Genocidio y colonización israelí


Una niña con síntomas evidentes de desnutrición. El hambre es uno de los medios del genocidio, como lo fuera en los campos nazis de exterminio. Fuente Naciones Unidas

Vaya por delante que tengo una gran admiración por la cultura judía.

La gran aportación de la cultura judía a la civilización occidental

La novela de León Uris «Mila 18» fue mi primer contacto con la cultura moderna judía, más allá de la tradicional de la biblia que empapa la cultura cristiana.

En la novela ya estaba el culto a la memoria (en las peores condiciones del gueto de Varsovia se preserva un libro que relata las experiencias vividas), la capacidad de resistencia y la solidaridad. Luego, me impresionó la película «Exodus«, que da una visión idealizada y de parte del nacimiento del Estado de Israel, sin mención a la Nakba.

Disfruté también con «El violinista en el tejado«, que muestra la vida de los asentamientos judíos tradicionales en la Europa central y oriental en la tensión entre la tradición y la asunción de la modernidad, que marca la historia judía del los últimos 100 años.

En Bosnia, una organización humanitaria sefardí la «Benevolencia» hizo un gran trabajo de ayuda a todas las comunidades. Esa expresión de la empatía y solidaridad con el otro forma parte de la cultura judía. Pero también, la expresión cruel de un Yahvé, exterminador de los enemigos de su pueblo. Después de los ataques de Hamas del 23 de octubre de 2023, los palestinos se han convertido en los amalaquitas, los enemigos eternos de Israel, cuyo exterminio es ley divina.

En el cementerio de la sinagoga de Praga percibo una conexión especial, como en la Santa María la Blanca de Toledo. En Austwitch siento que piso terreno santo.

El judaísmo junto a la cultura musulmana fue decisivo ni sobre en la construcción de España (véase la polémica Sánchez Albornoz-Américo Castro).

Científicos y pensadores judíos laicos (pero imbuidos por su tradición) han modelado el mundo moderno.

Pero en esta entrada se trata de conectar el genocidio de Gaza con el colonialismo imperialista.

El Estado de Israel y el colonialismo imperialista

El sionismo fue fundado en la Europa central de finales del XIX. Uno de sus grandes teóricos es Theodor Herzl. El movimiento sostenía que los judíos no eran un grupo religioso, sino nacional y como otros grupos nacionales tenían derecho a la autodeterminación. El caso Dreyfus y los pogroms en Rusia y Europa oriental favorecen este sentimiento.

A diferencia de otros nacionalismos, el sionismo carecía de una base territorial para autodeterminarse; en su lugar proponía la emigración a la Tierra de Israel (la bíblica Erez Israel), primero bajo soberanía otomana y luego dominio británico.

En esa época el colonialismo de ocupación es una constante de la política europea. Con Leopoldo de Bélgica ocupando el Congo y desarrollando un genocidio del que el país no se ha recuperado. El imperio alemán ocupa Namibia y extermina a las tribus originarias. Siempre pretextando un esfuerzo en favor de la civilización europea y cristiana. Aunque el régimen del apartheid no es legal en Sudáfrica hasta 1948, el mismo año del nacimiento del estado de Israel, el sionismo y el apartheid se basan en los mismos principio del colonialismo supremacista de ocupación.

En este contexto de colonialismo de ocupación se produce la emigración judía a Palestina, despreciando a las poblaciones que vivían allí desde hacía siglos, en una mezcla de razas y religiones en una convivencia razonablemente buena.

Un elemento esencial en este proceso de construcción del Estado de Israel es la «Declaración Balfour» de 1917 (aquí el texto literal). El secretario de Estado británico Lord Balfour dirige un telegrama al barón Rothschild, líder sionista en en el Reino Unido, en el que expresa el apoyo del gobierno británico al establecimiento de un hogar nacional judío en Palestina (embrión del Estado de Israel) respetando los derechos civiles y religiosos de la población existente -nada se dice de sus derechos políticos.

La declaración Balfour se incorporó al tratado de Sêvres, que estableció el mandato británico en Palestina. Ese hogar nacional judío era un enclave occidental para proteger las rutas imperiales a la India.

Con el tiempo, los británicos tuvieron que hacer frente a dos nacionalismos, el judío (con actos terroristas tan graves como la voladura del hotel King David) y árabe (revuelta árabe). De modo que Palestina bajo mandato británico era un territorio sin descolonizar, donde la potencia ocupante favorecía la emigración y establecimiento de una población externa en perjuicio de la originaria.

En 1948, la cuestión llega a la ONU, que presenta un plan para dividir el territorio del mandato entre dos estados, uno judío (55% del territorio para los judíos, que eran el 33% de la población y poseían el 6% de la tierra) y otro árabe(45% del territorio). Sobre esta base, el 15 de mayo de 1948 la Asamblea General de la ONU aprueba la independencia del Estado de Israel (con el apoyo de la URSS y los países de su órbita).

Sin duda, en la resolución pesó la necesidad de compensar moralmente a las víctimas del genocidio nazi y encontrar un asentamiento a los cientos de miles que vagaban por Europa después de la liberación de los campos de exterminio. La mala conciencia por el Holocausto explica el cerrado apoyo de Alemania al Estado judío. En el caso de EEUU, es un apoyo más pragmático: Israel es el gendarme de Washington en la zona y sin el apoyo de la comunidad judeo-estadounidense no se pueden ganar unas elecciones presidenciales.

En 1948, los países árabes no aceptan la situación e invaden la zona atribuida a Israel en una campaña caótica. Las milicias judías y su embrión de ejército derrotan a un enemigo sobre el papel muy superior. En este contexto las milicias judías desarrollan una campaña terrorista contra localidades árabes, la población huye y los palestinos se convierten en refugiados en Gaza y en los países vecinos. Es lo que los palestinos llaman la Najba (la catástrofe).

La línea dominante de los historiadores israelíes ha negado la Najba, pero en los últimos años hay una corriente revisionista que reconoce que el propio Ben Gurion dio órdenes de expulsar a los palestinos.

Una vez independiente el Estado de Israel, las élites judías laicas europeas (askenacis) aportan la clase dirigente y la ideología socialista, que se concretará en el movimiento de los kibutzs, explotaciones agrícolas colectivas – Amos Oz (en su autobiografía «Una Historia de Amor y Oscuridad» narra los primeros años de Israel y cuenta como su integración en un kibutz fue para él es una forma de liberación hasta que el ambiente le resulta opresivo y se marcha.

La mano de obra la ponen los judíos religiosos huidos del genocidio nazi y los llegados de países del este de Europa, árabes y mediterráneos (sefardíes) sucesores de los judíos expulsados de España en el s. XV. Puesto que la identidad judía se define de forma matrilineal, remontándose varias generaciones; es posible considerar judíos a amplios grupos de población del este de Europa, la URSS y del Mediterráneo y hasta de África (los falashs de Etiopía, descendientes de una supuesta tribu perdida de Israel). Se produce así una inmigración constante, que requiere de nuevas tierras, que son arrebatadas a los palestinos

En la Guerra de los Seis Días Israel ocupa Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental. Son numerosas la resoluciones de la ONU ordenando la devolución de los territorios ocupados. La más importante la resolución 242.

Los palestinos responden con distintos movimientos de resistencia, el más importante la Organización de Liberación de Palestina (OLP), un paraguas de grupos de resistencia laicos e izquierdistas, capitaneado spor Al Fatah, liderado por Yaser Arafat. Hay indicios muy serios de que Israel favoreció el nacimiento y desarrollo del movimiento islamista Hamas para debilitar a la OLP.

Después de la Intifada de las piedras, en 1993 se llega a los acuerdos de paz de Oslo, bajo el principio PAZ POR TERRITORIOS, que divide el territorio en un rompecabezas, con distintas administraciones, la mayor parte bajo administración militar israelí. Se creó una Autoridad Nacional Palestina, con poca legitimidad desde la muerte de Arafat.

Resulta imposible resumir la historia desde 1993. Pero, en el caso de Gaza, el utraderechista Sharon decide en 2004 desmontar los asentamientos judíos, al considerar que son indefendibles. Entonces aísla la Franja del resto de Palestina. Puede decirse metafóricamente que la convierte en la mayor cárcel a cielo abierto del mundo y tira las llaves al mar; y cada vez que algún gazatíe lleva a cabo un atentado en territorio israelí. el ejército judío lanza una operación de castigo con alto número de bajas y destrucción hasta llegar al presente genocidio.

En una de estas operaciones de castigo murió el hijo del escritor David Grossman, que narra esa experiencia dolorosisima en «La vida entera».,que junto con la autobiografía de Amos Oz permite entender en un arco temporal el desarrollo del Estado de Israel.

Cómo opera la colonización israelí sobre el territorio

Habiendo abandonado Gaza, la colonización se desarrolla sobre Cisjordania.

Los territorios que los acuerdos de Oslo pusieron bajo administración de la Autoridad Palestina están rodeadas de altos muros, que impiden la comunicación entre las ciudades palestinas de Cisjordania. Además existen grandes colonias judías, con sus propias carreteras, vedadas a los palestinos. Para los palestinos moverse para visitar a un familiar o ir a un hospital es una lotería que depende del humor del soldado que se encuentre en el puesto de control, un sistema que reproduce el apartheid de Sudáfrica.

Luego está la creación de nuevas colonias. Primero un grupo de colonos religiosos radicales se asientan sobre tierras palestinas con construcciones precarias, por ejemplo caravanas, en lo que llaman un outpost. Entonces empieza el hostigamiento a los palestinos, por ejemplo arrancando sus olivos o impidiendo que su ganado paste. Ante la resistencia palestina, la policía o el ejército israelí da protección a los colonos que desarrollan sus asentamiento, se construyen carreteras exclusivas para estos asentamientos. Finalmente, el gobierno aprueba que ese pequeño asentamiento se convierta en una ciudad con centenares o miles de nuevas viviendas a precios asequibles, lo que favorece el establecimiento de jóvenes familias.

Mientras se desarrolla el genocidio en Gaza Israel lleva a cabo en Cisjordania una campaña de asesinatos y destrucción de poblaciones, una verdadera limpieza étnica, que hace todavía más difícil la solución de los dos estados. Aquí la crítica de Shlomo Ben Ami al plan de Trump a un supuesto reparto de la tierra entre el Estado de Israel y el establecimiento de un falso estado palestino.

La inviabilidad de los dos estados. Por un estado laico y democrático

Por todo ello, la solución de dos estados es cada vez más difícil porque los territorios palestinos carecen de continuidad. Parece una utopía desmontar todas esas grandes colonias judías donde viven miles de personas.

La solución, otra gran utopía, sería un estado único laico y democrático. Requiere una reconciliación entre las dos comunidades y un compromiso constitucional favorecido por la presión internacional e inversiones para la reconstrucción humana de Gaza, nada de Trump resorts. Pero lamentablemente el odio acumulado no parece que esta solución sea viable al menos en una generación.

Como en Sudáfrica harían falta dos dirigente valientes (como Mandela y de Klerk) que explicaran a sus comunidades que solo se puede lograr la paz mediante la reconciliación y levantando el sistema de apartheid y que los palestinos dieran garantías de seguridad a los israelíes. Del lado palestino ese dirigente puede ser Marwán Barghuti, que lleva en las cárceles israelíes media vida. No se ve nadie del lado israelí (Simon Perez fue asesinado por un colono radical por firmar los acuerdos de Oslo, muy favorables a Israel).

La población israelí ha apoyado mayoritariamente el genocidio de Gaza, aunque puedan estar contra Netanyahu. No obstante, también crece cada vez más un movimiento todavía minoritario que como en este artículo de Iris Leal que sostiene que hay que «detener a Israel» (vale la pena leerlo).

RECTIFIICACIÓN

El dirigente israelí que firmó los acuerdos de paz de Oslo fue el derechista Yiztzak Rabin, del Likutz, no el socialista Simon Peres. La ultraderecha consideró a Rabin un traidor, por eso fue asesinado por un colono radical durante un mitin electoral. La plaza donde fue asesinado lleva hoy su nombre y es donde se celebran las manifestaciones contra Netanyahu.

Judíos España

https://elpais.com/diario/1985/05/03/cultura/483919201_850215.html?event_log=regonetap

Sionismo

https://es.wikipedia.org/wiki/Sionismo#Tipos_de_sionismo

Fundación

https://es.wikipedia.org/wiki/Israel#:~:text=El%2014%20de%20mayo%20de%201948%2C%20horas%20antes%20de%20que,legal%20de%20nuevos%20jud%C3%ADos%20a

Amos Oz

Una historia de amor y oscuridad

Una_historia_de_amor_y_oscuridad

Una_historia_de_amor_y_oscuridad

https://es.wikipedia.org/wiki/Una_historia_de_amor_y_oscuridad

David Grossman

La vida entera

https://letraslibres.com/libros/la-vida-entera-de-david-grossman/

Precisiones respecto al ataque de Israel contra Irán


Ataque israelí a un barrio residencial de Teherán. Foto AFP. Tomada de El Mundo

Estos días Israel ha lanzado una serie de ataques contra Irán, en principio contra instalaciones atómicas, pero que han afectado a barrio residenciales de Teherán, causando la muerte de civiles y de altos cargos de la Guardia Revolucionaria (Pasdaranes). un ejército paralelo, cuya misión es defender el régimen de lo ayatolás.

Una potencia nuclear, que no reconoce serlo (Israel) se enfrenta a otra (Irán) que pretende serlo. Oficialmente, la operación tiene como objetivo impedir que Teherán no se dote de armas nucleares. Pero hay otro objetivo estratégico: reafirmar la hegemonía israelí en todo Oriente Próximo.

El exterminio de los palestinos en Gaza y Cisjordania responden al mismo designio: construir un estado judío hegemónico desde el río Jordán al Mediterráneo, en alianza con los estado árabes sunníes del Golfo.

Israel ha ido eliminando las milicias y aliados con las que Teherán ejercía su influencia, Hezbolah (Líbano), el régimen de los Assad (Siria), Kataib (Irak); de modo que una vez que ha terminado con las extensiones Israel tenía que atacar a la cabeza; además Netanyahu necesita una guerra eterna para mantenerse en el poder.

Con su desvergüenza habitual Trump ha justificado el ataque asegurando que Irán no quería negociar un acuerdo para controlar su proceso de proliferación nuclear. En 2015 después de un largo y trabajoso proceso diplomático los miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania y la UE llegaron a un acuerdo (Plan de Acción Conjunta) para que Teherán solo enriqueciera uranio al 3,67% (solo útil para usos civiles) y redujera el número de centrifugadoras y se sometiera a controles periódicos. A cambio los países occidentales levantaban las sanciones.

En su primera presidencia, Trump se retiró del acuerdo («el peor del mundo»-dijo) y ya sin control Irán siguió enriqueciendo uranio, probablemente hasta más del 60% (para una bomba nuclear hay que llegar al menos a un 90 por ciento.

Bombardear instalaciones nucleares puede suponer una catástrofe nuclear de las dimensiones de Chernóbil. Sería un crimen de guerra más en el expediente de Netayahu. Afortunadamente las instalaciones nucleares iranís se encuentran en unos sótanos blindados, que solo pueden ser penetrados por bombas estadounidenses, que Trump es remiso a ceder a Israel. Parece que Trump prohibió a Netanyahu atentar contra el ayatolá Jamenei para evitar una caída violenta del régimen.

Que la «cúpula de hierro» israelí no haya podido evitar que los misiles iraníes hayan causado destrozos y muertes en el estratégico puerto israelí de Haifa, hace pensar en nuevos ataques de represalia israelíes contra Irán, veremos si el régimen iraní aguanta esta presión.

La inestabilidad ya está haciendo subir el precio del petróleo. Lo que beneficia las monarquías petroleras del Golfo, a Rusia (que puede enjugar las pérdidas por las sanciones) y a productores como Venezuela. Perjudica a Europa (inflación y crecimiento) y paradójicamente a Trump: unos céntimos más por depósito puede enajenar el apoyo de las bases de MAGA (desgraciadamente todavía falta mucho para las elecciones medio mandato).

Esperemos que este conflicto no escale más. Por el momento quita visibilidad al genocidio de Gaza.

POST SCRIPTM 18-06-25 Trump dice que no sabe si bombardear o no Irán. La caída violenta de los ayatolás sumergiría al país en un proceso destructivo, semejante al de Irak, en el que EEUU se vería envuelto y afectaría a toda la región con importantes minorías chíes en todos los países.

Cooperadores necesarios del genocidio en Gaza


Niño palestino en brazos de su madre muerto en un ataque israelí a una escuela. Imagen de  Omar al-Qattaa, AFP. tomada de la web de France 24.

No tengo duda de que Israel está cometiendo un delito de genocidio contra el pueblo palestino en Gaza y, en menor medida en Cisjordania.

El genocidio es un delito difícil de probar porque hay que constatar que las acciones cometidas tienen la finalidad indubitada la exterminación de un pueblo o de un grupo social. El genocidio es uno de los crímenes más graves del derecho humanitario.

Para entender la diferencia entre genocidio y crímenes de lesa humanidad recomiendo la lectura de «Calle Este-Calle Oeste» de Phillipe Sands, donde a partir de la indagación del genocidio el autor construye el nacimiento de la persecución de estos delitos y la diferencia entre ellos (Por cierto, Sands, abogado de derechos humanos acaba de publicar otra novela Calle 38, la relación entre Pinochet y los nazis acogidos en Chile y el proceso de extradición del dictador de Londres a Madrid).

Más fáciles de probar que el genocidio y también muy graves son los crímenes de guerra y de lesa humanidad. Cuando se bombardean escuelas donde se refugian mujeres y niños (que se presentan como terroristas) y se asesina premeditadamente a trabajadores humanitarios y periodistas, se somete a más de 2 millones de personas a la falta de suministros, hay una presunción muy fuerte de que se está cometiendo delitos de guerra y lesa humanidad.

Así lo entendió el Tribunal Penal Internacional (TPI) que expidió una orden de detención internacional contra Netanyahu y su ministro de Defensa. Esta orden en vinculante para todos los estados parte del Estatuto de Roma (el tratado constitutivo de Tribunal). Ni Estados Unidos ni Rusia lo son, pero sí todos los países de la UE.

Cooperador necesario de estos hechos es EEUU (tanto el de Trump como el de Biden) con su ayuda militar irrestricta y la persecución a cualquier apoyo al pueblo palestino; lo que ocurre también Alemania, Francia y Países Bajos, cooperadores secundarios de estos crímenes. Y los que favorecen la impunidad de Netanyahu, como Orban, son cómplices y destructores del sistema de protección de los derechos humanos, que tanto costó construir.

Aunque desde el extermino de los armenios después de la Primera Guerra Mundial y después de la segunda haya habido unos cuantos más, como el del hutus contra los tutsis en Ruanda; el genocidio por excelencia es el exterminio por el nazismo alemán de los judíos europeos (especialmente en Europa central y oriental), llamado con una carga religiosa buscada Shoah o sacrificio.

Em el genocidio nazi hubo unos perpetradores: los SSs y los grupos de tareas, con el objetivo de exterminar a los judíos; luego toda la sociedad alemana entera que prefería mirar para otro lado.

Y luego en tos los países ocupados, sobre todo en los del Este, donde muchos más que colaboradores, muchos fueron cooperadores necesarios. Ocurrió en Ucrania y destacadamente en Hungría. En el país magiar el movimiento fascista de la Cruz Flechada desarrolló durante los últimos meses de la guerra una caza de judíos, sobre todo en Budapest, para enviarlos directamente a Auschwitz. El adolescente Imre Kertész, luego Nobel de Literatura cuenta en «Sin Destino» su paso por los campos.

Netanyahu visitó ayer Budapest y el primer ministro húngaro Víktor Orban anunció su salida del TPI para no ejecutar la orden de detención que pesa vontra el primer ministro israelí, sin respetar los procedimientos del Estatuto de Roma, alegando ambos que la orden del tribunal tenía carácter político. Además Orban invocó uno de sus temas recurrentes: la defensa de la civilización judeo-cristiana de la barbarie exterior (se supone que la inmigración, sobre todo de musulmanes).

Hungría se liberó muy pronto del Imperio otomano, del que, no obstante quedan vestigios arquitectónicos. Religiosamente son mayoritarias las confesiones católica y luterana, con una importante minoría judía, que no tiene nada que ver con la de antes de la II Guerra Mundial. Con el precedente de la Cruz Flechada no creo que Orban este legitimado para dar lecciones a nadie, sobre todo teniendo en cuenta su deriva iliberal, que lleva camino en convertirle en eterno primer ministro.

Creo que es hora de que la UE actúe con contundencia con los que se salten los valores democráticos comunes y tal cosa es abandonar el TPI.

Regreso al pasado


Judíos de Centroeuropa deportados «voluntariamente» por los nazis. Fuente Yad Vashem.

Bajo el título «regreso al pasado» hoy pensaba hablar de un tema nacional, la escasez de vivienda hoy como ya ocurriera después de la guerra y la miseria que llevaban consigo las viviendas hacinadas, que denunció Buero Vallejo en su obra «Historia de una escalera», estos días puesta en escena en el Teatro Español, el escenario en que se estrenó en 1949. Pero, la propuesta de Trump de vaciar «voluntariamente» Gaza para convertirla en la Riviera de Oriente Próximo, me ha traído a la memoria otro plan disparatado, el llamado Plan Madagascar

El Plan Madagascar fue una de tantas fantasías nazis. La sección de asuntos judíos del Ministerio de Exteriores pensó que entre las condiciones impuestas a Francia en la capitulación podría estar la entrega de la isla del Índico para reasentar allí a los judíos centroeuropeos, que dadas las condiciones naturales de la isla supondría su exterminio. El bloqueo naval británico hizo inviable tal plan y en su lugar se puso en marcha el plan genocida de la Solución Final. Era más fácil y económico crear guetos en los países ocupados y engañar a los concentrados ofreciéndoles el traslado en tren a supuestos «campos de trabajo», prometiendo mejores condiciones; en realidad, el destino final eran «campos de exterminio» a escala industrial.

Trump no pretende mandar a los palestinos a campos de exterminio, sino proseguir su destrucción como pueblo, que ya empezó con la Nakba en 1947-48, cuando los militares judíos expulsaron de sus hogares a 700.000 palestinos, que tuvieron que huir a los países vecinos. Lo que Trump propone es la reedición de la Nakba (muchos de los gazatíes son descendientes de refugiados que tuvieron que huir de lo que hoy es el norte de Israel). Esos refugiados palestinos siempre fueron un estado dentro de los países de acogida, desde los que lanzaban ataques contra Israel. Tanto Jordania, como Líbano se vieron desestabilizados por esta situación.

No es raro que ningún país árabe quiera apoyar la fantasiosa propuesta de Trump. Aunque la «calle árabe» ya no es lo que era, las protestas y la desestabilización estarían aseguradas.

El plan es una apuesta inmobiliaria, en el estilo de Trump, una provocación para «enmarcar» el relato de un proceso de negociación y que se puede retirar cuando haya conseguido determinados efectos. En este caso creo que trata de dinamitar el proceso de paz en Gaza y dejar manos libres a Israel para que siga con su limpieza étnica en Cisjordania. Si su plan no es aceptado, tanto Trump como Netanyahu dirán que con los terroristas palestinos, a los que se les ha ofrecido un futuro radiante no se puede negociar y solo cabe exterminarlos, nada de dos Estados.

Ganadores y perdedores en la guerra de Gaza


Después de muchos intentos fallidos se ha llegado a un acuerdo de una tregua en Gaza.

Pendiente todavía de la aprobación del gobierno ultra de Netanyahu, que alega para su reserva a la hora de ratificar el acuerdo, alegando que Hamas pretende controlar las categorías de prisioneros palestinos que han de ser liberados. Todo apunta a que Israel se niega a liberar a militantes de Hamas que pudiera haber participado en la operación del 24 de octubre en la que el grupo islamista atacó a Israel el 23 de octubre de 2023. Hamas niega que quiera hacer cambios en el acuerdo. Además los ministros ultranacionalistas del gobierno Netanyahu amenazan con romper la coalición si se aprueba la tregua.

Lo que sabemos del acuerdo por las declaraciones de los mediadores es que el alto el fuego tendrá tres fases:

La primera fase durará 6 semanas. Israel detendrá sus ataques, Hamas entregará 33 rehenes (vivos o muertos). Israel liberará un número indeterminado de presos, en función del estado de los rehenes liberados. En esta fase los gazatíes desplazados podrían volver a sus viviendas en el norte (o lo que quede de ellas) y la ayuda humanitaria entraría sin restricciones por el paso de Rafah. En la segunda fase, sin duración estimada. se afrontaría la reconstrucción de la Franja y el gobierno definitivo del territorio. Y en la tercera un acuerdo de paz definitivo.

No se trata de un acuerdo de paz y deja más dudas de las que despeja. Sin contar con la mala fe israelí; desde el anuncio del acuerdo 80 palestinos han muerto en bombardeos. Es normal que en una guerra los combates sigan hasta que el alto el fuego entre en vigor para lograr ventajas tácticas, pero que ventaja obtiene el ejército israelí asesinando a otros 80 palestinos.

Me he dispersado explicando el acuerdo, una información reiteradamente publicada. El propósito de esta entrada es responder quien ha ganado y quien ha perdido después de estos 15 meses de guerra.

Es evidente que el gran perdedor es el pueblo palestino, sometido a un genocidio de enormes dimensiones en Gaza (46.500 muertos según las cifras del Ministerio de Salud, controlado por Hamas y estimado en más 60.000 por la revista científica The Lancet) y a un hostigamiento y limpieza étnica en Cisjordania (centenares de casas destruidas).

También es perdedor el pueblo israelí, especialmente los rehenes y sus familias y los 500 militares caídos en combate y sus familias, Hay que recordar que Hamas es el último responsable de esta infierno, con su ataque en el que cometió todo un conjunto de crímenes contra la humanidad; pero Netanyahu, en lugar de una acción militar contenida desató en venganza un genocidio con el que no ha logrado el objetivo estratégico de destruir a Hamas, por mucho que. mediante ejecuciones extrajudiciales haya asesinado a sus principales dirigentes políticos y militares. Hamas sigue resistiendo al ejército israelí y según algunas fuentes conserva 5.000 soldados y gran apoyo en buena parte de la población y, sin duda, la capacidad de reconstruirse cuando terminen las hostilidades.

Israel ha desatado un conjunto de guerras regionales, que aparentemente, le garantizan la hegemonía, pero ha creado nuevos desequilibrios, que en algún momento estallarán.

Irán y Rusia han sido los grades perdedores de este reacomodo geoestratégico y en este sentido Estados Unidos es un gran ganador en cuanto que su vicario, Israel, puede controlar la región en alianza con Arabia y los países del Golfo. Pero que Israel no se confunda atacando a Irán, gran perdedor de esta crisis. Irán, la antigua Persia, es una gran potencia militar (puede estar a punto de contar con armas nucleares) cultural y religiosa (con una enorme influencia sobre los chíes de Oriente Próximo).

Un ataque contra Irán «abriría las puertas del infierno» en toda la región. Que Israel tampoco se complazca con su ocupación de una parte de Siria. No es la primera vez que tiene que retirarse traumáticamente de un país ocupado, como fue el caso de El Líbano.

La caída de los Asad supone el ascenso del yihadismo, próximo a lo Hermanos Musulmanes, lo que pone nerviosos a los dirigentes de Arabia, Egipto o Túnez.

El gran ganador es la Turquía de Erdogan, con enorme influencia sobre los nuevos gobernantes de Siria y capacidad para mediar entre los actores de la región.

La Navidad del genocidio


Nacimiento en la iglesia evangélica luterana de Navidad en Belén, Cisjordania. Las figuras se colocan sobre escombros para recordar la destrucción de Gaza y el exterminio de la población. Foto: JAIME VILLANUEVA

Ya está aquí la Navidad. Cada vez con más luces, que se encienden más pronto, para favorecer el consumo y el turismo. La competencia de identidades pueblerinas en la altura de los árboles (artificiales). Las películas familiares, cada vez más estúpidas. Las comidas y cenas de empresa, cada vez más cargantes y caras. Ya solo nos falta el sonsonete de la Lotería.

El ruido navideño puede llevarnos a olvidar que ante nuestros ojos se desarrolla un genocidio (al margen de que en proceso penal internacional resultara difícil probar la voluntad explícita de exterminar a todo un grupo humano). Por eso en esta Navidad, que si algo significa, más allá de la fiesta del consumo, debiera de ser un tiempo de paz, alcemos nuestra voz por los medios que estén a nuestro alcance para exigir un alto el fuego definitivo, la liberación de los rehenes israelíes y la detención del exterminio del pueblo palestino.

Los cristianos palestinos, perseguidos por la intolerancia judía y musulmana hasta el punto de ser una comunidad residual, también alzan la voz contra el exterminio de sus hermanos, con esta versión de un VILLACINCO CLÁSICO (que recomiendo reproducir).

De entre todas las INICIATIVAS QUE PIDEN EL ALTO EL FUEGO RECOJO AQUÍ LA DE INTERMON OXFAM.

Os dejó como regalo navideño esta parte del Mesías, en el que se recoge el salmo bíblico («Porque un niño nos ha nacido») en el que identifica al Niño Recién Nacido como «Príncipe de la Paz«.

No hay que compartir la creencia religiosa para estar de acuerdo con que el nacimiento de cualquier niño es signo de esperanza, pero en los que estas semanas han nacido en Gaza lo han hecho en circunstancias tan terribles, que posiblemente han sido fuente de más dolor para sus familias…. ¡Ojala que cuando crezcan puedan romper el círculo vicioso del odio y la violencia!

Os deseo a todos que aprovechéis la ocasión («La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va y nosotros nos iremos para no volver más») para disfrutar con vuestros seres queridos.

FELIZ NAVIDAD Y MEJOR 2024 .

Ahí os dejo la música inmortal de Handel.

«Porque un niño nos ha nacido»

Israel no tiene un derecho de autodefensa


Cuerpos recuperados en el hospital Al Shifa, enterrados en una fosa común más al sur, en Khan Younis, este 22 de noviembre. MOHAMMED DAHMAN / AP

Todo el mundo parte de reconocer a Israel el derecho de autodefensa ante el cruel ataque terrorista de Hamas, aunque a continuación se solicite que la respuesta respete el derecho humanitario.

Ese derecho de autodefensa está consagrado en la Carta de la ONU (art . 51) como la respuesta legítima contra el ataque armado de otro Estado y que tendrá vigencia hasta que el Consejo de Seguridad adopte las medidas necesarias para detener la agresión.

Israel no ha sufrido el ataque de otro estado, sino un ataque terrorista, al que responde con acciones bélicas de grandes dimensiones contra una población de un territorio ocupado, a la que, de acuerdo con la Convención de Ginebra está obligado a proteger.

Israel conquistó Gaza a Egipto en la Guerra de los Seis Días y desde 1967 es la potencia ocupante, sin perjuicio de que en 2006 retirara sus tropas y colonos, pero manteniendo el control sobre el territorio y, por tanto, es responsable de la protección de la población.

Contra el terrorismo no se lucha bombardeando población civil. El Estado español no bombardeó San Sebastián, Errenteria o Mondragón para acabar con ETA, ni el Reino Unido los barrios republicanos de Derry o Falls Roads (Belfast), aunque ambos estados incurrieron en distintas práctica de guerra sucia, que enconaron más los conflictos.

A los criminales y crueles atentados de Al Qaeda, EEUU respondió con sus invasiones a Afganistán e Irak y la llamada War on Terror en la que se vulneraron sistemáticamente los derechos humanos (Guantánamo, Abu Grhaib), Todo ello trajo la emergencia del Estado Islámico. Barbarie genera barbarie. Los jóvenes terroristas que atacaron Israel el 7 de octubre habrán, sin duda, víctimas de varias operaciones militares isrelíes contra la Franja desarrolladas a sangre y fuego en los último 20 años.

Indigna que el gobierno israelí considere que cuando un mandatario extranjero (Pedro Sánchez) declara que la matanza indiscriminada de civiles es inaceptable, está apoyando al terrorismo.

No podemos decir que no sabíamos


UNICEF/UNI448902/Mohammad Ajjour
Amal, de 7 años, contempla su vecindario después de que las casas vecinas fueran arrasadas

Cuando las tropas aliadas liberaban los campos de exterminio instalados en el territorio alemán, obligaban a los vecinos de las poblaciones cercanas a visitar las instalaciones e incluso, a veces, a enterrar las masas de cadáveres apiladas.

Durante mucho tiempo, toda una generación de alemanes negó que conocieran la máquina genocida puesta en marcha por los nazis, que exterminó a 6 millones de judíos y centenares de miles de gitanos, discapacitados y opositores políticos. Era imposible que una operación que suponía el desplazamiento de millones de personas fuera ignorada, pero al menos aquellos alemanes podían alegar que no sabían porque era una operación que no se desarrollaba en público.

Nosotros no podemos decir que no sabíamos. El genocidio de Gaza se desarrolla ante nuestros ojos. Presenciamos hipnotizados ante las pantallas las atrocidades contra el pueblo palestino. Pese a que soy consciente de la dificultad de probar la intencionalidad de exterminar a un grupo humano (que es la esencia del delito de genocidio) creo que en este caso se dan una serie de elementos (crímenes contra la humanidad y declaraciones ) que avalan lo que para el historiador judío Raz Segal es un genocidio de manual:

  • Bombardeos indiscriminados sobre zonas densamente pobladas, con la excusa de que existen objetivos militares, con más de10.000 muertos civiles. un 4.000 niños y 25.000 heridos, la mayoría con quemaduras (a 6 de noviembre, 30 días después de que empezaran los bombardeos israelíes sobre Gaza).
  • El corte de los suministros (agua. alimentos, electricidad, medicamentos).
  • El ataque a hospitales y ambulancias.
  • Desplazamientos forzosos: un millón de gazatíes se han trasladado al sur de la Gaza, siguiendo las órdenes israelíes. lo que no ha evitado que sigan siendo bombardeados.
  • El ataque contra periodistas y el corte de las comunicaciones.
  • El recrudecimiento de los ataques de los colonos contra palestinos en Cisjordania.
  • Por último, y no menos importante, las declaraciones de responsables que deshumanizan a los palestinos (Vale la pena ver los 6 minutos del vídeo-que incluyo al final de esta entrada- en el que el periodista israelí Gideon Levy explica como durante 80 años el Estado de Israel ha encerrado a los palestinos en un apartheid físico y mental).
  • No se deben comparar estos hechos con el genocidio nazi y el Holocausto, un hecho histórico único, en el que se pretendió por primera vez exterminar de forma industrial a los pueblos judío y gitano (léase a Guillermo Altares «Que dejen en paz el Holocausto»), pero salvando todas las distancias, lo que pasa en Gaza es como si el Gueto de Varsovia hubiera sido bombardeado diariamente por aviones Stukas, una de las armas más avanzadas del momento.

Todo parece indicar que Israel pretende establecer una ocupación militar en el norte y desplazar a la población al sur y si puede expulsarla al Sinaí egipcio o a otros países. La solución de dos estados es inviable con 600.000 colonos en Cisjordania. El objetivo último de todas estas operaciones, repuesta a los crímenes execrables de Hamás es la definitiva constitución del Gran Israel, un estado judío desde el Jordán hasta en Mediterráneo, la tierra prometida entregada por Yahvé a su pueblo elegido.

Por muchas barrera que Israel erija, salvo que extermine a todos los palestinos, tarde o temprano habrá otro estallido de violencia. Hamás, además de una organización terrorista, es un movimiento social y religioso, que provee servicios y controla la administración de la Franja. Desmontar Hamás y depurar a todos los que han tenido relación con el movimiento puede ser tan peligroso como fue el desmantelamiento del partido-movimiento Baas en Irak, que trajo el surgimiento de Al Qaeda y el Estado Islámico. Los jóvenes terroristas que atacaron Israel eran niños o adolescentes en las anteriores ataques israelíes, el último en 2014.

¿Por qué no se puede hacer nada para parar el genocidio?

En estos días, todas las personas de buena voluntad se hacen esta pregunta. Según la conciencia y la disponibilidad de cada uno se puede firmar protestas, manifiestos, asistir a concentraciones… pero con muy poca capacidad de presionar.

Estados Unidos apoya cerradamente y arma a Israel. Como ya indiqué en otra entrada anterior, hay dos lobbies poderosísimos. Las judíos liberales, que en gran parte controlan la intelligetsia de las relaciones internacionales. El otro es la extrema derecha religiosa que ve en Israel la nueva Jerusalén, imprescindible para sus esperanzas mesiánicas. Además, Israel ha sido el gendarme norteamericano y no se puede dejar de apoyar a un aliado esencial para la supremacía estadounidense.

Como miembro permanente del Consejo de Seguridad, Washington ha vetado cualquier resolución pidiendo un alto el fuego y ha entorpecido el papel diplomático de la ONU. No admite más que pausas humanitarias puntuales, en la línea de Netayahu.

En Europa, sigue pesando la culpa del Holocausto, sobre todo en Alemania. En Francia, la comunidad judía es muy importante y ha sufrido en los últimos años reiterados ataques, de modo que decenas de miles de judío franceses han emigrado a Israel. En toda Europa cualquiera que critique al gobierno israelí o defienda los derechos palestinos es tachado de antisemita (este fue uno de los motivos de la caída del líder laborista Jeremy Corbyn).

El apoyo acrítico de la presidenta de la Comisión a Israel ha puesto en evidencia a la UE, por mucho que el responsable de la política exterior haya insistido, una y otra vez que la respuesta israelí debe respetar el derecho humanitario. Aunque la UE impusiera a Israel sanciones como lo ha hecho con Rusia serían muy poco eficaces, porque la dependencia europea del estado sionista es mínima, aunque podría causarle daños económicos poco relevantes. Sólo EEUU tiene la influencia para detener la matanza y no parece dispuesto a hacerlo, más allá de algunos alivios cosméticos.

En comparación con la agresión rusa a Ucrania está claro el doble rasero. Difícilmente, la UE podrá involucrarse en el futuro como mediador y estratega de la paz en la región.

El periodista judío, Gideon Levy, explica como durante 80 años el Estado de Israel haa tenido como política central la deshumanización y destrucción del pueblo palestino. Son 6 minutos imprescindibles.

Al borde del abismo


Una excavadora limpia escombros mientras la gente busca supervivientes y los cuerpos de las víctimas después de un bombardeo israelí, en Jan Yunis, en el sur de Gaza, el 25 de octubre. Mahmud Hams

Después de los execrables crímenes cometidos por Hamas, asistimos en directo a la perpetración de un crimen de lesa humanidad en Gaza. El castigo colectivo y la matanza de palestinos parece no tener límites. Pero más allá de este crimen, la guerra crea una situación de alto riesgo para la paz mundial.

No sabemos cuando se producirá la entrada de tropas israelíes en Gaza. No sabemos cómo se desarrollará la operación. pero parece claro que lo que pretende el gobierno israelí es convertir a la Franja en un tumba colectiva y un territorio donde la vida sea imposible.

Algunos responsables han adelantado que Gaza tendrá que ser más pequeña, de ahí la orden de evacuar el norte. Los 700.000 palestinos que han obedecido las órdenes y se han desplazado al sur, no por eso se han encontrado más protegidos y han sufrido bombardeos, como el de ayer 25 de octubre en Jan Yunis.

Parece también que Israel pretende que una fuerza multinacional árabe garantice, una vez exterminado Hamas, que Israel no volverá ase atacado. Incluso que la Autoridad Nacional Palestina volviera a asumir la administración del territorio.

Después de los miles de muertos, ningún poder árabe o palestino querrá involucrarse en la neutralización de la Franja. Mantener la ocupación o intentar la colonización de Gaza ya fue intentado por los israelíes, que tuvieron que retirarse porque era un cáncer terriblemente costoso.

Hago un repaso a los agentes geopolíticos de la región y los riesgos de que el conflicto se extienda.

Estados Unidos

Sería el único país que podría contener a Israel. Pero la alianza sagrada que mantienen lo hace muy difícil. En EEUU opera un grupo de presión judío liberal muy potente. Además la derecha fundamentalista cristiana está convencida de que Israel es la encarnación de sus ideas mesiánicas. De otro lado, Israel ha sido durante décadas el gendarme norteamericano en la región para controlar a los regímenes nacionalistas árabes.

El gobierno Biden no tiene ninguna intención de implicarse en una conflicto armado en Oriente Próximo con la guerra de Ucrania empantanada y cuando su foco está en la rivalidad con China.

Ha desplazado dos grupos aeronavales a la zona para dar cobertura a sus tropas en la región (Irak, norte de Siria) de un eventual ataque de Irán, y ha pedido a Netayahu que su ejército no entre en Gaza hasta que ese despliegue se haya completado.

Sería un enorme error de Biden lanzar un ataque o una operación de desestabilización contra el régimen de los ayatolás.

Irán

Es el gran actor geopolítico de la región: por su demografía (112 millones), sus fuerzas armadas y sus milicias delegadas en otros países, su producción de crudo… su posible posesión de armas atómicas. La ruptura del acuerdo nuclear por parte de Trump dejó sin supervisión a su industria nuclear. Puede que ahora tenga una alta capacidad de refino de uranio, pero es improbable que cuente con bombas nucleares y menos todavía con vectores para su lanzamiento.

Irán puede proyectar su poder con las milicias chiíes, la más importante Hezbolá en el sur del Líbano que se encuentra en una fase de guerra de baja intensidad con Israel. Pero también cuenta con las milicias hutties en Yemen, que según Estados Unidos, disparó tres misiles en dirección a Israel que fueron interceptados sobre el Mar Rojo por un destructor estadounidense.

Tiene también Irán la capacidad de desestabilizar a Arabia y los países del Golfo (especialmente Bahrein) movilizando a las minorías chiíes en países de mayoría suní.

Israel

Además de tener el ejército más poderoso de la región, todos los expertos están de acuerdo en que cuenta con armas nucleares, aunque nunca lo haya reconocido explícitamente.

Israel ya no tiene estados enemigos, salvo Irán. Con Jordania y Egipto hizo la paz; Siria, su gran enemigo, hoy ya no cuenta, autodestruida en su propia guerra. Así que el uso de la bomba atómica solo podría ser contra Gaza, algo imposible porque todo el pequeño país sufriría las consecuencias de la contaminación nuclear.

Con el ataque de Hamás y la ulterior venganza israelí se hace imposible la firma de la paz con Arabia Saudí, que estaba a punto.

Rusia

Con la guerra de Siria, Putin recuperó la influencia que la URSS tenía tradicionalmente en la región.

Sin la intervención rusa e iraní, Bashir el Assad no podría haber ganado la guerra.

A unos centenares al norte de Gaza, en la costa siria, se encuentra el puerto de Tartus, la mayor base aeronaval rusa en el Mediterráneo.

Putin puede estar interesado en extender el conflicto en Oriente Próximo, lo que debilitaría a la alianza que sostiene a Ucrania.

UE

La Unión Europea ha sido incapaz siquiera de pedir una tregua y la mayor parte de sus miembros han cerrado filas acríticamente con Israel.

Tradicionalmente, la UE ha pagado proyectos de cooperación con muy escasa influencia sobre la situación. Por ejemplo, después de los acuerdos de Oslo, España financió y construyó el aeropuerto de Gaza, que poco después fue bombardeado por Israel.

Cuanto más dure la venganza israelí en Gaza, más posibilidades hay de atentados terroristas,en Europa, con amplias comunidades musulmanas y judías.

Hay que parar la carnicería en Gaza, en primer lugar por humanidad, pero también porque en esta situación el error de cualquier actor puede extender la conflagración.

Crímenes en Ucrania y Palestina


La aviación israelí bombardea la ciudad de Gaza, uno de los territorios con mayor densidad de población del mundo, donde prácticamente es imposible diferenciar objetivos civiles y militares.

El David palestino (en este caso, los papeles se trastocan) ha herido en la frente al Goliat israelí no con una piedra, sino con una oleada de ataques por sorpresa contra militares y población civil, de enorme crueldad y características terroristas. Pero el Goliat israelí, lejos de quedar herido de muerte tiene capacidad, como Sansón, de sacudir con sus bombardeos las columnas del templo de Gaza, que amenaza con convertirse en un el cementerio de miles de civiles palestinos.

¡Qué difícil es enjuiciar la barbarie humana, cuando todo se ve con ojos sectarios! Por muchos que hayan sido los crímenes de Israel no está justificada la acción de Hamás contra los civiles, como los crimines de Estados Unidos, desde Hiroshima y Nagasaki a Chile no justifican los atentados del 11-S.

Sin pretender ser equidistante y poniendo por delante que las acciones de Hamas son gravísimas violaciones de los derechos humanos, que no merecen sino la más rotunda condena, como estos días he leído reiteradamente que hay una vara de medir distinta con los conflictos de Ucrania y Palestina, voy a intentar comparar los crímenes que ambos contextos se producen a la luz del derecho internacional humanitario.

El derecho internacional humanitario está codificado en los Convenios de Ginebra, que intentan proteger a los contendientes que ya no pueden combatir (heridos, prisioneros) y a la población civil, tanto e los conflictos internacionales, como en los internos.

Los crímenes contra el derecho humanitario son crímenes de guerra (por ejemplo, maltratar a los prisioneros). Un nivel mayor de gravedad son los crímenes de lesa humanidad: «cometidos como parte de un ataque general o sistemático contra civiles en tiempo de paz o de guerra, que incluyen tortura, desaparición forzada, homicidio, esclavización, deportación y actos de violencia sexual y de género, incluida la violación».

El genocidio es el exterminio sistemático de un grupo humano por razón de etnia, religión, política o nacionalidad.

La jurisdicción competente para juzgar todos estos delitos es el Tribunal Penal Internacional, con sede en La Haya, y creado por el Estatuto de Roma de 1998. Para que su jurisdicción sea efectiva tiene que ser previamente aceptada por los Estados, Ni Rusia, ni Estados Unidos, ni Israel son parte del tratado. Ucrania tiene una oficina de cooperación desde 2003 y Palestina no es un Estado (lo cual no quiere decir que los grupos irregulares no puedan ser juzgados, como ha ocurrido en el caso de varios países africanos.

El crimen original y punto de partida de los conflictos

El caso de Ucrania es más claro. El punto de partida está en el delito de agresión (tipificado en el Estatuto de Roma del TPI) con la anexión por parte de Rusia de Crimea y parte del Donbás en 2014, culminada con la invasión total de 2022. Esta agresión está justificada por Rusia en una supuesta amenaza de la OTAN, pero en realidad lo que intenta es mantener un área de influencia rusa en el mundo post soviético.

Más complejo es el caso del conflicto entre Israel y Palestina. Israel nace en 1948 de una decisión de la Asamblea General de la ONU, apoyada por cuatro de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EE,UU, URSS, Reino Unido y Francia). Se trata como un asunto de descolonización, sin consultar ni tener en cuenta a la población palestina.

Los estados árabes vecinos lanzan un guerra contra el naciente estado (guerra de independencia para los israelíes), contienda en el que el ejército israelí se impone y -como han demostrado los propios historiadores israelíes- lleva a cabo acciones de limpieza étnica. Un millón de palestinos fueron expulsados o huyeron de sus hogares y se convirtieron en refugiados. El 80% de la población de Gaza son refugiados o descendientes de refugiados del 48. Para los palestinos es la Catástrofe, la Nakba

En la guerra de los Seis Días Israel conquistó a Egipto Gaza. a Jordania, Cisjordania y Jerusalén este y a Siria los Altos del Golán. Empieza la ocupación de los territorios donde reside la mayor parte de la población palestina y sobre estos territorios van asentando cada vez más población judía , en un agresivo proceso de colonización. prohibido por las leyes internacionales.

Israel nunca ha reconocido derechos a la población de los territorios ocupados y a las respuestas palestinas (la lucha guerrillera, la intifada de las piedras, los atentados suicidas, la intifada de los cuchillos) Israel ha reaccionado con enorme fuerza punitiva.

Los acuerdos de Oslo y la creación de Autoridad Autónoma Palestina tenían el horizonte de establecer dos estados en 1999. Pero la colonización israelí y medidas de seguridad, como el muro que divide Cisjordania lo hacen inviable. En el caso de Gaza, Israel considera que la ocupación es demasiado onerosa y evacua a sus tropas en 2006, desmontando previamente las colonias ilegalmente establecidos en el territorio. La Franja de 50 x 11 kms., donde viven 2 millones de palestinos, queda aislada del resto del mundo y se convierte desde 2007, después de que en 2006 ganara las elecciones el movimiento islamista Hamás y expulsara a los laicos de Fatah. en la mayor cárcel a cielo abierto del mundo (rodeada de una valla en teoría inexpugnable y solo con dos pasos de comunicación con Israel y uno con Egipto, que se abren con cuentagotas).

Resumiendo, el crimen original israelí reside en una ocupación y colonización que viola las resoluciones de la ONU, el derecho internacional y los derechos básicos de un pueblo sometido a todo tipo de crueldades y humillaciones, con desprecio absoluto de la condición de los civiles (Teresa Aranguren resume aquí esta historia). Piénsese que si un joven palestino comete un atentado, su casa (donde suelen convivir familias extensas) es inmediatamente demolida por el ejército israelí. Todo eso va amasando un explosivo sentimiento de odio, al que el islamismo da forma y justificación.

Crimines de lesa humanidad

El ataque sistemático a la población civil y a sus infraestructuras puede calificarse como crimen de lesa humanidad.

Rusia bombardea sistemáticamente las infraestructuras y las ciudades ucranianas, ocasionando un importante número de víctimas civiles. Pero en Ucrania, la población puede desplazarse. En Gaza, el territorio con más densidad de población del mundo no hay a donde huir. Los pasos a Israel y a Egipto están cerrados y la única protección la ofrece la bandera de la ONU en hospitales y escuelas. Como en anteriores campañas, los testimonios muestran que Israel no está respetando estos «santuarios».

No solo los bombardeos. Israel ha cortado los suministros de agua, electricidad y alimentos. El ministro de Defensa ha dicho que es la manera de tratar con «animales humanos». Por el momento, no parece que Israel esté dispuesto a aceptar corredores humanitarios y ha ordenado una imposible evacuación del norte de la Franja, mientras siguen los bombardeos, utilizando incluso bombas incendiarias de fósforo.

Crimines de guerra

El asesinato , encarcelamiento y tortura de civiles se encuadra entre los crimines de guerra.

En Ucrania, quedó bien acreditada que en la matanza de Bucha, el ejército ruso cometió crimines de guerra.

Hamas con su ataque a civiles (en el festival musical y en el ataque a kibutzs) con asesinatos y toma de rehenes civiles ha cometido crimines de guerra.

Durante todo 2023 el ejército israelí ha cometido crimines de guerra contra la población civil en sus incursiones en Cisjordania y protegiendo los desmanes de los colonos.

Genocidio

El crimen de genocidio puede englobar crimines de guerra, de lesa humanidad y otros, pero lo distintivo es la finalidad de exterminar a un grupo humano por razones de etnia, religión, nacionalidad o políticas. Por eso es tan difícil de probar porque habría que demostrar la intencionalidad de las autoridades que dan las órdenes persecutorias.

En el caso de Ucrania, el TPI ha encausado a Putin y una funcionaria rusa por el traslado forzoso de niños ucranianos a Rusia y su rusificación. Para el Consejo de Europa, esto presenta indicios de genocidio.

En el caso de Israel, un indicio de genocidio reside en las declaraciones de su ministro de Defensa, en las que al tiempo que anuncia el corte de los suministros básicos a la Franja, califica a los miembros de Hamás de «animales humanos» ¿cómo distinguir entre militantes y civiles ante esa amenaza de exterminio generalizado?

El hecho fundacional del estado de Israel es el genocidio nazi contra el pueblo judío, elevado a categoría religiosa como Soah, o sacrificio.

En las declaraciones de los responsables políticos y militares israelíes parecen resonar las palabras de venganza del profeta Amós (9:1-10):

«Después de eso vi a Dios. Estaba de pie, junto al altar, y me dijo: «Golpea la parte alta de las columnas del templo, para que el templo se derrumbe y caiga sobre la gente. ¡Nadie escapará con vida! Pero si alguno logra escapar, morirá en el campo de batalla»

La hibris de Putin y de la sociedad israelí

Siendo tan distintas ambas situaciones tanto en la guerra de Ucrania, como en el conflicto palestino, la hibris, la soberbia que ciega a los poderosos se encuentra en su origen.

Putin se creyó su propia propaganda. Pensó que con su indudable superioridad militar conquistaría Kiev en una semana y los ucranianos se reintegrarían felices en la «madre Rusia» y el resto del mundo asentiría dócilmente ante su poder nuclear. No contó con la resistencia ucraniana, ni con la unidad de la OTAN y la UE.

En Israel, hace mucho que se renunció a transitar por cualquier vía de negociación de paz. Se vivía en una falsa burbuja de seguridad, asumiendo que se podía mantener a los palestinos en un apartheid criminal, sin derechos, ni tierra, ni esperanza, pagando de tarde en tarde el precio de un atentado suicida aislado.

El periodista Gideon Levy lo explica en este artículo de denuncia en Haaretz:

«Dispararemos a inocentes, les arrancaremos los ojos y les destrozaremos la cara, los expulsaremos, expropiaremos, robaremos, los secuestraremos de sus camas, los someteremos a limpieza étnica y, por supuesto, continuaremos con el increíble asedio a Gaza. Y supondremos que todo seguirá como si nada».

Para terminar dejo este documental «The Gatekeepers» (subtitulado en español) con antiguos jefes de los servicios secretos, interior y exterior, en el que advierten que no puede haber seguridad mientras no haya una solución al conflicto, que no puede haber paz solo por la imposición de la fuerza frente al otro.