Esta es la conclusión del texto del secretario general de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), que me envía Paco Audije, ahora en Bruselas en la FIP. Se trata de un texto inédito en castellano y que aprovecho a difundir en este blog -¡vaya! una exclusiva.
En esencia, White apunta signos de esperanzas en el nublado futuro del periodismo. La crisis está llevando a que, tras décadas de incompresión, empresas editoriales y organizaciones de periodistas colaboren en iniciativas para establecer las condiciones éticas que debe cumplir el periodismo en el actual escenario. Son iniciativas todavía en marcha, pero que indican que los editores están comprendiendo que no habrá negocio sin un reforzamiento ético y sin la participación de los periodistas. White indica algún que otro elemento positivo, como el predominio en la red de periódicos europeos de referencia, que baten en el ciberespacio a sus viejos competidores sensacionalistas.
Este es el texto de Aidan White:
La ética y el diálogo inscritos en la agenda de futuro de Europa
Aidan White
De nuevo se vuelve a discutir de la ética y el lado moral del periodismo y –esta vez- son los mismos informadores los que apelan al debate y piden cambios.
En los últimos años, los periódicos y la televisión generalista han sufrido el impacto de la evolución de los hábitos de consumo, reduciendo tanto el número de lectores como las audiencias y restando ingresos publicitarios. Internet hace parecer antiguos, lentos y atrasados a los periódicos y a los telediarios a los que se compara con el dinamismo del ciberespacio.
Las empresas mediáticas se enfrentan a una realidad incómoda en la que los modelos tradicionales, que han dado vida a varias generaciones de los medios europeos, parecen obsoletos. Los jefes de estos medios gestionan el declive mientras se rascan la cabeza pensando qué les traerá el futuro.
Los tacaños (peseteros) han dominado las redacciones europeas durante más de una década para identificar los paradigmas del nuevo mercado, que les ayudarían a obtener el potencial del negocio surgido de Internet y su integración en las diferentes plataformas de comunicación. Los sitios de los diarios y medios audiovisuales en la Red aportan algunos ingresos, pero no llegan a compensar la caída de lectores y la reducción de la publicidad. El hueco de otros mercados –como el desarrollo de los diarios gratuitos en áreas urbanas- ofrece algún alivio, pero no es una respuesta a largo plazo.
¿Está Internet adelantando a los periódicos como fuente de noticias políticas? Para los jóvenes y los más comprometidos políticamente, ya lo ha hecho. ¿Quién de ustedes no echa un vistazo diario en Internet para ojear brevemente las noticias?
Los gestores de los medios han reaccionado a ciegas ante estos cambios con una espiral de recortes presupuestarios. Lo que se traduce en tijeretazos respecto a empleos, cobertura de internacional, formación, periodismo de investigación y niveles de ética. El impacto ha sido dramático. El trabajo periodístico se ha convertido en algo inseguro, mal pagado y crecientemente precario. El papel tradicional de los medios como guardián de las libertades es más débil.
Entretanto, suben de tono las discusiones sobre el futuro. Tenemos a los pesimistas: el juego ha terminado, el reporterismo de viejo cuño ha muerto, larga vida a la nueva comunidad de los bloggers y hábiles con Internet. Y contamos con los optimistas: podemos solventarlo, dennos tiempo para acertar con la mezcla justa de telefonía, Internet y tecnologías de comunicación tradicionales, que la gente pagará por eso.
Nadie tiene la clave de lo que será el mundo de los medios en 15 años, pero hay un amplio acuerdo en que -cualquiera que sea- el futuro será más brillante y nos recompensará si lo basamos en la promoción del periodismo de calidad. El primer indicio es alentador. El Bild Zeitung y el The Sun han sido durante años los diarios de mayor difusión en los kioskos de Alemania y el Reino Unido, pero en Internet son Der Spiegel y The Guardian los que rondan el millón de lectores y lideran el mercado.
Tras un período de ajustes temerarios, hay ahora ideas frescas sobre el futuro de los medios y eso perfila un nuevo debate sobre medios y política. Desde hace meses, grupos profesionales del periodismo europeo, audiovisual y escrito, han estado trabajando en una Carta Europea de la Prensa y la Libertad de los Medios, que inspira el propio sector. Todavía es un trabajo a medias, pero tras años de disputas hay ahora una cooperación sin precedentes entre distintos grupos en un intento de defenderse a sí mismos contra la atención no deseada de políticos y gobiernos.
Esta iniciativa podría abrir también canales a una nueva comunicación entre los hacedores de la política y una comunidad de los medios más unificada sobre la gestión del proceso de estos cambios.
Al mismo tiempo, periodistas y propietarios de los medios mejoran sus –a menudo- hostiles relaciones. La Federación Europea de Periodistas y los propietarios y ejecutivos de los medios europeos han discutido una Iniciativa Ética del Periodismo que busca promover un debate sobre los estándares del periodismo. Éste fue uno de los más alentadores resultados de la polémica sobre la libertad de expresión en torno a las infames caricaturas danesas, que revivió hace poco el provocador político Geer Wilders.
En el terreno editorial, también están cambiando las actitudes. La cadena de medios del Westdeutscher Algemeine Zeitung, que opera en nueve países europeos, está comprometida en una rompedora iniciativa transfronteriza para mejorar la calidad, los estándares éticos y el diálogo social entre gestores del sector y periodistas. El primer encuentro de este tipo, entre gestores y representantes de los periodistas de las cabeceras de este grupo a lo largo y ancho de Europa, está previsto el próximo mes.
La crisis ética del periodismo no es únicamente europea. En los Estados Unidos , las joyas de la corona de los medios tradicionales (New York Times, Los Angeles Times, Washington Post) han sufrido todos turbulencias editoriales. En la India, el emblemático Times of India ha recibido críticas por vender su alma ética en tratos corruptos con distintas corporaciones. Incluso en el Reino Unido han atrapado con las manos en la masa a la “tía favorita”, la BBC, por mentir a sus espectadores.
Las tendencias globales están claras. El molde de los medios tradicionales se ha quebrado, en particular en los medios escritos. En lugares donde la alfabetización avanza, los periódicos tienen un futuro indudable. Pero el proceso de declive es evidente. Los diarios que sobrevivan traerán menos noticias impactantes y proveerán más contextualización, análisis y contenidos fiables. Tendrán que redescubrir sus raíces locales. Lo mismo será cierto en un medio audiovisual fragmentado.
Todo cambia, pero la conjunción de un mundo de noticias fragmentadas y caóticas no implica el final del periodismo de primera clase. Al contrario, para una mejor comprensión, necesitamos un periodismo bien informado, con ética, análisis, comentarios y contextualización. Lo necesitamos más que nunca.
Aidan White es Secretario General de la Federación Internacional de Periodistas, con sede en Bruselas y que agrupa organizaciones representativas de 600.000 periodistas de todo el mundo.
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