
Después del horror de la Segunda Guerra Mundial -que para Anthony Beevor no ha terminado todavía– con 85 millones de muertos, más víctimas civiles que contendientes y el genocidio nazi contra los judíos, la Humanidad dijo «nunca más» y lo primero que hizo fue dotarse de un organismo internacional, las Naciones Unidas, para solventar los conflictos, que se pretendía más eficaz que la fallida Sociedad de Naciones del período de entreguerras.
Se puede hacer un balance negativo de la ONU como mecanismo efectivo para el mantenimiento de la paz; pero no hay que olvidar que esa protección de la paz se encomendó al Consejo de Seguridad, donde los vencedores de la II Guerra Mundial tienen derecho de veto y que durante toda la guerra fría manipularon según sus intereses. Lo más importante es la estructura de organismo internacionales (desde el Tribunal Internacional de Justicia hasta una multitud de organizaciones especializadas) para una gobernanza multilateral del mundo. Un principio esencial para defender la paz es el respeto de las fronteras internacionales.
En 1948, la Asamblea de la ONU encargó a un comisión la elaboración de una declaración universal de derechos humanos. En este proceso tuvieron gran protagonismo Eleanor Roosvelt, el jurista francés René Cassin y el filósofo chino Peng-chun Chang. La declaración fue aprobada por la Asamblea General el 8 de diciembre de 1948, desde entonces el día universal de los derechos humanos.
Se optó por un texto general, sobre todo declarativo de los derechos civiles y políticos de primera generación («derechos de») confiando su efectividad a la consecución de tratados y convenios vinculantes (por ejemplo, la Convención de Derechos Civiles y Políticos o el Convenio de los Derechos Sociales y Económicos). Una declaración genérica en la que se pudieran reconocer todas las culturas.
Además del avance en los derechos y en la gobernanza multilateral, la civilización avanzó el pasado siglo n procesos de integración, el más importante el que ha construido la UE. Se trata de, en lugar de guerrear, poner prosperidad en común. La UE se ha dotado de una Carta de derechos.
Antes y sin compromisos económicos, la mayor parte de los países europeos democráticos se unieron en el Consejo de Europa con su Convenio de derechos civiles y su tribunal, sito en Estrasburgo, que ha logrado una alineación de las legislaciones de los miembros con los derechos humanos.
Desde 1948 la humanidad ha avanzado en el desarrollo de los derechos humamos en medio de retrocesos. Ha habido procesos de descolonización criminales (India-Pakistán); guerras en las que se pisotearon los derechos humanos (Vietnam), genocidios desatados por intervenciones imperialistas y fanatismo ideológico (Camboya); negando la violación de los derechos haciendo desparecer a las víctimas (Cono Sur); limpiezas étnicas (Bosnia y genocidio de Ruanda). Como dice el tango Siglo XX cambalache….y asesino.
Durante toda la guerra fría pesaba sobre la humanidad la posibilidad del exterminio por la armas atómicas; su posesión estaba desde 1970 restringido por el Tratado de No Proliferación, pero en realidad la mayor garantía era el principio de destrucción mutua asegurada
Las gravísimas violaciones de los derechos humanos del Cono Sur, impulsó la declaración en muchos países la asunción del principio de jurisdicción universal. Así en España, se pudo poner en marcha el proceso contra Pinochet, que si no llegó a término demostró que los antiguos jefes de estado ya no eran inmunes por sus anteriores violaciones de los derechos humanos (recomiendo Calle 38 de Phillipe Sands). Lamentablemente España ha eliminado parcialmente este principio.
En medio de esta serie de horrores se produjeron avances sustanciales a partir de los noventa. El más importante la creación del Tribunal Penal Internacional, por la Carta de Roma de 2024 para perseguir los delitos de guerra, lesa humanidad y genocidio. La Carta de Roma y las decisiones del Tribunal solo vinculan a los estados parte del tratado, Estados Unidos, China Rusia e Israel no lo son.
Parece que el TPI es un organismo limitado pero detuvo y juzgó a uno de los carniceros de Bosnia, el general serbio Mladic; el inspirador de la limpieza étnica Milosevic se suicidó antes de ser juzgado; también fueron jugados varios dirigentes croatas que al volver a Croacia fueron recibidos como héroes; pero es cierto que la mayoría de los imputados son ex dirigentes africanos, por eso algunos acusan al TPI de tribunal colonialista.
Polémico ha sido también el principio de «responsabilidad de proteger». Ante la retransmisión en directo de los crímenes perpetrados en Ruanda, Bosnia o Kosovo muchos reclamaban una intervención internacional que pusiera fin a las masacres. Prácticamente la única vez que se ha aplicado ha sido para derrocar a Gadafi, desestructurando el estado libio, con graves consecuencias que soportan todavía los libios y sus vecinos del norte del Mediterráneo.
Otro logro fue el Tratado de Prohibición de minas antipersonales de 1997, cuyo punto más débil es que los mayores fabricantes no se adhirieron a él y por tanto no están vinculados.
Como se ve desde 1945 se ha avanzado con retrocesos, pero en general con avances en materia de derechos humanos y logros civilizatorios.
Por qué digo que en 2025 estamos otra vez en lo mismo:
- Violaciones personales de los derechos más básicos, en nombre de la seguridad. Con el espectáculo diario de Trump ya no nos acordamos de Bush y su War on Terror; los vuelos de la CIA, los desaparecidos, las cárceles secretas, Guantánamo, Abu-Ghraib. Violaciones gravísimas de los derechos personales y de todos los principios del Derecho, acuñados desde la Ilustración.
- Violación de las fronteras y guerra de agresión en Ucrania. 5 países bálticos se han retirado del Tratado de Minas Antipersonas
- Si las fronteras no se respetan el mundo es un polvorín; Europa central es un puzle con infinidad de reivindicaciones territoriales; y no digamos África.
- Los derechos humanos ya no se reconocen como universales. China y otras autocracias los presentan como un invento colonialista para intervenir en su política.
- La destrucción del Estado social y democrático de Derecho ha propiciado el crecimiento del neofascismo en toda Europa que pone la identidad por delante de los derechos; además de los efectos para la democracia en cada país, la construcción europea se ve en riesgo.
- Los derechos ya no se aplican igual a todos los humanos. A los inmigrantes se les niega la dignidad y conquistas como el debido proceso y son tratados como delincuentes sin juicio ni condena.
- Por primera vez desde 1945, un Estado(Rusia) amenaza con usar bombas atómicas si su soberanía se ve amenazada, sin necesidad de que sea previsible un ataque nuclear.
- Y lo más grave, delante de nuestros ojos se desarrolla el genocidio de Gaza. El gobierno de Netanyahu extermina a los palestinos y no solo usa armas de última generación suministradas por EEUU y otros países occidentales, cómplices del genocidio; además usa armas medievales como la hambruna y mueve a la población a enclaves sucesivos, como los nazis hicieron en los guetos judíos. El objetivo final es la total limpieza étnica total y quedarse primero con Gaza y luego con Cisjordania. Todo está justificado para exterminar a el Amalaec palestino y construir un estado tecnológico-religioso sobre la Tierra Santa que Yahvé entregó a los hebreos. El genocidio es una consecuencia obligada ya próximo a la solución final.
- ¿Qué podemos hacer? Protestar activamente contra el genocidio y oponernos activamente al neofascismo creciente,










