Por un nuevo compromiso periodístico


Agustín García Matilla me envía las conclusiones de las IV Jornadas de Periodismo en lo Global, en las que participé la pasada semana en Segovia. Os invito a su lectura, pero me permito realizar mi síntesis personal, que es muy sencilla: los periodistas tenemos que reconstruir nuestro compromiso con la sociedad, retornando a las buenas prácticas tradicionales, pero también sirviendo de conexión entre las redes sociales para reconstruir un espacio público democrático. Es la tarea a la que vengo denominando periodismo cívico (2009,“Periodismo Cívico versus Periodismo Ciudadano”. Observatorio Medios de Comunicación y Social, Fundación 1º de Mayo, nº 1, págs. 9-14).

En las conclusiones se reflejan bien los debates suscitados y el consenso de por donde debe caminar una regeneración del periodismo. Añadiré que en el debate final se manifestó el absoluto cuestionamiento de los más jóvenes hacia las formas tradicionales del periodismo tradicional, paralelo a la contestación de la democracia representativa. «Los medios mienten y manipulan» -algo hemos debido hacer muy mal los periodistas cuando los que se forman como comunicadores sociales nos ponen a todos en el mismo saco de basura.

Personalmente siempre he denunciado abusos, malas prácticas y manipulación. Recientemente, la profesora María Lamuedra («La profesión periodística ante las protestas ciudadanas») ha aplicado muchos de los hallazgos de la investigación sobre periodismo para demostrar la manipulación en el tratamiento informativo de la crisis. Todo eso es verdad, pero -lo siento- no creo que los periodistas, ni siquiera la mayoría de las empresas informativas sean un puro instrumento de dominación.

En cualquier caso, el periodismo profesional está necesitado de una regeneración ética. Las conclusiones de las Jornadas dan pistas muy valiosas para ello.

CONCLUSIONES  IV JORNADAS DE PERIODISMO EN LO GLOBAL

Un año más, con motivo de una nueva edición de los Premios Cirilo Rodríguez, la Asociación de la Prensa de Segovia y la Universidad de Valladolid en el Campus de esta ciudad han reunido a un nutrido grupo de profesionales de la Información, profesores, profesoras y estudiantes de Comunicación, y personas interesadas en el desarrollo de modelos de comunicación de calidad y al servicio de la sociedad. Las IV Jornadas de El Periodismo en lo Global han contado con más de 200 asistentes y más de una veintena de profesionales ponentes, que han debatido sobre el presente y el futuro de “El Periodismo en lo Global”.

En esta edición, las jornadas han permitido analizar un entorno influido por el papel de la comunicación ciudadana en las revoluciones del norte de África y por el movimiento del 15 M “Democracia Real, ya!” en las ciudades españolas, como símbolo de la denominada en medios de comunicación internacionales, como “Spanish revolution”.

Los aquí reunidos nos reafirmamos en los principios que en todos estos años han figurado en el frontispicio de la buena práctica profesional del Periodismo, principios resumidos por Kovach y Rosenstiel (2003) y que sintetizan los elementos necesarios para ejercer un periodismo de calidad: La búsqueda de la verdad, la lealtad ante los ciudadanos, el ejercicio de la disciplina de verificación, el mantenimiento de la independencia con respecto a aquellos de quienes se informa, el ejercicio de un control independiente del poder, el servir de foro público para la crítica y el comentario, el esfuerzo para que el significante sea sugerente y relevante, el compromiso de que la noticia sea exhaustiva y proporcionada y el respeto a la conciencia individual de sus profesionales.

En estas jornadas se ha vuelto a constatar con preocupación que en el momento actual la principal amenaza para las empresas es que el Periodismo, en una proporción muy grande, está gobernado por una política empresarial que atiende prioritariamente a la cuenta de resultados y que este hecho se ha agravado por la falta de previsión en la creación de un modelo de negocio que permitiera sobrevivir a las empresas en este nuevo contexto digital. Esta constatación  refleja que existe el riesgo de que se siga alimentando un proceso de devastación del trabajo profesional de calidad, también en el periodismo multimedia.

Muchas personas que trabajan en este campo han comprobado en su propia carne cómo el ejercicio de la independencia las ha llevado al paro. Más de 5.000 periodistas se han incorporado a las listas del paro al final de la primera década del siglo XXI. Los expedientes de regulación de empleo aplicados en la empresa pública estatal de radiotelevisión han provocado el que se prescinda de algunos de los profesionales más experimentados, perdiéndose así una oportunidad para que las más curtidas generaciones de periodistas transmitan su saber y conocimiento a quienes se incorporan a la profesión.

 El poder político no ha demostrado ser más sensible a la idea de que la buena información es un ejercicio imprescindible para la existencia de una democracia asentada y sólida. Esto se viene demostrando en los últimos años en ejemplos como la práctica usual de convocatorias de medios, ruedas de prensa, conferencias e intervenciones, sin turnos de preguntas ni repreguntas, o desde la práctica ya instaurada de un periodismo de declaraciones impuesto desde las direcciones de los partidos políticos, especialmente en períodos electorales. Los últimos acontecimientos muestran que muchos ciudadanos y muchas ciudadanas han llegado a un nivel de hartazgo extremo y han salido a la calle, también para reivindicar su derecho a la construcción de un ¡Periodismo real, ya!

En estas jornadas hemos podido constatar que los profesionales más experimentados y comprometidos con la profesión periodística, y las profesionales que comparten estos mismos valores, han convertido las carencias del sistema en una oportunidad para el cambio.  Las múltiples posibilidades que actualmente brindan las tecnologías de la información y de la comunicación sirven para ejercer una nueva AUTORITAS basada en la ética y el compromiso con la sociedad. La creación de blogs personales sirve para respaldar esa independencia profesional que en estos momentos resulta imprescindible. En estas jornadas hemos sido testigos de que el ejercicio de ese otro periodismo es posible y se concreta en iniciativas que pretenden servir también como una oportunidad para realizar un “periodismo humano”, que se desmarque de todo simulacro.

POR TODAS ESTAS RAZONES, LAS PERSONAS AQUÍ REUNIDAS SUSCRIBMOS LAS SIGUIENTES PROPUESTAS:

1)     El Periodismo en este contexto global sólo puede ser entendido desde la suscripción de un contrato simbólico con toda la sociedad que incluya la atención a los intereses de las mayorías y de las minorías sociales. Ese contrato parte de la atención a los principios ya asentados de un periodismo basado en la honestidad y en la búsqueda de la verdad como sinónimos de CALIDAD.

2)     En el contexto digital actual las empresas de comunicación cuentan con herramientas extraordinarias que facilitan el ejercicio de un periodismo multitarea. Se ha constatado que en ocasiones esta práctica ha llevado a un deterioro de la calidad del trabajo profesional y a la precarización del empleo. Es urgente que las empresas sean sensibles a las reflexiones realizadas por los propios profesionales de la comunicación y pacten los límites de una labor que debe llegar hasta donde sea posible, compatibilizando la nueva tendencia a la multifuncionalidad del profesional con el ejercicio del rigor y la calidad.

3)     Los profesionales de la información y de la comunicación tienen una responsabilidad pedagógica a la que no pueden renunciar. Los movimientos sociales que han salido a la calle en mayo de 2011 son el símbolo del afán de la sociedad por participar activamente en la construcción de otra comunicación posible. Son los profesionales quienes pueden mostrar cómo su labor puede ser facilitadora de unos flujos de comunicación que garanticen la veracidad de las informaciones.

4)     Las empresas deben sentir que los profesionales son los primeros interesados en suscribir un contrato con los ciudadanos y ciudadanas. El concepto de audiencia es un concepto meramente numérico que no es compatible con el actual contexto digital. Hace tiempo que los medios de comunicación deberían haber modificado su valoración sobre la cadena de valor que debería aplicarse en los procesos informativos. Muchos ciudadanos y muchas ciudadanas han asumido ya un papel activo en los procesos de comunicación y acceden de forma selectiva reprogramando de forma selectiva un acceso multimedia hasta ahora desconocido y produciendo también sus propias iniciativas de comunicación.

 5)      El ejercicio del periodismo permite que haya periodistas que han compatibilizado su colaboración con empresas públicas y privadas y un trabajo más integral que permite la realización de Videoblogs y bitácoras personales que están llegando directamente a las ciudadanas y a los ciudadanos a través de las redes sociales. Cada vez más este tipo de información está llegando hasta la sociedad de una manera más directa y eficaz que en los soportes tradicionales.

6)     Quienes ejercen el periodismo en la segunda década del siglo XXI se han dado cuenta que hay una nueva prioridad: poder contar el contexto. Es obligación de la información del siglo XXI humanizar y poner rostro a las noticias.

 7)     Las redes sociales son un instrumento interesante de comunicación y de intercambio pero a la vez facilitan el ejercicio de una información rápida y fragmentada que corre el riesgo de influir en el ejercicio de un periodismo superficial y descontextualizado que prefiere renunciar a la profundidad. Frente al ruido hay que oponer una información suficientemente contextualizada.

 8)     Los periodistas somos buscadores y facilitadores de información y debemos estar al servicio de la sociedad. Los medios de comunicación públicos son en estos momentos imprescindibles para liderar el desarrollo de una comunicación de calidad. El aprovechamiento social, educativo y cultural de la comunicación audiovisual y multimedia depende del trabajo que actualmente desarrollan en punta de lanza los medios públicos de comunicación: Agencia EFE y el desarrollo de medios interactivos en la Corporación RTVE.

  9)     Todas las instituciones, públicas y privadas, deberían ser conscientes del valor que el ejercicio del periodismo tiene para el futuro de la democracia y para la reconstrucción de un sistema económico sostenible. El deterioro de la profesión periodística es un reflejo más del deterioro de un sistema que está siendo denunciado por ciudadanas y ciudadanos que al margen de su militancia responden en su indignación a perfiles ideológicos de todo el espectro. Es imprescindible abrir un debate que permita consensuar unos mínimos que hagan posible el ejercicio de una información de calidad que responda a viejos y nuevos ideales.

10)Educar para la comunicación y el desarrollo del pensamiento crítico es una de los objetivos que deben unirnos para conseguir una sociedad que aproveche el inmenso potencial de las actuales tecnologías de la información y de la comunicación y sea capaz de responder a las exigencias de una ciudadanía que reclama también otra comunicación posible.

                             Segovia, 27 de mayo de 2011

 Desde la Asociación de la Prensa de Segovia y de la Universidad de Valladolid en el Campus de esta ciudad os invitamos a participar en el Congreso de Eduación Mediática y Competencia Digital que se celebrará en Segovia del 14 al 16 de octubre próximos en esta ciudad.

 

RTVE: manual de estilo y código de autorregulación en defensa del menor


Por fin el Consejo de Administración ha aprobado y la Corporación RTVE publicado su Manual de Estilo, después de la salida en falso de hace unos meses.

Con respecto al primer borrador, la versión definitiva no presenta grandes diferencias, pero se han eliminado imprecisiones en asuntos deontológicos y, sobre, todo,se ha fundamentado mejor su contenido en el conjunto normativo que regula la Corporación, incluido el Estatuto de Informativos, que antes parecía ignorarse.

Resulta imposible el análisis de una obra como ésta, así que me limitaré a comentar aspectos que me han llamado la atención. Más allá de su utilidad interna, a la que me referiré, recomiendo su lectura y consulta a estudiantes y profesionales del periodismo, como una referencia de las soluciones deontológicas y de estilo que ofrece la más potente empresa audiovisual española.

Normas de buena práctica

En su introducción, el texto declara que «…detalla una serie de pautas y recomendaciones, cuya finalidad es orientar hacia el máximo rigor periodístico el trabajo de los profesionales no sólo de la información sino de todos los ámbitos, géneros y formatos presentes en la programación de RTVE.»

Se trataría de convertir en orientaciones prácticas los mandatos jurídicos o deontólogicos que las leyes reguladoras y el Estatuto de Infomativos imponen a los profesionales. Sin embargo, en general se adoptan enunciados normativos más que orientaciones prácticas y más casuística, que pudieran servir de ayuda en casos conflictivos.

Más deontología que estilo

El Manual tiene más peso deontológico que de estilo. En lo referente a los lenguajes televisivo, radiofónico y multimedia, recae más en generalidades, salvo algunas normas más concretas sobre estructura y recursos gráficos de la información multimedia (que, por cierto, se prefiere denominar genéricamente noticia, sea cuál sea su género, 4.5). Da la impresión de que en la radio y la televisión no se han abordado más que superficialmente unas normas de estilo perfectamente asentadas en la práctica, mientras que en el terreno multimedia se ha sentido la necesidad de codificarlas.

Llama la atención la forma imprecisa en que, en los tres medios, se define el reportaje como una simple ampliación de la noticia, ignorando que su materia prima son los testimonios.

Las recomendaciones sobre el uso del castellano resultan muy genéricas. No está mal la solución a la remisión a la Gramática, la Ortografía y Fundeu, pero eso va de suyo. Entre los anexos es clamorosa la falta de una catálogo de topónimos, así como de unas normas sencillas de trasliteración de las lenguas más comunes; todo ello para evitar el desbarajuste de topónimos (o que Aquisgrán se convierta en Aachen) y que cualquier nombre extranjero se pronuncie como si fuera inglés.

Neutralidad y excelencia informativa

«La Corporación RTVE y sus profesionales no adoptarán posicionamiento ideológico más allá de la defensa de los valores constitucionales» (Manual 1.1.2 y Artículo 10-b Mandato-Marco, pdf)

Tal declaración, más allá de su aplicación estricta en los espacios de opinión, sintetiza la esencia del servicio público: neutralidad ideológica y compromiso con los valores constitucionales. La excelencia informativa está determinada por el compromiso constitucional y el uso apropiado del lenguaje informativo para obtener de cada medio sus máxima potencia expresiva. Creo que el Manual es más útil en concretar el compromiso con los valores constitucionales que en dar orientaciones útiles en el uso creativo de los lenguajes.

Entretenimiento

El Manual se proyecta principalmente sobre los territorios informativos. Pero no falta una sección dedicada al entretenimiento. El mandato de servicio público supone ofrecer al público «un ocio activo, crítico, imaginativo, culto, enriquecedor y divertido» y para ello considera contenidos prioritarios «el conocimiento, la comunicación, la innovación, la imaginación, la capacidad de reflexión y el humor inteligente».

Se trata de concretar esos principios en algunos de los géneros de programas, ordenando que se orienten al servicio de los valores constitucionales, como el de la cohesión social. Así, por ejemplo, se afirma que «los espectáculos y programas deportivos pueden ser un instrumento o un símbolo en beneficio de la cohesión social de la colectividad pero esto nunca debe suponer una reafirmación de la identidad frente a otros grupos, pueblos, países u otras aficiones» (1.2.1.4), pero no se dan consejos prácticos sobre como tratar la tensión en enfrentamientos deportivos o evitar el patrioterismo.

Por cierto, que entre los programas de entretenimiento no se mencionan los «realities». ¿Renuncia a ellos TVE? ¿No cabe un tratamiento conforme a los valores constitucionales de esta categoría de programas?

Orientaciones y realidad

Cabría hacer un catálogo de normas contradictorias o que chocan con la práctica cotidiana. Selecciono arbitrariamente sólo algunas.

– Imágenes ajenas.»RTVE no difundirá la señal en directo de acontecimientos de interés informativo que sea proporcionada por entidades interesadas. [–] RTVE deberá esforzarse en cada circunstancia para que la información ofrecida en directo sea captada y tratada con sus propios medios y personal técnicos. Cuando no sea posible se comunicará a la audiencia» (1.1.4.3). En las campañas electorales empieza a advertir de que se trata de una señal producida por el partido, pero todavía no se ha generalizado esta advertencia. No parece que RTVE esté combatiendo esta práctica de los partidos, que debiera ser contestada conjuntamente por todos los medios, públicos y privados.

– Seguimiento informativo. «Es obligación de los profesionales de RTVE ofrecer el seguimiento de una información relevante hasta que quede suficientemente clarificada en todos sus extremos, independientemente del tratamiento dispensado por el resto de los medios de comunicación.» (1.1.4.4). Esta obligación es olvidada por RNE y TVE, que como todos los medios se suben a las olas informativas y siguen la consonancia mediática.

– Especialización. «La falta de especialización puede menoscabar la credibilidad. (1.1.4.5)» Se enuncia como si esa falta de especialización fuera una responsabilidad del informador y se ofrece como solución cursos de formación continuada. Se olvida que la especialización sólo se puede lograr en el marco de una carrera profesional y con una organización que la favorezca.

Habría otros muchos conflictos entre la recomendación y la realidad, como en el uso de imágenes impactantes, imágenes descargadas de Internet, prohibición de viajes pagados o cuestionarios pactados etc. etc.

Efectividad y actualización

Un libro o manual de estilo sólo será útil si es fruto de un amplio debate previo y se mantiene actualizado mediante su discusión en las redacciones y utilizando mecanismos de interacción. Por lo que sé el debate previo no ha existido, pero todavía se está a tiempo de convertir el Manual en una referencia para los conflictos diarios manteniendo un debate permanente alimentado por los conflictos diarios.

CÓDIGO DE AUTORREGULACIÓN PARA LA DEFENSA DE LOS DERECHOS DEL MENOR

Esta entrada ya es demasiado larga, pero quiero dejar constancia de la aprobación y publicación del Código de Autorregulación para la Defensa de los Derechos del Menor, otro instrumento esencial para el cumplimiento del servicio público.

En esencia se trata de una puesta al día del texto que en2004 las televisiones pactaron con varios ministerios y que desde entonces se ha vulnerado sistemáticamente por los operadores privados, sobre todo por Telecinco.

El texto actual es un compromiso unilateral de RTVE, que endurece las obligaciones que la legislación impone a todos los operadores y la específica que corresponde a la Corporación según sus normas reguladoras.

Lo más destacado son los compromisos en la franja de protección reforzada, especialmente el de establecer una programación de carácter familiar los sábados, domingos y festivos, de 16 a 19 horas. No se delimita que se entiende por programación familiar, que hasta ahora en la práctica se concreta en productos de Hollywood más aptos para débiles mentales que para menores.

El Código pretende proteger al menor como espectador y en este sentido reitera normas incluidas en el Manual de Estilo. Se establece un código de clasificación por edades, con avisos visuales y auditivos.

En cuanto al menor como espectador de los programas informativos, se recomienda la eliminación de contenidos violentos, pero, puesto que no se puede edulcorar completamente el relato informativo, se termina por admitir que «en los casos de relevante valor social o informativo que justifiquen la emisión de las noticias o imágenes antes referidas, se avisará a los telespectadores de la inadecuación de las mismas para el público infantil.»

La banalización de la violencia


Hemos visto hasta la saciedad la cogida de José Tomás, a velocidad normal, ralentizada, otra vez a su velocidad. ¿Alguien ha advertido que «la dureza de las imágenes puede dañar su sensibilidad»?

No estoy muy seguro de que esa advertencia, cláusula de estilo obligada por las normas deontológicas o de buena práctica, tenga verdadera utilidad y no sea un reclamo para atraer una mirada morbosa. Pero si hay que hacerla, este es un caso de libro. ¿O es que ese aviso sólo se aplica a la violencia del terrorismo, las guerras o las revueltas? ¿O es que la «fiesta nacional» todo lo justifica y los niños deben de asumir como natural la sangre y la tragedia?.

Otra forma de banalizar la violencia es convertirla en espectáculo. También hoy tenemos un ejemplo en todas las televisiones. Bronca gigantesca en la Rada, el parlamento de Ucrania. Gran regodeo en esos parlamentarios que se lanzan huevos o se tiran de los pelos.  Nos gusta ver y resaltar como lo que debiera ser foro de diálogo y deliberación se convierte campo de batalla. ¿Y cuál es la causa de la violencia? Al final, una pequeña referencia a que todo se debía por el acuerdo entre los presidentes de Rusia y Ucrania para prolongar la presencia de la flota rusa en sus bases de la península de Crimea. Ni un informe, ni una crónica de corresponsal mostrando la trascendencia del acuerdo y sus consecuencia para los dos países.

Hoy la tele ha vuelto a ser la caja tonta e irrespetuosa.

Almacén nuclear: viajes pagados, noticias deshonestas


En medio de la polémica sobre la instalación del almacén temporal de residuos nucleares, nuestras televisiones abrieron sus informativos con las imágenes del modelo que quiere implantarse en España, el almacén de Borssele en Holanda.Todas desarrollaron luego la información de la crónica con un enviado especial.

Lo que ninguna de las cadenas dijo es que se trataba de una expedición organizada por ENRESA, la empresa nacional que gestiona los residuos nucleares. Allí fueron los medios españoles, empaquetados en una visita turístico-informativa, con fotomatón informativo de fuentes: el alcalde de la ciudad, el director de la instalación, el Secretario de Estado de Energía… Todas las informaciones coincidían en las mismas fuentes, todas en una enfoque positivo del almacén.

Claro que era un asunto de interés informativo. Pero ya es triste que a ninguna televisión se le hubiera ocurrido antes enviar un equipo propio… e independiente. Porque en esta giras organizadas conforme a los modos de las relaciones públicas todo son facilidades para ver lo que se nos quiere enseñar, sin posibilidad de salirse del itinerario. No es que el organizador de viaje presione (que a veces también). Es que sólo podemos ver una cara, la cara favorable. En todas las crónicas que he visto no hay un solo testimonio obtenido fuera del circuito. Ni la opinión de un vecino, ni siquiera imágenes del pueblo.

Todos los códigos deontológicos y normas de buena práctica desautorizan esta conducta. Por ejemplo, el Estatuto de Información de RTVE (art. 9.10) establece que sus informadores «no aceptarán viajes pagados por las fuentes informativas cuando dicha circunstancia pueda afectar a la imparcialidad de la información».

¿Cómo no ir, si ENRESA nos lo pone en bandeja, gratis y además van a ir nuestros competidores? Pues lo menos que se puede hacer en tal caso es advertir que la empresa ha invitado a un grupo de periodistas, para que el espectador se haga su composición de lugar.

El resultado, un fraude informativo.

Crónica en el TD2 de TVE

Noticias 2 de Antena 3 (a partir del minuto 3)

La Sexta Informativo Noche (a partir del minuto 10)

Telecinco Edición de Noche

Transparencia en la blogesfera


La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos exige a partir de ahora a los blogeros que  apoyen un determinado producto que hagan públicos los pagos o regalos recibidos de las empresas del sector sobre el que hacen sus comentarios. El incumplimiento de esta obligación puede conllevar una multa de hasta 11.000 dólares.

La Comisión, que es el organismo público que protege a los consumidores, impone la misma normativa a los famosos que apoyen cualquier producto en sus redes sociales.

(Fuentes: Washington Post, CNET)

Esta normativa se enmarca en el derecho de protección de los consumidores, pero tiene raíces en el Derecho de la Información y desborda el ámbito de Estados Unidos.

La transparencia es una de las obligaciones esenciales que tiene que asumir las empresas para que la relación jurídico-informativa, de la que son parte también los profesionales el público y los profesionales, resulte equilibrada. El derecho a conocer del público tiene como correlato el derecho a saber quién nos informa y en función de que intereses. Por eso, muchas legislaciones han exigido que sea pública la propiedad de la empresa y sus principios editoriales. Y para ello, exigían, o bien la inscripción en un registro público de  estos datos, bien su publicación periódica por el propio medio.

La desrregulación que ha venido desarrollándose en los últimos 20 años se ha llevado por delante muchas de estas obligaciones. Si queremos saber la propiedad real de la empresa tendremos que hacer una labor detectivesca a través de la maraña de participaciones cruzadas de los grupos multimedia.

Otra dimensión de ese deber de transparencia es dar a conocer los conflictos de intereses que puedan existir en la labor informativa. Esta obligación, más que estrictamente jurídica, ha sido más a menudo recogida por los códigos deontológicos y ha tenido más una proyección interna en las redacciones, es decir, los trapos sucios se lavan en caso, sin dar mayor cuenta al público.

Hoy por hoy, uno de los mayores atentados a la transparencia viene dado por la ocultación de las empresas de relaciones públicas como fuente de informaciones. A través del Video News Realease se precocina una información que luego será asumida como propia por el periodista de turno. La información de la industria del espectáculo se basa en estos productos. Y qué decir de los viajes pagados a presentaciones, de las entrevistas «en exclusiva» que en realidad son pura y llanamente promociones comerciales. En un estudio (Fake TV News) de 2006 PrWatch.org encontró 36 noticias de televisión montadas con estos materiales de las que no se mencionaba su origen.

A diferencia de empresas y profesionales, los ciudadanos que mantienen un blog o un perfil en una red social, no están sujetos a ninguna obligación de transparencia. En su favor tienen una presunción social de actuación desinteresada. Nada más lejos de la realidad. Estas nuevas formas de información y expresión se orquestan por partidos, empresas, agencias de relaciones públicas y campañas publicitarias como un recurso más, prevaliéndose de la cándida aproximación de la mayor parte del público a estas plataformas.

Otros organismos de protección de los consumidores debieran de tomar nota de la normativa norteamericana. Y más allá, cualquier código deontológico adoptado por blogeros que quieran ofrecer una información fiable debiera exigir un mínimo de transparencia, como por ejemplo,  sus vinculaciones con organizaciones y empresas y pagos y regalos recibidos.

El rostro de la muerte


Circula por la Red la agonía de una joven, supuesta víctima de la agresión de milicianos basiyes a los manifestantes que en Teherán denuncian fraude electoral. Dicen que se llama Neda y su rostro, con un disparo en la frente, se ha convertido en símbolo de la revuelta, por encima del color verde que ha distinguido a los partidarios de Musaví.

Los medios han discutido qué hacer con estas imágenes, mientras que los que se manifiestan en el extranjero las han convertido en símbolo. Hoy tengo otras obligaciones y no puedo remitir a las imágenes, a su empleo y al debate que han suscitado. Sólo puedo añadir mi propia opinión.

Cuidado con las imágenes símbolo

Verificar unas imágenes nunca ha sido fácil. Las imágenes muestran lo que muestran, pero no su contexto.

En situaciones de revolución o crisis los reporteros se han tragado muchas veces anzuelos envenenados. Los cádaveres de Timisoara no habían sido ejecutados por la Securitate rumana, como todas las televisiones del mundo afirmaron, sino que habían sido recuperados de la morgue local para saciar el morbo de las cámaras y servir a la revolución rumana. El cormorán bañado en petróleo no era víctima de un vertido de petróleo ordenado por Sadam Hussein en la primera guerra del Golfo, sino que correpondía a imágenes de archivo del desastre del Exxon Valdez en Alaska, casi dos años antes. Las imágenes eran verdad, porque mostraban lo que mostraban. Las informaciones eran mentira.

Antes las agencias se encargaban de hacer las comprobaciones pertinentes y los medios sólo las investigaban cuando se trataba de alguna imagen que les llegaba en exclusiva. Hoy la verficación es mucho más difícil porque cualquiera con un alias puede colocarlas en Internet. Ahora es necesaria un doble proceso de verificación. Verificación técnica: de qué internauta, a través de que servidor, en qué momento se distribuyeron las imágenes… Y una verificación tradicional, in situ, para investigar lo que realmente ha ocurrido a través de testigos y otras fuentes. En el caso de Irán los medios extranjeros no pueden realizar este segundo proceso debido a las restricciones a las que están sometidos. Por eso cualquier difusión de esas imágenes debiera de ir acompañada de un mensaje de cautela en cuanto a su falta de comprobación.

Contención ante imágenes aflictivas o crueles

Antes se decía «les advertimos que las imágenes que vamos a mostrar puede herir su sensibilidad». Ahora se sigue haciendo tal advertencia, no para proteger una sensibilidad embotada, sino más bien como un aviso para despertar el morbo. Todos los códigos éticos y libros de estilo piden contención, pero esta contención cada día se da menos.  El debate sigue vivo en las redacciones entre los partidarios de evitar el morbo y los partidarios de dar la realidad en toda su crudeza. Es muy difícil saber hasta donde llegar para no pasarse conviritendo el dolor en espectáculo o no llegar y hurtar imágenes que denuncian la maldad y la injusticia. Remito al excelente ensayo El dolor de los demás de Susan Sontag. Para colmo, nuestra contención puede no tener sentido si esas imágenes circulan viralmente en la Red.

En cualquier caso, convertir la portada de un diario, como ha hecho hoy ABC, en un primerísimo primer plano de un rostro ensangrentado y moribundo no me parece un servicio a la verdad sino un ejercicio de marketing promocional.

(Le Monde en su edición del 23 de junio ha revisado la construcción del símbolo Sigo actualizando esta entrada porque lo ocurrido en Irán está dando lugar a interesantes reflexiones. Para New York Times la regla básica del periodismo, «comprobar las fuentes», se ha convertido en «primero publicar, luego comprobar»)

El futuro del periodismo


Como diría un castizo, al periodismo le quedan cuatro telediarios… ¿O no?

No, no creo que el periodismo esté a punto de desaparecer, pero si que está viviendo un conjunto de crisis simultáneas. La crisis de credibilidad, la crisis económica y de modelo de negocio y, sobre todo, la crisis de la mediación social. A todas ellas me he referido en mi trabajo Periodismo Civíco vs Periodismo Ciudadano. Ahora la Federación Internacional de Periodistas (FIP) ha puesto en marcha un grupo consultivo sobre el futuro del periodismo, en el que participo junto con otros académicos y representantes de organizaciones de periodistas de Reino Unido, Canadá, Dinamarca, Sudáfrica, Brasil, Australia, Indonesia  y Bégica. Todos participamos a título personal y no como representantes de organizaciones, aunque algunos de los miembros ostenten altas responsabilidades en las mismas.

El grupo celebró su primera reunión la pasada semana en Bruselas. Entre los presentes hubo acuerdo que las organizaciones deben defender los puestos de trabajo, evitar que se destruya la cultura de redacciones bien asentadas, luchar por una información responsable y de calidad… Pero todo ello no es suficiente, el periodismo no sobrevivirá si no se encuentran nuevos modelos de negocio, si no se definen unos requirimientos éticos más exigentes, si no se descubren nuevos lenguajes y se interactúa con los no profesionales que informan en la Red, si no redefine su misión en una sociedad global y al tiempo fragmentada en comunidades virtuales. Y los periodistas y sus organizaciones deben adelantarse a los acontecimiento, no ir por detrás. Pueden verse las impresiones sobre el encuentro de Guy Berger, que copreside el grupo junto con Jean-Paul Marthoz.

El grupo tiene que presentar un informe al próximo congreso mundial de la FIP que se celebrá en Cádiz en Mayo de 2010. La recogida de información y la reflexión se estrutura en 6 grandes bloques: 1. La crisis del sector de los medios y las relaciones laborales; 2. Periodismo: su importancia para una sociedad democrática; reiventar el periodismo; 3. La profesión de periodista; 4. El trabajo periodístico; 5. Periodismo y educación;6. Sindicatos y organizaciones.

Personalmente me ocupo de coordinar el bloque referente a la profesión de periodista. El debate en este asunto puede resumirse en estos términos:

Hasta ahora había consenso en que el periodista era el profesional de la información. La profesionalidad se reconoce de forma distinta dependiendo de los países, pero siempre supone que la actividad se ejerce de modo habitual y como forma de ganarse la vida, lo que implica, se reconozca o no formalmente, derechos y obligaciones especiales, más allá de la libertad de expresión que tiene cualquier ciudadano. En primer lugar, se trata de levantar restricciones a este ejercicio profesional y buscar fórmulas de transparencia y responsabilidad para un mejor servicio del público. Pero, además, este consenso sobre una definición profesional no puede ignorar que ahora muchos no profesionales difunden información de interés público con una cierta habitualidad. ¿Deben estos ciudadanos ser considerado de alguna manera periodista y reconocerles derechos y exigirles obligaciones especiales?

El informe denunciará abusos, resaltará prácticas positivas, sugerirá herramientas para afrontar la crisis y propondrá sus conclusiones al Congreso de Cádiz. En este momento nos encontramos en una etapa de recogida de información, que la FIP solicitará institucionalmente a sus organizaciones afiliadas, pero que los componentes del grupo también estamos recabando personalmente.

La FIP ha creado una página para seguir las noticias que entrañan cambios en la naturaleza del periodismo. También está disponible la consulta lanzada a sus organizaciones. En mi página Documentos iré recogiendo textos que intenten explorar este futuro incierto.

Adiós al diploma: los periodistas brasileños ya no tendrán que ser titulados universitarios


Los periodistas brasileños han perdido una importante batalla. El Tribunal Supremo ha declarado inconstitucional la exigencia legal de un título universitario superior («el diploma» ) para ejercer la profesión de periodista. La mayoría del tribunal ha considerado este requisito (establecido por un Decreto-Ley en 1969, durante la dictadura militar) como contrario a la libertad de expresión, el libre ejercicio de un trabajo, oficio o profesión y como una restricción a estos derechos no establecida en la propia Constitución.

La sentencia acoge el recurso de los empresarios de los medios. Los sindicatos han defendido en estos 40 años que el diploma es imprescindible para una información de calidad y para dignificar las condiciones laborales y el ejercicio profesional. Su abogado invocó en la vista judicial un argumento clásico: a nadie se le impide ejercer la libertad de expresión y publicar en un periódico o aparecer en una radio o una televisión.  Por la parte contraria se llegó a comparar el periodismo con la gastronomía o la costura, profesiones que no requieren ningún tipo de estudios.

La Federación Internacional de Periodistas ha calificado la sentencia como un retroceso profesional de repercusión internacional. En Brasil la desaparición del diploma se enmarca en un proceso de desrregulación de la comunicación social. Los periodistas creen que sus condiciones laborales y profesionales se degradarán. Ya no recibirán la consideración de titulados universitarios, aunque lo sean, y sufrirán el intrusismo de los no diplomados. La exigencia del diploma ha favorecido durante estas cuatro décadas la creación de una plétora de escuelas de periodismo. Brasil es una potencia en los estudios de comunicación en el mundo latino.

La sentencia vuelve a plantear el viejo tema del acceso

¿Debe exigirse a los periodistas algún requisito o cualficación para ejercer una profesión con indudable trascendencia social?. Las respuestas son muy variadas.

– Colegiación obligatoria. Sigue el modelo de los colegios de abogados y médicos con una larga tradición. La colegiación es requisito habilitante para ejercer la profesión. La corporación ejerce el control deontológico sobre sus miembros. El sistema más cercano a este es el del Ordine italiano. En España los colegios de periodistas no son de colegiación obligatoria.

– Acreditación. Los sindicatos y empresarios en juntas mixtas expiden un carnet nacional a aquellos que acrediten el ejercicio del periodismo de modo habitual y como forma de ganarse la vida. Es el sistema francés.

– Sindicación. El ejercicio profesional no requiere habilitación ni acreditación. Los sindicatos y asociaciones profesionales acreditan a sus afiliados como periodistas, defienden sus condiciones profesionales, negocian (los sindicatos) sus condiciones profesionales y ejercen un control ético. Es el  sistema anglosajón y, con matizaciones, el de España.

Personalmente soy partidario de sistemas de acreditación, no de habilitación, con pluralidad de organizaciones coordinadas estatalmente y representadas en organismos universitarios.

En cuanto a la titulación, una cosa es exigirla como requisito para ejercer el periodismo y otra que las normas laborales de empresa (convenios colectivos) exijan la titulación para las categorías de redactor o informador. Lamentablemente, la interpretación que están haciendo las empresas que tienen tales cláusulas es exigir cualquier tipo de titulación universitaria y no específicamente la de periodismo.

Publicar un blog es una actividad pública


Llevo apartado del blog bastantes días, atado a obligaciones académicas y profesionales. Hoy mis alumnos plantean en el foro que compartimos una interesante cuestión ¿Tienen los blogs derecho al anonimato?

La pregunta viene al caso porque la High Court británica ha permitido que el diario The Times revele la identidad de un bloguero anónimo. En febrero de 2008 se creo en esta plataforma, wordpress, un nuevo blog NightJack (ahora borrado a raíz de la decisión judicial) dedicado a denunciar errores y corrupción en la policía, pero también a relatar casos criminales, eliminando, eso sí los datos personales de los implicados. NightJack reveló que era un policía, pero mantuvo oculta su identidad. El blog llegó a tener 60.000 lectores diarios y ganó el premio Orwell al mejor blog.

Entonces se cruzó en su camino el diario conservador The Times. Investigó y encontró que el autor era el policía Richard Horton. Horton solicitó a los tribunales que ordenaran al periódico que no revelara su identidad, pues sería objeto de represalias profesionales. Y la Hihgh Court ha dado la razón al periódico.

No puedo menos que estar de acuerdo con el argumento básico de la sentencia. Publicar un blog es una actividad pública, no privada. Y como actividad pública debe estar sometida a unas reglas de responsabilidad en un estado democrático (no hablamos de dictaduras).

Responsabilidad jurídica, esto es, estar sometido a las normas penales en asuntos como ofensas al honor, la imagen o los derechos de los demas y obligado como cualquier ciudadano a colaborar con la Justicia en la persecución del delito.

Obligaciones éticas, más allá de las que cada uno asuma personalmente, no existen colectivamente para los blogueros. Justamente, la asunción formal de compromisos éticos es lo que puede distinguir los blogs que sirven una información pública de los que no son propiamente informativos. Esta semana pasada he estado en Bruselas en la Federación Internacional de Periodistas en una comisión sobre el futuro del periodismo y ésta ha sido una de las posibilidades que hemos estado discutiendo: abrir la consideración de periodista a aquellos que, aunque no sean profesionales (no se ganan con eso la vida) difundan regularmente información de interés público y asuman formalmente compromisos éticos, en forma, por ejemplo, de adhesión a un código deontológico y algún sistema de autocontrol.

En este caso no es exigible al periódico respeto a la confidencialidad de las fuentes porque el bloguero no es una fuente que haya llegado a un acuerdo con un medio, sino un medio él mismo. The Times no está obligado a respetar a una fuente que no es tal. Pero su conducta es, sin duda, sectaria y aprovechada, pues revelando la identidad del bloguero pone en riesgo la supervivencia de una voz crítica y explota el morbo de revelar quién era ese topo en el cuerpo policial que tanto revuelo había causado.

En España, Pepe Cervera y el siempre recomendable Enric González critican la decisión. Estoy de acuerdo con González en que The Time no ha servido al interés público. Dice el columnista de El País que The Times «ha forzado el cierre de un blog útil e interesante y ha creado una jurisprudencia peligrosa: ningún blogger británico tiene ya derecho legal al anonimato. Todo eso, ¿para qué? Pues para vender unos ejemplares más: estas cosas las hacemos siempre por dinero».

En los blogs, las fuentes se convierten en medios y hay que pensar nuevas instituciones jurídicas para proteger esta nueva especie de comunicación pública.

Esperemos que por lo menos los tribunales británicos protejan a Holt si es represaliado por sus jefes policiales.

¿Responde RTVE?


El pasado sábado 2 de mayo se emitió el primer programa de la Defensora del Espectador RTVE responde. Desde 2004, RTVE se ha dotado de la figura del Defensor del Espectador y el Radioyente. Los primeros cuatro años desempeñó el cargo Manuel Alonso Erausquín y hace un año fue nombrada Elena Sánchez. Ahora, en esta segunda etapa, se pone en marcha un programa mensual (media hora, los primeros sábados de mes, en La Dos, a las 20:30).

Los Ombudsman o Defensores del Público son figuras de autocontrol interno de los medios. Su función es la de servir de enlace entre los que hacen la información y los que la reciben con el fin de dar satisfacción a los posibles daños que esas informaciones originen, dar cauce a las críticas y confrontarlas con opiniones profesionales.

Su regulación interna suele ser muy flexible y lo que cuenta es la autoridad con que los defensores ejercen su función. Un Defensor que no investigue la denuncia de errores, críticas o violación de los principios editoriales o deontológicos es una figura puramente decorativa. Una parte de su función consiste en el escrutinio interno de las quejas recibidas. Para que esa función de autocontrol sea eficaz, los resultados de ese escrutinio interno deben de hacerse públicos. Es la mejor manera de que los editores e informadores sepan que tendrán que responder ante su público de los posibles errores, pero también de que podrán defenderse públicamente de las críticas infundadas. Así que, es habitual que exista un espacio reservado para el Defensor en el propio medio.

RTVE ha querido seguir este modelo. El resultado de este primer programa me ha resultado decepcionante. RTVE Responde es un espacio amable, parece que más pensado para satisfacer la curiosidad del público que para investigar sus quejas. La mayor parte de las quejas planteadas se resolvieron en una entrevista con el director de los Servicios Informativos, Fran Llorente, y el resto con los responsables de los espacios criticados. Muchas de estas críticas podían resolverse con una respuesta de parte, pues no tenían mayor entidad. Pero otras requerían escrutinio y debate. Por ejemplo, la alusión genérica a las iglesias evangélicas como sectas en una crónica desde Ángola durante el viaje del Papa merecía debate y más diversas opiniones profesionales y no podía despacharse con el manido argumento de la urgencia informativa. O las odiosas autopromociones y autobombos que llenan los telediarios no pueden justificarse como información. Lo mismo en el caso del machismo subyacente en la serie Pelotas, por  mucho que su responsable respondiera bastante satisfactoriamente.

Es cierto que ese debate entre público y profesionales se puede trasladar mejor a un periódico que la televisión, pero, compárese el programa con la Tribuna de la Defensora del Lector del diario El País, en concreto, la última, «Carla Bruni, la princesa Leticia y la fiebre rosa».

Al final del programa se recuperó un programa antecedente del actual, Tome la palabra, de 1981. Un cuarto de siglo después el tono no había cambiado tanto. En el programa emitido sobraban las felicitaciones y faltaba debate e investigación.

En cualquier caso, por mucho que sea manifiestamente mejorable, bienvenida RTVE responde, una tribuna para la crítica que no existe en ninguna otra televisión española.