El futuro del periodismo más allá de WikiLeaks


Me quedé sin batería y tuve que dejar de tuitear. La verdad es que fue un alivio porque me sentía como parte de una gran cacofonía, cotorreando desde el Reina Sofía el desarrollo del panel sobre «WikiLeaks, las revoluciones árabes y el futuro del periodismo», que reunió ayer en Madrid a los directores de El País, The New York Times, The Guardian, Le Monde y Der Spiegel.

La gran pantalla mostraba tuits, entradas de Eskup (el twitter de El País), retuits, la imagen realizada  que se retransmitía el panel en streaming…. los titulares con los que unos y otros pretendíamos sintetizar las reflexiones ya de por si breves de los participantes, bajo la etiqueta #periodismoconfuturo. Un agobio.

¡Ay! El pensamiento instantáneo. Añoro las aburridas conferencias de una hora y los largos ensayos de 300 páginas. Pero que le vamos a hacer, estamos condenados a escoger entre hamburguesas y sofisticados platos deconstruidos, sin que quepa la posibilidad de los nutritiva cocina tradicional.

Poco aportó el acto, al que asistieron mayoritariamente estudiantes de periodismo. No es que no se plantearan las cuestiones pertinentes o que los directores no las respondieron. Es que todo ya se había dicho por activa y pasiva.Como ejemplo, el largo artículo de Bill Keller sobre sus relaciones con Assange y WikiLeaks.

Mi síntesis:

– Los documentos revelados por WikiLeaks sólo podían cobrar sentido mediante el filtrado y el tratamiento periodístico que sólo podían hacer las grandes redacciones. WikiLeaks exigía gran periodismo.

– Para todos, WikiLeaks era una fuente y como tal la trataron.

– Sea o no periodista Assange, sea Wikileaks un medio o no -y aquí había matices- todos estaban de acuerdo que su actividad está protegida por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.

– Las revelaciones siempre serán bienvenidas, pero ningún medio puede trabajar con fuentes absolutamente anónimas, como ocurriría con las cajas negras confidenciales en las que depositar anónimamente documentos.

– Revoluciones ha habido siempre, pero las revelaciones de WikiLeaks aumentaron la indignación de las poblaciones árabes y las redes sociales les ayudaron a movilizarse.

– Casi nada se habló del futuro del periodismo y muy poco del modelo de negocio. The Guardian, modelo abierto. Der Spiegel y Le Monde, de pago la publicación en papel en la Red; The New York Times, pago a partir de un determinado número de informaciones ( a a final de año). Todos, pago en las nuevas plataformas como las tabletas.

Mascolo arrancó el único aplauso de la tarde cuando se preguntó porque su revista, Der Spiegel, no podía costar más que un café macchiato en Starbucks. Los jóvenes periodistas estaban de acuerdo con que su trabajo debe pagarse. Como me dijo luego uno de mis alumnos asistente, «el futuro acojona».

Estoy de acuerdo con Rusbridger, el directo de The Guardian, con poner al periodismo profesional en el centro del nuevo ecosistema informativo donde los periodistas ya no tienen el monopolio de la información.

Por ahí va el futuro.

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Los periodistas, un poco más optimistas


Ya está aquí la nueva entrega del Digital Journalism Report, que cada año publica Oriella, una firma de relaciones públicas. Se trata de una encuesta de opinión que trata de pulsar cómo viven los periodistas la aparición de los nuevos medios, la convergencia entre viejos y nuevos medios y, como, no la incidencia de la crisis en su vida profesional. Este año se suman periodistas del Este de Europa, Brasil y Estados Unidos.

En el informe del año pasado predominaba el pesimismo. En el de éste, en general se apreciauna ligera mejora del clima y una menor desconfianza hacia el futuro. Puede interpretarse que los periodistas están ya asumiendo el cambio sin resistencias injustificadas, pero también que lo peor de la crisis puede haber pasado y, por tanto, los periodistas creen ver mejores perspectivas. pero como se ve en el siguiente cuadro en torno a la mitad de los encuestados piensa que la calidad de la información seguirá degradándose.

Se aprecia también en el informe el crecimiento de los mecanismos de pago, aunque la mayoría de los medios siguen ofreciendo gratuitamente la mayor parte de los contenidos gratuitamente en la Red, y una presencia cada vez mayor en las redes sociales y en aplicaciones para dispositivos móviles.

Otra de las novedades es que, poco a poco, crece el material publicado originalmente en la Red, pero aún así sólo un poco más de la mitad de los medios publican más del 40% de material original.

Por último, el dato más subjetivo, la satisfacción con los cambios de los dos últimos años. Un 34% está más satisfecho y un 50% sigue igual de satisfecho. Optimismo, sí, pero muy matizado.

Optimismo y pesimismo en los periodistas europeos


Con la que está cayendo, un 80% de los periodistas europeos se siente satisfecho con su trabajo.

Es el dato más optimistas recogido en el European Digital Journalism Survey 2009. Realizado por Oriella, una red de Relaciones Públicas, recoge la opinión de 350 periodistas de Francia, Alemania, Suecia, España, Reino Unido y Holanda sobre los cambios registrados en los dos últimos años en sus medios y en su propio trabajo. No deja de sorprender ese dato optimista, porque contrasta con la mayoría de los resultados del estudio.

Incidencia de la crisis en los medios

– En un 52% de los encuestados, el medio para el que trabaja ha perdido más del 10% de sus ingresos publicitarios.

– En un 10% de los casos, sus medios ya sólo publican online.

– En uno de cada cuatro, su medio ya tiene más audiencia online que en su plataforma tradicional (¡60% en España!)

– Más de un 58% piensan que el número de públicaciones impresas se reducirán drásticamente.

– Un 47% ya publica vídeos

Incidencia en la calidad del producto

– Casi el 10% no crea información original para publicar online.

– Un 43% dice crear hasta un 60% del contenido publicado online.

– Algo más de la mitad cree que ha empeorado la calidad de su producto periodístico.

– El 41% piensa que con los cambios aumentará la dependencia del material de relaciones públicas (cosa de la que se felicita la red de Relaciones Públicas que ha encargado el estudio.

Incidencia en el propio trabajo

– Un 40% produce más contenido y lo difunde en más plataformas (Twitter es una de las últimas).

– Un 30% trabaja más horas.

– Un 17% hace ya piezas de vídeo ante la cámara

– Un 67% son autodidactas en estas nuevas herramientas y no han recibido ninguna formación.

A la vista de los resultados Oriella recomienda a las agencias de relaciones públicas que aprovechen el nuevo escenario y produzcan material que pueda ser fácilmente publicado por estos periodistas más atento a múltiples plataformas que al mundo cambiante. Eso sí, dejando enlaces y ventanas abiertas para que el periodista pueda cocinar un poco ese material y presentarlo como propio.

Si después de todo un 80% se siente satisfecho es que el periodismo debe seguir siendo más una pasión que un trabajo.

El optimismo tecnológico de los editores


Hace una semana me hice eco del Newsroom Barometer 2008 con una entrada que titulé ¡Mueran los periódicos! ¡Viva la prensa!. Recojo ahora el vídeo que acaba de difundir Reuters, en el que se hace incapié en que el optimismo de los editores viene avalado por su aceptación y adaptación al cambio tecnológico.

Los vídeos de Vodpod ya no están disponibles. from www.reuters.com posted with vodpod

¡Mueran los periódicos! ¡Viva la prensa!


No falta día que algún estudio, conferencia u opinión nos anuncie la muerte de los periódicos. Los periódicos en papel tienen un difícil futuro, pero la prensa, entendida como las empresas y profesionales que producen información de relevancia e interés público, afronta con más optimismo ese futuro.

Esa es la conclusión más importante del Newsroom Barometer 2008, un estudio anual de la opinión de los editores de periódicos, encargado por Reuters y el World Editors Forum. Cuando en 2006, The Economist se preguntó en su portada ¿Quién mató a los periódicos?, los editores decidieron lanzar este barómetro anual, realizado por Zogby Internacional.

En esta ocasión los editores (700 de 120 países, aunque el 53% de Estados Unidos y Europa occidental) se muestran optimistas sobre el futuro de su actividad (un 86%), pero sólo una minoría (un 30%) cree que la plataforma de distribución dominante seguirá siendo el papel. La mayoría apuesta por la distribución on line (44%), a través de dispositivos móviles (12%) o en papel electrónico (7%). De modo que se confía en el futuro, en la capacidad de crear contenidos informativos como la base de la actividad, pero se vislumbra la decadencia del periódico en papel. Estos cambios de la distribución hacen creer a la mayoría (56%) que las noticias serán gratuitas en el futuro (Este es el aspecto que Reuters destaca en su titular)

Los editores apuestan por la convergencia y los redacciones multimedia, pero temen no tener el dinero ni los periodistas necesarios para afrontar el reto. Quizá por ello un 28% piensa que la calidad del periodismo empeorará en los próximos años.

Esta es, muy resumida, la visión de los editores de periódicos. No son los periódicos las únicas fábricas de información. Las grandes redacciones, los verdaderos motores de la información de actualidad, también están en las cadenas de radio y televisión. Pero han sido los periódicos los que han invadido el terreno audiovisual, mientras que las radios y televisiones (salvo excepciones como la BBC) no han desarrollado sitios en línea potentes, usando sus recursos periodísticos para producir información escrita de fuentes propias -no el simple corta-pega de agencia.

Mi conclusión: el futuro está en las grandes redacciones.

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