Luchar contra el rumor


Leo en el Campaign Desk de la Columbia Journalism Review (CJR) un artículo titulado That’s not right que plantea cuál debe de ser la actitud de un reportero ante el rumor de que Barack Obama es musulmán. Los reporteros que siguen la campaña se ha visto confrontados con el rumor, sobre todo en su trato con los asistentes a los mítines de McCain. ¿Qué hacer?

Lo primero, como reconoce uno de los reporteros, sería plantear qué importa que sea o no musulmán. Pero todos reconocen que con la islamofobia extendida en la sociedad norteamericana -y la importancia de la religión allí, añadiría yo- la cuestión cuenta.

Todos están de acuerdo en que deben de aclarar en sus informaciones que Obama es cristiano. Algiunos piensan que esa es única obligación: informar, no cambiar el pensamiento de la gente. Otros, en cambio, entienden que informar significa mostrar la verdad y recomiendan dejar claro al interlocutor, sin entrar en discusión, lo erróneo de su opinión demostrándoles lo inconsistente de sus fuentes.

Entre estas dos posturas, creo que lo obligado es informar correctamente; intentar mostrar el error a nuestros interlocutores es ya una cuestión personal, no profesional.

Curiosamente, los reporteros no plantean una cuestión básica respecto al rumor. Cualquier desmentido, o, simplemente, la mención a su falsedad en una información, multiplica el rumor. Desde un punto de vista deontológico, es obligación del periodista desmentir el rumor si le consta la falsedad del mismo, aportando los datos en su poder para apoyar su información. Si eso al final propala el rumor, no podemos hacer nada. Otra cosa son los afectados por el rumor, que debieran de sopesar si un desmentido les perjudica más que callar.

Para desngrasar aqú dejo el enlace a este vídeo en el que Obama bromea: «soy de Kripton»

Y puesto que hablo de la campaña en Estados Unidos, reflejar tambien la polémica sobre la «vulgarización de la política americana», recogida en otra reseña de la CJR. A la afirmación de que la candidatura de Palin es un síntoma de la vulgarización de la política, responde Bill Kristol en The New York Times, una de los grandes santones neocon, acusando a quien tal cosa afirme de defender un elitismo profundamente contrario a la democracia, que no es otra cosa que el el gobierno del vulgo. Una opinión que trata de vestir intelectualmente el populismo más ramplón, como ya analicé en las entradas Líderes a nuestra semejanza y «Reality electoral»

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Información basura en internet


Está en todos los medios. United Airlines cayó ayer en bolsa un 99% a causa de una vieja noticia sobre su quiebra inminente que circuló por internet como si fuera actual. La compañía tuvo que emitir un desmentido y Wall Street suspendió temporalmente las cotizaciones hasta que la situación se aclaró. He intentado indagar las fuentes y la cosa no está muy clara. Nadie quiere asumir la responsabilidad. La noticia original, con 6 años de antigüedad y referente a pasadas dificultades del grupo aéreo, se encontraba en el archivo digital de Sun-Sentinel (periódico de Florida del grupo Tribune) y alguien enlazó a ella.

El grupo Tribune asegura que cualquier lector después de leerla podía entender que se refería a hechos de 2002, pero por lo que parece las informaciones se conservan en ese archivo digital sin fecha. Tribune insiste que ninguno de sus medios publicó nuevamente la noticia y viene a culpar a una firma de inversión de Miami de hacerla circulara a través de la agencia Bloomberg.

La información de Reuters aclara algo más y señala a otros sospechosos. Parece que un empleado de esa compañía de inversión rastrea la red en buscad de información financiera, encontró la información y la colocó en un blog de Bloomberg. Y entonces Google News comenzó a detectar enlaces y la colocó en su servicio, aunque -se defienden- sin que apareciera en titulares. Un experto financiero advierte de que si tanto creyeron la información como actual es porque la situación de United Airlines vuelve a ser muy mala.

Algunas lecciones pueden extraerse del caso:

  • La falsa información circula en internet como los rumores siempre que tenga algún elemento de credibilidad.
  • Internet ha deteriorado los mecanismos de verificación de los medios tradicionales.
  • El algoritmo automático de Google News es el gran amplificador de la información basura.
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