Benazir Butto ha muerto asesinada, víctima de -en principio- un atentado suicida. Se cumple así un trágico destino (su padre fue ahorcado y su hermano murió violentamente), paralelo al de la otra gran saga política del subcontinente indostánico, la de los Gandhi en la India.
Pakistán entra, así, en una fase de mayor incertidumbre, si cabe. El casi seguro pacto entre Musharraf y Butto después de las elecciones del 8 de enero ahora parece frustrarse. La autoría material será atribuida a los islamistas radicales próximos a Al Qaeda, pero no puedo dejar de pensar que en Pakistán nada se mueve sin la participación de los servicios secretos…
Dejo el análisis a otros más expertos. Aquí sólo quiero comentar estas tres fotos, tres momentos en la vida de Butto, que me traen a la memoria imágenes profesionales.
La primera (obtenida en BBC News) corresponde a 1972, durante un viaje de su padre Zulfikar Ali Butto a la India, el primero después de la guerra que terminó con la independencia de Bangladesh. Benazir (acompañada en la instantánea por el ministro de exteriores de la India) parece una estudiante hippie, (se había educado en Harvard y Oxford) como tantas de las que pocos años antes habían asistido al los multitudinario concierto por Bangladesh, uno de los primeros acontecimientos globales. Ni rastro de velo islámico… En 1979 su padre fue ahorcado, declarado culpable de corrupción por el régimen de Zia ul-Haq, que le había derrocado dos años antes. Desde su exilio de Londres, Benazir -la cabeza descubierta- encanta con sus rasgos marcados y sus ojos profundos a las cámaras de las televisiones occidentales. Regresa a su país en 1986 y dos años después es elegida primera ministra -una mujer en un país musulmán. Dos años después, dimite acusada de incompetencia y corrupción.
La segunda (obtenida como la tercera de la colección fotográfica de Reuters) es ya de 1994. Benzir había vuelto por segunda vez del exilio para ser nuevamente primera ministra. Su imagen es ya distinta. Se cubre como requiere la tradición y su vestimenta y en su aspecto ya nada queda de aquella estudiante. Benazir es la sucesora de su padre, líder indiscutida de la oligarquía sindh. Su rostro todavía tiene, sin embargo, un toque juvenil.
La tercera instantánea corresponde a su penúltimo acto político, un mitin en Peshawar, el 26 de diciembre, víspera de su asesinato. Su rostro ya está completamente endurecido. Entre la segunda y tercera foto hay 13 años, un derrocamiento, un juicio a ella y a su marido por corrupción, un exilio de una década, un tercer regreso recibido con un atentado masivo… Benazir es una líder dura, calculadora, pasional cuando es necesario, amada y odiada…
Benazir regresó del exilio por tercera vez, pero no será por tercera vez primera ministra.
Primeras imágenes del atentado
viernes, 28 Dic 07 a las 2:18 pm
El asesinato de Benazir Bhutto da al traste con la posibilidad de maquillar el régimen autoritario de Musharraf, además de dejar sin opciones de acceder al pastel del poder a la oligarquía sindhi. Después del primer atentado contra la líder vuelta del exilio, se proclamó el estado de excepción alegando el peligro integrista a la estabilidad del país. ¿Hará lo mismo Musharraf ahora que las bases despechadas del PPP se lanzaron a las calles? La realidad es que no lo necesita: Musharraf ya es proclamado presidente constitucional, el ejercito, como siempre, está encabezado por un general pundjabí, Ashfaq Kiyani y la única oposición articulada que queda, la del partido de Nawaz Sharif, también es pundjabí. En cuanto a los disturbios provocados por los partidarios de la líder sindhi asesinada, se pueden reprimir policialmente sin necesidad de proclamar la ley marcial ni de postergar las elecciones legislativas. ¿Para qué? Todo quedará en casa.
domingo, 30 Dic 07 a las 12:24 pm
La controversia sobre la forma en la que murió asesinada Benazir Bhutto tiene su explicación en la importancia que tiene para determinar la autoría del atentado. En efecto, el gobierno se apresuró a inculpar a terroristas pro Al Qaeda de un grupo tribal concreto, que no tardó en desmentir su autoría. En cambio, los partidarios de Bhutto culpan a los servicios secretos. Hasta aquí todo tiene su lógica, incluyendo la negativa de los terroristas, que podría explicarse por el intento de añadir más confusión. Pero… Un detalle de este desmentido desencadena un insistente cruce de declaraciones sobre las causas de la muerte de Bhutto. “Nosotros no atentamos contra mujeres, nuestras costumbres tribales no lo permiten.” Esta afirmación del portavoz del grupo, a la sazón un clérigo prestigioso (maulana), sí se toma en serio en Pakistán. De ahí la importancia de demostrar si fue tiroteada, o murió por efectos de la explosión: si hubo un pistolero, éste no podía pertenecer al grupo señalado, luego se presume que éste actuaba por orden de los servicios del régimen; si por contra, cayó víctima de una bomba impersonal los autores tranquilamente podían ser los islamistas, ya que la autoinmolación de un ishtishahid no provoca muertes de hombres y mujeres, sino que pone directamente en el paraíso a los inocentes agraciados y los que no lo son, van no menos directamente al infierno. En cuanto a los disparos que se oyen en la grabación, podría haberlos hecho un policía que intentaba impedir el atentado, pero después de la brutal explosión, chi lo sa…
Así, en medio de este inesperado capítulo de C.S.I. Karachi, la campaña electoral de Pakistán entra en su última semana.
lunes, 31 Dic 07 a las 2:23 am
Metidos ya en géro policial, lo lógico es hacer la pregunta lapidaria: ¿A quien beneficia la muerte de Benazir Bhutto? O, ¿Quién quería la muerte de Benazir Bhutto? Parece una tarea imposible: tenía tantos enemigos mortales como partidarios fervientes. Si nos centramos en las sospechas que recaen sobre el régimen, solo se podría hablar de una arriesgada fuga hacia delante, puesto que los beneficios parecen muy dudosos. Los dos partidos opositores principales acaban de reiterar su disposición de acudir a las urnas – el olor del poder marea a todos sin distinción de clan, – solo que ahora sus opciones están mas igualadas: al corrupto Sharif se enfrenta el no menos impresentable y falto de carisma Asif Alí Zardari, viudo de la Bhutto. Recordemos que este personaje nefasto fue el primer cliente y patrocinador de los talibanes que guiaban sus caravanas de jugoso contrabando a través de Afganistán cuando BB era primer ministro. Además se enfrentó a cargos por extorsión e inducción de asesinato a un millonario pakistaní, cargos de los que le libró el gobierno de su mujer; tiene sumas millonarias congeladas en bancos suizos, así como cuentas con la justicia británica por posesiones de dudosa justificación en el Reino Unido. La Corte Suprema de este país retiró los cargos alegando falta de competencias en el asunto, aunque es evidente, que lo hizo por motivos tan políticos, como los que él dice los provocaron. Encima se queja de haber contraído la diabetes en prisión – en total estuvo encerrado 11 años. Toda una pieza.
Tampoco hay que olvidar el partido en el poder, el PML (Q) que ya ganó unas elecciones, ventajistas, eso sí, en el 2002. Se presentan, además varios partidos confesionales y regionales que se llevarán algunos escaños. Como resultado saldrá un parlamento mas fraccionado he incontrolable que con Benazir Bhutto encabezando las listas de su partido. Si a todo esto se le puede llamar ventaja para Musharraf, lo dudo, pero tampoco es lo más importante. El caso es que el ex general está quemado y su descrédito va en aumento. Es difícil que pueda mantener su autoridad y, consiguientemente, la estabilidad del país a corto plazo en estas condiciones. Por lo tanto y muy a pesar mío, tengo que hacer un vaticinio: a Pakistán le espera otro golpe militar y el futuro gobernador será el general Ashfaq Pervez Kiyani, jefe de las Fuerzas Armadas y Presidente de la PGA – Asociación de Golf de Pakistán. Solo está por ver cuando embocará su birdie.