Adiós a Drnovsek


Janez DrnosekVeo en las necrológicas de los periódicos (ahora, obituarios, con término anglosajón) que el pasado viernes 22 murió Janez Drnovsek, ex primer ministro y ex presidente de Eslovenia. La muerte pone fin a una larga enfermedad contra el cáncer que comenzó en 1999.

Drnovsek ha tenido varias vidas, o mejor, ha expresado una personalidad íntegra y única por medio de distintas formas de servicio público y, en la última década, por un proceso de introspección espiritual.

Drnovsek era uno de los jóvenes reformistas de la Liga de los Comunistas Eslovenos. Economista de formación, saltó a la palestra cuando el partido único esloveno decidió elegir por votación popular su representante en la Presidencia Colegiada Yugoslava. Drnovsek era un desconocido, pero consiguió derrotar al candidato oficial. Fue necesario que el la Asamblea eslovena endosara la elección para que el resto de las repúblicas federadas admitieran que uno de los miembros de la jefatura colegiada del estado hubiera sido elegido por votación popular. Drnosek ha contado su experiencia de aquellos años en unas memorias publicadas en España por Grijalbo en España bajo el título «La trampa balcánica».

Es un testimonio excepcional de los dos años decisivos para la ruptura de Yugoslavia, 1989 y 1990. Antes de llegar a Belgrado, Drnovsek era partidario de una mayor autonomía de las repúblicas, para que cada una pudiera hacer las reformas económicas y políticas que deseara. Pero su choque con la burocracia y el ejército federal le llevan a posiciones más radicalmente nacionalistas. La ruptura de la Liga de los Comunistas Yugoslavos había cortado el más importante vínculo político de la Yugoslavia post Tito. Mientras los eslovenos se iban de la Liga, la Serbia de un Milosevic recién llegado al poder imponía sanciones económicas a la república alpina, la más eficiente y rica del país.

Todas las tensiones terminaron por romper en la Presidencia Colegiada. Drnovsek fue su presidente durante la Cumbre de los No Alineados en Belgrado, un evento capital para la burocracia federal y que el joven presidente consideraba un simple engorro fuera de tiempo. Las tensiones en la cúpula política y las interferencias militares recuerdan a los primeros años de la transición española. Drnovsek medió entre unos y otros, pero terminó abandonando la institución cuando resultó imposible dar el relevo al croata-abiertamente separatista- Stipe Mesic, pocas semanas antes de que Eslovenia y Croacia declararán unilateralmente la independencia, prontamente reconocidas por Alemania y el Vaticano.

En julio de 1991 el Ejército Federal atacó Eslovenia y terminó por retirarse después de un par de semanas de guerra, el balance menos sangriento de todo el proceso de desintegración yugoslava, aunque todavía queda pendiente de dilucidar la responsabilidad por el asesinato de un grupo de reclutas federales.

Drnovsek negoció la retirada de las fuerzas federales. En la década de los 90, Drnovsek fue 9 nueve años primer ministro en tres periodos. En esa década, dirigió desde posiciones de centroizquierda una ordenada transición a la economía de mercado y el ingreso en la OTAN y en la Unión Europea.

Tuve la oportunidad de entrevistarle en varias ocasiones en España y Eslovenia. Siempre amable, nunca se negaba a responder en el español que aprendió de joven en Salamanca, lo que no dejaba de ser para él un handicap.

En 2002 llegó a la presidencia, coincidiendo con un agravamiento de su enfermedad. Desahuciado por los médicos, exploró métodos de curación tradicional, se hizo vegetariano, pero, sobre todo, inició un proceso de introspección espiritual. Vivía solo, en el campo y desde allí hacía llamadas en favor de una vida más auténtica y dirigió -sin éxito- iniciativas para superar el genocidio en Darfur y para una solución consensuada en Kosovo. Su reivindicación de los pueblos indígenas le llevó a acompañar a Evo Morales en su toma de posesión…

Todas estas «excentricidades» sacaban de quicio al primer ministro Janez Jansa (el organizador del embrión del ejército esloveno en 1989, 1990), un viejo rival político, al que Drnovsek criticó constantemente desde la presidencia por la que consideraba deriva autoritaria al intentar acallar las voces críticas. En este clima, Drnovsek fue tratado como un lunático y ninguneado políticamente.

Descanse en paz Janez Drnovsek.

Enlaces: Obituario en The Times, biografía en Cidob.

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