin no ha resuelto la situación a su favor en pocos días, como muchos pensaban, de modo que ahora nos encontramos en plena guerra de atricción, con asedio y destrucción de ciudades por los bombardeos, dejando que luego mercenarios liquiden las bolsas de resistencia. Es la táctica empleada en Chechenia y Siria, en este caso, usando además el arsenal más moderno como los misiles hipersónicos.

Más allá de la propia guerra, en este mes se han registrado unos cuantos cambios históricos.

El peligro de la guerra nuclear

Desde la crisis de los misiles de 1962, el mundo nunca ha estado tan cerca del enfrentamiento nuclear. Putin ha amenazado con su uso, si Rusia hacía frente a una amenaza existencial y ha sugerido que las sanciones lo son. Ha lucido sus misiles hipersónicos indetectables, por el momento con carga convencional. Un fiasco total en Ucrania aumenta el riesgo del uso de, al menos armas nucleares tácticas sobre el terreno.

La globalización, herida

Las sanciones económicas y financieras se llevan por delante buena parte de los presupuestos de la globalización: libre movimiento de mercancias, capitales y servicios.

Éxodo de refugiados

El mayor en Europa desde la II Guerra Mundial. Con nuestro eurocentrismo olvidamos que en Colombia hubo durante mucho años 6 millones de desplazados internos.

Reforzamiento de la OTAN

Del «encefalograma plano (Macron dixit) a tener cola de candidatos, incluidas Suecia y Finlandia y el reforzamiento de los presupuestos militares de los socios. En este sentido Putin tiene ahora efrente una OTAN más fuerte.

Cohesión de la UE

A diferencia del tradicional método comunitario, lento y lleno de salvedades, en esta ocasión todos los miembros ha reaccionado a una con inusitada unidad y celeridad para sancionar a Rusia y enviar armas a Ucrania, no tanto para afrontar las consecuencias económicas de la guerra. La Unión parece decididida -ya veremos lo que dura- en convertirse en un actor geoestratégico.

Alemania, potencia militar

Alemania refuerza su presupuesto militar con 100.000 m. de euros

Stanflaction

Los cuellos de botella de exceso de demanda después de la pademia ya habían disparado la inflación. Ahora la incertidumbre sobre los suministros energéticos y el corte de exportaciones como la de los cereales, con los bacos centrales adoptando ya políticas restrictivas pueden abocarnos a una situación de stanflactio (estancamiento+inflación) y descontento en la calle.

El futuro de la revolución verde

Pese a que se ha demostrado que es imprescindible una autonomía energética basada en las renovables, el problema es saber de donde saldrá los recursos para compensar a los perdedores de la transición verde.

Algunas lecturas para entender la guerra de Ucrania


Las siguientes obras no tratan de la guerra, ni siquiera de Ucrania, pero pueden ayudar a entender el contexto histórico.

HOMO SOVIETICUS. La premio Nobel bielorrusa, Svetlana Alesiévich, usa su particula técnica de hilar relatos orales para realizar un retrato de los hombres y mujeres soviéticos y de la propia URSS,con sus luces y sus sombras, donde la individualidad y la vida humana no valían nada, pero se fomentaba la excelencia y la vida era triste, poco libre, pero segura y todos tenían lo mínimo necesario.

Me impactó, el relato de un excombatiente de la guerra contra Finlandia. Los dos ejércitos llegan a un acuerdo de alto el fuego e intercambio de prisioneros. Cuando los finlandeses llegan a sus líneas, son acogidos cálidamente por sus compañeros, mientras que los prisioneros sovieticos, sospechosos de traición, por el solo hecho de haber estado en contacto con otro ejército, son directamente embarcados en trenes a los campos del Gulag

Otro episodio emotivo y significativo es el relato de una funcionaria de base, convencida de haber trabajado honestamente por su país, que después de la disolución de la URSS es increpada en su trabajo como si fuera una ladrona, cuando eran los altos funcionarios de Partido los que se estaban repartiendo la riqueza colectiva.

Este libro explica la orfandad que tantos ruso sienten, y que está siendo manipulada por Putin.

PÁGINA DE LA EDITORIAL (con extractos y reseñas).

CALLE ESTE-OESTE. De Lviv (en ucraniano, algunos españolizan el topónimo como Leópolis) ya he hablado en otra entrada. En la actual capital de la Ucrania occidental y de la antigua Galitza comienza Calle Este-Oeste. Philippe Sands, uno de los grandes abogados de derechos humanos va a dar una conferencia a la Universidad de Lviv y allí se encuentra con los fantasmas de su familia, exterminada por los nazis. Comienza una indagación sobre su familia y sobre los dos académicos que lograron incorporar al Derecho Internacional lo crímenes de lesa humanidad, ambos nacidos en Lviv. Hersch Lauterpacht ideó el concepto crímenes contra la humanidad, como crímenes de guerra sistemáticos contra la población civil, para defender los derechos de las personas frente a la barbarie de los estados. Rafael Lemkin acuñó el concepto de genocidio, para los casos en que esos crímenes pretenden exterminar a un grupo y destruir su identidad. A Lauterpach el concepto de genocidio le parecía peligroso:

“Potencia el sentimiento de solidaridad entre los miembros del grupo de víctimas, reforzando a la vez los sentimientos negativos hacia el grupo de los verdugos (…) Ser etiquetado como víctima de genocidio se convierte en un componente esencial de la identidad nacional sin contribuir a la resolución histórica de las disputas ni hacer que los asesinatos masivos sean menos frecuentes”.

También estudió en la universidad de Lviv Hanks Frank, el abogado predilecto de Hitler y cruel mandatario del Gobierno General de Polonia. Juzgado en Núrembeg. en la obra se reconstruye el juicio y los sentimientos del hijo de Frank.

El profesor Sands propone la creación de un tribunal para juzgar a Putin, por el crimen de agresión y lo justifica en los precedentes de Núremberg.

PÁGINA DE LA EDITORIAL

De VIDA Y DESTINO se ha dicho, con justicia, que es la GUERRA Y PAZ del siglo XX. Vasilii Grossman, periodista judio, acompaña al ejército rojo, desde Stalingrado hasta Berlín y construye un fresco emocionante de lo que los rusos llaman la Gran Guerra Patria con todos sus heroismos y creldades. En paralelo se narra el exterminio nazi y la represión estalinista.

Recuerdo el episodio en que uno de los personajes, un físico nuclear, recibe una llamada telefónica inesperada. El que está al otro lado del teléfono no se identifica, per queda claro que es Stalin. Al físico no le queda claro si la llamada es un felicitación o una advertencia de que está en el ojo de la NKVD.

Leyendo esta novela río, entenderemos un poco mejor los grades dilemas ético con, que en momentos críticos, se enfrentan los seres humanos . Y por qué los rusos se consideran los verdaderos vencedores de Hitler y Putin justifica su guerra como una operación anti-nazi.

PÁGINA DE LA EDITORIAL

No a la guerra


Rusia ha desplazado tropas aBielorrusia para realizar mniobras muy cerca de la frontera con Ucrania

«No a la guerra «era el grito que resonaba en nuestras calles, cuando el trío de las Azores decidió invadir Irak en una guerra estúpida, alegando unas inexistentes armas de destrucción masiva.

Al margen que el rechazo a la guerra deba de ser una actitud firme en cualquier persona de bien, ahora la situación es distinta y no distante (Calvo Sotelo, para no mojarse en el apoyo a ninguno de los dos contendientes en la Guerra de las Malvinas, dijo que era un conflicto distinto y distante).

Distinto. La crisis de Ucrania no es un conflicto elegido, como lo fue Irak. Al menos, no lo ha sido en esta última fase, por mucho que para llegar a este punto hayamos pasado por muchos errores estratégicos y actitudes ofensivas de EE.UU y la OTAN.

Y no distante. El conflicto está en el corazón de Europa. La relación de España, también es distinta, pues pertenecemos a la OTAN después de muchas vicisitudes (el engañoso lema socialista «OTAN, de entrada no», referendum afirmativo ganado por Felipe González). El caso es que pertenecemos a una alianza militar en el centro del conflicto y no podemos mirar para otro lado. Este es un conflicto europeo y aquel nos parecía muy lejano, aunque terminara salpicándonos con bajas militares y atentados en las grandes ciudades europeas.

El error de base ha sido pensar que autodisuelta la URSS, Rusia había dejado de ser una gran potencia, que iba a plegarse a los designios de Estados Unidos.

Ciertamente ningún tratado vinculante prohibía la expansión de la OTAN, pero era de sentido común que una gran potencia sin fronteras naturales, sin más defensas que su profundidad estratégica, iba aceptar que una alianza militar se asentara en sus fronteras. Por no hablar de los lazos históricos (veáse el texto de Orlando Figes).

Lo que sí es vinculante es el Memorandum de Budapest de 1994. Ucrania se sumó al Tratado de No Proliferación Nuclear y entregaba sus armas nucleares a Rusia. A cambio, las potencias nucleares (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia y China) garantizaban su independencia e integridad. Acuerdo violado por Rusia cuando, aprovechando el caos de la revolución del Maidán ocupó con fuerzas no identificadas Crimea y luego orquestó un referendum de adhesión y alentó el separatismo de los territorio rusoparlantes del Donbass, con la consecuencia de una guerra que ha dejado desde 2014 miles de muertos.

¿Dónde estamos?

  • Rusia ha realizado un enorme despligue militar en la frontera de Ucrania y en Bielorrusia. Tiene tropas suficientes para llegar a Kiev, aunque estratégicamente podría tener más sentido establecer un corredor que uniera los territorios separatistas del Donbass con Crimea.
  • Ucrania se está rearmando. Parece difícil que pudiera resistir una ofensiva en regla, pero las guerras se sabe como empiezan, pero no como acaban.

En esencia, lo que Rusia exige es que la OTAN no admita a Ucrania ni a ningún otro país ex soviético. Volver a la división del mundo de Postdam. Estados Unidos y la OTAN ya han rechazado esta exigencia. Hay mucha hipocresia y propaganda por ambas partes. La OTAN hasta aquí, no ha tenido una intención genuina de incluir a Ucrania. Una solución podría ser un estatus de neutralidad, como los de Finlandia o Suecia.

¿Qué pretende Putin? Esa es la gran pregunta. Seguramente juega de farol, por el momento los medios rusos no han preparado a la población para la guerra (The Economist), aunque la propaganda contra Ucrania y Occidente es constante. Como dijo el Inspector de la Marina Alemana, quiere ganar respeto para si y para Rusia. No puede permitirse que regresen a casa los cadáveres de los reclutas ni tampoco soportar las consecuencias de unas sanciones radicales, ni dejar de percibir los ingresos si cierra el grifo del gas a los europeos.

Aparentemente China apoya a Rusia, pero una guerra deterioraría sus intereses en Europa (José María Lasalle), por no hablar de la rivalidad histórica de las dos grandes potencias (Paco Audije)

¿Cómo se puede parar el conflicto?

  • Desescalando. Por parte de la OTAN deteniendo las movilizaciones. Por parte de Rusia siendo transparente en sus movilizaciones.
  • Reactivando la diplomacia, en concreto el Cuarteto de Normandía para detener la guerra en el Donbass.
  • A medio plazo, reeditando un foro de seguridad europeo, como fue la Conferencia de Helsinki de 1975.
  • Reactivando las negociaciones de desarme. Ahí el problema es que EE.UU exige que China se someta a las mismas limitaciones.

Crucemos los dedos para que la irresponsabilidad de unos y otros no nos conduzca a la catástrofe. Un consejo. Pongamos en solfa cualquier información en teoría proveniente de los servicios secretos de ambos bandos, así como la propaganda de la rusa RT.

Fuentes

Crisis de Ucrania: ¿hacia el enfriamiento?

Cómo la guerra con Georgia marcó el regreso de una Rusia más agresiva a nivel mundial hace 10 años

El conflicto OTAN/Rusia: una perspectiva europea

El hijo de Biden, director en la mayor empresa privada de gas de Ucrania

Cómo empiezan las guerras

La invasión de Ucrania

Documentos propuestos por Rusia

En el conflicto con Ucrania, Moscú se aferra a las coartadas del pasado

Rusia busca la gradeza de la Unión Soviética.

Ucrania y la trampa de Tucídides

Rusia-China: oscilaciones asimétricas, intereses y viejos rencores

Documentos de respuesta a Rusia de la OTAN y EE.UU

Los Cisnes Negros de 2014 y su proyección en 2015


Nadie contaba con ellos, pero se estaban gestando sin que los percibiéramos. Pero un día estallan y lo cambian todo. Son los acontecimientos a los que Nassin Nicholas Taleb ha llamado «Cisnes Negros». Son una sorpresa absoluta para todos (salvo para algún profeta oscuro al que nadie hizo caso), tienen un impacto extraordinario y, del mismo modo que fueron imprevisibles, son explicados racionalmente a posteriori. En realidad, todas las noticias de verdad (no las prefabricadas) son acontecimiento inesperados en los que cristalizan una miriada de cambios inapreciables. Pero los acontecimientos «Cisne Negro» son disruptivos, alteran todo su entorno y obligan a que todo los agentes se posiciones respecto a ellos.

En 2014 sin duda han sido «Cisnes Negros» la epidemia de ébola, la caída de los precios del petróleo, el Estado Islámico, la reactivación de una cierta guerra fría entre Rusia y la OTAN y en España Podemos. Seguro que en 2015 aparecerán nuevos fenómenos inesperados que cambiarán nuestras vidas, pero en todo caso los «Cisnes Negros» del 14 seguirán proyectándose sobre el nuevo año.

El ébola

Por primera vez el ébola llegó a grandes ciudades africanas. Durante buena parte de 2014 Liberia, Sierra Leona y Guinea fueron dejadas solas en su lucha contra la enfermedad, con el solo apoyo de organizaciones humanitarias, señaladamente Médicos Sin Fronteras. Hasta el verano, cuando saltan los primeros casos a los países occidentales, no se produce una respuesta decidida de la comunidad internacional. Hay que decir que Cuba es -para su peso internacional- el país que más esfuerzo realiza. La epidemia no está controlada, pero sí contenida en esos tres países de África Occidental, pero ha saltado a Malí, uno de los países más pobres del mundo y una cabecera para su posible extensión por el Sahel. Por muchos controles que se realicen en las fronteras nadie puede garantizar que llegue de nuevo a los países ricos, pero la diferencia es que aquí los sistemas de salud pueden combatir eficazmente su extensión. Sólo el combate en África puede garantizar la seguridad de toda la humanidad.

La epidemia ha paralizado los sistemas de salud de los tres países de África Occidental, aumentando las muertes por el resto de enfermedades. Ha desestructurado sus sociedades, paralizado el comercio, el turismo y la inversión. Sus efectos son semejantes a los de una guerra. Y en cuanto puedan sus poblaciones buscarán el futuro más allá de sus fronteras, cargados además con su estigma de propagadores de una maldición biblíca. Es dudoso que si la enfermedad se controla los países ricos mantengan el nivel de asistencia de los últimos meses. Al menos parece que se progresa en la búsqueda de vacunas y sobre todo de tratamientos paliativos.

El Estado Islámico

Como el ébola, ahí estaba pero nadie lo veía. ¿No lo veían los aparatos de inteligencia o cerraban los ojos? Hay muchas incógnitas sobre el nacimiento del Estado Islámico, pero lo cierto es que hoy es uno de los agentes relevantes de la bisagra del mundo que es el Próximo Oriente. Su mezcla de fanatismo, distopía, organización militar eficaz, explotación de los recursos petrolíferos y comunicación avanzada son ingredientes de su éxito. Los aprendices de brujo que le sacaron de la botella  (Arabia Saudí, Qatar) hoy están aterrados, pero la alianza de todos los actores relevantes (que me permití pronosticar en septiembre) no termina de cuajar.

La estrategia de los bombardeos de la coalición no sirve ni siquiera para contenerles en sus posiciones. Sólo una reacción de todo el mundo sunní y muy especialmente de las tribus iraquíes puede combatirlo eficazmente. En 2015 seguirá atrayendo a miles de jóvenes de Europa, Canadá, Estados Unidos o Australia, que algún día regresarán a sus países para seguir la yihad. Son también un modelo de nuevo orden (como lo fueron los talibanes para Afganistán) para los países fallidos de la región (Libia, Yemen).

La reactivación de la Guerra Fría

A nadie se le ocurrió en Bruselas que un tratado comercial con Ucrania fuera a ser el desencadenante de un conflicto con Rusia de estas dimensiones. La revolución (dominada por la ultraderecha) que expulsó a Yanukovich del gobierno de Ucrania fue el desencadenante de la reacción de Putin: anexión de Crimea y patrocinio de los movimientos separatistas de Ucrania. Rusia ahora tiene en su doctrina estratégica como enemigo a la OTAN. La respuesta de Estados Unidos y la Unión Europea dañan a la economía rusa, pero fortalecen a Putin.

Por el momento, todos se enfrentan racionalmente en este reedición de la Guerra Fría. Las sanciones son limitadas y graduales, Putin intenta diversificar clientes para su petróleo y gas, al tiempo que construye su Unión Euroasiática y, aparentemente, no parece que este invierno vaya a cortar el grifo del gas. Desde el punto de vista de modelos, Putin estrecha lazos con Erdogan y Orban en una internacional de «democracias» autoritarias. Pero no puede descartarse que cualquier provocación, cualquier incidente imprevisto pueda alterar este frágil equilibrio.

La caída del precio del petróleo

De todos los «Cisnes Negros» de 21014, problamente éste será el que más condicione 2015. Que el precio del petróleo cayera era una previsión racional (caída de la actividad en China y los BRICs, estacamiento en Europa); que lo hiciera a plomo, no. La explicación más extendida es que Arabia Saudí sigue bombeando (dinamitando lo que queda de la OPEC) para que los precios bajos echen del mercado a los productores a partir del esquisto. Si así fuera, pondría en riesgo el objetivo estratégico de Estados Unidos de lograr su independencia energética. Sin duda ahora se habrán subido al carro los especuladores a la baja.

En 2015 esa caída dará décimas o incluso puede que un punto de crecimiento mundial. Esta reactivación elevaría de nuevo la demanda y con ella los precios. Pero entre tanto, la pérdida de ingresos tiene efectos desestabilizadores para los productores. Y volvemos a Rusia, porque entre el petróleo y las sanciones, el rublo se desploma. Putin ha asegurado que aprovechará para diversificar la economía, pero el oso ruso herido es más peligroso. También en Venezuela la situación económica puede ser crítica.

Con el petróleo más barato que el agua embotellada pocos incentivos tendremos para detener el calentamiento global.

Podemos

Antes de las elecciones europeas, nuevos partidos, movimientos y plataformas pugnaban por abrirse un hueco. El éxito de la candidatura de Podemos ha convertido al movimiento, hoy ya partido, en protagonista de la política española. Se confirmen o no los resultados de las encuestas está claro que el bipartidismo se ha terminado. El problema es que se adivina un sistema con tres principales polos y sin apenas partidos bisagra que garanticen la gobernabilidad.

El año 2015 va a ser duro. La economía mejorará… para las empresas del IBEX y, sí, algunos cientos de miles de licenciados encontrarán trabajo a tiempo parcial como camareros o teleoperadores. El paro prolongado se convierte cada día más en marginación: la «normalidad» pasa por la exclusión de un 20% de la población. El PP venderá esa recuperación y agotará sus últimas municiones de poder haciendo tabla rasa de las instituciones. Las campañas electorales a cara de perro pueden desacreditar todavía más la política. Podemos tiene la virtud de haber ganado para la acción política a muchas personas valiosas. En este momento cabalgan sobre la ola, para muchos lo de menos es su programa, lo importante es echar a «los otros». Pero esa dialéctica se agota al día siguiente de las elecciones.

Todo ello augura un bloqueo institucional… con el riesgo de fondo de una declaración unilateral de independencia en Cataluña. Lo que pase en Grecia (¿elecciones anticipadas? ¿victoria de Syriza? ¿cuestionamiento, reestructuración de la deuda? ¿salida del euro?) condicionará el desarrollo político en España en este 2015.

¿Cuáles serán los «Cisnes Negros» de 2015?

Verano del 14: Ucrania


Este verano del 14 la guerra ha vuelto a Europa. En la frontera con Rusia se desarrolla un conflicto que en parte reedita las luchas de la I Guerra Mundial, pero que, sobre todo, tiene paralelismos con las crisis que precedieron al gran estallido de 1914.

Ucrania, la frontera (pues esa es su etimología, común en los idiomas eslavos) es un territorio geográficamente dividido por el río Dniéper, más alla de cual, al este, se extiende la inmensa estepa. En el siglo IX el Rus de Kiev fue el primer estado que unificó a las distintas tribus eslavas de lo que hoy son los territorios de la Rusia europea, Bielorrusia y Ucrania. En este sentido, los nacionalistas rusos consideran a Kiev como su capital original y espiritual. En la edad moderna, Ucrania se convirtió en una de las zonas de fricción del imperio de los Habsburgo, del reino de Polonia, el imperio ruso y el imperio otomano. A partir del siglo XVIII Ucrania queda progresivamente anexionada a Rusia, pero con regiones del sureste (Galitzia) en poder del imperio austrohúngaro.

En esta frontera se desarrollaron hace 100 años las primeras batallas del frente oriental (la batalla de Galitzia ganada por los rusos). Después del colapso del imperio ruso, en Ucrania, ocupada por los ejércitos alemanes surgen distintos movimientos nacionalistas e intentos de estado independientes, que sucumben en medio del caos de una guerra civil en la que terminan por imponerse los bocheviques. En la II Guerra Mundial la invasión nazi propicia también el surgimiento de fuerzas nacionalistas de caracter fascistas. Con estos precedentes nacionalistas de la I y la II Guerra Mundial entronca el Maidan que derrocó a Yanukovich. Por tanto, la guerra civil que vive Ucrania tiene raíces en la I Guerra Mundial.

La crisis de Ucrania ha hecho retroceder a Europa no tanto a la guerra fría de la segunda mitad del siglo XX como a la Europa inestable de la primera década del siglo XX. Durante la guerra fría, las zonas de influencia estaban claras y el enfrentamiento aseguraba la destrución mutua. En los años que precedieron a la I Guerra Mundial las potencias libraron batallas limitadas, mientras preparaban los planes para la Gran Guerra. Parecía que en aquel mundo interdependiente una guerra total era imposible, pero nadie la descartaba.

Hoy la frontera de la tensión está otra vez en Ucrania. Putin apuesta porque Ucrania se convierta en un estado fallido, un estado tapón, para frenar la expansión económica, política y militar de Estados Unidos y la Unión Europea. Por de pronto, mientras al este de Ucrania se desarrolla una guerra civil con intervención rusa, los dos bloques comienzan una guerra económica que no se sabe como terminará, porque si realmente ahogara a Putin podríamos pasar a otra fase más caliente del conflicto. Los planificadores militares ya estarán trabajando. Pero hay una importante diferencia con 1914. Entonces los estados mayores tenían (al menos en las potencias centrales) una gran autonomía; prácticamente con sus planes presentaron la guerra a los políticos como un hecho ineludible. Las movilizaciones se concatenaron en aquel verano del 14 e hicieron la guerra inevitable. Afortunadamente, hoy, hechos tan graves como la anexión de Crimea no han merecido una respuesta militar. Veremos que ocurre este invierno con el gas.

La crisis de Ucrania y las imágenes del pasado


¿Desembocará la crisis de Ucrania en una guerra? Las imágenes del pasado

La historiografía nos enseña a mirar al pasado y sacar consecuencias para el presente. Sin una revisión histórica es imposible entender los grandes conflictos actuales. Hay también una tendencia a analizar miméticamente las crisis de hoy conforme a los esquemas de otros grandes momentos históricos.  Marx (18 de Brumario) ya nos dijo que la Historia se repite, primero como drama, luego como farsa.

No existen dos situaciones iguales, ni los actores ni los contextos son nunca idénticos, de modo que no cabe una interpretación determinista del devenir histórico en función de los modelos del pasado. Pero las grandes crisis y su resolución pesan en la conducta de los mandatarios protagonistas y sus asesores; en aquellos como imágenes (a menudo compartidas con sus pueblos), en estos como esquemas estratégicos para repetir o evitar.

La imagen de la I Guerra Mundial

En Ucrania, como es frecuente en conflictos internos o internacionales, se llega a una situación en la que aparentemente no hay más salida que la guerra, que nadie quiere, por la incompetencia y la falta del sentido de la realidad de sus principales protagonistas.

La revolución naranja no fue más que un cambio de élite corrupta por otra y las elecciones (limpias) que llevaron a Yanukovich al poder no eran más que un paso más en la misma dinámica. Todo hubiera seguido igual sin el factor europeo.

La Unión Europea ofreció a Ucrania un acuerdo de cooperación como si fuera territorio económica situada en la luna. Un acuerdo que hubiera significado la entrada masiva de productos europeos y la ruina para la industria pesada de las regiones del este.  Y todo sin ningún horizonte de adhesión. Pero Ucrania no está en la luna. Mantiene unos estrechísimos vínculos económicos, políticos y culturales con Rusia.

Putin no podía aceptar la colonización económica de Ucrania. No tenía más que mostrar el palo y la zanahoria del gas y los créditos para hacer a Yanukovich una de esas ofertas que no se pueden rechazar. Yanukovich hizo las cosas como las hacen los autócratas: de buenas a primeras, sin debate ni preparación de la opinión pública cambió de carta estratégica. Las protestas populares se convirtieron en una insurrección armada, liderada por la ultraderecha nacionalista y xenófoba (Svoboda, Sector de Derechas), con una menor presencia de grupos anarquistas.

La toma del control de Crimea por parte de Rusia puede ser el equivalente al asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, que desencadenó la serie de movilizaciones que irremediablemente llevaron a la guerra en aquel verano de 1914. Funcionaron entonces automáticamente las alianzas entre las distintas potencias. Los estados mayores pensaban en una campaña limitada, como las guerras del XIX, pero se convirtió en un conflicto global.

Hoy no existen alianzas que lleven automáticamente a la guerra. Ucrania mantiene con la OTAN un acuerdo de cooperación (Partnertship for Peace), pero una invasión de Ucrania no es un agresión contra un miembro de la Alianza (no es aplicable el art. 5 del Tratado Atlántico).

Hemos llegado aquí porque Europa carece de un verdadero marco de seguridad. La Organización de Cooperación y Seguridad (OSCE) ofrece mecanismos de confianza y resolución de conflictos, pero no existe un compromiso jurídico que garantice a Rusia lo que esta entiende que son sus intereses geoestratégicos en el entorno de la URSS y el imperio de los zares. Tampoco existe una organización de cooperación económica.  Si en 2004 Putin tuvo que aceptar la entrada en los bálticos en la OTAN (algo que Moscú había considerado una línea roja) ahora, más fuerte, con Ucrania bajo la órbita económica de Bruselas su Unión Eurioasiática perdía sentido.

Obviamente en 1914 no existían armas nucleares. Una guerra entre Rusia y la OTAN difícilmente podría quedar limitada a las armas convencionales. Este es el mayor factor de disuasión.

La imagen del pacto de Munich

Es fácil caer  en el paralelismo del pacto de Munich -aquel pacto vergonzante que según Chamberlain traería paz para una generación, pero que alentó a Hitler a invadir Polonia . Como entonces, las potencias occidentales estarían dispuestas a llegar a un acuerdo entregando territorios europeos (entonces los Sudetes, hoy Crimea) para apaciguar en 1938 a Hitler, ahora a Putin.

Putin y Merkel hablan para llegar a un acuerdo político. La OTAN condena en términos mucho más moderados que lo que hubieran deseado algunos nórdicos. La Casa Blanca reacciona también con cautela.

Todos buscan un acuerdo. Todos se necesitan. Alemania y Europa en general necesita el gas ruso. Putin necesita venderlo para no caer en recesión. Obama necesita a Putin en Siria, Irán, Corea del Norte.

¿Convertiría un acuerdo a Putin en un nuevo Hitler? Putin no quiere edificar un imperio de mil años sino, por el momento, mantener una área de influencia euroasiática. ¿Querrá reconstruir el imperio de los zares si se le entrega Crimea?  Nadie tiene la respuesta, pero no parece que la Rusia de 2014 sea la Alemania de 1939.

La imagen de la invasión de Afganistán

Más que a un acuerdo parece que nos dirigimos a un escenario semejante al que Estados Unidos desencadenó después de la invasión de Afganistán por los soviéticos: sanciones, aislamiento y carrera militar.

Obama no es Reagan y hoy no existen bloques autosuficientes. Las sanciones a Rusia no pueden ser sino limitadas, porque de otro modo dañarían a los propios sancionadores, o, por lo menos a Europa. Aún con sanciones limitadas, la Unión Europea puede pasar del estancamiento a una nueva recesión.

La imagen de la guerra de Crimea

Desde 1853 a 1856 Francia, Reino Unido y el imperio otomano libraron en Crimea una guerra con la Rusia de Nicolás I.  Venció el imperialismo británico, pero moralmente la ganó Nicolás I.

En Rusia la memoria de este conflicto está muy viva, no así en occidente -salvo quizá en el Reino Unido que tiene a la enfermera Florence Nigthingale como héroe cívico y a la carga de la Brigada Ligera como ejemplo de heroísmo e incompetencia. La guerra de Crimea fue un ejemplo de arrogancia e incapacidad militar y dejó la lección de que una breve campaña militar no sometería a Rusia, menos cuando estaban en juego intereses estratégicos como la salida de su marina a los mares cálidos. Tampoco el ejército alemán pudo en la II Guerra Mundial conquistar la base de Sebastopol. (Rectifico. El sitio de Sebastopol duró de noviembre de 1941 hasta junio de 1942. El XI Cuerpo de Von Manstein tomó Sebastopol, pero para muchos autores la resistencia de la ciudad impidió que estas tropas alemanas participaran en la Operación  Blau, de ofensiva hacia el Cáucaso, y que terminó en la decisiva derrota alemana de Stalingrado)

Con estos antecedentes ningún jefe de estado mayor en su sano juicio intentaría una operación de castigo contra la Armada rusa en en Sebastopol. ParaPutin, cualquier acto de hostilidad en Crimea le revestirá de la capa heroica de un nuevo Nicolás.

La imagen de las guerras balcánicas

De todas las imágenes que vienen a nuestra memoria, la carnicería que siguió a la implosión de Yugoslavia, es, trágicamente, la que más semejanzas tiene con la situación de Ucrania.

Lo más probable es que Crimea proclame su independencia que nadie reconozca salvo Putin. Crimea se convertiría de facto en protectorado de Rusia. Aquí surge el primer factor de guerra sectaria. Los tártaros de Crimea no pueden aceptar esta solución. De modo que aparecerían facciones, bandas y guerrillas, con la posibilidad de infiltración yihadista. Crimea, protectorado ruso, quizá se asemeje en unos años a Chechenia.

En Kiev, los antiguos oligarcas, prorusos o proeuropeos, están desbordados por los paramilitares de extrema derecha. Otras milicias prorusas se están formando en el este del país. El choque entre unos grupos y otros grupos nacionalistas puede ser la chispa que encienda la guerra sectaria.

¿Intervendrá Putin en el este? Puede que se limite a la ocupación de Crimea (puede invocar el tratado de amistad y cooperación firmado con Ucrania que le daba el control de las bases militares), sin intervenir militarmente, pero apoyando (como lo hizo Milosevic con los serbios de Bosnia) a las milicias independentistas.

Guerra mundial, no; guerra europea, tampoco. Guerra sectaria en Ucrania, retroceso político y económico en Europa, sí.