¿Quién no se ha consumido en esos 15′ que dura el vídeo publicitario (pre-roll video) antes de que arranque el que verdaderamente nos interesa? ¿Quién no ha maldecido al creer que descargaba el vídeo de su interés y en realidad bajaba un vídeo publicitario previo?
Pocas formas de ciberpublicidad son tan molestas como este vídeo que nos obligan a ver, deteniendo nuestra dinámica de navegación, hasta el punto de que nuestro interés por el vídeo principal desaparece.
TubeMogul, una empresa que mide el consumo de los cibervídeos y ofrece servicios como centralizar la carga en su página de vídeos destinados a distintos agregadores, ha realizado una investigación de la que resulta que el 15,89% de los usuarios se saltan el vídeo publicitario y el vídeo principal tan pronto como empieza el publicitario, pero esta cifra es casi del 25% en el caso de los diarios y de de un 10% en las páginas de las televisiones. Supongo que los usuarios de los diarios o son más exigentes o tienen más prisa por ver un vídeo breve, mientras que los de las televisiones pueden que estén más predispuestos a ver la publicidad y no les importe esperar para ver un clip concreto de su serie favorita.
Los publicitarios pueden estar pagando por algo que no se ve, mientras que los editores pueden perder la cuarta parte de su audiencia.
Una vez más, la publicidad encuentra dificulatades para adaptarse a la Red, sobre todo en sus versiones más invasivas porque es más fácil saltársela que en el mundo analógico.
De todas maneras, que paciencia tenemos los consumidores.