
Gervasio Sánchez – Sokheurm Man, víctima de una mina, junto a su mujer Nin Lin y su hijo Enero. Siem Reap (Camboya), mayo de 2007
Aquí está, inexorable, la Navidad. Y con ella las felicitaciones.
Las felicitaciones navideñas han ido cambiando con la sociedad. Los motivos tradicionales eran variaciones sobre el portal de Belén o sobre la navidad nórdica, árbol, luces y Santa Klaus. Pocas tarjetas en papel nos llegan ya, pero nuestro buzón virtual se llena de deseos de felicidad. ¡Es tan fácil dar al botón enviar o compartir! Me llegan con diversa iconografía: adaptaciones de la tradicional, a menudo en clave de humor; reivindicativa, con lemas de los movimientos sociales; autofotos de los protagonistas con su familia; y, cada vez más, fotos de los hijos o de los nietos.
Los niños son los mejores iconos de la Navidad. Son la esperanza de la vida nueva y símbolo de la inocencia, de una forma de ver el mundo todavía no sesgada por prejuicios e intereses. Por eso he escogido esta foto de Gervasio Sánchez. Una pareja camboyana, víctima de la minas, que acogen esa nueva vida, que lo tendrá bastante más difícil que nuestros hijos y nietos.
Muchas felicitaciones hacen un pequeño balance del año que termina y hacen votos de prosperidad para el siguiente. Para mi el 2013 ha sido el año en que los retrocesos de la Gran Involución se han consolidado. España se ha empobrecido y es más desigual e injusta; hemos tirado por la borda el patrimonio democrático y social de los últimos 35 años; hemos negado el futuro a los jóvenes. Y los movimientos sociales dan muestras de cansancio y su protesta ya ha sido amortizada p0r el sistema, que se blinda con más leyes represivas.
La lotería de Navidad es ahora una metáfora de lo que podemos esperar: el premio de salvarnos de un ERE, de renovar un empleo o una beca precaria. Así que, en este felicitación recupero «Esperando al Gordo» de Català-Roca», para recordar de donde venimos y a donde parece que regresamos.

Català-Roca – Esperando el Gordo
Para que no todo sea negativo, algunos signos de esperanza en el año que se va. La valentía de Snowden denunciando el espionaje masivo. Un nuevo papa que pone en la agenda a los deseheredados. Que la diplomacia haya regresado al tablero de Oriente Próximo.
Previsiones no me atrevo a realizar, pero las elecciones europeas, que podrían ser signo de mayor democracia, amenazan con el nubarrón de una cámara bloqueada por partidos y diputados xenófobos. Siria, entre tanto, parece que se encamina hacia la paz de los cementerios. En homenaje a los sirios y a todos los que viven en conflictos armados -por cierto que el de Sudán del Sur cada vez apunta más a una catástrofe-os dejo la foto que cierra esta entrada, tomada en Alepo.
A todos, felices fiestas y un 2014 más próspero y justo.
domingo, 22 Dic 13 a las 11:32 am
Acuerdo en general y desacuerdo con la frase siguiente: » Y los movimientos sociales dan muestras de cansancio y su protesta ya ha sido amortizada p0r el sistema, que se blinda con más leyes represivas». La calle demuestra todos los días su capacidad de reaccionar, Madrid es una ciudad rebelde, aunque los medios apenas lo muestren. Cada medida represiva les cuesta y cada propuesta también, llámese ley de seguridad ciudadana o ley contra el derecho al aborto. Claro, que todo es muy trabajoso; pero no estoy de acuerdo en que el sistema lo tenga «amortizado». Ni de lejos. Hay que hacer un repaso diario de sus pasos atrás y de sus fracasos, que no son ni pocos, ni menores. Me refiero al sistema, que es el que está verdaderamente agotado. Aunque estemos cansados todos, me parece evidente y la calle lo refleja en la multiplicación de escenarios de contestación.
domingo, 22 Dic 13 a las 11:40 am
Es cierto lo que dices. El cansado soy yo. Pero es que tantos esfuerzos se estrellan una y otra vez en el muro de la mayoría absoluta. Para mi la cuestión es convertir los movimientos sociales en mayorías sociales. Ya sé que para muchos de esos movimientos buscan otras alternativas para cambiar el sistema, pero sin las mayorías, pasivas o silenciosas, no puede haber cambio.