Poder gitano


Europa en Suma dedicó su Hora Europea de ayer a los Gitanos en la UE. La cuestión central que se planteó en una tertulia muy estimulante fue ¿debe la UE reconocer a los gitanos como un pueblo europeo sin territorio y dotarles de una representación al máximo nivel?

La propuesta partió de Miguel Fonda, presidente de la Federación de Asociaciones de Rumanos en España (FEDROM). Fonda, español hijo de exilados rumanos, recordó que los gitanos fueron legalmente esclavos en Rumanía hasta 1860 y que hoy, todavía muchos gitanos viven en situaciones de marginación equivalentes a la esclavitud. Se nos recordó también por un asistente el genocidio gitano perpetrado por los nazis.

Por todo ello, Fonda defendió que el pueblo gitano, un pueblo sin territorio ni Estado, conquiste poder y autonomía (empoderamiento, apoderamiento) y adquiera una representación institucional al máximo nivel como uno de los elementos constitutivos de la identidad europea. Este apoderamiento debería de ir acompañado de políticas sociales para lograr su integración.

Esta propuesta tiene un primer desarrollo indiscutible. Son los propios gitanos los que deben tomar en sus manos su destino, adaptando su cultura al mundo de hoy y promoviendo líderes comunitarios que puedan ser interlocutores con las autoridades locales.

Más discutible me parece una representación política como pueblo europeo. Porque entiendo que no se trata de formar un consejo asesor de la Comisión o el Parlamento, sino de una verdadera instancia política con competencias definidas. ¿Cómo insertar este poder en la complicada arquitectura institucional de la UE? ¿Cómo elegirla? ¿Por sufragio universal?. Y, sobre todo ¿no supondría fragmentar la ciudadanía?

Muy relacionada con este debate estuvo la intervención de Diego Fernández, director del Instituto de Cultura Gitana, dependiente del Ministerio de Cultura. Fernández, que definió la fundación que preside como un órgano político, defendió la suma de identidades en una única ciudadanía. Hoy -dijo- la integración de los gitanos españoles es un modelo para Europa. Pero nos recordó cómo si del siglo XV al XVIII la política española ante los gitanos fue la expulsión en el XIX y el XX, hasta la democracia, fue la reclusión.

Francisco Fonseca, director de la Representación de la Comisión Europea en España, ilustró brillantemente el derecho a libertad de circulación y residencia a partir de la Directiva 2004/38 (pdf, directrices de la Comisión para su trasposición). La Comisión ha emplazado a Francia para que su legislación interna cumpla la normativa europea en materia de expulsiones, de modo que éstas estén sometidas a un conjunto de garantías procesales.

Por su parte, el embajador de Eslovaquia, Jan Skoda, resumió el desarrollo de proyectos europeos para la integración de los gitanos en su país.

La operación xenófoba de Sarkozy nos ha recordado a todos que un pueblo europeo, el gitano, merece la justicia que se le ha negado durante siglos.

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Una respuesta to “Poder gitano”

  1. Roberto Says:

    Gracias Rafa por tus apuntes. Por circunstancias personales llevaba tiempo hablando con la gente del Consulado de Rumanía en Sevilla, el esfuerzo era extremo y los resultados escasos. Tu apunte de FEDROM es una muy interesante puerta abierta; que además nos acerques sus inquietudes es para darte un 10.

    Un abrazo


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