RTVE: la trampa de la publicidad


Fue un error eliminar la publicidad de TVE. Reintroducirla ahora sería todavía peor

González-Echenique está pidiendo a gritos el regreso de la publicidad a TVE. El presidente de RTVE dice que el modelo financiero sin publicidad no tiene estabilidad ni permanencia. El gobierno parece, por el momento, hacer oídos sordos. ¿Para qué ponerse enfrente a las televisiones privadas?. Esperar y ver. Cuanto peor, mejor.

Sindicatos y plataformas de trabajadores están a favor de la reintroducción de la publicidad. Como se ha criticado repetidamente por todos los expertos el modelo de financiación de Zapatero fue una ocurrencia perversa:

– Vinculaba la financiación a los buenos resultados de la competencia (tasa sobre las privadas) y, por tanto, a mejores resultados propios, menos recursos por esta vía.

– Establecía una tasa discutida jurídicamente, como es la aplicada a los operadores de telecomunicaciones que ofrezcan servicios de televisión, y, por tanto, venía a hacer depender la viabilidad financiera de una reclamación judicial. Si finalmente El Tribunal Europeo falla en contra será la muerte del sistema.

– La financiación pública estaba correctamente vinculada a un contrato programa, que no este gobierno ni el anterior han tenido interés en afrontar, en flagrante vulneración de lo dispuesto por la ley.

Y así, y después de dos recortes que han dejado la aportación directamente pública, se vuelve a los números rojos con un déficit de 113 millones de €.

¿Resolvería esta situación el regreso de la publicidad a la pantalla de TVE?

En primer lugar, ya no tendría ningún sentido la tasa sobre las privadas y las telecos. Se volvería al sistema mixto (publicidad + financiación pública), pero en unas condiciones completamente desfavorables.

En plena crisis económica, con los ingresos publicitarios a la baja en todos los medios, con la audiencia y la credibilidad de TVE en caída libre ¿alguien ha hecho los números de cunto se recaudaría por publicidad?

Hoy, la programación sin publicidad es seña del servicio público, quizá en la que más se reconocen los espectadores. Cuando la publicidad desapareció la audiencia aumentó automáticamente. La reitroducción de los anuncios mellarían más la menguante audiencia, aunque no fuera más que por el efecto zapping.

Se entraría en un cículo vicioso. Menor audiencia, menores recursos, menor calidad, menos espectadores… Y así hasta que el servicio público, medido de nuevo por la audiencia, tanto en términos de credibilidad como económicos, resultara indefendible. Lo que puede ser el objetivo del gobierno, pero no de los trabajadores ni de los movimientos sociales.

¿Hay alternativa a la publicidad? El patrocinio, pero gestionado por RTVE. No es admisible contratar programas de teórico coste cero, con el patrocinio incorporado y sin beneficios reales ni de audiencia ni económicos para TVE. Con la desparición TVE prácticamente desmanteló su departamento comercial. Tendría que recuperarlo y explotar comercialmente todos sus recursos. Puede tener sentido unan publicidad no invasiva en rtve.es. Manteniendo abierto el archivo histórico se pueden también buscar patrocinios por esa vía. Y por supuesto habría que renegociar todos los contratos con las productoras y poner a producir a la plantilla.

Pero por encima de todas estas alternativas, la financiación pública debe ser la primera fuente financiera, aún en tiempo de recortes. Para eso sería necesaria la presión social, un verdadero rescate ciudadano de RTVE, asunto que dejo para otro día.

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Reflexiones en torno a la crisis de la BBC


La peor crisis de la BBC en 50 años. Lo dijo hace tres semanas uno de sus reporteros estrellas, John Simpson. Y desde entonces la crisis ha crecido como una bola de nieve y amenaza con llevarse por delante la credibilidad de la Corporación, su verdadero patrimonio, la confianza del público en su fiabilidad. Más que una crisis parece una tragedia de Shakespeare.

Anna Bosch ya nos ha explicado los pormenores de la crisis y a ella me remito. Ella se imagina a algunos políticos británicos con una sonrisa malevolente. Yo estoy viendo a políticos españoles y a sus correveidiles periodísticos riendo a mandíbula batiente. Porque en España la BBC ha sido siempre el modelo inalcanzable de imparciaidad, exactitud y profesionalidad, valores que los políticos y gestores de la radiotelevisión pública española dicen siempre perseguir, pero conculcan en cuanto tienen oportunidad.

En cambio, en el Reino Unido, el primer ministro Cameron -recuérdese que allí el gobierno siempre está incómodo con la BBC- ha salido en su defensa y ha declarado que no se trata de una crisis existencial.

La BBC y sus profesionales están reaccionando con un nivel envidiable de autocrítica. Son los propios programas de la Corporación y sus periodistas los que sacan a la luz los propios fallos en un proceso que, por momentos, parece haber entrado en una situación de pánico que amenaza con quedar fuera de control.

Sintetizo los grandes polos de esta crisis y su potencial destructor para la credibilidad de la BBC:

– Una cultura de tolerancia hacia los abusos sexuales del que fue su gran estrella Jimmy Saville durante décadas. Saville era un punto de conexión de la sesuda BBC con la cultura pop. Es el cargo más grave, pero no especialmente letal para la organización. Primero, porque podría haber ocurrido en cualquier otra organización y segundo porque son conductas del pasado que afectan a responsables que ya no están en activo. Esta dimensión tiene un largo recorrido y las revelaciones que sin duda irán llegando serán todo un trauma para la sociedad británica, pero no tienen porque dañar especialmente la credibilidad de la BBC.

Presunta autocensura. Un reportaje aparentemente no emitido de Newsnight sobre el caso Saville para no coincidir con la emisión de un especial navideño laudativo del fallecido Saville. El editor de Newsnight tuvo que dimitir y el caso se encuentra bajo inverstigación ¿Se autocensura la BBC cuando sus intereses como corporación están en juego? La cuestión apunta a la propia independencia de la BBC.

Información errónea y difamatoria. Un reportaje también de Newsnight que veladamente acusaba a un político de pederastia. La BBC pidió disculpas y han dimitido su director general, la directora y el editor adjunto de programas informativos. Lo que está aquí en cuestión es la propia fiabilidad de la información, la accuracy, la capacidad de verificar y respetar los derechos de tercero.

A raíz de la presunta censura en Newsnight se cambió la cadena de mando editorial, que si normalmente iba del editor del programa hasta el director general, pasando por la directora de informativos y su adjunto, pasó ahora a constituirse por unos responsables editoriales nombrados ad hoc por el director general en funciones.

Estos cambios y la ansiedad con no parecer condescendientes con los abusos sexuales pueden estar en el origen de la información que erróneamente acusaba al político conservador. Es de señalar, además, que este reportaje de investigación se realizaba con una organización sin fin de lucro, The Bureau for Investigative Journalism, que tampoco sale muy bien parada.

Organización ineficiente. Escándalo por el contrato blindado del dimitido director general, que después de pocos meses en el cargo, se va con una indemnización de medio millón de euros. No me extrañaría que Entwistle termine por renunciar a la indemnización. Pero el caso lo que pone de manifiesto, según muchos críticos internos, es una organización demasiado burocratizada.

El propio Lord Patten, presidente de la BBC, sugirió que debieran diferenciarse la línea de gestión de la línea editorial, para lo que habría que modificar la Royal Chart que rige la Corporación. Ahora el director general es el máximo responsable gestor y editorial.

La BBC está gobernada por un Trust que regula, controla y autoriza los distintos servicios que presta la Corporación después de unos estrictos tests de valor añadido. Sus miembros son nombrados por la Reina (esto es, por el gobierno) después de un proceso de selección pública. El Tust nombra al Consejo Ejecutivo, encabezado por el Director General, cuyo puesto se somete a un procedimiento de selección pública. Por tanto, una gestión independiente y profesional supervisada por un organismo garante del interés público.

Uno de los factores determinantes de la excelencia de la BBC es su sistema de directrices editoriales. Compendio de normas de buena práctica y recomendaciones de estilo se revisa cada 5 años, pero es sometido a permanente discusión en seminarios, estudios de caso etc., de modo que sus pautas están perfectamente asumidas por cada informador y por la organización en su conjunto.

Conforme a estas directrices, cada periodista es responsable de su información, pero se establece un sistema de consultas que en los casos delicados pueden llegar hasta el máximo responsable editorial, el director general. En los dos reportajes de Newsnighta este sistema ha fallado. Primero, por presunta interferencia; en el segundo, por presunta inhibición.

Es esta la más grave crisis desde el caso Kelly en 2003. Entonces, de la comisión de encuesta presidida por Lord Hutton, resultó que los procesos de verificación y consulta habían sido deficientes, pero también que el gobierno Blair intentó de mil modos influir a la BBC para que aceptara su tesis sobre las armas de destrucción masiva de Sadam Husein. Ana Azurmendi lo sintetizó bien en un artículo académico: los asesores de Blair forzaron titulares sensacionalistas en los informes sobre las supuestas armas, pero el periodista de la BBC Andrew Gilligan cayó en el mismo vicio (en este caso exagerando una confidencia) al exponer la manipulación propagandística.

Ahora no ha habido interferencias políticas exteriores, por eso esta crisis es más dañina que la del caso Kelly, que también se llevó por delante al director general de entonces.

Quizá convenga mirar un poco más allá de la BBC y situar estos fallos en el contexto de la crisis vivida por los tabloides de Murdoch por su ejercicio sistemático del espionaje de las vidas privadas. La agresividad que lleva en su adn el periodismo británico puede llevar a estos abusos, pero en el extrem0 opuesto está el complaciente periodismo español.

El proceso de catársis de la BBC dejará unos cuantos cadáveres y cambios en la organización, pero la Corporación está rindiendo cuentas y eso, a la larga, mantendrá la confianza del público.

(Añado el enlace al artículo Libros de estilo y directrices editoriales: referente de calidad en el Periodismo audiovisual y multimedia de los medios públicos, de Navarro, Diaz y García)

(Más daños colaterales. El Director General en funciones pide que no se tuiteen los problemas internos y un programa de investigación sobre los dueños de The Daily Telegraph se queda en el dique seco)

La credibilidad y la viabilidad de RTVE y el plan Citizen


El retorno a un presidente nombrado por el gobierno (mayoría absoluta parlamentaria mediante) ha sido un duro golpe a la independencia de RTVE. En los próximos meses se juega la credibilidad y la viabilidad del servicio público estatal de la radio y la televisión.

CREDIBILIDAD

González-Echenique carece de legitimidad de origen, aunque está por ver si conquistará una legitimidad de ejercicio respetando la neutralidad informativa y desarrollando las misiones de servicio público que la Ley 17/2006 y la Ley General de la Comunicación Audiovisual atribuyen a la Corporación.

Me parece muy bien que el PSOE impugne ante el Constitucional el Decreto-Ley, pero creo que es incoherente renunciar a un consjero, mientras se mantiene otro, por muy distintos que sean sus origenes de nombramiento. Al Partido Socialista le pediría que no realizara una desligitimación de raíz de TVE y RNE, al menos hasta que veamos por donde van las cosas. Por favor, que no se juege a «cuanto peor, mejor».

Un test para la credibilidad será el nombramiento de los directores de informativos. Primero por los nombres que se propongan. Profesionales con el perfil del nuevo director de EFE indicarían la voluntad palpable de controlar la información. En segundo lugar, no menos importante es respetar los procedimientos establecidos para estos nombramientos por el Estatuto de Informativos.

El director de la respectiva sociedad comunicará a los consejos la propuesta de nombramiento del director de los servicios informativos. Los consejos darán un informe no vinculante en el plazo de siete días y podrán previamente convocar un  referendum. El Consejo de Informativos de TVE ya ha anunciado que piensa convocar esta consulta y ha puesto en marcha una aplicación informática para su rápida realización. Si las nuevas direcciones ignoraran u obstaculiazaran estos procedimientos violarían la ley, pues el Estatuto, pacto entre el Consejo de Administración y los informadores, deriva su fuerza normativa de la Ley 17/2006.

VIABILIDAD EMPRESARIAL

El perfil de González-Echenique apunta fundamentalmente al control de las cuentas. La situación empresarial no puede ser más caótica tras el recorte de 200 m. de € que prácticamente ha supuesto suspender la producción y emitir programas de coste cero.

Para la viabilidad empresarial es decisivo resolver la financiación, formalizar un contrato programa y establecer un plan estratégico.

Si como se teme el Tribunal Europeo declara la tasa a las telecos como contraria al derecho comunitario será necesario un replanteamiento completo y no hay más que dos opciones, o aumentar la subvención presupuestaria o volver a una publicidad limitada. El contrato programa trianual (que tendría que estar en vigor desde hace cuatro años) vincula financiación y objetivos concretos de entre los establecidos por el mandato marco.

Este es el contexto general para la aplicación de un plan estratégico empresarial. En los últimos días está circulando en determinados medios (El Economista, La Gaceta) un denominado Plan Citizen, cuyos promotores aseguran «está estos días en los despachos de La Moncloa». Se presenta como un plan realizado por un grupo de expertos independientes y lo están presentando Santiago Miralles (anteriormente vinculado a TV3 y ahora profesor de ESADE) y Miguel Ángel Morcuende (ingeniero anteriormente vinculado a TVE).

Mi comentario se basa en el «resumen ejecutivo», pues el texto de tal informe que yo sepa no es público.

Se vende como un «plan para devolver RTVE a sus verdaderos accionistas, los ciudadanos». Me parece que tal confesión ya implica un desenfoque. Los accionistas tienen derecho a un beneficio privado; un servicio público genera beneficio social.

Es indudable que RTVE necesita un plan empresarial basado en una gestión moderna. Nunca lo ha tenido, aunque a lo largo de los años han pasado decenas de consultoras, todas con soluciones simplistas nunca aplicadas, pese a sus suculentos honorarios.

El plan Citizen que se dice inspirado en la BBC propone un «ahorro» de un 30% en 4 años. De modo que al final del plan el presupuesto de RTVE quedaría reducido a 600 m. de €, la mitad de los 1.200 que era el techo previsto en el mandato marco. Para ello se afrontarían externalizaciones (con transferencia de personal) y desinversiones, todo ello so pretexto de centrarse en el «core» del servicio, esto es la producción de programas. La verdad no sé que más se podrán externalizar que ya no lo esté. En cuanto a medios infrautilizados lo que hay que hacer es ponerlos a producir, no venderlos.

Acierta el informe Citizen cuando propone una consideración global de los contenidos, desde los programas hasta los contenidos digitales. Pero la solución que se ofrece, entiendo que una gran redacción o fábrica audiovisual integrada, es un objetivo muy difícil y que desde luego requiere importantes inversiones de partida.

En fin, me parece una barbaridad hablar de venta del archivo. El archivo es de todos y debe estar accesible gratuitamente a los ciudadanos. Otra cosa es que se ponga fin al expolio y se cobre por su uso a empresas.

En fin, el Plan Citizen no es el Informe para Reforma.

 

La credibilidad de los medios norteamericanos, en picado


Los norteamericanos desconfían mayoritariamente de sus medios de comunicación. Es otra de las conclusiones del estudio de opinión de Harris Interactivo, al que me referí al hablar de la audiencia de los blogs políticos. Según el resumen difundido a través de BusinssWire, la peor parte se la lleva la prensa, de la que desconfían nada menos que un 54%. El siguiente medio menos fiable es la televisión, luego internet y, por último, la radio. Todo ello según la tabla que copio a continuación en inglés.

La representatividad del sondeo es relativa, son poco más de 2000 encuestas, hechas interactivamente (un método que muchos investigadores sociales cuestionan) pero marca una tendencia. La prensa, el medio más serio, más completo, resulta el menos fiable. En cambio, la radio, el medio más directamente informativo, pero, al tiempo, el más ideologizado en Estados Unidos, es el que más confianza despierta. Además, la confianza de los demócratas es mayor que la de los republicanos. Quizá sea una conclusión precipitada, pero me parece que la confianza está en función del grado de identificación ideológica con el medio. La prensa es más liberal, y, por tanto, menos creíble para los republicanos, y la radio, además de facilitar información neutra es el nicho natural para los predicadores de las ondas.

Encuentro otros datos relevantes en un estudio sobre liderazgo de la Universidad de Harvard (pdf). En este caso, las preguntas se refieren a la cobertura de las elecciones primarias. Nada menos que un 64% de los encuestados desconfía de la cobertura mediática de la campaña. Un 61% considera que esta cobertura se ha centrado en asuntos triviales. Por contra, un 71% desearía que la información de la campaña se centrara en las políticas específicas de futuro propuestas por los candidatos. Resulta evidente el cansancio de la trivilialidad. Los resultados vienen a avalar los estudios (resumidos por la profesora Berganza) que relacionan la pérdida de credibilidad de medios y políticos con un «enfoque estratégico» de la información política y electoral, en detrimento de un «enfoque temático», que es lo que parecen pedir los encuestados norteamericanos.

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