No me gusta ser simple eco de las noticias, pero voy a romper mi propia regla. China acaba de superar en número de internautas a Estados Unidos (Reuters). Ya hay 221 millones de chinos que acceden regularmente al ciberespacio, según las autoridades chinas. China se convierte en el país con el mayor número de internautas. La proporción sobre la población total (16%) está todavía por debajo de la media mundial (19,1%, España casi un 50%). Ese bajo porcentaje augura, precisamente, un rápido crecimiento. Piénsese que sólo con llegar a esa media mundial, China sumaría otros 45 millones de internautas.
La noticia no es sino un síntoma más del liderazgo de China en esta era de globalización. El inglés sigue dominando en la red porque es el idioma universal, pero crear contenidos en chino es proyectar un producto a la mayor masa de internautas con una lengua y una cultura común (con su propia diversidad, claro está) en un mismo espacio público. Hasta ahora, las autoridades chinas han logrado controlar parcialmente los contenidos, pero, sobre todo, controlar a los internautas, contando para ello con los grandes compañías de la red (Yahoo, Google). Pero ese esfuerzo cada vez será más costoso, no sólo en términos de recursos empleados en el propio control, sino, sobre todo, en la pérdida de oportunidades y creatividad. La revolución terminará llegando a China por el ciberespacio. No será, claro, una explosión violenta, sino una progresiva construcción de un espacio público más abierto a través de las comunidades creadas en la red.
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