Ataque de EEUU contra Irán


Un bombardero B-2 de las Fuerzas Aéreas de EEUU (el único avión que puede operar bombas como las lanzadas sobre Irán)
SSGT BENNIE J. DAVIS III / AP (tomada de El Periódico)

El ataque de Estados Unidos contra el laboratorio nuclear de Fordo, en Irán, lleva el conflicto de Oriente Próximo a una nueva dimensión.

EL EEUU de Trump se alinea penamente con Netanyahu en la lucha por la hegemonía regional israelí, alegando que hay que evitar que Irán alcance el arma atómica. Un argumento que recuerda al inicuo de destruir las «supuestas» armas de destrucción masiva de Sadam Hussein, que dio lugar a una guerra que causó enorme sufrimiento y destruyó un país, que todavía no se ha recuperado.

¿Tiene Irán armas nucleares?

Puede, pero por el momento, enriquece uranio al 60%, cuando necesitaría combustible al 90%. Pero no es solo cuestión del grado de enriquecimiento. Hay que conseguir que haya detonantes que inicien la reacción en cadena. Y hay que miniaturizar el conjunto para incorporarlo a un vector, normalmente un misil balístico de los que Irán posee todavía 3.000.

La instalación atacada es el laboratorio de Fordo, al sur de Teherán, un conjunto de túneles blindados, a 80 metros de profundidad, semejante a la del túnel del canal de la Mancha. Estas instalaciones solo pueden ser alcanzadas con bombas MOP, DE 3.000 kgs. que solo posee EEUU y que solo pueden ser operados por los aviones B2 (por su forma de raya indetectables por lo radares) (aquí la información de la BBC sobre la operación).

Según el comunicado estadounidense las instalaciones han sido destruidas, pero no hay una verificación independiente. Tampoco sabemos si se ha producido contaminación nuclear lo que sería no sólo un problema para Irán, sino para toda la región.

Nadie sabe lo que viene ahora (véase el análisis de Anna Bosch en rtve.es).

¿Cómo responderá Irán. Es seguro que más tarde o más temprano habrá una respuesta donde más daño pueda hacer a EEUU («el Gran Satán») o Israel («el pequeño Satán») o a Occidente en general (por ejemplo, cerrando el estrecho de Ormuz y generando una crisis energética). Pero lo que está claro es que con estas operaciones no van a hacer caer el régimen de los ayatolás, que incluso se puede reforzar. Si Irán implosionara el caos de Irak quedaría pequeño.

Precisiones respecto al ataque de Israel contra Irán


Ataque israelí a un barrio residencial de Teherán. Foto AFP. Tomada de El Mundo

Estos días Israel ha lanzado una serie de ataques contra Irán, en principio contra instalaciones atómicas, pero que han afectado a barrio residenciales de Teherán, causando la muerte de civiles y de altos cargos de la Guardia Revolucionaria (Pasdaranes). un ejército paralelo, cuya misión es defender el régimen de lo ayatolás.

Una potencia nuclear, que no reconoce serlo (Israel) se enfrenta a otra (Irán) que pretende serlo. Oficialmente, la operación tiene como objetivo impedir que Teherán no se dote de armas nucleares. Pero hay otro objetivo estratégico: reafirmar la hegemonía israelí en todo Oriente Próximo.

El exterminio de los palestinos en Gaza y Cisjordania responden al mismo designio: construir un estado judío hegemónico desde el río Jordán al Mediterráneo, en alianza con los estado árabes sunníes del Golfo.

Israel ha ido eliminando las milicias y aliados con las que Teherán ejercía su influencia, Hezbolah (Líbano), el régimen de los Assad (Siria), Kataib (Irak); de modo que una vez que ha terminado con las extensiones Israel tenía que atacar a la cabeza; además Netanyahu necesita una guerra eterna para mantenerse en el poder.

Con su desvergüenza habitual Trump ha justificado el ataque asegurando que Irán no quería negociar un acuerdo para controlar su proceso de proliferación nuclear. En 2015 después de un largo y trabajoso proceso diplomático los miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania y la UE llegaron a un acuerdo (Plan de Acción Conjunta) para que Teherán solo enriqueciera uranio al 3,67% (solo útil para usos civiles) y redujera el número de centrifugadoras y se sometiera a controles periódicos. A cambio los países occidentales levantaban las sanciones.

En su primera presidencia, Trump se retiró del acuerdo («el peor del mundo»-dijo) y ya sin control Irán siguió enriqueciendo uranio, probablemente hasta más del 60% (para una bomba nuclear hay que llegar al menos a un 90 por ciento.

Bombardear instalaciones nucleares puede suponer una catástrofe nuclear de las dimensiones de Chernóbil. Sería un crimen de guerra más en el expediente de Netayahu. Afortunadamente las instalaciones nucleares iranís se encuentran en unos sótanos blindados, que solo pueden ser penetrados por bombas estadounidenses, que Trump es remiso a ceder a Israel. Parece que Trump prohibió a Netanyahu atentar contra el ayatolá Jamenei para evitar una caída violenta del régimen.

Que la «cúpula de hierro» israelí no haya podido evitar que los misiles iraníes hayan causado destrozos y muertes en el estratégico puerto israelí de Haifa, hace pensar en nuevos ataques de represalia israelíes contra Irán, veremos si el régimen iraní aguanta esta presión.

La inestabilidad ya está haciendo subir el precio del petróleo. Lo que beneficia las monarquías petroleras del Golfo, a Rusia (que puede enjugar las pérdidas por las sanciones) y a productores como Venezuela. Perjudica a Europa (inflación y crecimiento) y paradójicamente a Trump: unos céntimos más por depósito puede enajenar el apoyo de las bases de MAGA (desgraciadamente todavía falta mucho para las elecciones medio mandato).

Esperemos que este conflicto no escale más. Por el momento quita visibilidad al genocidio de Gaza.

POST SCRIPTM 18-06-25 Trump dice que no sabe si bombardear o no Irán. La caída violenta de los ayatolás sumergiría al país en un proceso destructivo, semejante al de Irak, en el que EEUU se vería envuelto y afectaría a toda la región con importantes minorías chíes en todos los países.

Balance de la guerra de Ucrania


Tanque ucraniano. Foto: Sergey Kozlov EFE

Hoy 24 de febrero de 2025 hace tres años que Rusia comenzó la invasión masiva de Ucrania, denominada eufemísticamente «Operación Militar especial».

Putin contaba con tomar Kiev en unos pocos días. pero no contaba con la resistencia patriótica de Ucrania, reforzada por la inteligencia de EEUU y el apoyo militar de la OTAN. Los tanques y vehículos militares rusos se identificaban por una Z. En Rusia hablar de guerra es un delito castigado con cárcel.

Rusia justificó la invasión como una defensa contra la amenaza de la OTAN, después de muchos años de buscar una cooperación estrecha con la alianza y vulnerando el Memorándum de Budapest de 1994 por el que Ucrania entregó su armamento nuclear a cambio de garantías de seguridad. En realidad Ucrania no amenazaba a Rusia, sino al régimen autoritario de Putin.

Para Putin Rusia es un ente virginal que tiene que salvar la civilización cristiana de las amenazas del desorden democrático y las doctrinas de género. Una doctrina inspirada en oscuros pensadores fascistas (el más moderno Alexander Dugin), que entroncan con la tradición eslavófila.

Putin funde la tradición zarista con la soviética (recomiendo «El camino hacia la no libertad» de Timothy Synder). Por eso el tránsito de Ucrania hacia la UE (con su exigencia de democracia y lucha contra la corrupción) es un mal ejemplo para Rusia. Lo que es cierto es que tanto Rusia como Ucrania estaban fuera de un marco de seguridad europeo.

Fracasada la operación relámpago, el conflicto se convierte en una guerra de desgaste con tácticas de la I Guerra Mundial, pero con armamento moderno. Un conflicto en el que se avanza y se resiste metro a metro. Ambos utilizan drones que demuestran que los carísimos cazabombarderos tienen ahora menos importancia. Con drones Ucrania diezma la flota rusa del Mar Negro, mientras Rusia usa misiles hipersónicos para destruir las infraestructuras de Ucrania. Y amenaza con usar armas nucleares si se pone en peligro la soberanía de Rusia.

Kiev recibe armamento de sus aliados occidentales, pero se queja de que es a cuenta a gota gotas y siempre tarde. No ha conseguido una eficaz defensa contra los misiles rusos. Seguramente la amenaza nuclear explica este gradualismo.

Como en la I Guerra Mundial, la artillería tiene enorme protagonismo, pero con cañones de largo alcance y gran precisión.

En las ciudades ocupadas por los rusos se producen crímenes de guerra (matanza de Bucha). También es cierto que está por investigar ejecuciones de prisioneros rusos por ucranianos. Putin está procesado por el Tribunal Penal Internacional por el desplazamiento de menores a Rusia

La guerra ha producido decenas de miles de muertos entre los militares de ambos bandos y miles de víctimas civiles y la mayor ola de refugiados en Europa desde 1945 (6,5 millones acogidos en países europeos). Y ha destruido un país que costará miles de millones reconstruir.

La guerra se encamina a una entrega de Ucrania a Rusia, una gran derrota para Europa. Es el momento de pensar un nuevo marco de seguridad europeo, más allá de un posible ejército de la UE, un marco de desarme y garantías mutuas.

Guerra y paz


El Roto nos advierte del juicio sectario sobre la guerra

He estado ausente del blog por razones de salud durante bastante tiempo. Intento volver al blog dentro de mi proceso de recuperación.

La guerra es la mayor catástrofe que puede poner en marcha el hombre. El ser humano tiene un cerebro reptiliano, dispuesto a todo para defender su espacio. Esta es una de las primeras causas de las guerras, la lucha entre potencias para defender un territorio. Otra es defender una determinada identidad, creencias, ideologías, normalmente ligadas a unos intereses materiales. Normalmente ahí está la fuente de las guerras civiles, dentro de un país o unidad estatal o soberana. La lucha entre potencias soberanas da lugar a las guerras internacionales. La guerra lleva consigo muerte y destrucción material y la suspensión de las normas humanitarias.

Terminar con las guerras y los conflictos violentos parece imposible. Las religiones apuestan por el cambio personal («buenos y benéficos» como en la Constitución de Cádiz). El cristianismo apuesta por el amor y la compasión; el budismo por la contemplación. En los países por los tribunales y los parlamentos.

Internacionalmente por organizaciones de seguridad. Primero la Sociedad de Naciones, luego la ONU, lastrada por el derecho de veto de las grandes potencias en el Consejo de Seguridad, su órgano ejecutivo. Por Tribunales internacionales, el Tribunal de la Haya (para dirimir conflictos ente estados) y el Tribunal Penal Internacional (para perseguir crimines de guerra y contra la humanidad). Y organizaciones interestatales o confederales para compartir intereses (UE).

La disuasión militar y el derecho de defensa

¿Cómo no estar contra la guerra. los ejércitos y las armas? ¿Cómo defenderse de las amenazas contra nuestros estados y modos de vida? La respuesta tradicional es reforzar la defensa militar?

Europa ahora está amenazada por una Rusia que no reconoce las fronteras internacionales y se dice dispuesta a utilizar las armas nucleares y se presenta como campeona de los valores tradicionales y autoritarios.

Contar con un ejército poderoso siempre ha sido una disuasión contra las amenazas externas ha sido siempre una garantía frente a amenazas externas.

Durante la guerra fría, al contar los dos bloques con armas nucleares, la posibilidad de un ataque nuclear era imposible porque garantizaba la destrucción mutua (destrucción mutua asegurada). Ahora Putin, amenaza con el uso táctico de armas nucleares, pensando que no sería atacado con armas nucleares

Gran parte de la prosperidad europea se debe a haber delegado su defensa en la OTAN , la producción industrial en las fábricas baratas de China y la energía en el gas barato de Rusia. La pandemia y la guerra de Ucrania han demostrado que la UE tiene que tener una autonomía estratégica industrial y militar

Así que tiene que sustituir el gas ruso por energía verde producida en Europa y traer de nuevo producciones externalizadas en China. Si gana Trump la OTAN puede quedar herida de muerte. En lo militar, coordinar sus ejércitos, entre todos con el mayor presupuesto militar después de EEUU. No se trata de subir el gasto hasta el 2% para comprar más armas a EEUU, sino de crear una doctrina militar conjunta y un cuartel general conjunto, que pueda movilizar fuerzas de distintos países

No podemos decir que no sabíamos


UNICEF/UNI448902/Mohammad Ajjour
Amal, de 7 años, contempla su vecindario después de que las casas vecinas fueran arrasadas

Cuando las tropas aliadas liberaban los campos de exterminio instalados en el territorio alemán, obligaban a los vecinos de las poblaciones cercanas a visitar las instalaciones e incluso, a veces, a enterrar las masas de cadáveres apiladas.

Durante mucho tiempo, toda una generación de alemanes negó que conocieran la máquina genocida puesta en marcha por los nazis, que exterminó a 6 millones de judíos y centenares de miles de gitanos, discapacitados y opositores políticos. Era imposible que una operación que suponía el desplazamiento de millones de personas fuera ignorada, pero al menos aquellos alemanes podían alegar que no sabían porque era una operación que no se desarrollaba en público.

Nosotros no podemos decir que no sabíamos. El genocidio de Gaza se desarrolla ante nuestros ojos. Presenciamos hipnotizados ante las pantallas las atrocidades contra el pueblo palestino. Pese a que soy consciente de la dificultad de probar la intencionalidad de exterminar a un grupo humano (que es la esencia del delito de genocidio) creo que en este caso se dan una serie de elementos (crímenes contra la humanidad y declaraciones ) que avalan lo que para el historiador judío Raz Segal es un genocidio de manual:

  • Bombardeos indiscriminados sobre zonas densamente pobladas, con la excusa de que existen objetivos militares, con más de10.000 muertos civiles. un 4.000 niños y 25.000 heridos, la mayoría con quemaduras (a 6 de noviembre, 30 días después de que empezaran los bombardeos israelíes sobre Gaza).
  • El corte de los suministros (agua. alimentos, electricidad, medicamentos).
  • El ataque a hospitales y ambulancias.
  • Desplazamientos forzosos: un millón de gazatíes se han trasladado al sur de la Gaza, siguiendo las órdenes israelíes. lo que no ha evitado que sigan siendo bombardeados.
  • El ataque contra periodistas y el corte de las comunicaciones.
  • El recrudecimiento de los ataques de los colonos contra palestinos en Cisjordania.
  • Por último, y no menos importante, las declaraciones de responsables que deshumanizan a los palestinos (Vale la pena ver los 6 minutos del vídeo-que incluyo al final de esta entrada- en el que el periodista israelí Gideon Levy explica como durante 80 años el Estado de Israel ha encerrado a los palestinos en un apartheid físico y mental).
  • No se deben comparar estos hechos con el genocidio nazi y el Holocausto, un hecho histórico único, en el que se pretendió por primera vez exterminar de forma industrial a los pueblos judío y gitano (léase a Guillermo Altares «Que dejen en paz el Holocausto»), pero salvando todas las distancias, lo que pasa en Gaza es como si el Gueto de Varsovia hubiera sido bombardeado diariamente por aviones Stukas, una de las armas más avanzadas del momento.

Todo parece indicar que Israel pretende establecer una ocupación militar en el norte y desplazar a la población al sur y si puede expulsarla al Sinaí egipcio o a otros países. La solución de dos estados es inviable con 600.000 colonos en Cisjordania. El objetivo último de todas estas operaciones, repuesta a los crímenes execrables de Hamás es la definitiva constitución del Gran Israel, un estado judío desde el Jordán hasta en Mediterráneo, la tierra prometida entregada por Yahvé a su pueblo elegido.

Por muchas barrera que Israel erija, salvo que extermine a todos los palestinos, tarde o temprano habrá otro estallido de violencia. Hamás, además de una organización terrorista, es un movimiento social y religioso, que provee servicios y controla la administración de la Franja. Desmontar Hamás y depurar a todos los que han tenido relación con el movimiento puede ser tan peligroso como fue el desmantelamiento del partido-movimiento Baas en Irak, que trajo el surgimiento de Al Qaeda y el Estado Islámico. Los jóvenes terroristas que atacaron Israel eran niños o adolescentes en las anteriores ataques israelíes, el último en 2014.

¿Por qué no se puede hacer nada para parar el genocidio?

En estos días, todas las personas de buena voluntad se hacen esta pregunta. Según la conciencia y la disponibilidad de cada uno se puede firmar protestas, manifiestos, asistir a concentraciones… pero con muy poca capacidad de presionar.

Estados Unidos apoya cerradamente y arma a Israel. Como ya indiqué en otra entrada anterior, hay dos lobbies poderosísimos. Las judíos liberales, que en gran parte controlan la intelligetsia de las relaciones internacionales. El otro es la extrema derecha religiosa que ve en Israel la nueva Jerusalén, imprescindible para sus esperanzas mesiánicas. Además, Israel ha sido el gendarme norteamericano y no se puede dejar de apoyar a un aliado esencial para la supremacía estadounidense.

Como miembro permanente del Consejo de Seguridad, Washington ha vetado cualquier resolución pidiendo un alto el fuego y ha entorpecido el papel diplomático de la ONU. No admite más que pausas humanitarias puntuales, en la línea de Netayahu.

En Europa, sigue pesando la culpa del Holocausto, sobre todo en Alemania. En Francia, la comunidad judía es muy importante y ha sufrido en los últimos años reiterados ataques, de modo que decenas de miles de judío franceses han emigrado a Israel. En toda Europa cualquiera que critique al gobierno israelí o defienda los derechos palestinos es tachado de antisemita (este fue uno de los motivos de la caída del líder laborista Jeremy Corbyn).

El apoyo acrítico de la presidenta de la Comisión a Israel ha puesto en evidencia a la UE, por mucho que el responsable de la política exterior haya insistido, una y otra vez que la respuesta israelí debe respetar el derecho humanitario. Aunque la UE impusiera a Israel sanciones como lo ha hecho con Rusia serían muy poco eficaces, porque la dependencia europea del estado sionista es mínima, aunque podría causarle daños económicos poco relevantes. Sólo EEUU tiene la influencia para detener la matanza y no parece dispuesto a hacerlo, más allá de algunos alivios cosméticos.

En comparación con la agresión rusa a Ucrania está claro el doble rasero. Difícilmente, la UE podrá involucrarse en el futuro como mediador y estratega de la paz en la región.

El periodista judío, Gideon Levy, explica como durante 80 años el Estado de Israel haa tenido como política central la deshumanización y destrucción del pueblo palestino. Son 6 minutos imprescindibles.

Al borde del abismo


Una excavadora limpia escombros mientras la gente busca supervivientes y los cuerpos de las víctimas después de un bombardeo israelí, en Jan Yunis, en el sur de Gaza, el 25 de octubre. Mahmud Hams

Después de los execrables crímenes cometidos por Hamas, asistimos en directo a la perpetración de un crimen de lesa humanidad en Gaza. El castigo colectivo y la matanza de palestinos parece no tener límites. Pero más allá de este crimen, la guerra crea una situación de alto riesgo para la paz mundial.

No sabemos cuando se producirá la entrada de tropas israelíes en Gaza. No sabemos cómo se desarrollará la operación. pero parece claro que lo que pretende el gobierno israelí es convertir a la Franja en un tumba colectiva y un territorio donde la vida sea imposible.

Algunos responsables han adelantado que Gaza tendrá que ser más pequeña, de ahí la orden de evacuar el norte. Los 700.000 palestinos que han obedecido las órdenes y se han desplazado al sur, no por eso se han encontrado más protegidos y han sufrido bombardeos, como el de ayer 25 de octubre en Jan Yunis.

Parece también que Israel pretende que una fuerza multinacional árabe garantice, una vez exterminado Hamas, que Israel no volverá ase atacado. Incluso que la Autoridad Nacional Palestina volviera a asumir la administración del territorio.

Después de los miles de muertos, ningún poder árabe o palestino querrá involucrarse en la neutralización de la Franja. Mantener la ocupación o intentar la colonización de Gaza ya fue intentado por los israelíes, que tuvieron que retirarse porque era un cáncer terriblemente costoso.

Hago un repaso a los agentes geopolíticos de la región y los riesgos de que el conflicto se extienda.

Estados Unidos

Sería el único país que podría contener a Israel. Pero la alianza sagrada que mantienen lo hace muy difícil. En EEUU opera un grupo de presión judío liberal muy potente. Además la derecha fundamentalista cristiana está convencida de que Israel es la encarnación de sus ideas mesiánicas. De otro lado, Israel ha sido durante décadas el gendarme norteamericano en la región para controlar a los regímenes nacionalistas árabes.

El gobierno Biden no tiene ninguna intención de implicarse en una conflicto armado en Oriente Próximo con la guerra de Ucrania empantanada y cuando su foco está en la rivalidad con China.

Ha desplazado dos grupos aeronavales a la zona para dar cobertura a sus tropas en la región (Irak, norte de Siria) de un eventual ataque de Irán, y ha pedido a Netayahu que su ejército no entre en Gaza hasta que ese despliegue se haya completado.

Sería un enorme error de Biden lanzar un ataque o una operación de desestabilización contra el régimen de los ayatolás.

Irán

Es el gran actor geopolítico de la región: por su demografía (112 millones), sus fuerzas armadas y sus milicias delegadas en otros países, su producción de crudo… su posible posesión de armas atómicas. La ruptura del acuerdo nuclear por parte de Trump dejó sin supervisión a su industria nuclear. Puede que ahora tenga una alta capacidad de refino de uranio, pero es improbable que cuente con bombas nucleares y menos todavía con vectores para su lanzamiento.

Irán puede proyectar su poder con las milicias chiíes, la más importante Hezbolá en el sur del Líbano que se encuentra en una fase de guerra de baja intensidad con Israel. Pero también cuenta con las milicias hutties en Yemen, que según Estados Unidos, disparó tres misiles en dirección a Israel que fueron interceptados sobre el Mar Rojo por un destructor estadounidense.

Tiene también Irán la capacidad de desestabilizar a Arabia y los países del Golfo (especialmente Bahrein) movilizando a las minorías chiíes en países de mayoría suní.

Israel

Además de tener el ejército más poderoso de la región, todos los expertos están de acuerdo en que cuenta con armas nucleares, aunque nunca lo haya reconocido explícitamente.

Israel ya no tiene estados enemigos, salvo Irán. Con Jordania y Egipto hizo la paz; Siria, su gran enemigo, hoy ya no cuenta, autodestruida en su propia guerra. Así que el uso de la bomba atómica solo podría ser contra Gaza, algo imposible porque todo el pequeño país sufriría las consecuencias de la contaminación nuclear.

Con el ataque de Hamás y la ulterior venganza israelí se hace imposible la firma de la paz con Arabia Saudí, que estaba a punto.

Rusia

Con la guerra de Siria, Putin recuperó la influencia que la URSS tenía tradicionalmente en la región.

Sin la intervención rusa e iraní, Bashir el Assad no podría haber ganado la guerra.

A unos centenares al norte de Gaza, en la costa siria, se encuentra el puerto de Tartus, la mayor base aeronaval rusa en el Mediterráneo.

Putin puede estar interesado en extender el conflicto en Oriente Próximo, lo que debilitaría a la alianza que sostiene a Ucrania.

UE

La Unión Europea ha sido incapaz siquiera de pedir una tregua y la mayor parte de sus miembros han cerrado filas acríticamente con Israel.

Tradicionalmente, la UE ha pagado proyectos de cooperación con muy escasa influencia sobre la situación. Por ejemplo, después de los acuerdos de Oslo, España financió y construyó el aeropuerto de Gaza, que poco después fue bombardeado por Israel.

Cuanto más dure la venganza israelí en Gaza, más posibilidades hay de atentados terroristas,en Europa, con amplias comunidades musulmanas y judías.

Hay que parar la carnicería en Gaza, en primer lugar por humanidad, pero también porque en esta situación el error de cualquier actor puede extender la conflagración.

Un año de guerra en Ucrania, un año de guerra europea


Fuente Reuters. La artillería es un arma esencial en el conflicto

Punto de inflexión histórico

Se cumple un año de guerra en Ucrania. Diez años de conflicto armado, si se cuenta que se combate en el Donbás desde 2014.. Pese a todos los desmentidos previos del Kremlin, Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero . La guerra ha sido un punto de inflexión que ha ha puesto fin a casi tras décadas de distensión en Europa. Desde 1989 y la caída del Muro, ningún otro acontecimiento ha tenido tanta trascendencia. Un año de guerra, en el que uno de los participantes es una potencia nuclear, que no duda en esgrimir el arma atómica como último argumento. Nunca desde la crisis de los misiles de 1962 habíamos estado tan cerca del holocausto nuclear.

Resulta imposible sintetizar las múltiples capas , del acontecimiento, pero me atrevo a sintetizar las que me parecen más destacadas.

Guerra de relatos

Como toda guerra, se trata de un recurso absoluto a la fuerza, pero como siempre los contendientes tienen que justificar sus acciones, tanto buscando el apoyo y la legitimidad interna, como el juicio de la Historia o ante posibles tribunales internacionales para después de la guerra.

Rusia se apoya esencialmente en dos argumentos. Que la OTAN ha incumplido los acuerdos tácitos que pusieron fin a la Guerra Fría y que, según su interpretación, impedían su extensión hasta los países bálticos; y que iba a ampliarse a Ucrania, que el Kremlin ya considera una posición avanzada de la Alianza Atlántica y de Estados Unidos. Y que el gobierno de Zelenski es un gobierno nazi, que persigue a las minoría rusófonas y bombardea a los civiles de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk. Y en último término que Ucrania tiene un vínculo sagrado e inescindible con el Mundo Ruso.

Ucrania, la OTAN y la UE niegan cualquier despliegue agresivo y sostienen que el país tiene derecho a fijar su destino sin interferencias; sin perjuicio de que, antes de la guerra, ni la OTAN ni la UE hubieran dado signos serios de estar dispuestos a integrar a Ucrania, un país enorme, con grandes problemas económicos y de seguridad y una corrupción rampante. En el relato europeo y atlántico, no respetar las frontera internacionales no puede justificarse en ningún supuesto agravio histórico y pone en peligro la paz en Europa y en el mundo en general. Según se ha ido desarrollando el conflicto, la denuncia de la violación de los derechos humanos por el ejército ruso ha ido ganando protagonismo en este relato.

Una Guerra europea

La guerra es manifestación del choque entre una potencia hegemónica, Estados Unidos, y otra que lo fue y quiere volver a serlo, Rusia.

Es, además, una guerra europea, no solo porque se libre sobre el territorio de uno de los países europeos más extensos, sino porque supone el enfrentamiento entre dos manera de entender Europa. Una la de la UE, democracia liberal y un capitalismo regulado, generador de desigualdad , pero sometido a límites y otra la de Rusia, autoritarismo tradicionalista y capitalismo cleptocrático, que entrega la riqueza nacional a oligarcas fieles al poder. Del resultado de la guerra depende la esencia y la seguridad de Europa al menos por una generación.

Fortaleza UE

La UE, siempre dubitativa y lenta ha mostrado una notable y poco frecuente unidad. Ha adoptado sucesivos paquetes de sanciones. con escasa oposición y ha relanzado su política de defensa y seguridad, financiando generosamente el esfuerzo bélico de Ucrania. Por el momento, la Unión sale fortalecida.

Europa está pagando un alto precio económico, Ha cambiado la dependencia energética de Moscú y su gas natural (barato) por la dependencia de Washington y su gas licuado (caro).

La UE quiere ahora, además de seguir siendo un modelo de bienestar y una potencia normativa. convertirse en una potencia militar, capaz de defenderse sin contar con el «amigo americano», lo que supondrá detraer recursos del deteriorado Estado del Bienestar. Así que, aunque la Unión se fortalezca como institución, los europeos pierden; mientras, Estados Unidos fortalece su hegemonía sin costes apreciables. Ganan las industrias y los lobbies de las armas.

Larga guerra de desgaste

Después de 12 mese no aparecen perspectivas de una rápida victoria de ninguno de los dos bandos. Los dos tienen recursos para resistir, pero no para arrollar al enemigo. Rusia destruye las infraestructuras de Ucrania y los contendientes se enzarzan en batallas por el control del Donbás, como la de Bajmut, que más que la conquista de un punto estratégico parecen destinadas a desangrar al enemigo, en episodios que recuerdan a otros semejantes, como Verdún, de la I Guerra Mundial o la batalla de Belchite, de la guerra española.

Rusia puede que no tenga el armamento más moderno, pero puede producir masivamente munición y puede seguir movilizando tropas. Y en último término puede esgrimir la amenaza atómica. Ucrania es completamente dependiente de los suministros de sus aliados, que por el momento no están fallando. Tiene unas tropas más motivadas y mejor formadas.

Guerra por interposición, guerra externalizada

No hay duda de que en Ucrania se libra una batalla decisiva por la hegemonía mundial. Estados Unidos y la UE luchan con Rusia. Es una guerra por interposición, en la que Ucrania pone los muertos.

Es también, por parte rusa, una guerra externalizada, donde una compañía privada de mercenarios, Wagner, asume las misiones más sangrientas y sus hombres son enviados al combate como carne de cañón. Ya en Irak , Bush uso una compañía privada del sector petrolífero, Halliburton, para externalizar tareas militares y la represión en el país ocupado, pero sin un tan destacado protagonismo en los combates.

Sanciones que molestan al sancionado, pero no le rinden. Sanciones muy dañinas para Europa

Ninguna de las sanciones impuestas a Rusia ha sido el arma definitiva que se anunciaba. Sin duda han hecho mucho daño a la economía rusa (caída del PIB, inflación, déficit y deuda), pero no parece que hayan supuesto ni un daño suficiente para el régimen ni hayan promovido un estallado social.

En Europa, las sanciones, sobre todo la desconexión de la energía barata rusa, ha dado lugar a la agravación de un proceso inflacionario, que venía desde la salida de la pandemia. Parece que empieza a controlarse, pero el riesgo es que el Banco Central Europeo se pase de frenada y la inflación conduzca a la recesión. Las medidas sociales adoptadas por los Estados y propiciadas por la UE han evitado un otoño-invierno del descontento.

El dilema moral

Sin perspectivas de una paz negociada, los dos contendientes tienen posiciones maximalistas. Ucrania quiere para empezar a hablar una retirada rusa de todo su territorio, incluido el Donbás y Crimea. Rusia, que Ucrania acepte formar parte del Mundo Ruso y renuncie a integrarse en la UE y la OTAN y renuncie a Crimea y el Donbás. A Ucrania la pueden presionar sus aliados, pero Rusia no negociará salvo que se encuentre en una difícil situación militar en los frente o política en el casa. La UE y la OTAN deberían, entonces, ofrecer a Rusia un sistema de seguridad europeo y garantías a los rusófonos. Me remito a esta entrada sobre elemento para la paz en Ucrania.

Zelenski pide cada vez armas más potentes. Sus aliados evitan la entrega de armas, como aviones de combate, con las que se pueda atacar territorio ruso para evitar una peligrosa escalada. Según el derecho internacional, Ucrania tiene derecho a defenderse y armarse. No se la pueden negar las armas, como se negaron a la República española. Pero esas armas prolongarán la guerra. Morirán más ucranianos y rusos y aumentará el peligro de un guerra nuclear. Todo un dilema moral, perfectamente expresado en este ALEGATO en favor de la negociación de Jürgen Habermas, de imprescindible lectura.

Geopolítica del terremoto


Fuente El País 11-03-21 (desde 2021 no ha habido modificaciones significativas en las zonas de control de los distintos agentes en el norte de Siria)

La zona afectada por los terribles terremotos del sur de Turquía y Norte de Siria no solo es una zona donde confluyan la placas tectónicas que ha causado los devastadores sismos, sino también una zona de fractura geopolítica, con un enorme potencial conflictivo, donde luchan por el poder y el territorio distintas organizaciones, lo que dificulta la llegada de ayuda.

Empecemos por el sur de Turquía, donde se concentra la población kurda, ampliamente partidaria de la autonomía, cuando no de la independencia. El Partido Democrático de los Pueblos (HDP), principal formación prokurda de Turquía y tercer mayor partido en representación parlamentaria, se enfrenta a la amenaza de ilegalización acusado de ser una extensión del grupo armado PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán), considerado terrorista en Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos, Diyarbakir, muy afectada por la destrucción de los terremotos, es la ciudad principal.

En la zona se encuentra la base de Incerlik. vital para los despliegues de EEUU por todo Oriente Próximo. En las crónicas de los enviados especiales puede oírse a gente que se queja de discriminación en las ayudas por ser kurdos. Todo ello puede reactivar el eterno conflicto kurdo y desde luego perjudica las expectativas electorales de Erdogan.

Al sur de la frontera, encontramos una Siria fragmentada (ver mapa). El territorio más extenso y coherente es el controlado por las Fuerzas Democráticas de Siria (milicias kurdo-árabes), que han establecido una administración autónoma que denominan Rogova, con orientación de izquierdas y basada en la autogestión. Fueron estas fuerzas las que derrotaron al Estado Islámico, con el apoyo de la aviación norteamericana y el alistamiento de voluntarios internacionalistas Precisamente estos voluntarios internacionales ha publicado un comunicado en el que denuncian la gestión de la catástrofe por la Turquía de Erdogan, .

Quedan los residuos del Estado Islámico y grupos opositores a El Assad, apoyados por Turquía. Turquía expulsó a los kurdos del cantón de Afrin, lo que aumentó el número de desplazado, que en toda la región supera los 150.000. Además hay que contar con la la presencia militar rusa, en el puerto de Latakia, hasta donde han llegado los efectos del terremoto.

En una zona tan deteriorada y frágil Turquía tiene la llave para abrir o cerrar los pasos por los que tiene que llegar la ayuda a Siria.

«Ucrania 22», un libro imprescindible


Acabo de terminar de leer el libro de Francisco Veiga «Ucrania 22″ /» Una guerra programada». El autor es catedrático de Historia contemporánea y especialista en en el Centro y Este de Europa,. Coincidí con él en Belgrado durante la caída de Milosevic y le entrevisté para TVE. Me parece un libro imprescindible para entender la guerra, aunque en muchas cuestiones pueda estar en descuerdo.

El título y el subtítulo nos dan claves de la tesis de la obra. Ucrania 22 no alude solo a la obvia referencia cronológica, sino que hace un guiño a la novela de Joseph Heller Trampa 22, El título de la novela hace referencia a una reglamentación burocrática militar ficticia que representa un razonamiento lógico, pero inmoral. Según «la trampa 22 … tienen derecho a hacer cualquier cosa que no podemos evitar que hagan». Así, se nos presenta la guerra como inevitable, cuando esencialmente responde a los juegos de poder de las grandes potencias.

La referencia a «trampa 22» enlaza con la noción de trampa balcánica: ante un conflicto en los Balcanes o en general en el este de Europa, las potencias intervienen alegando altos motivos morales (detener matanzas o preservar derechos de minorías). No consiguen resolver el conflicto ni preservar los valores morales que invocaron y quedan atrapados como un actor más en el conflicto.

En el subtítulo se hace referencia no solo a que el conflicto no ha sido un incidente espontáneo, sino preparado y programado por los dos bandos: la Rusia de Putin de un lado y de otro Ucrania-EEUU-OTAN.

No solo hay antecedentes históricos en las relaciones entre Rusia y Ucrania, sino que el conflicto se ha estado gestando desde la disolución de la URSS y especialmente desde el Maidán de 2014, en el que una en principio pacífica «revolución de color» degenera en un violenta toma del poder -apoyada por EEUU y la UE- por sectores neonazis y oligarcas dispuestos a aplicar una política anti rusófona, lo que divide a Ucrania y lleva a la guerra civil, con las regiones del este y el sur, declarando la secesión, instigada por Moscú, que aprovecha el caos para ocupar Crimea y organizar un manipulado referéndum de adhesión.

Es como si Rusia y Estados Unidos estuvieran siguiendo el guión de la novela del general británico sir John Hackett» la III Guerra Mundial, que novela un conflicto entre la URSS y EEUU a raíz de una ficticia intervención soviética en la Yugoslavia de Tito, en el que ambos bando usan armas nucleares estratégicas.

Veiga analiza el conflicto desde la perspectiva del realismo en las relaciones internacionales, como pugna de poder entre potencias. Para Rusia, Ucrania es esencial porque sin ella no podrá ser un gran imperio europeo. Para Estados Unidos porque no puede consentir la consolidación de ese imperio euroasiático y el riesgo de alianza con China, el mayor rival geoestratégico de Washington. Para la UE porque la consolidación del imperio ruso puede ser una amenaza para sus socios del este.

Creo que en la obra se olvida el derecho internacional. Un mundo en el que una querella interna justificara la intervención de un estado vecino y la modificación de fronteras nos llevarían a un estado de guerra permanente ya muchos pasos atrás en la historia de la Civilización.

Veiga cuestiona el relato dominante empezando por las llamadas «revoluciones de colores», que para el autor responden a los designios de Estados Unidos y cita el libro de Gene Sharp «De la dictadura a la democracia; un marco conceptual para la liberación», con 189 técnicas no violentas para derrocar regímenes autoritarios, técnicas que por primera vez se aplicaron en el 2000 en las protestas pacíficas (financiadas por la USAID) que hicieron caer a Milosevic,

No hay duda de que la mayoría de las «revoluciones de colores» han sido manipuladas por Estados Unidos y distintos servicios occidentales. Per0 tan cierto es que todos estos regímenes bloqueaban legítimos deseos populares de cambio.

Veiga analiza con detalle el desarrollo del Maidán de 2014, las distintas fuerzas en presencia y la deriva neonazi de la revolución, con la incrustación de estas tendencias en las fuerzas paramilitares que combaten en el Donbas. Para el autor, la guerra tiene una dimensión de enfrentamiento entre neonazis (Ucrania) y neofascistas (Rusia).

Pone también en cuestión las trigger masaccres o matanzas de inducción, aquellas ejecutada por uno de los contendientes o manipulada para forzar una intervención internacional contra el otro contendiente. Y da a entender que la matanza de Bucha cae dentro de esta categoría. Cosa con la que no puedo estar más en desacuerdo porque la prensa internacional dejó testimonio de los hechos antes de la llegada del ejército ucraniano, como recoge este magnífico trabajo del fotoperiodista Santi Palacios para 5 W.

¡A ver como salimos de esta trampa de Ucrania en la que nos han metido la lucha por la hegemonía mundial y la incompetencia europea!

Escenarios en la guerra de Ucrania


Fuente: Europa Press

La guerra de Ucrania se encamina a los 10 meses, sin visos de una salida ni militar ni diplomática. Parece poco probable que el conflicto termine con una victoria rotunda de ninguna de las partes. Es más factible un final negociado a partir de que una de las partes se encuentre tan debilitada que tenga que solicitar negociar.

A continuación, desarrollo algunos escenarios, no los únicos posibles ni excluyentes unos con otros.

Doblegamiento de Ucrania

Tras sus últimas pérdidas militares, Rusia apuesta por doblegar a Ucrania, devolviéndola a la edad de piedra en en el duro invierno, bombardeado sus infraestructuras. Por el momento, la población ucraniana y sus políticos parecen aguantar bien y unirse más frente a la agresión. Los arsenales rusos de bombas, misiles y drones no son ilimitados. Hitler no derrotó al Reino Unido bombardeando las ciudades inglesas.

Más mella haría en la resistencia ucraniana supondría la retirada o la disminución de la ayuda exterior. Muy poco probable en el caso de Estados Unidos, pese a que los republicanos, que ahora controlan la Cámara de Representantes puedan poner algunas trabas. Más probable en el caso de Europa si estalla el invierno del descontento, por los altos precios de la energía. Pero las apuestas occidentales en este juego mortífero (neutralizar a la Rusia de Putin en el caso europeo y reafirmar su hegemonía mundial, en el caso norteamericano) han sido tan altas que no pueden retirarse ahora.

Derrota militar de Rusia

Pese a sus masivas movilizaciones, Rusia no consigue convertir a estos reclutas en soldados efectivo ni dotarlos de materia y de nuevas tácticas de lucha.

Desde sus posiciones en Jerson, Ucrania cruza el Dnieper en una cruenta batalla que decide la guerra. O, más probable, consigue abrir un nuevo frente en Zaporiya. En ambos supuestos, los ucranianos rompen las líneas rusas y amenazan con su artillería de largo alcance Crimea.

Es el escenario más peligroso, porque el Kremlin puede verse tentado a utilizar armas nucleares tácticas y entonces estaríamos en la III Guerra Mundial, que pondría en riesgo la supervivencia de la especie.

Pensemos en una variación más optimista. Ante las derrotas militares, los servicios de seguridad derrocan a Putin y piden negociar la paz.

Estancamiento

Es el escenario más probable. El invierno detiene los combates y ninguno de los bandos realiza avances significativos.

Rusia y Estados Unidos encuentran puntos de negociación de mutuo interés y, como ocurriera en otros conflictos de la Guerra Fría, son las dos grandes potencias las que negocian. Ucrania y la UE no cuentan en la mesa de negociación.