Directrices editoriales: la referencia de la BBC


La BBC es sinónimo de buen periodismo y para muchos periodistas españoles es la referencia obligada en cualquier debate sobre la calidad de la radio y la televisión. Como todos los estereotipos tiene mucho de verdad, pero no estaría de más que sus defensores conocieran a fondo su programación y modo de funcionamiento.

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A este modo de funcionamiento nos podemos aproximar a través de sus Guidelines. La Corporación ha desarrollado un importante corpus de directrices editoriales (para radio, televisión y contenidos en línea), directrices y estándares técnicos y directrices para el desarrollo de productos y servicios en línea. Además, existen normas para los proveedores y los procedimientos de suministro y específicamente para los colaboradores (freelancers). No son, por supuesto, normas cerradas, sino en continua actualización e interacción con los profesionales a los que se dirigen y el público al que garantizan una calidad de servicio. En conjunto, impresiona la normalización y previsibilidad de todas las actividades de la Corporación, siempre con un doble objetivo, el mejor servicio del público y la gestión más eficaz.

La Asociación de la Prensa de Madrid ha editado ahora en castellano las directrices editoriales (pdf). Se abren estas directrices con unos principios editoriales generales, que luego se detallan en otros 17 capítulos. El detalle de estas indicaciones superan el de las normas deontológicas y -a mi entender- constituyen un catálogo de buenas prácticas informativas.

Enrique Peris, corresponsal en Londres de TVE hasta hace unos meses, asistió a la presentación el pasado 11 de febrero. Esta es su crónica:

  

La accuracy, es decir, la exactitud, la precisión, el rigor a la hora de elaborar la noticia, es más importante para la BBC que la rapidez. Así lo decía David Jordan, responsable del cumplimiento de los criterios editoriales de la corporación británica, y sus palabras sonaban como de otro lugar, y, desde luego, de otra époa: como el enunciado de esos principios casi sagrados que constituían la base del periodismo serio y honrado en los tiempos gloriosos de esta profesión.

Jordan acudió este lunes pasado a la sede de  la Asociación de la Prensa de Madrid, que ha tomado la feliz iniciativa de publicar en castellano el libro que contiene las directrices editoriales de la BBC, una especie de manual de estilo en el que se ponen por escrito esos criterios y esas líneas de actuación que la radiotelevisión pública británica proclama como propios y que quiere ver reflejados en el trabajo de sus profesionales. 

Veracidad, imparcialidad, honradez en relación con lo que no se sabe de una noticia o de un hecho, seriedad y profesionalidad a la hora de tratar y presentar los temas, respeto por la intimidad: todo un catálogo de valores y normas éticas para el tratamiento de la información.

Un código ético que, como se dijo en la presentación de esta versión española del ideario profesional de la BBC, sería en sentido estricto, «de imposible cumplimiento»,  pero que para la cadena británica es una referencia en la tarea diaria de sus informadores; y eso es, en definitiva, junto a su independencia en lo político y lo económico y su envergadura empresarial (la BBC es un negocio de tres mil millones de libras esterlinas, que tiene 25.000 empleados, como recordó David Jordan)  lo que ha convertido a la cadena británica en un modelo de respetabilidad y credibilidad. 

Por lo demás, la BBC tiene un riguroso sistema de controles y una serie de fórmulas para recibir respuestas y quejas por parte de la audiencia, y un considerable sentido de la autocrítica que, entre otras cosas   –como subrayó Jordan, en respuesta a las preguntas de algunos de los periodistas españoles que escuchaban su exposición y a los que el asunto interesava vivamente–,  permite a sus profesionales (of course!) criticar pública y abiertamente las informaciones de la cadena o las decisiones de sus responsables si consideran que no se ajustan al ideario o a los criterios éticos que rigen su actividad.

De todos modos, curiosamente, en el coloquio que siguió a la presentación, el asunto dió pie a más preguntas y más intervenciones, y el que más tiempo ocupó, fue, con mucho, el del terrorismo y  por qué en las informaciones de la BBC no se llama «terroristas» a grupos como ETA o a sus activistas, que es algo que aquí en España llama mucho la atención y suscita controversias apasionadas y un tanto exageradas, a veces.

Las directrices de la corporación pública británica son bastante claras al respecto: se rechaza el adoptar el lenguaje de otros como propio, y en este sentido se considera inadecuado emplear palabras como «liberar» o «ejecutar» utilizadas en relación con grupos armados, pero tampoco el término «terrorista» es considerado adecuado. «Nuestra credibilidad se ve socavada por el uso descuidado de palabras que conlleven juicios emocionales o de valor  -se dice en el capítulo dedicado a Guerra, terror y emergencias-. La palabra «terrorista» en sí misma puede ser un obstáculo, más que servir de ayuda para entender lo acontecido. Deberíamos evitgar este término, a no ser que se ponga en boca de alguien. Deberíamos informar sobre los hechos tal y como los conocemos y dejar las valoraciones a otras personas».  Son bastantes los medios británicos, no solo la BBC, que tienden a no llamar terroristas a organizaciones como ETA, porque consideran que el terrorismo no es, en sí mismo, un objetivo o un fin para esos grupos, sino un método, por muy reprobable y condenable que sea.

Durante la presentación del libro de valores y criterios de la BBC, varios de los asistentes  -con alguna opinión discordante-  expresaron con rotundidad su opinión en el sentido de que terroristas son indudablemente todos los que practican el terrorismo o cometen actos terroristas, y de que ETA es, sin discusión, una organización terrorista. David Jordan explicó como pudo el criterio de su empresa en este terreno tan escabroso, quizá algo sorprendido de la sensibilidad que despierta el asunto entre los periodistas y los políticos españoles.

2 respuestas to “Directrices editoriales: la referencia de la BBC”

  1. El periodismo responsable de la BBC « Producción Periodística UMH Grupo 20 Says:

    […] Las directrices editoriales de la BBC coinciden, en muchos aspectos, con el citado Estatuto Jurídico de la Radio y la Televisión. Veracidad, exactitud y precisión, junto a la imparcialidad y el servicio al ciudadano, resumirían las principales características morales de todo profesional de la comunicación. La cadena inglesa le da prioridad también a la libre expresión y diversidad de opiniones, siempre fundadas y firmadas, además del respeto a la intimidad y la protección a los menores. Sin duda, unos mandamientos que rigen el trabajo en la BBC y que le ha dado la fama de una televisión ejemplar. En boca de muchos, “si lo dice la BBC, debe ser verdad”. […]

  2. ¿Ha llenado TVE su agujero negro? « Periodismo Global: la otra mirada Says:

    […] del servicio público, que en el caso de la BBC viene establecido para los profesionales en las Guidelines. Estos nuevos documentos normativos suponen actualmente un importante valor añadido para la […]


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