Nuestra clase dirigente sigue mirando por el retrovisor. La Noche del Rey de TVE fue un ejercicio autocomplaciente que hoy el país no puede permitirse y que, en lugar de reforzar, pone en cuestión el servicio público de RTVE.
Lo que hace 1o años pudo tener sentido -la celebración institucional del cumpleaños del Rey- hoy, en plena crisis del sistema no es más que un cliché tópico que insulta a millones de españoles que se sienten abandonadas por su país y sus instituciones.
LA ENTREVISTA
Que no, nos dicen, que no, que no es una entrevista, que es una «conversación amable». No, es una entrevista, pero una entrevista obsequiosa, de esas que se denominan de «interés humano» y de las que es maestro Jesús Hermida. Si esas eran las reglas de juego, mejor hubiera sido no hacer la entrevista, porque ni pueden pasarse por alto las cuestiones personales incómodas (Urdangarín, Botswana) ni los problemas que hacen sufrir y dividen a los españoles.
Aparentemente la cosa funcionó.El Rey está agusto en ese formato, luciendo su bonhomía. Lo que pasa en que sus palabras, dejando más allá sus intenciones, ya no son creíbles. No era lo mismo escucharle su preocupación por parados y jóvenes antes de Botswana que anoche. De todas maneras, su tono habrá ganado la comprensión de muchos espectadores.
La entrevista fue el programa más visto del día, con una cuota de pantalla del 14’7% y un pico de audiencia de casi tres millones de espectadores hacia su final. Ya sabemos de la fragmentación de audiencias, pero es que capítulos de la serie Isabel tuvieron más audiencia, y el informativo de la noche de la propia TVE (en caída libre) tuvo una cuota del 12% y sólo 900.000 espectadores por debajo. Sí, la entrevista suscitaba interés, pero la mayor parte de los espectadores y no digamos del conjunto de la ciudadanía estaba a otras cosas.
Los responsables de la Casa Real están aplicando una estrategia de hacer más cercano al Rey. Pero eso exigiría responder a las preguntas y inquietudes de los españoles. Y las respuestas fueron tópicas: llamadas a la unidad con indirectas a Cataluña, cuestionamiento de la estructuración del Estado. Que tengan cuidado, porque tanto sacarlo de la urna o le desgasta o no le sirve para ganar credibilidad.
La reacción de las redes sociales ha sido muy crítica. Las redes sociales no son el conjunto de los españoles, pero crean opinión.
LA GENERACIÓN DEL REY
Volvimos a escuchar el mismo relato. Hicimos grandes cosas porque nos entendimos y nos reconciliamos y fue el Rey el que en su cabeza tenía la ruta y nos marcó el rumbo. ¿Dónde quedan las movilizaciones de millones de españoles? ¿Dónde quedan las víctimas de la represión? Y si hoy no nos va bien es porque hemos olvidado las lecciones de entonces.
La generación del Rey tenía en1975 37 años. Por entonces, todos tenían una carrera atrás -no como ahora que a los 30 se sigue con los másters. Esa generación fue protagonista de la transición, pero también la de los que hoy andan por los 65 y desde luego personalidades de la época anterior, como Carrillo o Gutiérrez Mellado. Ayer esa generación del Rey se mostró en general alejada de la realidad.
La selección de TVE fue la de la élite económica, con incrustaciones de la cultura y la ciencia. ¿No formaron parte de esa generación los sindicalistas? Por ejemplo, un Julián Ariza. Gabilondo, Josefina Molina, Sacristán, Forges aportaron otra visión. Quizá la expresión más amarga y crítica fue la de Antonio Gala.
Los testimonios de Manuel Santana me parecieron especialmente significativos de la continuidad entre franquismo y democracia. Su padre no le pudo ver jugar porque murió a los 39, posiblemente por las penalidades pasadas en la cárcel. Él aprendió a adaptarse y a superarse en uno de los terrenos abiertos a las clases populares, el deporte. Triunfó y se convirtión en uno de los símbolos de éxito y modernidad del tardofranquismo. Cuando salía fuera le sorprendía la palabra fascismo y tenía que explicar que las cosas no eran tan terribles. Luego, ya retirado, fue compañero de padel del Rey. Una trayectoria como las de tantos españoles que se dedicaron a lo suyo y se dejaron llevar suavemente del franquismo a la democracia.
No creo que los jóvenes puedan identificarse con ese relato de la generación del Rey. Faltó autocrítica y mirar al futuro y no tanto al pasado.
TVE
TVE ha aplicado la planilla institucional, válida para otras ocasiones en las que ni la sociedad estaba dividida y traumatizada, ni el Rey cuestionado. Somoano apareció por primera vez para presentar una «entrevista histórica». Puede que la cadena estatal cumpliera una función institucional, pero no dio el servicio de esclarecimiento que los españoles se merecen en estas dura situación.
sábado, 05 Ene 13 a las 5:53 pm
Lo de Hermida fué lamentable.
Con una lentitud exagerada, repitiéndole durante 20 minutos la misma pregunta al Rey con diversos formatos a cual más pelotillero.
¡Como me hubiera gustado esta entrevista hecha por Ana Pastor, por ejemplo.
sábado, 05 Ene 13 a las 6:31 pm
Alguien dijo que en realidad la entrevista se la había concedido Hermida al Rey…
No sé si Pastor hubiera moderado en una ocasión así un estilo agresivo digno del periodismo anglosajón. Creo que en esta ocasión el reto era plantear las grandes cuestiones personales sociales en un envoltorio no agresivo y respetuoso, porque además el tono bonachón del personaje le convertiría en víctima sometido a un tercer grado.
sábado, 05 Ene 13 a las 7:02 pm
Coincido contigo en que esta sociedad no afronta los retos del XXI a base de llegada del hombre a la Luna, La, la la y Cuéntame.
Mirarse el ombligo no parece el método para que la ciudadanía (si es que este concepto sigue siendo de aplicación y no somos chusma, lumpen, perroflautas o «una molestia necesaria») recupere-mantenga la confianza en un Sistema que se agrieta muy peligrosamente.
Gracias por tu trabajo y enhorabuena por tu capacidad de análisis.
sábado, 05 Ene 13 a las 7:14 pm
Plantear los desafíos de hoy al Rey no era fácil. Pero escamotearlos en la Generación del Rey es injustificable.
domingo, 06 Ene 13 a las 8:04 pm
Decididamente, la crisis está mostrando la «cara B» de la Transición y todo su andamiaje institucional: Desde la Corona al Banco de España pasando por las autonomías, la estructura de los partidos políticos, el sistema electoral, los medios de comunicación…
No me gusta la palabra «regeneracionismo», entre otras cosas porque ya fue utilizada en otro momento histórico y esto es diferente. Pero es algo por el estilo lo que necesita este país: ¿Cuándo se darán cuenta algunos?
lunes, 07 Ene 13 a las 1:26 pm
Completamente de acuerdo. ¿Nacerá la regeneración de la base?
martes, 08 Ene 13 a las 2:26 pm
Confío en que así sea, aunque en este país ya hace tiempo que Maura habló de la «revolución desde arriba».