Adiós a Salgado


Se va Sebastiao Salgado quizá el último gran fotógrafo que, desde una mirada artística, ha representado nuestro mundo, con sus luces y sombras.

La fiebre del oro. 1986

El primer trabajo que lanzó a Salgado a la fama fue la «Fiebre del Oro», un reportaje de denuncia. En la Sierra Pelada, de brasileño estado de Para, 50.000 garimpeiros dejaban la vida desnudos en medio del barro, con la esperanza de encontrar una pepita de oro.

En 2019, Salgado trajo a España una exposición de este proyecto, que se recoge en el vídeo incrustado más arriba.

Además de ser un convencido ecologista (reforestó sus propias tierras) Salgado nos ha mostrado también miradas más luminosas de nuestro mundo, sobre todo en el proyecto GENÉSIS del que me ocupé extensamente coincidiendo con un exposición en Madrid.

Mujeres de la etnia zo’e de Towari Ypy, amazonia (Brasil) – S. Salgado – Génesis

Adiós maestro. Echaremos de menos su mirada. DEP

La instantánea ha muerto


Suárez solo en el banco azul. Marisa Flórez. 21 de septiembre de 1979.

Visitando virtualmente la exposición de Marisa Flórez (presencialmente me es ahora complicado asistir a exposiciones) me he acordado de esta instantánea que refleja la soledad política de Suárez. Como ha explicado la autora, el jefe del gobierno no había estado solo toda la sesión parlamentaria, pero Flórez tuvo el buen ojo para aprovechar el instante en que los ministros habían salido del hemiciclo por cualquier motivo para tomar esta foto «un instante decisivo», que a partir de entones simbolizó la soledad de un político, que llegó al poder sin el apoyo de un partido e improvisó uno, siempre dividido y que fue un freno permanente a su acción de gobierno.

Cartier-Bresson fue el gran teórico y practicante del «instante decisivo»: capturar con la cámara una fracción de segundo que representa más de lo que muestra. Un instante decisivo sería, por ejemplo, la más que famosa instantánea de Robert Capa, «la muerte del miliciano», una de las imágenes más icónicas del siglo XX y desde luego de la guerra civil española. Es conocido que Capa decía que si la foto no era buena es porque el autor no se había acercado lo suficiente; solo así podría captarse el momento decisivo; al acercarse en Indochina murió al pisar una mina…Con lo teleobjetivos y la variación de ópticas, el fotógrafo puede obtener el ángulo adecuado sin necesidad de acercarse o alejarse.

En las primera legislaturas se instaló en el Congreso una plataforma, donde los fotógrafos pudieran trabajar sin molestar moviéndose por el hemiciclo. Desde este lugar, Manuel Hernández y Manuel Barriopedro capturaron los instantes decisivos del 23-F.

Ahora, los reporteros gráficos cuando termina la sesión bajan y se sitúan frente al «banco azul» disparando en ráfaga sus cámara digitales: no hay que esperar a que el ojo descubra el instante decisivo; la cámara en un minuto capta centenares puede que miles de fotogramas, que luego será seleccionados en el ordenador hasta encontrar el encuentro o simplemente el gesto más llamativo, más chocante o divertido. El instante decisivo es captado mecánicamente por la cámara digital. No hay que esperar ni mirar, solo no levantar el dedo del disparador.

Al menos es así en los trabajos de batalla, no en el gran reportaje; pero, al final, la foto de Suárez o las del 23-F eran asignaciones de rutina; pero los fotógrafos supieron ver y capturar el instante decisivo.
En este vídeo se muestra como trabajan los fotoperiodistas en el Congreso, en concreto la plataforma en la que se concentran durante la sesión. Cuando termina pueden bajar y trabajar libremente.

No he encontrado un vídeo en el que se vea a los fotoperiodistas fotografiando en ráfaga al banco azul. En este vídeo se explica cómo trabajan los fotógrafos en el Congreso.

Periodistas y agitadores


Concentración el 26-02-25 en el Congreso organizada por la Asociación de Periodistas Parlamentarios de los periodistas acreditados por medios de todas las ideología contra las provocaciones de periodistas que saltándose las normas deontológicas actúan como agitadores políticos. Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

Determinados comunicadores (notablemente Vito Quiles y Bertrand Ndongo) acreditados en el Congreso de los Diputados por medios como El Periodista Digital (un medio de posiciones ultra conservadoras y que logra importantes cifras de difusión usando el cebo digital-clickbait) alteran el normal funcionamiento de las tareas informativas mediante la provocación a políticos de izquierda y centroizquierda e interrupción del normal trabajo de lo periodistas.

Estos señores ejercen legítimamente sus derechos a la libertad de expresión y reunión cuando participan en una manifestación contra el gobierno, incluso si en una manifestación queman un símbolo de un partido, o cuando escriben una columna en su medio. Pero interrumpir una rueda de prensa y no permitir las declaraciones de los políticos o interferir las preguntas de los reporteros no es libertad de expresión ni información.

Subyace la cuestión de quién es periodista. Para las Cortes lo es y así expide las acreditaciones quien es reconocido por un medio analógico o digital. Llevamos medio siglo sin ser capaces de resolver esta cuestión. Para mi periodista es quien de modo habitual investiga y difunde información y se somete a unas normas éticas y de buena práctica. Hace 20 años intentamos dar una respuesta que dignificase la profesión con el Estatuto del Periodista Profesional, que finalmente fue boicoteado por la FAPE y rechazado por el gobierno Zapatero (aquí está explicado el proceso al final de una antigua entrada).

La Ley Europea de Medios permite establecer registros para conocer la propiedad de los medios y su tendencia editorial y el gobierno ha anunciado que así lo hará para las empresas audiovisuales -¿por qué no obligar a todas las empresas periodísticas, incluidas las digitales-

Si un medio envía a las Cortes a un informador como propio, las Cortes tienen que acreditarle sea cual sea su orientación. Pero las Cortes pueden establecer unas normas de conducta y retirar la acreditación en caso de incumplimiento. Los profesionales pueden y deben autorregularse y redactar unas normas de comportamiento para que sean adoptadas por las mesas del Congreso y el Senado.

INFORMACIÓN SÍ, PROVOCACIÓN NO.

Del «Nunca más» de 1945,80años después de la II Guerra Mundial volvemos al «otra vez»


Niños en Gaza esperando llenar cacharros con alimentos. Israel ja impuesto un bloqueo a los suministros alimentarios y de agua, que recuerda a los cercos medievales. que está teniendo efectos letales. Foto tomada de la página de Naciones Unidas.

Después del horror de la Segunda Guerra Mundial -que para Anthony Beevor no ha terminado todavía– con 85 millones de muertos, más víctimas civiles que contendientes y el genocidio nazi contra los judíos, la Humanidad dijo «nunca más» y lo primero que hizo fue dotarse de un organismo internacional, las Naciones Unidas, para solventar los conflictos, que se pretendía más eficaz que la fallida Sociedad de Naciones del período de entreguerras.

Se puede hacer un balance negativo de la ONU como mecanismo efectivo para el mantenimiento de la paz; pero no hay que olvidar que esa protección de la paz se encomendó al Consejo de Seguridad, donde los vencedores de la II Guerra Mundial tienen derecho de veto y que durante toda la guerra fría manipularon según sus intereses. Lo más importante es la estructura de organismo internacionales (desde el Tribunal Internacional de Justicia hasta una multitud de organizaciones especializadas) para una gobernanza multilateral del mundo. Un principio esencial para defender la paz es el respeto de las fronteras internacionales.

En 1948, la Asamblea de la ONU encargó a un comisión la elaboración de una declaración universal de derechos humanos. En este proceso tuvieron gran protagonismo Eleanor Roosvelt, el jurista francés René Cassin y el filósofo chino Peng-chun Chang. La declaración fue aprobada por la Asamblea General el 8 de diciembre de 1948, desde entonces el día universal de los derechos humanos.

Se optó por un texto general, sobre todo declarativo de los derechos civiles y políticos de primera generación («derechos de») confiando su efectividad a la consecución de tratados y convenios vinculantes (por ejemplo, la Convención de Derechos Civiles y Políticos o el Convenio de los Derechos Sociales y Económicos). Una declaración genérica en la que se pudieran reconocer todas las culturas.

Además del avance en los derechos y en la gobernanza multilateral, la civilización avanzó el pasado siglo n procesos de integración, el más importante el que ha construido la UE. Se trata de, en lugar de guerrear, poner prosperidad en común. La UE se ha dotado de una Carta de derechos.

Antes y sin compromisos económicos, la mayor parte de los países europeos democráticos se unieron en el Consejo de Europa con su Convenio de derechos civiles y su tribunal, sito en Estrasburgo, que ha logrado una alineación de las legislaciones de los miembros con los derechos humanos.

Desde 1948 la humanidad ha avanzado en el desarrollo de los derechos humamos en medio de retrocesos. Ha habido procesos de descolonización criminales (India-Pakistán); guerras en las que se pisotearon los derechos humanos (Vietnam), genocidios desatados por intervenciones imperialistas y fanatismo ideológico (Camboya); negando la violación de los derechos haciendo desparecer a las víctimas (Cono Sur); limpiezas étnicas (Bosnia y genocidio de Ruanda). Como dice el tango Siglo XX cambalache….y asesino.

Durante toda la guerra fría pesaba sobre la humanidad la posibilidad del exterminio por la armas atómicas; su posesión estaba desde 1970 restringido por el Tratado de No Proliferación, pero en realidad la mayor garantía era el principio de destrucción mutua asegurada

Las gravísimas violaciones de los derechos humanos del Cono Sur, impulsó la declaración en muchos países la asunción del principio de jurisdicción universal. Así en España, se pudo poner en marcha el proceso contra Pinochet, que si no llegó a término demostró que los antiguos jefes de estado ya no eran inmunes por sus anteriores violaciones de los derechos humanos (recomiendo Calle 38 de Phillipe Sands). Lamentablemente España ha eliminado parcialmente este principio.

En medio de esta serie de horrores se produjeron avances sustanciales a partir de los noventa. El más importante la creación del Tribunal Penal Internacional, por la Carta de Roma de 2024 para perseguir los delitos de guerra, lesa humanidad y genocidio. La Carta de Roma y las decisiones del Tribunal solo vinculan a los estados parte del tratado, Estados Unidos, China Rusia e Israel no lo son.

Parece que el TPI es un organismo limitado pero detuvo y juzgó a uno de los carniceros de Bosnia, el general serbio Mladic; el inspirador de la limpieza étnica Milosevic se suicidó antes de ser juzgado; también fueron jugados varios dirigentes croatas que al volver a Croacia fueron recibidos como héroes; pero es cierto que la mayoría de los imputados son ex dirigentes africanos, por eso algunos acusan al TPI de tribunal colonialista.

Polémico ha sido también el principio de «responsabilidad de proteger». Ante la retransmisión en directo de los crímenes perpetrados en Ruanda, Bosnia o Kosovo muchos reclamaban una intervención internacional que pusiera fin a las masacres. Prácticamente la única vez que se ha aplicado ha sido para derrocar a Gadafi, desestructurando el estado libio, con graves consecuencias que soportan todavía los libios y sus vecinos del norte del Mediterráneo.

Otro logro fue el Tratado de Prohibición de minas antipersonales de 1997, cuyo punto más débil es que los mayores fabricantes no se adhirieron a él y por tanto no están vinculados.

Como se ve desde 1945 se ha avanzado con retrocesos, pero en general con avances en materia de derechos humanos y logros civilizatorios.

Por qué digo que en 2025 estamos otra vez en lo mismo:

  • Violaciones personales de los derechos más básicos, en nombre de la seguridad. Con el espectáculo diario de Trump ya no nos acordamos de Bush y su War on Terror; los vuelos de la CIA, los desaparecidos, las cárceles secretas, Guantánamo, Abu-Ghraib. Violaciones gravísimas de los derechos personales y de todos los principios del Derecho, acuñados desde la Ilustración.
  • Si las fronteras no se respetan el mundo es un polvorín; Europa central es un puzle con infinidad de reivindicaciones territoriales; y no digamos África.
  • Los derechos humanos ya no se reconocen como universales. China y otras autocracias los presentan como un invento colonialista para intervenir en su política.
  • La destrucción del Estado social y democrático de Derecho ha propiciado el crecimiento del neofascismo en toda Europa que pone la identidad por delante de los derechos; además de los efectos para la democracia en cada país, la construcción europea se ve en riesgo.
  • Los derechos ya no se aplican igual a todos los humanos. A los inmigrantes se les niega la dignidad y conquistas como el debido proceso y son tratados como delincuentes sin juicio ni condena.
  • Por primera vez desde 1945, un Estado(Rusia) amenaza con usar bombas atómicas si su soberanía se ve amenazada, sin necesidad de que sea previsible un ataque nuclear.
  • Y lo más grave, delante de nuestros ojos se desarrolla el genocidio de Gaza. El gobierno de Netanyahu extermina a los palestinos y no solo usa armas de última generación suministradas por EEUU y otros países occidentales, cómplices del genocidio; además usa armas medievales como la hambruna y mueve a la población a enclaves sucesivos, como los nazis hicieron en los guetos judíos. El objetivo final es la total limpieza étnica total y quedarse primero con Gaza y luego con Cisjordania. Todo está justificado para exterminar a el Amalaec palestino y construir un estado tecnológico-religioso sobre la Tierra Santa que Yahvé entregó a los hebreos. El genocidio es una consecuencia obligada ya próximo a la solución final.
  • ¿Qué podemos hacer? Protestar activamente contra el genocidio y oponernos activamente al neofascismo creciente,

Luces y sombras de la Globalización


Montañas de ropa usada en el desierto de Atacama (Chile). (Reddit/ed8907) Tomada de El Confidencial

En mi anterior entrada sobre el fin de la Globalización puede que diera una visión muy positiva de la globalización, que quiero matizar aquí. La globalización es un asunto muy complejo (desde un punto de vista económico, político y social) que ha modelado el mundo del final del siglo XX y de las primeras décadas del XXI de modo que no puede agotarse en una simple entrada de un blog, pero vale la pena hacer una aproximación, ahora que su continuidad se encuentra seriamente cuestionada.

Esta no es una publicación académica y no usa sistemáticamente fuentes. Parto de la idea de que para la derecha la globalización ha sido el gran motor del progreso, mientras que la izquierda la ha considerado siempre como un instrumento de dominación capitalista. En esta entrada, partiendo de la hipótesis de que la guerra comercial puede ser el principio del fin de la globalización, intentaré trazar las luces y sombras de un fenómeno.

El fin de la globalización

La guerra comercial de Trump puede ser un hecho decisivo; aunque él o un sucesor diera marcha atrás en la guerra arancelaria, sería difícil restaurar los lazos comerciales y más difícil recuperar la confianza en el comercio y suponer que el intercambio puede garantizarnos los bienes esenciales que una sociedad necesita para subsistir La guerra comercial no es sino un acto, muy importante de una tendencia, que va más allá de lo económico y que Daniel Inneraty llama desincronización:

«Ha terminado la era de los grandes avances sincronizados, cuando se suponía que tecnología, integración, comercio, paz, economía, democracia, igualdad discurrían al mismo tiempo, tirando uno de otro y en un cierto equilibrio. La actual guerra de los aranceles pone de manifiesto que no siempre el “comercio dulce” del que hablaba Montesquieu genera convivencia entre quienes lo practican, sino que es posible hacer la guerra con el comercio.»

Consecuencias para los países y las gentes del Sur

Como ya dije en la anterior entrada, muchas gentes de Sur han salido de la extrema pobreza, pero a menudo mediante una explotación inhumana. Un ejemplo puede ser Bangladesh, uno de los países más pobres del mundo, convertido en la fábrica textil low cost para los países ricos del Norte, donde se produce en condicione inhumanas y sin el menor respeto para la vida de los trabajadores. En 2013 en Dhaka, la fabrica Rana, que producía para las grandes marcas del Norte se derrumbó y murieron 1.100 .trabajadores.

Los trabajadores de Foxconn, la compañía china, ensambladora de los Iphone son obligados a dormir en la fábrica para incorporarse al trabajo cuando las necesidades de la producción lo requieran y no se les permitía abandonar el recinto durante la Covid.

Esta ropa es consumida de manera compulsiva en el Norte y después reexportada al Sur. El desierto de Atacama en Chile se ha convertido en el mayor vertedero de ropa del mundo. La ropa tirada a los contenedores no se recicla y se reexporta a África o Asia, con trayectos de miles de kilómetros.

La basura se exportaba en grandes cantidades a China hasta que Pekín ha prohibido este tráfico. Los grandes vertederos en el Sur, fruto de las exportaciones del Norte son el modo de vida de miles de personas que intentan reciclar elementos valiosos, como los electrónicos, especialmente tóxicos, tarea para que los niños con sus pequeñas manos son especialmente hábiles. La basura del Norte termina por convertirse en subsistencia imprescindible para la gente del Sur (Aquí un informe del Banco Mundial sobre estos basureros).

Con todos estos abusos, la globalización y su dimensión amable, el turismo, ha generado en el Sur una positiva dinámica económica y ha reducido la pobreza extrema. No sabemos como sería la dinámica en un mundo comunista (la experiencia de Comecon en el bloque comunista fue negativa para los países perféricos) pero en este mundo capitalista la globalización ha sido positiva, con todos los peros que se quiera para las gentes del Sur.

La hegemonía pasada de EEUU y la futura de China

EEU ha sido el mayor beneficiario de la globalización, que le ha permitido disfrutar de todo tipo de productos a precios muy bajos.

Como consecuencia del sistema de Brenton Woods y la retirada de Nixon del patrón oro, el dólar se convirtió en la moneda de reserva mundial, lo que ha permitido a los estadounidenses un consumo desaforado de productos llegados de Oriente, bajar los impuestos (sobre todo a los más ricos) y financiar sus múltiples e interminables guerras generando un déficit que en cualquier otro país hubiera determinado la intervención del FMI. Pero la globalización ha traído también una deslocalización industrial (y descontento), salvo en armamento, en lo que los estadounidenses siguen siendo líderes.

El Norte confío la producción industrial en China, primero de productos con muy poco valor añadido («todo a cien») y luego mediante copia y últimamente China ha desarrollado una tecnología propia muy avanzada, superando a estadounidenses y europeos. Pronto estadounidenses y europeos pueden estar fabricando productos con tecnología china con mano de obra más barata que la de china (Thomas Friedman).

Por de pronto los desmesurados aranceles de Washington a China está suponiendo que algunas marcas tecnológicas se planteen llevar su producción a India o Vietnam. Así que además de una improbable reindustrialización de EEUU, Trump quiere debilitar a China.

La globalización está convirtiendo a China en el nuevo hegemon, por el momento «blando» Su enorme superávit puede emplearse en rearme, investigación e inversiones en el exterior para crear y sostener infraestructuras propias de comercio del Sur a China (nueva Ruta de la Seda). El punto débil de China (una autocracia formalmente comunista, pero realmente capitalista, sin estado del bienestar) es emplear ese superávit en atender a los déficits sociales y los riesgos sistémicos de sus finanzas.

Consecuencias para los países y gentes del Norte

La globalización ha permitido que lleguen a estos países productos baratos, lo que ha favorecido un consumo desmesurado. Recordemos la crítica a este consumo por parte de Naomi Klein en el clásico «No Logo».

La llegada de productos manufacturados destruye industrias locales y con ellas puestos de trabajo. La clase trabajadora sufre un shock; no solo desaparecen puestos de trabajo, los que perviven están peor pagados y son más precarios y los sindicatos desaparecen. Zonas anteriormente industrializadas se convierten en desiertos y crece el descontento y trabajadores anteriormente de izquierdas echan la culpa de su empobrecimiento a lo inmigrantes y pasan a votar a la ultraderecha.

No solo llegan productos industriales; el transporte por barco permite la llegada de productos hortofrutícolas fuera de temporada desde la otra punta del globo. Enorme despilfarro ecológico que nos acostumbra a consumir como si no existieran las estaciones y arruina a los agricultores, otro sector explosivamente descontento. Los acuerdos comerciales pueden ser un mecanismo de prosperidad compartida, siempre que los productos importados cumplan requisitos ecológicos (no abuso de medicamentos, sin insecticidas ni fertilizantes químicos) y laborales (no trabajo esclavo).

La globalización da la puntilla a los Gloriosos Treinta, ya heridos por el neoliberalismo de Reagan y Thatcher.

El fin de la globalización nos va obligar a replantearnos nuestros hábitos de consumo.

El proteccionismo no es ni justo ni eficiente

El proteccionismo es menos eficiente; el país se aísla y la falta de competencia le encapsula Un gran ejemplo es el de DeepSearch. Por razones estratégicas, Washington impidió que China importara los procesadores Nvidia más potentes. Los chinos usaron procesadores más antiguos y menos potentes y afinando el software han logrado superar a ChatGtpt, con menor coste, menor consumo de energía, producido por una compañía pequeña, con código abierto, trabaja online o instalado en el ordenador (Aquí lo explica Newtral).

El proteccionismo (aquí más político que económico) ha propiciado que una empresa china haya batido a los grandes gigantes de EEUU. La presentación de DeepSearch supuso la caída a plomo de la cotización de Nvidia, la mayor nunca registrada en la bolsa de EEUU.

Trump está cometiendo un gran error estratégico al dar la espalda a la renovables y seguir apostando por el petróleo, de modo que al llenar el tanque el tique pueda ser algunos céntimos más barato y propiciar la victoria de sus candidatos en las elecciones de medio mandato. Pero las energías fósiles no solo calientan la atmósfera; a medio plazo el precio de las energías renovables será muy inferior al del petróleo y el gas; de modo que el país que de la espalda a las renovables verá seriamente mermada su competitividad, aunque habrá que hacer inversiones en la red eléctrica y explorar soluciones de energía distribuida. (en cuanto a las nucleares, sus defensores, normalmente contrarios a la deuda para financiar servicios públicos olvidan que la peor deuda que se puede dejar a las futuras generaciones es el tratamiento de los residuos nucleares).

El libre comercio tiene que ser justo. El mayor sistema de libre comercio del mundo es la UE, que ha creado un sistema de prosperidad compartida entre países que habían guerreado por siglos, Pero este sistema tiene distintos sistemas de compensación (fondos estructurales y de compensación, de los que tanto se ha beneficiado España). La UE no es solo un gran mercado y una potencia normativa capaz de luchar por el multilerateralismo, que Trump quiere destruir.

Cualquier sistema de libre comercio -para ser justo- tiene que incluir exigencias comunes y compensaciones para las partes más débiles. Estas son las críticas al acuerdo comercial de la UE con MERCOSUR (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay) que constituye un área de libre comercio de 77 millones de habitantes (Aquí resumen del Acuerdo por parte del Ministerio de Economía). Previsiblemente la UE exportará productos industriales y recibirá productos agrícolas, sin suficientes garantías ecológicas y con daño para los agricultores europeos. Las críticas, sobre todo de organizaciones ecologistas y agricultores, califican este tratado como un acuerdo neocolonial. La UE no lo ha ratificado porque no se ha logrado en el Consejo la mayoría cualificada necesaria, sobre todo por la oposición de Francia, donde los agricultores tienen un enorme peso político.

Para que un acuerdo comercial sea justo tiene que ajustarse a los Objetivos del Milenio, sobre todo al primero «erradicar la pobreza» y el 7 «Asegurar la sostenibilidad medioambiental».