Los peligros de Bolonia


Algunos -en el lado de los estudiantes y en el lado de las autoridades universitarias y policiales- están consiguiendo que la reforma de Bolonia se convierta en un problema de orden público. Muchos estaban esperando incidentes como los de ayer en Barcelona. Es lo peor que le podría ocurrir a la Universidad, que su reforma se convierta en campo de batalla y no de debate. Me reafirmo en el análisis que hice casi hace un año.

El otro peligro es que se convierta en una gran mentira. Una reforma a «coste cero» no desarrollará su principal aspecto positivo, el cambio hacia un aprendizaje dinámico. Si la Universidad sigue masificada, como parece que ocurrirá en las grandes universidades, los rótulos cambiarán, pero los contenidos y los métodos didácticos serán los mismos. Se producirá un gran caos en el que todos perderán. Los profesores no están preparados y muchos ni quieren estarlo. La dedicación docente tendrá que aumentar, con consecuencias negativas para la investigación.

Recojo a continuación dos documentos que llaman al debate desde el rechazo de la reforma. Uno es la carta de los alumnos de la Facultad de Ciencias de la Información a sus profesores. Tiene un toque de sinceridad e idealismo que emocionan. Otro es el manifiesto de los catedráticos y profesores opuestos a Bolonia, cuyo primer firmante es Fernando Savater. En este manifiesto se critican las campañas de información convertidas en propaganda. A este respecto cabe recordar la campaña informativa lanzada por RTVE hace dos semanas. El servicio público tiene la obligación de afrontar todos los grandes temas sociales, pero creo que es un error convertirlos en campañas, que se convierten en autopromociones. La información en este caso fue bastante ramplona; estaban, por supuesto, las voces contrarias, pero todo se quedaba en una caricatura. Salvo el Crónicas Generación Bolonia con un planteamiento serio y en profundidad, cuyo visionado recomiendo.

Recojo a continuación los dos documentos señalados.

Carta Abierta al Profesorado:

Somos futuro. La juventud respondona e incomprensible que decía Platón. Cuerpos desnudos queriendo cambiar el mundo. Como ustedes. Como los abuelos de nuestros abuelos.

Como ustedes, decimos no a lo que no nos gusta y luchamos cuando no se nos tiene en cuenta. Gritamos en la calle, en las facultades, en las escuelas y exigimos participar.

No somos vanguardia, ni novedad. Solo somos la fuerza necesaria que protagoniza la juventud eterna moviendo la historia, creándola. Como ustedes.

Por eso, porque estamos convencidos de la importancia de nuestra labor tomamos el relevo de vosotros, como vosotros.

Cada vez más fuertes, los estudiantes hemos retomado el viejo movimiento imparable y transformador que nunca envejece. Seremos recordados, como vosotros y ojalá que con vosotros.

La edad da la experiencia y la juventud la valentía. Guiadnos por el camino que hemos construido, construid el camino con la guía que os ofrecemos. Dejemos de lado el pesimismo de la madurez, ¡bienvenido el optimismo juvenil! Basta de trabas, el proceso de Bolonia se puede parar, pues todo lo que la sociedad quiere la sociedad lo consigue.

Esto no acaba aquí. La Estrategia de Universidad 2015 plantea un nuevo horizonte en la lucha, un segundo paso del proceso de Bolonia. Esto aún no ha terminado y nuestro movimiento es infinito, él si que es imparable.

Profesoras y profesores, bajad a los cimientos de la Universidad. Allí estamos nosotros construyéndola y no nos vamos. Quedáis invitados a poner vuestros ladrillos. Juntos, somos invencibles. Atentamente,

Asamblea de Ciencias de la Información.

Declaración de profesores e investigadores universitarios sobre la huelga del 12 de marzo contra la actual reforma universitaria (Plan Bolonia)
Quienes firmamos este escrito, todos profesores e investigadores universitarios, declaramos, en primer lugar, que nos ha decidido a redactarlo y a hacerlo público el espectáculo bochornoso de la respuesta institucional a los estudiantes contrarios a los principios y al modo de implantación de la actual reforma universitaria. No es difícil pronosticar en qué quedará el desigual pulso entre, por un lado, universitarios que piden el aplazamiento de la puesta en marcha de dicha reforma hasta que una verdadera discusión pública haya esclarecido su sentido general y su contenido preciso y, por otro, el poderoso complejo gubernativo-gerencial-mediático responsable de la reforma misma y del diseño y ejecución de la actual campaña de “información” sobre el denominado plan Bolonia.
Pero la sociedad española debe saber que, lejos de tratarse de energúmenos antisistema o desinformados adolescentes, los estudiantes del llamado “movimiento anti-Bolonia” son, en este momento, los únicos miembros de la comunidad universitaria que están teniendo la lucidez, la responsabilidad, el coraje y la generosidad suficientes para defender inflexiblemente, contra su sustitución por una cosa bien distinta, el concepto mismo y las condiciones de existencia de un verdadero sistema de enseñanza superior. Los únicos interesados, al parecer, en la supervivencia y ratificación de una institución que conserve de “Universidad” algo más que el nombre y que permanezca ligada a los ideales de la Ilustración por algo distinto de la propaganda. Lo hacen en un país y en un mundo que se muestra incapaz de entender y respetar una actividad como el estudio, en un país y en un mundo que desprecia la idea misma de una búsqueda desinteresada de la verdad, que ignora, en general, todo lo que una larga tradición llamó teoría, y que apela al “interés de la sociedad” para socavar las bases humanistas y los logros institucionales del concepto político de igualdad.
La sociedad española debe saber que somos muchos los profesores e investigadores que, quizá no tan generosos, quizá no tan valientes, y desde luego mucho menos eficaces que estos estudiantes, suscribimos plenamente sus planteamientos. Es más que probable que sean derrotados en su esfuerzo por conservar el tesoro de independencia científica y de libertad académica que todavía connota la palabra “Universidad”, que el estruendo y los publi-reportajes diseñados para desactivarla distorsionen lo más hondo de la exigencia de estos muchachos: la exigencia de que no desaparezca de su país el lugar y la promesa de una posibilidad de vida seria, regida por el amor al saber y a la realidad. Esa promesa nos encaminó a la Universidad cuando éramos estudiantes: reconocíamos en ella el lugar que guardaba la libertad para la verdad como su esencia más propia, el fin del colegio y los tutores, la oportunidad también para nosotros de convivir, como adultos, con hombres sabios que no tenían otro interés que la investigación de las cosas del mundo, por ellas mismas, por amor del conocimiento.
Por eso, si los estudiantes son derrotados en su defensa de la Universidad pública quisiéramos que se nos considerara derrotados con ellos. Y por esta misma razón, nos sumamos a la llamada que hacen a la comunidad universitaria, y pedimos apoyo a la huelga y manifestación del 12 de marzo en defensa de la Universidad pública.

Los interesados en adherirse a esta declaración pueden registrar sus datos (nombre y apellidos, vinculación institucional, Facultad/Departamento y Universidad) en el siguiente formulario.

Ver lista de adhesiones http://spreadsheets.google.com/pub?key=pZwL-lvIAxO7B-lazeArIEA

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