Hugo Chávez, el mito


Hugo Chávez se muere; el mito se consolida.

El mito nació hace mucho y ha sido la fuerza esencial en la vida política y social de Venezuela desde hace más de una década. La muerte le daría el aura de los santos, de los profetas que dejan una misión inacabada. San Hugo Chávez subirá a los altares de los cultos sincréticos. Sus fieles rezarán a su espíritu y le rogarán toda clase de mercedes, espirituales y ya no sólo materiales, como hasta ahora pedían a su encarnación corpórea en el Alo Presidente.

Chávez ha sido más que un caudillo con carisma político o militar. Con su inteligencia natural, sus cantos y bailes, sus inteminables discursos, su talento como polemista,  el comandante ha encarnado el espíritu de un pueblo desposeído y burlado. A su vez, lo ha poseído y manipulado, pero le ha dado reconocimiento, orgullo y le ha hecho partícipe de la riqueza del país a través de la renta petrolera.

Chávez ha gobernado Venezuela navegando esa ola de identificación popular, ganando incuestionablemente elección tras elección. Ha mantenido las instituciones del estado democrático y hasta sobre el papel las ha reforzado con formas de participación popular. En realidad, la división de poderes ha desaparecido porque nada se le puede negar al espíritu del pueblo.

Chávez ha administrado el país como un cuartel. Ha manejado unos recursos excepcionalmente altos. Indudablemente los indicadores sociales y económicos han mejoradao espectacularmente durante el chavismo.Hubo una época en que todas sus comparecencias comenzaban con un «y el petróleo sigue subiendo». La renta petrolera ha dado para todo: para comprar armas, para crear una esfera de influencia continental, para engrasar la corrupción y para dar unas prestaciones sociales a los más desfavorecidos a través de las misiones.

La misma denominación, misiones, transparenta su concepto militar. Un objetivo que hay que cumplir, no un servicio ciudadano y social que hay que mantener.  Las misiones son débiles porque no tienen detrás una financiación estable, basada en la tributación sino en recursos fiscales contingentes, ni una gestión profesional. Las misiones, como las empresas nacionalizadas, están permeadas por los militares.

¿De que vivirá Venezuela si como se anuncia Estados Unidos es autosuficiente en petróleo en pocos años gracias a la técnica del fraccionamiento hidraúlico? La Venezuela de Chávez ha sido un nuevo capítulo de la Venezuela saudí, sólo que ahora las clases populares también han estado invitadas al festín. Y eso hay que reconocérselo a Chávez.

A la muerte de Chávez el ejército será el poder en la sombra, pero difícilmente mantendrá su unidad. Las milicias chavistas serán un factor de inestabilidad, fácilmente manipulables por alguno de los posibles sucesores.

Venezuela necesita desmilitarizarse, convertir las misiones en servicios públicos, buscar fuentes de riqueza alternativas al petróleo, reconstruir el Estado de Derecho. ¿Será capaz la oposición de mantenerse unida? ¿Renunciará la burguesía a la venganza si la oposición conquista el poder? Chávez deja también un  pueblo más politizado, a favor y en contra de su persona, y su obra no podrá ser enterrada facilmente.

Sus enemigos ya bailan sobre su tumba, pero todavía el comandante puede dar una última sorpresa y recuperarse. Sería un milagro que no haría más que confirmar su condición de ungido.

Lo que es seguro es que Chávez seguirá dando batallas después de muerto. Lo que no es tan seguro es que las gane.

PS. Recojo el artículo del profesor Vicenç Navarro «La demonización de Chávez», en el que denuncia el sesgo anti Chávez de los medios españoles y el artículo que cita de Mark Weisbrot, en el que se analizan los logros económicos del Chavismo.

http://www.nytimes.com/roomfordebate/2013/01/03/venezuela-post-chavez/venezuelans-will-vote-with-their-wallets

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El mito de Steve Jobs


Visionario, héroe, ejemplo, líder, pionero, sabio… son algunos de los calificativos que se amontonan en las necrológicas de Steve Jobs. Ramón Lobo las recopila bajo un título definitivo: «el hombre que inventó nuestro mundo».

La muerte consagra los mitos. Como los devotos de los santos que arrancaban de su cadáver caliente una reliquia, así hoy los creyentes de Apple se lanzarán a sus tiendas para comprar su último artilugio. No sólo se nos presenta como un gran innovador, sino como un ejemplo humano a imitar: amor al riesgo, perseverancia, inconformismo… Un mito.

Todos están de acuerdo que el gran logro de Jobs y su empresa ha sido convertir en utilizable lo que ya técnicamente existía. Es cierto que con sus dispositivos ha remodelado el mercado de la música y ha establecido las pautas de la comunicación móvil. Hoy la comunicación interactiva es ubicua gracias en parte al iPhone.

El diseño y el marketing son las claves de su éxito. Las presentaciones, los embalajes… (Hace unos años rodaba por Internet un vídeo satírico de la presentación del iJam). Y la pazguatería de unos usuarios que hacen cola para ser los primeros en poseer el nuevo icono de status.

Apple vale más en bolsa que las petroleras o los bancos. ¿Se impone el conocimiento a la energía y a las finanzas en esta fase del capitalismo? ¿O es otra nueva burbuja?.

Apple crea grandes productos, pero intenta mantener cautivos a los usuarios en su reducto tecnológico. La innovación no puede depender de una única matriz tecnológica, sino de la interacción abierta.

Adiós a Steve Jobs, el Che de nuestro tiempo.

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