Este blog nació para hablar de periodismo, televisión, información internacional y globalización. En casi cuatro años no he entrado en temas españoles, salvo, claro, que se refirieran a esas cuestiones centrales del blog. Pero, ahora, sin que sirva de precedente, ya que en comentarios a la anterior entrada deslicé el tema de la regeneración democrática, me atrevo a lanzarme a la palestra.
En primer lugar, hace dos días afirmaba que las movilizaciones de Sol carecían de un objetivo claro. Sigo pensando que están muy lejos de movilizar a todos los indignados de nuestra sociedad. Pero puede que este movimiento sea el revulsivo que estábamos necesitando. A través de las redes sociales y los pasquines de la Puerta del Sol se están empezando a desgranar propuesta. Vaya aquí la mía para una regeneración democrática.
Reforma de la ley electoral. Aumentar el número de diputados de 350 a 400 para que el voto de todos los españoles, vivan donde vivan, valga lo mismo. Abrir las listas (aunque no creo que los ciudadanos cambiaran mucho el orden).
Reforma federal. Convertir el Senado en Cámara Federal, no en Cámara de segunda lectura. Cerrar la distribución de competencias y modalidades de financiación. Crear conferencias de presidentes y consejeros autonómicos por políticas públicas.
Reforma municipal. Garantizar una financiación estable a los municipios y liberarlos de financiarse mediante el urbanismo.
Reforma fiscal. Aumentar la progresividad fiscal. Abrir la escala del impuesto de la renta aumentado el tipo máximo hasta el 50%. Establecer un impuesto especial sobre la banca (sin perjuicio de tasas internacionales sobre transacciones financieras que pudieran imponerse). Eliminar resquicios fiscales, imposiciones privilegiadas como las de las SICAV, reintroducción de los impuestos de patrimonio y sucesiones. Lucha contra el fraude.
Reforma de la justicia. Aumentar los recursos. Reformas los procedimientos con mayor uso de las nuevas tecnologías. Mayor atención a los justiciables y las víctimas. Gestión eficaz de la oficina judicial.
Cultural democrática. Todos los miembros de las altas instituciones y autoridades independientes a nombrar por el Congreso se someterán a un procedimiento de escrutinio mediante audiencias públicas y, en algunos casos, estableciendo baremos objetivos.
Como se ve, son medidas de gran calado, de gran complejidad, que requieren discusión y difícil articulación. No son blanco o negro. No tienen la simplicidad de una ciberacción. No se resuelven con un flashmob. Exigen un pacto social y político de dimensiones cuasi constitucionales (formalmente, sólo requeriría un cambio constitucional la reforma federal).
Queda un año hasta las próximas elecciones legislativas. Un Zapatero en retirada difícilmente puede liderar un proceso como éste. El PP cree que ya tiene en la mano el poder. ¿Serán -seremos- los indignados capaces de articular esta plataforma de regeneración democrática con propuestas y procesos de diálogo desde la base?
jueves, 19 May 11 a las 7:50 pm
De acuerdo, como casi siempre. Sólo echo en falta la lucha contra la corrupción con dos vertientes inmediatas: el enjuiciamiento, por lo menos, de los responsables de haber llevado a la insolvencia a determinadas entidades bancarias y que el ahorro de las administraciones públicas se practique sobre los «sobrecostes» de las obras públicas (tres o cuatro veces, o más de lo que cuestan realmente en una mayoría de casos) y de la «externalización» de servicios (idem de idem)
jueves, 19 May 11 a las 8:33 pm
La lucha contra la corrupción, el cambio a una economía sostenible, los servicios públicos de calidad, por un pacto por la educación… son todos ellos elementos esenciales para un cambio social. Pero en ese programa me he limitado a las reformas más directamente relacionadas con la práctica de la democracia, reformas imprescindibles para afrontar los desafíos que España tiene a estas alturas del siglo XXI tiene España-
viernes, 20 May 11 a las 10:16 am
Reafael, tenemos que ser capaces, porque si no lo somos lo pagaremos caro. Y no sólo nosotros, sino los que vienen detrás. Tiene que ser. Un abrazo,
viernes, 20 May 11 a las 11:57 am
Buen enfoque… pero… ¿es realista y coherente con la situación actual?, ¿no hubiera sido mucho más facil articular este tipo de medidas en tiempos de bonanza económica?
viernes, 20 May 11 a las 12:42 pm
En tiempos de bonanza los indignados no lo estaban tanto. La reforma fiscal aportaría más ingresos, y es que el déficit no sólo se combate con recortes de servicios y derechos.
viernes, 20 May 11 a las 12:27 pm
Completamente de acuerdo en que España necesita un programa de regeneración democrática y sería bueno, muy bueno, que se aprovechase esta crisis para intentarlo.
Mi opinión personal es que lo primero que se impone es una reforma constitucional tirando a profunda, que incluya por lo menos el artículo 2 y el 8.1.
Tampoco estaría mal que los españoles pudiésemos decidir sobre la forma de estado que queremos y algunas otras digamos «pequeñeces»
La Constitución que tenemos fue redactada y aprobada inmediatamente después del final de la dictadura tras el golpe de estado y la guerra civil. Es la que es y, mientras no se cambie, es LA CONSTITUCIÓN. Pero mucho me temo que se ha quedado estrecha y tirando a pequeña.
Sospecho que no vienen buenos tiempos para esta reforma porque el PP y buena parte del PSOE la consideran, intuyo, como el máximo posible. Pues lo siento por ellos, y más todavía por por nosotros, los ciudadanos.
A partir de aquí, podemos empezar a hablar de otros varios cambios necesarios. Pero me temo que avanzaremos muy poco si no empezamos por el principio.
¿Que no es el momento para grandes reformas por aquello de que «En tiempos de tribulación no hacer mundanza»?
Vale. Pero ¿quien se acuerda de los cambios en tiempos de bonanza?
Respirad hondo que vienen mal dadas.
viernes, 20 May 11 a las 12:54 pm
Puede que lo ideal fuera abrir un proceso constitucional. Pero me da mucho miedo. En el momento de regresión de derechos en que nos encontramos, una revisión de la Constitución nos llevaría a un recorte de derechos, a un texto menos progresista. Quizá la reforma esencial fuera la elevación de los diputados a 400. Se acabaría así con que un partido con 200.000 votos concentrados en una Comunidad Autónoma tenga más diputados que otro con millón y medio en toda España.
viernes, 20 May 11 a las 2:05 pm
No acabo de ver claro que el descrédito de los políticos actuales se solucione aumentando el número de diputados.Es posible que, con la edad, pierda vista; o que esté un tanto lejos y no vea las cosas claras.
En fin. Veamos donde nos lleva la crisis, esperemos los resultados electorales y sigamos atentos a las plazas y las movilizaciones. Seguro que es interesante aunque pueda también ser descorazonador.
viernes, 20 May 11 a las 6:43 pm
Aumentar el número de diputados permitiría que los votos de todos los españoles valieran lo mismo. Que no cueste 300.000 votos un diputado en Madrid y 20.000 en Soria (lo siento por los sorianos, Carmelo). De esta manera podría haber además de los dos grandes partidos, otros dos o tres grupos parlamentarios para romper el bipartidismo. Lógicamente, perderían peso los partidos nacioanalistas.