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Niño palestino en brazos de su madre muerto en un ataque israelí a una escuela. Imagen de Omar al-Qattaa, AFP. tomada de la web de France 24.
No tengo duda de que Israel está cometiendo un delito de genocidio contra el pueblo palestino en Gaza y, en menor medida en Cisjordania.
El genocidio es un delito difícil de probar porque hay que constatar que las acciones cometidas tienen la finalidad indubitada la exterminación de un pueblo o de un grupo social. El genocidio es uno de los crímenes más graves del derecho humanitario.
Para entender la diferencia entre genocidio y crímenes de lesa humanidad recomiendo la lectura de «Calle Este-Calle Oeste» de Phillipe Sands, donde a partir de la indagación del genocidio el autor construye el nacimiento de la persecución de estos delitos y la diferencia entre ellos (Por cierto, Sands, abogado de derechos humanos acaba de publicar otra novela Calle 38, la relación entre Pinochet y los nazis acogidos en Chile y el proceso de extradición del dictador de Londres a Madrid).
Más fáciles de probar que el genocidio y también muy graves son los crímenes de guerra y de lesa humanidad. Cuando se bombardean escuelas donde se refugian mujeres y niños (que se presentan como terroristas) y se asesina premeditadamente a trabajadores humanitarios y periodistas, se somete a más de 2 millones de personas a la falta de suministros, hay una presunción muy fuerte de que se está cometiendo delitos de guerra y lesa humanidad.
Así lo entendió el Tribunal Penal Internacional (TPI) que expidió una orden de detención internacional contra Netanyahu y su ministro de Defensa. Esta orden en vinculante para todos los estados parte del Estatuto de Roma (el tratado constitutivo de Tribunal). Ni Estados Unidos ni Rusia lo son, pero sí todos los países de la UE.
Cooperador necesario de estos hechos es EEUU (tanto el de Trump como el de Biden) con su ayuda militar irrestricta y la persecución a cualquier apoyo al pueblo palestino; lo que ocurre también Alemania, Francia y Países Bajos, cooperadores secundarios de estos crímenes. Y los que favorecen la impunidad de Netanyahu, como Orban, son cómplices y destructores del sistema de protección de los derechos humanos, que tanto costó construir.
Aunque desde el extermino de los armenios después de la Primera Guerra Mundial y después de la segunda haya habido unos cuantos más, como el del hutus contra los tutsis en Ruanda; el genocidio por excelencia es el exterminio por el nazismo alemán de los judíos europeos (especialmente en Europa central y oriental), llamado con una carga religiosa buscada Shoah o sacrificio.
Em el genocidio nazi hubo unos perpetradores: los SSs y los grupos de tareas, con el objetivo de exterminar a los judíos; luego toda la sociedad alemana entera que prefería mirar para otro lado.
Y luego en tos los países ocupados, sobre todo en los del Este, donde muchos más que colaboradores, muchos fueron cooperadores necesarios. Ocurrió en Ucrania y destacadamente en Hungría. En el país magiar el movimiento fascista de la Cruz Flechada desarrolló durante los últimos meses de la guerra una caza de judíos, sobre todo en Budapest, para enviarlos directamente a Auschwitz. El adolescente Imre Kertész, luego Nobel de Literatura cuenta en «Sin Destino» su paso por los campos.
Netanyahu visitó ayer Budapest y el primer ministro húngaro Víktor Orban anunció su salida del TPI para no ejecutar la orden de detención que pesa vontra el primer ministro israelí, sin respetar los procedimientos del Estatuto de Roma, alegando ambos que la orden del tribunal tenía carácter político. Además Orban invocó uno de sus temas recurrentes: la defensa de la civilización judeo-cristiana de la barbarie exterior (se supone que la inmigración, sobre todo de musulmanes).
Hungría se liberó muy pronto del Imperio otomano, del que, no obstante quedan vestigios arquitectónicos. Religiosamente son mayoritarias las confesiones católica y luterana, con una importante minoría judía, que no tiene nada que ver con la de antes de la II Guerra Mundial. Con el precedente de la Cruz Flechada no creo que Orban este legitimado para dar lecciones a nadie, sobre todo teniendo en cuenta su deriva iliberal, que lleva camino en convertirle en eterno primer ministro.
Creo que es hora de que la UE actúe con contundencia con los que se salten los valores democráticos comunes y tal cosa es abandonar el TPI.
La aviación israelí bombardea la ciudad de Gaza, uno de los territorios con mayor densidad de población del mundo, donde prácticamente es imposible diferenciar objetivos civiles y militares.
El David palestino (en este caso, los papeles se trastocan) ha herido en la frente al Goliat israelí no con una piedra, sino con una oleada de ataques por sorpresa contra militares y población civil, de enorme crueldad y características terroristas. Pero el Goliat israelí, lejos de quedar herido de muerte tiene capacidad, como Sansón, de sacudir con sus bombardeos las columnas del templo de Gaza, que amenaza con convertirse en un el cementerio de miles de civiles palestinos.
¡Qué difícil es enjuiciar la barbarie humana, cuando todo se ve con ojos sectarios!Por muchos que hayan sido los crímenes de Israel no está justificada la acción de Hamás contra los civiles, como los crimines de Estados Unidos, desde Hiroshima y Nagasaki a Chile no justifican los atentados del 11-S.
Sin pretender ser equidistante y poniendo por delante que las acciones de Hamas son gravísimas violaciones de los derechos humanos, que no merecen sino la más rotunda condena, como estos días he leído reiteradamente que hay una vara de medir distinta con los conflictos de Ucrania y Palestina, voy a intentar comparar los crímenes que ambos contextos se producen a la luz del derecho internacional humanitario.
El derecho internacional humanitario está codificado en losConvenios de Ginebra, que intentan proteger a los contendientes que ya no pueden combatir (heridos, prisioneros) y a la población civil, tanto e los conflictos internacionales, como en los internos.
Los crímenes contra el derecho humanitario son crímenes de guerra (por ejemplo, maltratar a los prisioneros). Un nivel mayor de gravedad son los crímenes de lesa humanidad:«cometidos como parte de un ataque general o sistemático contra civiles en tiempo de paz o de guerra, que incluyen tortura, desaparición forzada, homicidio, esclavización, deportación y actos de violencia sexual y de género, incluida la violación».
El genocidio es el exterminio sistemático de un grupo humano por razón de etnia, religión, política o nacionalidad.
La jurisdicción competente para juzgar todos estos delitos es el Tribunal Penal Internacional, con sede en La Haya, y creado por el Estatuto de Roma de 1998. Para que su jurisdicción sea efectiva tiene que ser previamente aceptada por los Estados, Ni Rusia, ni Estados Unidos, ni Israel son parte del tratado. Ucrania tiene una oficina de cooperación desde 2003 y Palestina no es un Estado (lo cual no quiere decir que los grupos irregulares no puedan ser juzgados, como ha ocurrido en el caso de varios países africanos.
El crimen original y punto de partida de los conflictos
El caso de Ucrania es más claro. El punto de partida está en el delito de agresión (tipificado en el Estatuto de Roma del TPI) con la anexión por parte de Rusia de Crimea y parte del Donbás en 2014, culminada con la invasión total de 2022. Esta agresión está justificada por Rusia en una supuesta amenaza de la OTAN, pero en realidad lo que intenta es mantener un área de influencia rusa en el mundo post soviético.
Más complejo es el caso del conflicto entre Israel y Palestina. Israel nace en 1948 de una decisión de la Asamblea General de la ONU, apoyada por cuatro de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EE,UU, URSS, Reino Unido y Francia). Se trata como un asunto de descolonización, sin consultar ni tener en cuenta a la población palestina.
Los estados árabes vecinos lanzan un guerra contra el naciente estado (guerra de independencia para los israelíes), contienda en el que el ejército israelí se impone y -como han demostrado los propios historiadores israelíes- lleva a cabo acciones de limpieza étnica. Un millón de palestinos fueron expulsados o huyeron de sus hogares y se convirtieron en refugiados. El 80% de la población de Gaza son refugiados o descendientes de refugiados del 48. Para los palestinos es la Catástrofe, la Nakba
En la guerra de los Seis Días Israel conquistó a Egipto Gaza. a Jordania, Cisjordania y Jerusalén este y a Siria los Altos del Golán. Empieza la ocupación de los territorios donde reside la mayor parte de la población palestina y sobre estos territorios van asentando cada vez más población judía , en un agresivo proceso de colonización. prohibido por las leyes internacionales.
Israel nunca ha reconocido derechos a la población de los territorios ocupados y a las respuestas palestinas (la lucha guerrillera, la intifada de las piedras, los atentados suicidas, la intifada de los cuchillos) Israel ha reaccionado con enorme fuerza punitiva.
Los acuerdos de Oslo y la creación de Autoridad Autónoma Palestina tenían el horizonte de establecer dos estados en 1999. Pero la colonización israelí y medidas de seguridad, como el muro que divide Cisjordania lo hacen inviable. En el caso de Gaza, Israel considera que la ocupación es demasiado onerosa y evacua a sus tropas en 2006, desmontando previamente las colonias ilegalmente establecidos en el territorio. La Franja de 50 x 11 kms., donde viven 2 millones de palestinos, queda aislada del resto del mundo y se convierte desde 2007, después de que en 2006 ganara las elecciones el movimiento islamista Hamás y expulsara a los laicos de Fatah. en la mayor cárcel a cielo abierto del mundo (rodeada de una valla en teoría inexpugnable y solo con dos pasos de comunicación con Israel y uno con Egipto, que se abren con cuentagotas).
Resumiendo, el crimen original israelí reside en una ocupación y colonización que viola las resoluciones de la ONU, el derecho internacional y los derechos básicos de un pueblo sometido a todo tipo de crueldades y humillaciones, con desprecio absoluto de la condición de los civiles (Teresa Aranguren resume aquí esta historia). Piénsese que si un joven palestino comete un atentado, su casa (donde suelen convivir familias extensas) es inmediatamente demolida por el ejército israelí. Todo eso va amasando un explosivo sentimiento de odio, al que el islamismo da forma y justificación.
Crimines de lesa humanidad
El ataque sistemático a la población civil y a sus infraestructuras puede calificarse como crimen de lesa humanidad.
Rusia bombardea sistemáticamente las infraestructuras y las ciudades ucranianas, ocasionando un importante número de víctimas civiles. Pero en Ucrania, la población puede desplazarse. En Gaza, el territorio con más densidad de población del mundo no hay a donde huir. Los pasos a Israel y a Egipto están cerrados y la única protección la ofrece la bandera de la ONU en hospitales y escuelas. Como en anteriores campañas, los testimonios muestran que Israel no está respetando estos «santuarios».
No solo los bombardeos. Israel ha cortado los suministros de agua, electricidad y alimentos. El ministro de Defensa ha dicho que es la manera de tratar con «animales humanos». Por el momento, no parece que Israel esté dispuesto a aceptar corredores humanitarios y ha ordenado una imposible evacuación del norte de la Franja, mientras siguen los bombardeos, utilizando incluso bombas incendiarias de fósforo.
Crimines de guerra
El asesinato , encarcelamiento y tortura de civiles se encuadra entre los crimines de guerra.
En Ucrania, quedó bien acreditada que en la matanza de Bucha, el ejército ruso cometió crimines de guerra.
Hamas con su ataque a civiles (en el festival musical y en el ataque a kibutzs) con asesinatos y toma de rehenes civiles ha cometido crimines de guerra.
Durante todo 2023 el ejército israelí ha cometido crimines de guerra contra la población civil en sus incursiones en Cisjordania y protegiendo los desmanes de los colonos.
Genocidio
El crimen de genocidio puede englobar crimines de guerra, de lesa humanidad y otros, pero lo distintivo es la finalidad de exterminar a un grupo humano por razones de etnia, religión, nacionalidad o políticas. Por eso es tan difícil de probar porque habría que demostrar la intencionalidad de las autoridades que dan las órdenes persecutorias.
En el caso de Israel, un indicio de genocidio reside en las declaraciones de su ministro de Defensa, en las que al tiempo que anuncia el corte de los suministros básicos a la Franja, califica a los miembros de Hamás de «animales humanos» ¿cómo distinguir entre militantes y civiles ante esa amenaza de exterminio generalizado?
El hecho fundacional del estado de Israel es el genocidio nazi contra el pueblo judío, elevado a categoría religiosa como Soah, o sacrificio.
En las declaraciones de los responsables políticos y militares israelíes parecen resonar las palabras de venganza del profeta Amós (9:1-10):
«Después de eso vi a Dios. Estaba de pie, junto al altar, y me dijo: «Golpea la parte alta de las columnas del templo, para que el templo se derrumbe y caiga sobre la gente. ¡Nadie escapará con vida! Pero si alguno logra escapar, morirá en el campo de batalla»
La hibris de Putin y de la sociedad israelí
Siendo tan distintas ambas situaciones tanto en la guerra de Ucrania, como en el conflicto palestino, la hibris, la soberbia que ciega a los poderosos se encuentra en su origen.
Putin se creyó su propia propaganda. Pensó que con su indudable superioridad militar conquistaría Kiev en una semana y los ucranianos se reintegrarían felices en la «madre Rusia» y el resto del mundo asentiría dócilmente ante su poder nuclear. No contó con la resistencia ucraniana, ni con la unidad de la OTAN y la UE.
En Israel, hace mucho que se renunció a transitar por cualquier vía de negociación de paz. Se vivía en una falsa burbuja de seguridad, asumiendo que se podía mantener a los palestinos en un apartheid criminal, sin derechos, ni tierra, ni esperanza, pagando de tarde en tarde el precio de un atentado suicida aislado.
«Dispararemos a inocentes, les arrancaremos los ojos y les destrozaremos la cara, los expulsaremos, expropiaremos, robaremos, los secuestraremos de sus camas, los someteremos a limpieza étnica y, por supuesto, continuaremos con el increíble asedio a Gaza. Y supondremos que todo seguirá como si nada».
Para terminar dejo este documental «The Gatekeepers» (subtitulado en español) con antiguos jefes de los servicios secretos, interior y exterior, en el que advierten que no puede haber seguridad mientras no haya una solución al conflicto, que no puede haber paz solo por la imposición de la fuerza frente al otro.
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