El año pasado me atreví a formular una serie bastante amplia de deseos para 2009. De todos ellos, los Reyes Magos nos trajeron el Estatuto y los Consejo de Información de RTVE, pero dejaron sin cumplimiento los deseos más generales. En cuanto a la información internacional, cada vez más olvidada en nuestras televisiones, se polarizó en las elecciones norteamericanas y no tuvo más remedio que ocuparse de grandes atentados (Islamabad, Bombay), la polémica independencia de Kosovo, la guerra de Georgia, el nuevo estallido de la guerra del Congo, para terminar el año con los crímenes contra la humanidad de los bombardeos de Gaza.
Este año voy a ser menos ambicioso.
Deseo que la crisis no se lleve por delante el saber hacer que se cobija en las redacciones de los grandes medios, amenazadas por despidos masivos.
Que si -como nos anuncian los tecnoprofetas- el móvil va a ser uno de los vehículos para salir de la crisis, se diseñen productos informativos a su medida, pero se busquen otros espacios de reflexiónque no requieran una conexión permanente.
Y que si la paz es imposible en Palestina, al menos un alto el fuego pongan un paréntesis a las matanzas.
FELIZ 2009-
jueves, 01 Ene 09 a las 8:12 pm
Me sumo a tus deseos. Quisiera hacerlos infinitamente más ambiciosos, pero la naturaleza humana es clara y le pone siempre un límite a las esperanzas.
Mi deseo principal es que este año no le robe las posibilidades de una vida digna a nadie y que quienes usamos la palabra como medio y creemos en su poder transformador no nos hagamos cómplices del silencio.
Un abrazo para este 2009.