No podemos decir que no sabíamos


UNICEF/UNI448902/Mohammad Ajjour
Amal, de 7 años, contempla su vecindario después de que las casas vecinas fueran arrasadas

Cuando las tropas aliadas liberaban los campos de exterminio instalados en el territorio alemán, obligaban a los vecinos de las poblaciones cercanas a visitar las instalaciones e incluso, a veces, a enterrar las masas de cadáveres apiladas.

Durante mucho tiempo, toda una generación de alemanes negó que conocieran la máquina genocida puesta en marcha por los nazis, que exterminó a 6 millones de judíos y centenares de miles de gitanos, discapacitados y opositores políticos. Era imposible que una operación que suponía el desplazamiento de millones de personas fuera ignorada, pero al menos aquellos alemanes podían alegar que no sabían porque era una operación que no se desarrollaba en público.

Nosotros no podemos decir que no sabíamos. El genocidio de Gaza se desarrolla ante nuestros ojos. Presenciamos hipnotizados ante las pantallas las atrocidades contra el pueblo palestino. Pese a que soy consciente de la dificultad de probar la intencionalidad de exterminar a un grupo humano (que es la esencia del delito de genocidio) creo que en este caso se dan una serie de elementos (crímenes contra la humanidad y declaraciones ) que avalan lo que para el historiador judío Raz Segal es un genocidio de manual:

  • Bombardeos indiscriminados sobre zonas densamente pobladas, con la excusa de que existen objetivos militares, con más de10.000 muertos civiles. un 4.000 niños y 25.000 heridos, la mayoría con quemaduras (a 6 de noviembre, 30 días después de que empezaran los bombardeos israelíes sobre Gaza).
  • El corte de los suministros (agua. alimentos, electricidad, medicamentos).
  • El ataque a hospitales y ambulancias.
  • Desplazamientos forzosos: un millón de gazatíes se han trasladado al sur de la Gaza, siguiendo las órdenes israelíes. lo que no ha evitado que sigan siendo bombardeados.
  • El ataque contra periodistas y el corte de las comunicaciones.
  • El recrudecimiento de los ataques de los colonos contra palestinos en Cisjordania.
  • Por último, y no menos importante, las declaraciones de responsables que deshumanizan a los palestinos (Vale la pena ver los 6 minutos del vídeo-que incluyo al final de esta entrada- en el que el periodista israelí Gideon Levy explica como durante 80 años el Estado de Israel ha encerrado a los palestinos en un apartheid físico y mental).
  • No se deben comparar estos hechos con el genocidio nazi y el Holocausto, un hecho histórico único, en el que se pretendió por primera vez exterminar de forma industrial a los pueblos judío y gitano (léase a Guillermo Altares «Que dejen en paz el Holocausto»), pero salvando todas las distancias, lo que pasa en Gaza es como si el Gueto de Varsovia hubiera sido bombardeado diariamente por aviones Stukas, una de las armas más avanzadas del momento.

Todo parece indicar que Israel pretende establecer una ocupación militar en el norte y desplazar a la población al sur y si puede expulsarla al Sinaí egipcio o a otros países. La solución de dos estados es inviable con 600.000 colonos en Cisjordania. El objetivo último de todas estas operaciones, repuesta a los crímenes execrables de Hamás es la definitiva constitución del Gran Israel, un estado judío desde el Jordán hasta en Mediterráneo, la tierra prometida entregada por Yahvé a su pueblo elegido.

Por muchas barrera que Israel erija, salvo que extermine a todos los palestinos, tarde o temprano habrá otro estallido de violencia. Hamás, además de una organización terrorista, es un movimiento social y religioso, que provee servicios y controla la administración de la Franja. Desmontar Hamás y depurar a todos los que han tenido relación con el movimiento puede ser tan peligroso como fue el desmantelamiento del partido-movimiento Baas en Irak, que trajo el surgimiento de Al Qaeda y el Estado Islámico. Los jóvenes terroristas que atacaron Israel eran niños o adolescentes en las anteriores ataques israelíes, el último en 2014.

¿Por qué no se puede hacer nada para parar el genocidio?

En estos días, todas las personas de buena voluntad se hacen esta pregunta. Según la conciencia y la disponibilidad de cada uno se puede firmar protestas, manifiestos, asistir a concentraciones… pero con muy poca capacidad de presionar.

Estados Unidos apoya cerradamente y arma a Israel. Como ya indiqué en otra entrada anterior, hay dos lobbies poderosísimos. Las judíos liberales, que en gran parte controlan la intelligetsia de las relaciones internacionales. El otro es la extrema derecha religiosa que ve en Israel la nueva Jerusalén, imprescindible para sus esperanzas mesiánicas. Además, Israel ha sido el gendarme norteamericano y no se puede dejar de apoyar a un aliado esencial para la supremacía estadounidense.

Como miembro permanente del Consejo de Seguridad, Washington ha vetado cualquier resolución pidiendo un alto el fuego y ha entorpecido el papel diplomático de la ONU. No admite más que pausas humanitarias puntuales, en la línea de Netayahu.

En Europa, sigue pesando la culpa del Holocausto, sobre todo en Alemania. En Francia, la comunidad judía es muy importante y ha sufrido en los últimos años reiterados ataques, de modo que decenas de miles de judío franceses han emigrado a Israel. En toda Europa cualquiera que critique al gobierno israelí o defienda los derechos palestinos es tachado de antisemita (este fue uno de los motivos de la caída del líder laborista Jeremy Corbyn).

El apoyo acrítico de la presidenta de la Comisión a Israel ha puesto en evidencia a la UE, por mucho que el responsable de la política exterior haya insistido, una y otra vez que la respuesta israelí debe respetar el derecho humanitario. Aunque la UE impusiera a Israel sanciones como lo ha hecho con Rusia serían muy poco eficaces, porque la dependencia europea del estado sionista es mínima, aunque podría causarle daños económicos poco relevantes. Sólo EEUU tiene la influencia para detener la matanza y no parece dispuesto a hacerlo, más allá de algunos alivios cosméticos.

En comparación con la agresión rusa a Ucrania está claro el doble rasero. Difícilmente, la UE podrá involucrarse en el futuro como mediador y estratega de la paz en la región.

El periodista judío, Gideon Levy, explica como durante 80 años el Estado de Israel haa tenido como política central la deshumanización y destrucción del pueblo palestino. Son 6 minutos imprescindibles.

3 respuestas to “No podemos decir que no sabíamos”

  1. Avatar de Marcial Murciano Murcianomartinez Marcial Murciano Murcianomartinez Says:

    Felicitaciones, Rafael. Excelente el video de Levy. Un abrazo, MM

  2. La Navidad del genocidio | Periodismo Global: la otra mirada Says:

    […] ruido navideño puede llevarnos a olvidar que ante nuestros ojos se desarrolla un genocidio (al margen de que en proceso penal internacional resultara difícil probar la voluntad explícita […]


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