Los norteamericanos desconfían mayoritariamente de sus medios de comunicación. Es otra de las conclusiones del estudio de opinión de Harris Interactivo, al que me referí al hablar de la audiencia de los blogs políticos. Según el resumen difundido a través de BusinssWire, la peor parte se la lleva la prensa, de la que desconfían nada menos que un 54%. El siguiente medio menos fiable es la televisión, luego internet y, por último, la radio. Todo ello según la tabla que copio a continuación en inglés.
La representatividad del sondeo es relativa, son poco más de 2000 encuestas, hechas interactivamente (un método que muchos investigadores sociales cuestionan) pero marca una tendencia. La prensa, el medio más serio, más completo, resulta el menos fiable. En cambio, la radio, el medio más directamente informativo, pero, al tiempo, el más ideologizado en Estados Unidos, es el que más confianza despierta. Además, la confianza de los demócratas es mayor que la de los republicanos. Quizá sea una conclusión precipitada, pero me parece que la confianza está en función del grado de identificación ideológica con el medio. La prensa es más liberal, y, por tanto, menos creíble para los republicanos, y la radio, además de facilitar información neutra es el nicho natural para los predicadores de las ondas.
Encuentro otros datos relevantes en un estudio sobre liderazgo de la Universidad de Harvard (pdf). En este caso, las preguntas se refieren a la cobertura de las elecciones primarias. Nada menos que un 64% de los encuestados desconfía de la cobertura mediática de la campaña. Un 61% considera que esta cobertura se ha centrado en asuntos triviales. Por contra, un 71% desearía que la información de la campaña se centrara en las políticas específicas de futuro propuestas por los candidatos. Resulta evidente el cansancio de la trivilialidad. Los resultados vienen a avalar los estudios (resumidos por la profesora Berganza) que relacionan la pérdida de credibilidad de medios y políticos con un «enfoque estratégico» de la información política y electoral, en detrimento de un «enfoque temático», que es lo que parecen pedir los encuestados norteamericanos.