Cayeron las Torres Gemelas.
Nos dijeron que era una nueva era. Que los enemigos no tenían derechos. Que todos eramos potencialmente enemigos. Que estaríamos seguros si nos desnudábamos de nuestra dignidad. Que destruirían las armas que nos destruirían. Que lo importante era salir en la foto. Que no nos podíamos permitir el lujo de dejar de destruir el planeta. Que no nos podíamos permitir el lujo de terminar con la pobreza. Que estábamos en un círculo virtuoso. Que nos caerían las migajas del hiperpastel financiero.
Y llegó la desaceleración… la crisis… la recesión… la estaflación… la deflación… la recesión
Nos dicen que refundarán el capitalismo en una «photoportunity». Pero no han leido a Adam Smith, ni a Carlos Marx. Pero no han leido no John Maynard Keynes, ni a Milton Friedman.
Nos dicen que el planeta puede esperar. Nos dicen que la pobreza puede esperar. Y que para que sigamos pagando nuestras hipotecas a 40 años tenemos que prestar billones a los bancos y así podremos pagar las hipotecas en 50 años. Que hacen falta fondos de todos para pagar nuestros propios despidos.
Nos dicen que no hay alternativa.
Y en esto llegó Obama
Nos dicen que es una nueva era.
Que por primera vez un negro llega a la presidencia imperial. Que es cosmopolita. Que se ha hecho a si mismo. Que es un gran orador. Que está preparado. Que sabe escuchar. Que es joven. Que es hábil. Que es disciplinado.
Que pudo ser socio millonario de una firma legal, pero prefirió trabajar con los más desfavorecidos.
Que quiere bajar los impuestos a la clase media y subirlos a los más ricos.
Que coquetea con la idea de un servicio público de salud.
Que no cuestiona la pena de muerte.
Que no descarta una legalización de los inmigrantes.
Que dará prioridad a nuevas fuentes energéticas.
Que no cuestiona las raíces del sistema.
Que ha sabido dar expresión al deseo difuso de cambio. Que montado en esa ola llega a la presidencia.
Que los afroamericanos por primera vez se sienten orgullosos de su país.
Que cerrará Guantánamo -la cárcel, no la base.
Que se retirará poco a poco de Irak. Que mandará más soldados a Afganistán y nos pedirá que nosotros también los enviemos.
Que no cuestiona el sacrosanto derecho de Israel a ocupar la tierra que Yahvé le legó.
Que hablará con todos, con Ahmedinejad, con Chaves o con Castro. Que hablar no quiere decir ceder.
Que se acabaron las «reaganomics».
Que todo el mundo le mira con simpatía. Que todos los extranjeros hubieran votado por él.
Que escoge como colaboradores a los colaboradores o alumnos de Clinton.
¿Será el comienzo de una nueva era?
Una nueva era, en la que si no somos capaces de encontrar alternativa al sistema, pongamos al menos por delante los derechos, lo público, la lucha contra la pobreza y la preservación del planeta.
lunes, 24 Nov 08 a las 12:48 am
Estoy un poco indigando con todos los medios de comunicación europeos, ya que todos se han «comido» el producto que han manadado los yankis desde la «Tierra de las Oportunidades».
De acuerdo que Barak Obama somboliza (o puede) el radical cambio necesario en el interior de Estado Unidos, después del descalabro de la Administración Bush. Pero han mandado un mensaje al exterior como si se tratase de un Messias salvador, que todo lo arreglará y que a todos ayudará. Eso lo saben hacer muy bien los estounidenses.
En primer lugar, el señor Obama no es negro racialmente, es mulato. ‘Bang’!, la primera en la frente. Vale que no es blanco, eso todos lo hemos visto. Pero no es lo mismo vendernos a un negro en la Casa Blanca (‘Oh, eso solo puede suceder en EE. UU.’) que a un hombre no blanco, hijo de negro y de blanca.
En segundo lugar, étnicamente no es afroamericano. Un afroamericano es un ciudadano americano descendiente de los antiguos africanos subsaharianos que fueron transportados como esclavos a América por los europeos para trabajar en las colonias como esclavos. El papa de Obama no responde para nada a esta descripción ni por asomo. Su mujer sí que es afroamericana y negra, y juega esta baza a favor. Y es por esto que nunca la veremos dar grandes discursos, o actuar en primer lugar, sino, y como mucho, al final del un meeting.
Y tercero, no es descendiente de un Inmigrante como tal. El padre de Obama era un keniata que llego a EE. UU. con una muy buena beca de estudios bajo el brazo, de familia acomodada y sin problemas graves a sus espaldas (y no como los ‘espaldas mojadas’, nunca mejor dicho). Con lo cual, tu cuando llegas de «ERASMUS» a un país, recibes la denominación de estudiante en el extranjero, y no de inmigrante.
Es muy bonito presentar a Obama como un compendio de estos tres aspectos para representar el gran milagro yanki, y lo peor es que nos lo hemos tragado. Mucho más efectivo que haber sacado a la luz pública la verdad de Obama. Ha sabido llevar muy bien esta ambigüedad para jugar entre las diferentes etnias que pueblan los Estados Unidos, que es la verdadera lucha en ese país ( y este es uno de los motivos por el que los latinos de EE. UU., y parte de los campesinos blancos que nunca votaría a un negro, lo hiciesen por Obama).
Por supuesto que el nuevo presidente electo es el mejor entre los otros mojinos que se querían hacer con el control de Estados Unidos, el que mejor campaña electoral ha desplegado, el mejor orador, el que mejor puede desarrollar las políticas sociales, etc. etc. etc. Sólo gente como retrógrada como Aznar no lo votaría (por no decir otras cosas).
Lo que pasa es que además han aprovachado para mandar al resto del universo el mensaje revelador de la grandeza de un país siempre en consonancia con la modernidad, igualdad y libertad: Estados Unidos como la potencia salvadora, por haber elegido de entre todos a un negro, afro y descendientes de inmigrantes, toma ya (y para colmo esbirriado, como dice Terminator). Es que ni los Republicanos han mostrado esto a sabiendas del beneficio para el país.
Pero no nos equivoquemos, EE.UU. sigue siendo igual de xenófobo, sexista y patriótico que hace 20 años. Esperemos que el señor Barak Obama cambie el país.
Y mientras esto sucede, mi indiganción hacia los MCM Europeos.
lunes, 24 Nov 08 a las 6:43 pm
Es cierto que Obama no es un afroamericano ni siquiera hijo de inmigrantes. Pero su origen social es la clase media con dificultades económicas. Su historia es cosmopolita y conoce de primera mano a los más desfavorecidos. Y lo que es más importante, ha llegado a la presidencia en la cresta de la ola de un anhelo de cambio. Veremos si no dilapida ese capital.
miércoles, 26 Nov 08 a las 1:00 am
Claro, claro, si eso yo no lo desmiento, y es una suerte que un hombre como este haya llegado a la presidencia de Estados Unidos.
Lo que me molesta es que nadie haya incidido en lo expuesto, y hacer ver a la gente el bulo que nos han metiendo para hacer ver lo bueno que son los yankis, en lugar caracterizar al futuro Presidente como usted mismo ha hecho.
Gracias. Y felicidades por el blog, siempre es una referencia.
lunes, 01 Dic 08 a las 2:44 pm
Barack Obama será el primer presidente negro de los EE.UU. porque lo es para los estadounidenses. Porque lo han elegido viendo un negro (aunque nosotros veamos un mulato.)
…Y como «EE.UU. sigue siendo igual de xenófobo, sexista y patriótico que hace 20 años», Barack Obama es negro.
Porque en ese país es negro quien no es 100% (como poco) blanco.
Porque en EE.UU. tener un tatarabuelo negro te acredita como negro (aunque todos tus demás ascendientes sean de la raza más blanca que exista sobre la faz de la tierra).
Y por eso dicen que Colin Powell es negro, y no irlandés o escocés; y que Mariah Carey es negra, y no venezolana o irlandesa…