Es toda una epidemia. Periódicos o revistas que cierran su edición en papel y se centran en la edición en línea. The Crhistian Science Monitor es el caso más importante. Ante la caída de los ingresos publicitarios provenientes del papel, muchos propietarios creen que es la única salvación.
Avisos para navegantes. El sacrificio de la edición en papel puede ser un suicidio. The Guardian resume el trabajo de dos investigadores de la City University of London, Thurman y Myllylahti (PDF) sobre el diario económico finlandés Taloussanomat, que decidió en diciembre de 2007 su edición en papel. El resultado fue, sí, que los costes se redujeron en un 50%, pero los lectores disminueron en un 22% y los ingresos en un 75%. Un negocio ruinoso.
Andan por ahí muchos profetas que ponen fecha concreta a la desaparición de los periódicos. En estas operaciones no se trata sólo de eliminar los costes de fabricación y distribución sino de reducir las redacciones. La calidad de la información cae y los lectores lo notan. Pierde también esa cabecera empaque, competiendo con millones de páginas y blogs. Como dice el autor del estudio, el lector de papel puede pasar un hora y media leyendo el periódico, el lector digital puede gastar minuto y medio de su tiempo en la página web.
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