Ida y vuelta de un soldado


Captura

Portada de las memorias de José Díaz Bravo, ilustrado por él

5 de marzo de 1938.

Hace 80 años un joven de 18 años, José Díaz Bravo, deja su casa del barrio de Estrecho, toma un autobús en la calle de García de Paredes y viajando en la baca en aquel frío día de invierno llega a Torrelaguna para alistarse como voluntario en la 3ª Compañía de Trasmisiones de la 3ª Brigada Mixta del Ejército Republicano. Era lo que le había recomendado un pariente para evitar el alistamiento obligatorio y su envío al frente en unidades de primera línea. Efectivamente, su quinta, la de 1940, fue llamada a filas el 8 de marzo.

Así empieza Ida y vuelta de un soldado, las memorias de guerra de mi padre, escritas casi 50 años después, a su jubilación en 1985. Son solo 119 cuartillas mecanografiadas, escritas con total sinceridad y ingenuidad literaria, propia de quien no tenía más que instrucción primaria. Para ello construye un alter ego, José Luis, su nombre en la partida de nacimiento.

Captura

Llamamiento a filas de la Quinta del 40, tres días después del alistamiento vountario de José Luis – ABC Diario Republicano de Izquierdas, 8-3-1938

De Torrelaguna, a la batalla -mejor dicho, a la retirada de Aragón. Luego la batalla de Ebro. Después prisiones y campos de concentración en Alcañiz, plaza de Toros de Logroño, campo de concentración de Miranda de Ebro y campo de trabajo de Son Amoix (Mallorca). El diario termina el 1 de junio de 1939, con el regreso a casa, donde su familia no sabía si estaba vivo o muerto. Después, recorrerería los cuarteles de media España, como tanto jóvenes de la Quinta del Biberon, durante casi un lustro.

En su momento leí el texto sin darle mayor importancia, porque todo aquello se lo había oído contar muchas veces, sobre todo en las cenas navideñas. Poco después murió de cáncer y el diario quedó olvidado. Ahora, llegado yo también a la jubilación, lo recupero un tercio de siglo después y quiero compartirlo desde esta modesta tribuna.

Con más tiempo libre quiero ensayar una narración multimedia a partir del diario. Confrontar su testimonio con otros testimonios (en primer lugar el de Manuel Tagüeña, el comandante de su División), hemerotecas, obras históricas y visita a los lugares descritos.

Podría hacerlo y no compartirlo. Si lo hago es porque creo que para saber quienes somos debemos saber de donde venimos.

Hay miles de diarios de combatientes de ambos bandos, hay testimonios de las víctimas de la represión, de los españoles en los campos nazis. Esta historia, en cambio, no tiene nada de heroíca.

No se trata de un luchador por ningún ideal. Simplemente de un joven que trata de sobrevivir con dignidad. Que mira con respeto a sus compañeros de filas comunistas- él, apolítico- y sin rencor hacia los nacionales que le confinaron en campos de concentración y le maltrataron. Que había perdido a su padre, muerto por un obús disparado por los nacionales desde el cerro Garabitas un año antes. Que soportó las penurias de la posguerra, el duro régimen laboral del franquismo, emigrante a Venezuela, beneficiario del desarrollismo. Nunca franquista, nunca antifranquista. Contento con la democracia, votante socialista. Uno de tantos que construyeron las mínimas condiciones materiales para que mi generación, la primera sin la experiencia de una guerra, pudiera convertir a España en un país democrático con un aceptable estado del bienestar, que ahora muestra sus grietas.

Recuperar y compartir el diario es un homenaje y una manera de mantener su memoria.

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creative commons

 

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5 respuestas to “Ida y vuelta de un soldado”

  1. Juanjo de Damborenea Says:

    Gracias Rafa por compartir este relato impresionante por su sencillez y, como bien dices, por al ingenuidad con la que está escrito. No lo he podido acabar todavía pero lo haré a la noche. Un fuerte abrazo y gracias!

    • rafaeldiazarias Says:

      Muchas gracias Juanjo. Creo que representa a tantos jóvenes sencillos que se vieron envueltos en una guerra que no era la suya y que la llevaron ya para siempre en la mochila. También es verdad esa guerra no fue impuesta por los viejos, fueron los jóvenes los que se radicalizaron en muy pocos años: unos buscando la emancipación popular, otros movidos por el miedo al cambio. Es impresionante como cuenta Tagüeña (Testimonio de dos guerras) como la FUE, sindicato universitario vital en el advenimiento de la República, se divide entre falangistas y comunistas, y como pasan rápidamente de los puños a las pistolas.

  2. rafaeldiazarias Says:

    Acabo de actualizar el pdf con las páginas que faltaban, 72, 73, 78 y 79

  3. Manuel Corral Baciero Says:

    Hola querido. Acabé de leer las memorias de guerra de tu padre. Emotivas dentro de su sencillez. Todos somos poco más que granos de arena en la montaña de la especie, pero cada uno ha tenido su papel. Si no me falla la memoria, hiciste IMEC en el Aire. Puede ser que compartieras espacio con alguno de los que le bombardearon. En fin, la vida misma. En lo que has publicado faltan las páginas 72/73 y 77/78. Están duplicadas las 70/71. Y alguna está bailada. Recientemente he casi completado una relevante colección de novela gráfica sobre la Guerra Civil. Hay trabajos impresionantes y en varios casos se basan en memorias personales. Nosotros prevemos estar en Brasil y Chile hasta primeros de abril. Si quieres, a la vuelta hallamos hueco y repasamos la microhistoria. Abrazos en casa.

    Manuel Corral

    ________________________________

  4. rafaeldiazarias Says:

    Gracias Manolo. Ya he corregido los errores del pdf. Nos ponemos en contacto en abril. Abrazos


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