Caen los muros para detener a la extrema derecha


Trump y Musk: Los multimillonarios gobiernan directamente, sin necesidad de intermediarios

Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del planeta por su participación en el fondo de inversiones Berkshire Hathaway, lo dijo paladinamente hace unos años:

«Por supuesto que hay lucha de clases y la mía ha ganado esa guerra»

La victoria de los superricos entra en otra dimensión. Ya no necesitan intermediarios ni gobiernos títeres. Ahora, prometiendo políticas de la ultraderecha, el multimillonario Trump vuelve a la Casa Blanca y con él el payaso tecnológico, Elon Musk, el hombre más rico del mundo por el valor en bolsa de sus empresas. (Por cierto, ya veremos cuanto tardan en chocar estos dos egos gigantescos).

Desde los gobiernos los multimillonarios pueden cambiar legislaciones para favorecer sus empresa y negocios. O, indultarles de sus delitos, como hará Trump o presionar a los jueces, como hacía Berlusconi. Los gobiernos dejan de ser neutrales.

Trump ha ganado prometiendo perseguir al inmigrante y hacer «América grande de nuevo» (MAGA, por sus siglas en inglés) un nacionalismos, que, ahora sabemos (nada se había dicho en la campaña electoral), podría incluir acciones como ataques a los carteles del narcotráfico en México, la toma militar del canal de Panamá o Groenlandia recursos minerales y estratégica para las rutas navales según se va deshelando el Ártico) o la presión económica sobre Canadá para convertirlo en un estado de la Federación estadounidense. O la expulsión masiva de mexicanos (esto fue una de las promesas estrella de la campaña).

Y con los multimillonarios llegan al poder el nuevo fascismo 3,0, el de las fronteras y los muros, que está ganando la batalla del relato para estigmatizar los derechos humanos y el respeto de las diferencias como una ideología censora (woke) que lucha contra los valores nacionales para proteger a los inmigrantes y al las familias antinaturales en lugar de las naturales y la mentira del cambio climático.

Injerencias de Musk en Europa

Desde su altavoz en su red social X (antes Twitter) Musk apoya a la ultraderecha europea. Para él solo Aternativa para Alemania (AfD) puede salvar Alemania o Maine Le Pen Francia,

Las injerencias de Trump no son nuevas. Durante su primer mandato, Steve Bannon, intentó cuajar un internacional de movimientos ultraconservadores. Aunque ese intento contaba con abundante financiación, era un movimiento de organizaciones elitistas, mientras que ahora se trata de un ataque desde una popular red social desde la que puede crear desinformación viral.

Libertad de expresión y manipulación

Musk es libre para defender las ideas que quiera y donde quiera y apoyar a las opciones políticas que desee. Lo que no puede hacer es manipular el algoritmo de su red para favorecer estas opciones.

Los magnates tecnológicos siempre han defendido que sus plataformas no son medios y que, por tanto, no deben estar sometidas a las mismas normas de responsabilidad que los medios; razonamiento que salta por los aires cuando su propietario hace campañas políticas, además cabalgando sobre bulos y desinformación.

La Unión Europea ha intentado dar una respuesta a estos problemas con su Ley de Servicios Digitales. que afecta a los plataformas digitales, incluidas las redes sociales, que superen los 45 millones de usuarios mensuales en todo el territorio de la UE, Estos servicios están sujetos a un sistema de rectificación rápida, so pena de multas millonarias.

Tanto Twitter, como Meta (Facebook, WhatsApp, Instagram) tenían sistemas de monitorización de bulos o informaciones delictivas (terrorismo, pornografía, pederastia) sobre la base de normas establecidas por ellas mismas. Cuando Musk llegó a Twitter (que no llegaba a ese número de usuarios en Europa) desmontó este sistema. Y ahora hace lo mismo Meta.

Dicen que la alternativa son las notas de aprobación y contexto de la comunidad. Difícilmente estas notas pararán los bulos de la ultraderecha, Las redes sociales son «cajas de ecos», que nos hacen llegar lo que queremos oír. Sus algoritmos propalan los bulos y las opiniones más extremas. Y la injerencia de Rusia y China no tienen un papel no menor en estas campañas de desinformación, que intentan desacreditar a las democracias,

Así que las redes sociales en manos de multimillonarios serán cada vez más el caballo de troya de la ultraderecha en nuestras democracias.

La soberanía europea

Ya sabemos el poco aprecio de Trump y Musk por Europa y la UE, pero ahora gobiernos, como el de la neofascista Meloni abren grietas en el bloque europeo.

Meloni está dispuesta a contratar con Musk un sistema de comunicación encriptada. a través de SpaceX o lo que es lo mismo poner en manos del magnate un sistema vital para la soberanía nacional. Es cierto que ahora no hay una alternativa en operación; pero la UE va a poner en marcha IRIS2, una constelación de 260 satélites por valor de 10,000 millones de euros. Si estos proyectos se confían a empresas estadunidenses, Europa seguirá siendo un enano tecnológico.

La UE sigue siendo la mayor potencia normativa. Uno de los ejemplos más importantes son las directivas medioambientales. Con la nueva directiva CAFE las emisiones de los coches tienen que bajar de 115,1 mg de CO2 a 93,6. so pena de pagar elevadas multas Como los fabricantes europeos siguen empeñados en fabricar vehículos de combustión, para rebajar la media de esas emisiones un pool de fabricantes europeos se ha aliado con Tesla, fabricante de coches eléctricos para bajar así la media de emisiones.

De modo que, por no optar por la innovación. hay que aliarse con una con una compañía estadounidense y desnaturalizar la norma europea que la ultraderecha, negacionista del cambio climático o por lo menos retardataria en cuanto la urgencia de las medidas para luchar contra él presenta como una barbaridad. Su derogación puede ser una de las ofertas electorales estrella de la extrema derecha.

En la medida en que más gobiernos europeos caen en manos de la ultraderecha más se difuminan los valores universales de la UE.

Desaparecen los cordones sanitarios

Cada vez en más países, la derecha democrática pacta con la extrema derecha y hasta algunos socialistas para controlar gobiernos, como en Holanda, Austria, varios landers alemanes de Este y comunidades autónomas españolas. Una cosa es sacar adelante medidas concretas y otra gobernar juntos con los mismos valores. Se rompen así los llamados cordones sanitarios, todos juntos contra la ultraderecha. En una situación de dispersión del voto, cada vez es más difícil mantener el aislamiento de la extrema derecha.

Sin llegar a gobernar juntos. El Fascismo 3.0 ha ganado el relato y ha contaminado a la derecha democrática con sus valores y políticas: persecución de la inmigración, nacionalismo, retardismo climático, antifeminismo, desprecio de la diversidad sexual y prioridad de la tradición sobre los derechos humanos.

Persecución de los gobernantes de centroizquierda

En una vida política cada vez más polarizada derecha y extrema derecha someten al gobernante de centroizquierda a campañas de bulos que le desgastan hasta su dimisión o salida de la vida política que se convierten para ellos en completamente tóxica. No se trata de la crítica del adversario, sino de la cacería humana del enemigo. Ahí está el caso reciente de Trudeau ( Canadá) o el más antiguo de Jacinta Arden ( Nueva Zelanda).

Peor es cuando estas campañas se dirigen contra las instituciones, como ocurre ahora con cacería, sin precedentes, contra el Fiscal General del Estado. Cuando la pieza política cae, la institución queda dañada para siempre.

Algunas razones del avance de la ultraderecha en Europa


La ultraderecha llega a nuevos gobierno europeos. Ya lo estaba en Polonia y Hungría y ahora Georgia Meloni , de Hermanos de Italia (el partido sucesor del fascista Movimiento Social Italiano) previsiblemente dirigirá un gobierno con Berlusconi (el inventor del populismo de derechas) y Salvini (también ltraderecha). Y es muy probable que la ultraderecha entre en el gobierno de Suecia.

Es una reencarnación del fascismo, el fascismo 3.0. No son violentos, como los de hace un siglo, pero se basan en la exclusión del otro, del diferente. Aparentemente no ponen en peligro la democracia, pero en Hungría y Polonia han destruido la división de poderes y dinamitado los valores democráticos. En Italia anuncian un reforma constitucional para adoptar un sistema presidencialista, lo que puede ser una vía para la conquista de las instituciones y reformas iliberales.

En cada país hay razones específicas para el de los triunfo electoral de del neofascismo (sistema electoral, problemas políticos propios), pero en toda Europa hay unas constantes comunes.

Las traiciones de la izquierda

En lo último 30 años, la socialdemocracia no ha gobernado para las clases populares y en muchos casos ha abrazado el neoliberalismo (Blair) lo que ha llevado a sociedades cada vez más desiguales. No es raro que sus votantes naturales la den la espalda y opten por la abstención o por una ultraderecha que ofrece revertir la globalización (Le Pen) o solucione económicas mágicas. La izquierda paga un mayor precio por los casos de corrupción que la derecha. También paga caro ignorar los problemas reales, como la difícil integración de la inmigración y la necesidad de políticas específicas.

Las divisiones de la izquierda

El purismo de la izquierda la lleva a la permanente división. lo que la castiga electoralmente y crea desafección en su electorado.

Los errores de la izquierda

Incluso cuando adopta políticas compensatorias de la desigualdad olvida a quien van dirigidas. Por ejemplo, en España el Ingreso Mínimo Vital tiene una tramitación tan farragosa que muchos potenciales beneficiaros ni siquiera lo solicitan. O el cheque de 200 euros para compensar la inflación, que hay que solicitar en la web de la Agencia Tributaria, cuando Hacienda ya tiene esos datos.

La televisión basura

Un estudio académico (que ahora no encuentro) demostró cómo en las regiones italianas en que se iban implantando las televisiones de Berlusconi los votos de la izquierda iban cayendo. Y no se trata solo de sesgo o partidismo informativo -que también- sino sobre todo del efecto entontecedor de la televisión basura y su mensaje consumista e individualista.

La política espectáculo

Hace mucho que la política se hace en los platós. Lo triste es que los parlamentos se conviertan en platós, donde el objeto no es explicar o convencer sino el zasca al contrario y el «y tú más» el ambiente se hace irrespirable… El ciudadano común piensa entonces que todos son iguales y crece la desafección general con la política.

La retórica antisistema

La ultraderecha se presenta como movimientos o partidos antisistema porque hasta ahora no han participado en las instituciones. En una época en que una crisis sigue a otra y con el ascensor social averiado, esa retórica antisistema , que se desarrolla sobre todo en la redes sociales tiene atractivo en buena parte de la juventud.

Lobos con piel de cordero

Cuando llega la campaña electoral ese mensaje se modera, se adoptan principios neoliberales y obtienen el beneplácito de los poderes económicos.

El blanqueamiento por la derecha

Saltan los cordones sanitarios -que en realidad solo se pueden aplicar en sistemas mayoritarios como el francés- no hay problema, primero, en adoptar los mismos mensajes y después pactar gobiernos. Una vez que se asimilan los mensajes, es lógico votar a sus representes genuinos.

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