La banalización de la violencia


Hemos visto hasta la saciedad la cogida de José Tomás, a velocidad normal, ralentizada, otra vez a su velocidad. ¿Alguien ha advertido que «la dureza de las imágenes puede dañar su sensibilidad»?

No estoy muy seguro de que esa advertencia, cláusula de estilo obligada por las normas deontológicas o de buena práctica, tenga verdadera utilidad y no sea un reclamo para atraer una mirada morbosa. Pero si hay que hacerla, este es un caso de libro. ¿O es que ese aviso sólo se aplica a la violencia del terrorismo, las guerras o las revueltas? ¿O es que la «fiesta nacional» todo lo justifica y los niños deben de asumir como natural la sangre y la tragedia?.

Otra forma de banalizar la violencia es convertirla en espectáculo. También hoy tenemos un ejemplo en todas las televisiones. Bronca gigantesca en la Rada, el parlamento de Ucrania. Gran regodeo en esos parlamentarios que se lanzan huevos o se tiran de los pelos.  Nos gusta ver y resaltar como lo que debiera ser foro de diálogo y deliberación se convierte campo de batalla. ¿Y cuál es la causa de la violencia? Al final, una pequeña referencia a que todo se debía por el acuerdo entre los presidentes de Rusia y Ucrania para prolongar la presencia de la flota rusa en sus bases de la península de Crimea. Ni un informe, ni una crónica de corresponsal mostrando la trascendencia del acuerdo y sus consecuencia para los dos países.

Hoy la tele ha vuelto a ser la caja tonta e irrespetuosa.

2 respuestas to “La banalización de la violencia”

  1. Eva Navarro Says:

    Estoy de acuerdo con lo que escribes, y no sólo afecta a la noticia sobre la cogida de José Tomás o el parlamento de Ucrania. También ayer mostraban (yo lo vi en el canal 24h), repitiéndolo hasta la saciedad, cómo un joven agredía a otro en un metro en Madrid. Las imágenes (horribles y sin aviso de ningún tipo) servían además de fondo a un peregrino y descafeinado debate sobre la naturaleza (o algo así) de la violencia entre jóvenes. ¿Qué está pasando en nuestra sociedad -lanzaba al aire el presentador- para que estas cosas ocurran? Y, ante la vaga respuesta, yo, como tú, me hago la misma pregunta: ¿qué le pasa a la tele para que bajo la tapaderilla de un análisis casi nulo de los hechos que ocurren, aproveche la mínima ocasión para untarnos, de un modo tan irrespetuoso y agresivo, al final, como las imágenes que muestran, con el espectáculo de la violencia?

    «…caja tonta e irrespetuosa»

    Un saludo y felicidades por tu blog
    Eva (http://comunicarlacultura.wordpress.com)

    • rafaeldiazarias Says:

      Gracias Eva. Efectivamente, las imágenes de la agresión en el metro forman parte de la misma tendencia a explotar el morbo. Se supone que es lo que la gente quiere ver y aumenta la audiencia. En este caso, además, nadie se paró a investigar el origen del vídeo y porque aparece justamente ahora.
      La violencia forma parte de nuestra sociedad y mostrarla con toda su crudeza puede ser un sano ejercicio de catársis colectiva. Si las cautelas que ahora tenemos sobre imagen violentas se hubieran aplicado en los años 60 y 70 no hubiéramos vista a esa niña abrasada por el napalm corriendo por una carretera de Vietnam. Lo que no se puede hacer es convertirlas en un icono descontextualizado al servicio del morbo y el espectáculo.


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