Testimonio


«A veces te trastorna tanto lo que has visto que se te acelera el corazón y sabes que la terrible imagen que tus ojos acaban de ver te acompañará y pesará intolerablemente sobre tu alma toda la vida»

Vasili Grossman

Supe de Vasili Grossman por las reiteradas citas que de su diario y artículos hacía Antony Beevor en sus obras Stalingrado y Berlín. Grossman, escritor ruso de origen judío, cubrió toda la guerra para el periódico Bandera Roja, desde el ataque alemán contra la Unión Soviética en 1941, hasta la toma de Berlín por el Ejército Rojo en 1945. Después leí Vida y Destino y he terminado en sus diarios, editados por Beevor y Luba Vinogradova bajo el título Un escritor en guerra, de donde he sacado la cita que abre esta entrada.

Las palabras de Grossman son pura experiencia. Dio testimonio de lo que vio (el horror de la guerra, el infierno de los campos de exterminio, pero también del heroismo y la solidaridad) y eso pesó siempre sobre su conciencia y cambió su vida. Después de narrar en un artículo el infernal mecanismo de muerte del campo de Treblinka, advierte:

«Si se hace infinitamente duro leer esto, el lector debe creerme que también es infinitamente difícil escribirlo. Alguien puede preguntar: ‘¿Y por qué escribir sobre esto, por qué recordarlo?’ Es el deber del escritor contar esa terrible verdad y el deber civil del lector es conocerla. Quien mirara hacia otro lado, quien cerrara losojos sin querer saber nada insultaría la memoria de los muertos»

Testimoniar la realidad es el deber básico del periodista, testimoniar la realidad y profundizar, además, en el alma humana, es el deber del escritor. Puede que la mayoría de los periodistas se pasen la vida dando testimonio de la realidad construida por los pseudoacontecimientos montados por los poderosos, asistiendo sin descanso de una rueda de prensa a otra, en la que ni siquiera ya pregunta, bien por premura, cansancio, desinterés o pleitesía al poderoso. Pero también muchos periodistas se encuentran de bruces con la realidad, una realidad dura, difícil de aceptar. No hace falta ser corresponsal de guerra, puede que seamos un simple informador (precario) de local que tiene que informar de una revuelta en un barrio marginal. Hay que saber entonces liberarse de clichés e ir más allá de lo evidente y profundizar en la causas, aunque resulte molesto para el lector, el oyente o el espectador.

He defendido siempre no cargar las tintas en imágenes duras o escabrosas, pero someterse al buen gusto o respetar una sensibilidad de espectador demasiado timorato nos llevará a traicionar ese deber de testimonio. ¿Podrían haberse moistrado hoy en los telediarios las imágenes de Auschwitz, Treblinka o Bergen-Belsen tras su liberación, imágenes en color y alta definición? Los periodistas tienen que tener estómago, pero también ha de tenerlo el público, cuando lo que está en juego es la propia dignidad de la especie humana.

Decía que Grossman que esas imágenes que Grossman llevaba en su alma cambiaron su vida. A comienzos de los 60 escribió Vida y Destino, la Guerra y Paz del siglo XX, un alegato contra todos lo totalistarismo y que, precisamente, por su denuncia de estalinismo no pudo ver publicada -murió en 1963 y el manuscrito se salvó gracias a su hija que lo publicó en los 90. Confieso que cuando compré el libro, el título me pareció anodino. Luego comprendí su sentido. Todos tenemos un destino ineludible, muy a menudo un destino terrible como aquellas generaciones, pero todos construimos nuestra propia vida con actos de libertad. Como aquel prisionero, que es torturado y asesinado por no querer construir las cámara de gas. Como ese soldado que sigue resistiendo contra toda esperanza. Como el científico que se niega a retractarse de sus trabajos y a quien rehabilita el propio Stalin con una llamada telefónica, el mismo científico que luego firmara apoyando una purga más… Recomiendo la lectura de Vida y Destino como una obra excepcional.

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Una respuesta to “Testimonio”

  1. Siete cualidades para ser periodista « Diario de hoy Says:

    […] Un estómago resistente. Para mí es una de condiciones más difíciles de cumplir. Pero si no hay nadie allí para […]


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